Diván el Terrible

Unicornios de tonelada y media

Time pass so slowly.
Six days.

Rolling Stones, Dire Straits, Eric Clapton, Cream, Joe Cocker, Who, Faces, David Bowie, Pink Floyd, Yes, Marillion, Bluesbreakers, Genesis, Cat Stevens, Jethro Tull, Sir Walter Elgar ¿por qué no? The Beatles y tantos más, pareciera que, injustamente, todo permanece repartido entre el delta del Mississippi, California, Texas e Inglaterra.

Para compensar en México contamos con un botón de muestra directamente llegado de Inglaterra, Phil Daniels Storr, gran oportunidad para tener un punto de vista extranacional sobre nuestra temática de liderazgo y el quehacer del blues hecho en México. Un extraordinario guitarrista y cantante, líder de Rhino Bluesband.

¿Cuál es la fórmula para mantener unida a una banda?

Lo de siempre. El respeto mutuo es esencial. Hay que pensar en tus compañeros y apoyar. Ser buena onda y cortés. Tener sentido del humor. No creer que tus sentimientos son más importantes que los de los otros u otras inmadureces. Ser tolerante con los otros y estar en control de tus necesidades. En general, lo que típicamente te hace una buena persona.

A veces no es posible mantener unida a una banda. A veces, salen los compañeros porque la banda no les da lo que quieren. Hay que aceptar esto también y mantener la amistad. Luego entran otras personas y hay una nueva aventura y exploraciones de nuevas posibilidades.

Si la banda se une con propósitos diferentes a la amistad, como era el caso de Cream y había famosamente mucha fricción entre dos elementos, en su vida puede llegar a lo más excelso pero su duración será probablemente breve.

¿Qué responsabilidades debe adoptar el líder de una banda?

Son muchas –tal vez se pueden dividir entre musicales y administrativas.

Musicales o de presentación: hay que tomar decisiones acerca de qué material se va a tocar y asegurar que esté adecuadamente arreglado y ensayado para no cometer errores garrafales en el escenario (o errores costosos en una grabación), además de asegurar que esté claramente comunicado al grupo y en qué orden; buscar oportunidades de presentarse y decidir en qué conciertos se va a presentar, entre otras cosas pensando en la seguridad de los miembros del grupo (personalmente, reconozco que he cometido errores en este rubro –y en ambas direcciones: de ser demasiado e insuficientemente cauteloso, pero afortunadamente sin consecuencias graves); cómo va a ser la presentación en términos visuales –vestuario, movimiento en el escenario, discursos entre canciones (que prefiero mantener lo más breve posible).

Pensando administrativamente, el equipo es una preocupación constante. Hay que estar en control de los traslados de equipo y evitar la pérdida del equipo, vigilando cuidadosamente las etapas de estar con el equipo en la calle, cargarlo a la tocada, y estar con ello en la tocada. Asegurar, que nada se olvide, regresarlo a casa, guardarlo, cuidarlo y mantenerlo. Si la banda recibe fondos, hay que repartirlos o guardarlos. Si, por ejemplo, se pretende hacer una grabación en el futuro, y si hay que facturar, elaborarla y hacer la consiguiente declaración. En general, cumplir con los requerimientos de la burocracia.

Tengo la muy buena fortuna de poder compartir muchas de estas responsabilidades con José Luis, un hombre mucho más capaz en esto que yo. Hay otras responsabilidades más bien de liderazgo en sí. Hay que asegurar que todos los compañeros disfruten su tiempo en la banda, asegurar que sus esfuerzos musicales sean apreciados y alabados.

Sobre todo, hay que respetar el tiempo de los demás y reconocer que todos tenemos responsabilidades y actividades afuera de la banda. Tenemos familia y en particular a nuestra tierna edad, tenemos padres y otros parientes mayores con necesidades vitales. Así que es esencial, como ejemplo, acordar en buen tiempo la fecha, hora y lugar de una tocada.

¿Democracia o autocracia dentro el grupo?

Dictadura –pero ¡muy benevolente! Alguien tiene que estar en la última posición de tomar las decisiones, pero racionalmente hay que platicar, escuchar y buscar unanimidad. No será posible que todos estén perfectamente felices todo el tiempo, pero hay que apuntar a lo más que se pueda aproximar a eso.

No es siempre conflicto entre el líder y los otros. De hecho, la situación no es líder, es realmente más cerca de primus inter pares y no un dictador.

I don´t cry but I can’t sleep.
Six days.

¿El estar tocando juntos, genera en algún momento conflictos?

