Editorial

Otra vez… cada quién su blues

Marzo 2015… y aquí seguimos con el número 46 de nuestra revista, que inicia espectacularmente con artículos relacionados a tres magníficos guitarristas: Eric Clapton en De Colección, Rory Gallagher en Blues en el Reino Unido, y Johnny Winter en Blues a la Carta. Tenemos entre dos entrevistas, una a Luiz Márquez de The North Sea Coyotes y al embajador del blues en Grecia, Michalis Limnios; dos artículos de interés intenso que nos hablan de temas de actualidad en la política y lo social: “Allá, in the land of the free” y “Cuando los ángeles lloran”.

La edición continúa con dos textos más de nuestros colaboradores esenciales: “Alubias rojas con arroz” de Héctor Martínez y “Guerreros del blues” de Yonathan Amador. Las colaboraciones especiales del número corresponden, una, al trabajo que estamos presentando en In Memoriam, a manera de homenaje póstumo a nuestro buen amigo Félix; y otra a la poesía romántica –Esta noche no dormí-, de la actriz y dramaturga, Norma Yim. Para concluir, tenemos un breve recuento de los testimonios gráficos de Cultura Blues de visita en… Un número sin duda, muy completo e incitante, espero que lo disfruten.

Por otra parte, los eventos de blues en la ciudad, en sus alrededores y en algunas plazas del país, se siguen sucediendo. Es reconfortante saberlo, a pesar de que todavía hace falta mucha unión entre los diferentes promotores y actores, llámese instituciones, bandas y personajes individuales que dedican esfuerzos muy importantes para que se desarrollen, aunque todavía sin una visión integral. Esto aún me parece natural, dado que los objetivos de cada participante son diferentes, y eso no es malo, al contrario, le da una interesante variedad a lo que se presenta. Tal vez, lo único malo que apuntar es que se sigan haciendo públicas las diferencias, esto no debe ser. Con esto recuerdo que en los números 16 (Cultura Blues 16) y 17 (Cultura Blues 17), escribí un ensayo que llamé “El respeto al bluesero ajeno es la paz”, los invito a echarle un vistazo.

En este sentido… ¿Qué más da que alguien decida tocar en los mejores escenarios o que alguien disponga hacerlo en las calles?, ¿Qué importa si algunos músicos deciden actuar “ad honorem” y otros se congratulen cobrando “lo justo” y luego critican a quién lo contrató?, ¿Qué pasa si algún músico decide utilizar apuntes y/o partituras en el escenario? Lo importante de todo esto es respetar al público, pero también al compañero bluesero, ya que los objetivos de cada agrupación, de cada banda y de cada integrante es particular, y qué bueno que hay muchos puntos en común. De lo demás lo diré con justa convicción, otra vez… cada quién su blues.