La Poesía Tiene Su Norma

Tus ojos ya no brillan al verme

Un día tus ojos al verme dejaron de brillar,
un día mágicamente ya por mí no sabias suspirar.
Y aunque dices que miento, que nada de eso es verdad,
que aún brillan, pero ese brillo ya no es natural, es un brillo artificial,
un brillo que, aunque llevemos a juicio no hay otra verdad.

Es difícil aceptar como en segundos se desvanece todo,
cómo tu desinterés y tu forma de ofender destruyeron el amor.
No te aflijas, ya lo he superado,
ya sé que tú no sabes amar, que no sabes besar,
que no sabes caminar en pareja.

Ya no quieras fingirme amor,
no te engañes si lo tuyo fuera amor,
nunca se hubieran opacado tus ojos al mirarme,
nunca me hubieras hecho mil veces llorar,
ni nunca te hubieras ido a dormir sin antes en mí pensar.

No importa que me hayas echado al olvido,
ya me tratabas como a cualquier amistad,
pero ni eso, porque a una amistad la tratas amigable y amable,
No como a mí que tus caricias eran ignorarme,
insultarme y tus halagos eran tus pretextos.

Te deseo lo mejor,
No sé cuándo o si nunca te volveré a ver,
Lo que sí sé,
es que alguna vez tus ojos brillaron al verme,
como ahora brillan los míos,
pero de ese llanto que limpiaré hoy y para siempre,
porque el amor es alegría, paz, es armonía,
no llanto y mucho menos decepción.

 

Con música de fondo, For B.B. King por T-Bone Walker del álbum: Dues Paid. The Bluestime Story