Casi nunca. Puede haber una situación en que un Músico A quiere tocar X canción y un Músico B no. A veces hay razones imperantes porque no es el momento de tocarla –si hay poco tiempo para preparar una tocada, por ejemplo–, pero si ya sabemos la canción y la echamos en 5 minutos, el amigo A sale contento y no es gran cosa para amigo B.

Cuando se da un conflicto en tu banda ¿Cuál es el mejor modo de enfrentarlo?

Como mencioné –son raros. Pero diría que a menudo, se debe dar su lugar en el momento, y luego ignorarlo a menos que sí sea importante.

No estoy de acuerdo con la idea de que hay que mantener las heridas abiertas, de que la comunicación de todo con transparente honestidad es siempre la mejor política. No creo que lo sea en ninguna relación humana.

Si algo es importante, recrudecerá cuando haya llegado su momento y habrá entonces que buscar una solución razonada y razonable. Si no es tan importante, con el tiempo se irá menguando y probablemente se olvidará. Hay que ser sensible y pendiente de los deseos de todos.

Toda vez que el inglés es tu lengua materna, para ti es más que natural escribir en tu idioma. Pero ¿En la discografía de la banda incluirías letras en español?

No. En primer lugar, soy el cantante y mi pronunciación del español es horrible. Sirve para presentar canciones y hacer comentarios, pero para cualquier cosa que tenga alguna pretensión artística, es casi ofensivo –no sirve para nada.

Segundo, he comentado en el pasado que el inglés tiene un patrón de acentuación que lo hace particularmente adecuado para ciertos ritmos. Es mi opinión que el español se tiene que forzar para adecuarse a los ritmos del blues.

¿Es importante reinventarse? ¿Aunque toques lo mismo?

Una exacta repetición de cualquier evento real es imposible. Ni tampoco es deseable en mi opinión, siendo esto una de las razones porque lo lamento cuando escucho a una banda que toca ‘covers’. Me parece un desperdicio de talento musical, de creatividad y de nuestra breve estancia en este mundo. Si alguien quiere escuchar algo exactamente como suena en el CD, que escuchen el CD.

Se hace una nueva versión inevitablemente cada vez que tocas una canción. Las nuevas ideas surgen todo el tiempo, uno se siente diferente cada vez que tocas una canción, habrás escuchado nuevas ideas en las manos de otros músicos, y –honestamente– uno comete diferentes errores en cada ocasión que a su vez significa que tienes que inventar una nueva salida del hoyo que acabas de cavar para ti mismo.

En ocasiones, puede ser que toques una versión acústica de algo que has estado haciendo eléctrico durante años y esto estimula que se te ocurran nuevas ideas. Sin embargo, sí es importante volver al arreglo que hace la banda de vez en cuando y rehacerlo de manera deliberada, buscando cambios, mejoras, otras posibilidades. Aquí, no hay que descartar el lado bueno del aburrimiento. Si ya te estás aburriendo con tu versión de una canción, es una clara señal de que hay que volver a visitarla y probar nuevas ideas, posiblemente ideas muy radicalmente diferentes.

¿Tú estás a favor de la libertad creativa de tus compañeros de banda en un escenario?

Absolutamente. Uno trabaja las canciones clásicas dentro del marco de un arreglo. Dentro de este marco, aunque no en conflicto con ello, espero que mis compañeros agreguen libremente de su cosecha. De hecho, hago un esfuerzo consciente de alentar su contribución creativa. Habrás notado, tal vez, que sugiero que hagamos improvisaciones simultáneas de guitarra con Martín, u otras combinaciones de, por ejemplo, armónica y teclado, para una canción. Nada dentro del marco está fijo –todo está al libre albedrío del ejecutante.

Al referir al ‘marco de un arreglo’, a grandes rasgos, quiero decir lo que es la canción en términos de acordes y compases, aunque ni es esto tampoco totalmente fijo cuando es en vivo. Supongamos que alguien está inspirado en su solo. Es un momento muy especial, y siempre sugeriría que se continúe, aunque el arreglo acordado no sea así. Lo adaptamos en el momento de manera fluida.

¿Cuáles serían las cinco características imprescindibles de un músico que toque en tu banda?

Hmm. Bueno… cinco de las características incluirían:

  1. El deseo de tocar en la banda, en pleno conocimiento del tipo de material que tocamos.
  2. Tener suficiente capacidad técnica para tocar.
  3. Tener los instrumentos necesarios para tocar.
  4. Cortesía y una buena actitud.
  5. Sentido del humor.

