Cortando Rábanos

No se olvida

Semana protagonizada por los estudiantes mexicanos en vísperas del 2 de octubre.

Mientras en el DF los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional salían a las calles y lograban dar marcha atrás a la aplicación del nuevo plan de estudios, en el estado de Guerrero policías municipales emprendieron un ataque contra alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que dejó seis muertos y casi treinta heridos.

La agresión, que continuó hasta la madrugada del sábado, fue “pareja contra cualquiera que pareciera estudiante”.

Bajo esa consigna, los pistoleros dispararon contra un autobús donde viajaban jugadores del equipo de futbol de tercera división “Los Avispones”, matando a tres personas más.

Los estudiantes —que habían llegado a Iguala la tarde del viernes para “botear”—, pretendieron llevarse tres autobuses, lo que al parecer derivó en el ataque.
Exigiendo sus derechos
-como ya lo han hecho antes-
murieron seis estudiantes
por mostrarse insatisfechos.
Injustificables hechos
de una violencia insalubre
hoy de vergüenza se cubre
México, y toda esta historia
me remite a la memoria
trágica del dos de octubre.

Los jóvenes normalistas
del municipio de Iguala
bajo una lluvia de balas
murieron en la autopista.
Un grupo de futbolistas
sufrió un trato semejante
por los mismos atacantes,
después los polis dijeron
que allí sí se confundieron
“pues parecían estudiantes”.

Se nota, por las fracturas,
que hablamos del mismo mapa:
Tlatelolco-Ayotzinapa
Plaza de las Tres Culturas.
Debajo de las suturas
sigue sangrando la herida
que contradice la vida
y este fatal desenlace
da más sentido a la frase
¡Dos de octubre no se olvida!

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