Esto es… Rhino Bluesband en concierto

 

 ¿Contar con artistas seguros de lo que hacen es fundamental para una banda? ¿De qué manera fomentas la seguridad de tus músicos?

Sí. En general, sí –aún si estás, por ejemplo, hablando de una banda de jazz que se dedica a las improvisaciones más estrafalarias.

En primer lugar, los ensayos: practicar y practicar y practicar –aún cuando crees que tienes una canción totalmente dominada, hay que volver a practicarla cada rato. No es solamente un placer ensayar, sino también es esencial como músico ensayar con su instrumento en privado (personalmente, toco todos los días): ritmos, acordes, escalas etc. etc. –depende de lo que tocas. De preferencia, uno tocaría con lo que vas a usar en el escenario para ya tener una idea de como sacar X sonido con tu guitarra o ampli –aunque claro no siempre es posible.

Para iniciar un concierto, elijo dos o tres canciones que realmente sabemos bien, que tengan mucha energía (para quitar los nervios) y que no tengan un arreglo difícil. Hacer payasadas en el escenario para hacer reír a los compañeros –no necesariamente que el público pueda detectar–, también ayuda a quitar los nervios.

Si uno es nervioso, equivocarse es un peligro inminente que no hay que despreciar –así que hay que hacer todo lo posible para quitarlos y pasarla bien en el escenario. El miedo de confundirse/equivocarse puede tomar una ominosa presencia en tu mente e interponerse entre la consciencia y la ejecución. De hecho, es casos extremos, puede obliterar las habilidades totalmente. Una vez, antes de un examen, que sabía que iba a reprobar, al estudiar por la noche antes del examen, me puse tan nervioso que se me olvidó como leer.

No diría que hay que ‘relajarse’ porque la palabra ‘relajarse’ no me gusta. Es mucho más útil pensarlo como quitarse los nervios, para luego pasarla bien y disfrutar.

Las equivocaciones en el escenario tuyas o de tus músicos ¿Cómo las manejas?

A menudo, como indiqué arriba, las equivocaciones se corrigen en el momento y son un estímulo para la creatividad. Miles Davis dijo algo como que uno no se equivoca en la música, equivocarse depende de lo que toques después.

Hay muchos errores que se pueden evitar en el escenario. Ensayar antes de subir es, obviamente, lo más esencial, pero estando en el escenario hay muchas cosas que pueden ir mal. Las equivocaciones más comunes resultan de no poder escuchar a los demás integrantes de la banda, y especialmente el vínculo entre bajo y batería es fundamental.

No es posible exagerar esto. Si el baterista no puede escuchar al bajista –o viceversa– estás en problemas de gravedad absoluta. La solución reside en los monitores –o la colocación de amplis y bocinas para evitar el problema.

Aceptar con buen humor una equivocación en el escenario e incluir el publico en ello es otra cosa que nos ha pasado. Si me equivoco en qué canción vamos a tocar, Enrique o José Luis me lo dirán y lo confesaré, que a menudo suscita una risa.

Creo que lo peor es cuando una canción tiene un arreglo más complicado y uno se equivoca de la sección que debería estar tocando. Para el cantante es una situación realmente difícil. Estás enfrente de la gente y no sabes en qué parte de la canción estás.

Con la mayoría del blues de Chicago es casi imposible de equivocarse de compás, pero si una canción tiene secciones A, B, A, B, C, D, E, C, D, A, B –obviamente el riesgo de perderse es un poquitito mayor.

Aquí la regla es clara –se continúa como si no te hubieras equivocado. De repente estás escuchando a tus compañeros con una atención hiperintensa y en unos compases –los menos posible – todos estarán de nuevo unidos.

Después, en el repaso de ‘¿Qué te pareció y cómo estuvo?’ después del concierto, lo más fácil es decidir volver a ensayar la canción, y no tocarla hasta realmente tenerla lista para el consumo público que probablemente significará incluir que un compañero específico, tendrá la responsabilidad de ejecutar cierto evento musical que señalará el cambio.

Creo que lo peor, lo absolutamente peor que se puede hacer es parar la canción y volver a iniciar, recalcando la equivocación. Hay que reconocer que los músicos nos damos cuenta de una equivocación mil veces más que el auditorio –especialmente de los errores que uno mismo comete. Señalar al público que uno se haya equivocado es una mala idea, hasta diría que no es profesional: resulta en una decepción para ellos, no sólo algo vergonzoso para los músicos. A fin de cuentas, no vienen con el afán de criticar, sino quieren que todo salga bien, vienen a disfrutar lo bueno.