Huella Azul

Entrevista a Francisco Javier García (batería/Las Señoritas de Aviñón)

CB: Cuéntenos ¿cómo nace el grupo Las Señoritas de Aviñón?

FJG: Fue una idea original de Octavio Herrero, guitarra en el grupo. Quería integrar una banda enfocada exclusivamente a tocar blues en todas sus vertientes; que no fuera una banda de rock, que tocara también blues… esa fue la premisa.

CB: ¿A qué se debe que el grupo lleve el nombre de tan famoso cuadro, cómo surgió la idea?

FJG: Teníamos muy claro que no queríamos ser: “Los -el nombre que te guste- del Blues”. Esto inició como una broma. Una banda de  “Señoritas”  resulta un atractivo en sí misma.  Y ver la cara de sorpresa de quienes fueran a vernos tocar exclusivamente por este tema  (… y que se encontraran con un grupo de, entonces,  treintones y cuarentones), parecía divertido…. y retenerlos a base de música era el reto… ¡y parece que funcionó!

CB: Han transcurrido más de 15 años desde la aparición del grupo, ¿cómo ha sido este camino?

FJG: Muy satisfactorio. La banda siempre ha merecido una respuesta respetuosa, interesada, entusiasta y participativa. Mucha gente se ha sorprendido con nuestra propuesta y ya tenemos un núcleo importante de seguidores.

Hemos abierto muchos espacios, (de hecho el  Bar Ruta 61 se abrió para que tocáramos nosotros y se apoyaran las nuevas propuestas) y, con ello, tenido la oportunidad de alternar y tocar con músicos y bandas nacionales e internacionales  muy importantes.  Hoy, además de los conciertos, nos encuentras en todas las redes sociales y puedes descargar nuestra música, fácilmente.

Al mismo tiempo, la banda ha ido evolucionando tanto en la dotación instrumental, (somos un caso único de 2 guitarras-bajo-batería… ¡con un clarinete!), como en la propuesta musical.

Nos hemos orientado hacia el blues/jazz -nos movemos en la frontera de estos dos géneros-  haciendo fusión de géneros y estilos diversos, y continuamos consolidando un sonido propio. Estamos estudiando mucho funk y ahora queremos coquetear con el regaee…  ¡Señoritas al fin!

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CB: Después de todo este tiempo, habrán ocurrido un sinfín de historias en el escenario, ¿podría contarnos alguna que recuerde con singularidad?

FJG: Hace años tocamos en el auditorio del Museo del Chopo, en un concierto grabado por Canal 11. El lugar estaba lleno a tope y el evento abría un ciclo de blues. Antes de nosotros una banda de blues/rock urbano, cumplió su acto,  el que fue bien recibido.

Los estilos de las bandas eran muy contrastantes, y el tipo de público asistente también. Estábamos en el trance de conectar e instalarnos cuando se escuchó de las alturas un grito: “A mí se me hace que más que Las Señoritas estos son sus padrotes…”, las carcajadas y silbidos no se hicieron esperar. Terminamos de montar instantes después y, fieles a nuestra costumbre, entramos en seco, sin sonidos previos de afinación o presentación. El silencio fue inmediato y al terminar “Sweet Home Chicago” la gente aplaudió cálidamente.

Entonces se escuchó a la misma voz gritar: “Perdón por lo de hace rato… ‘ora’ cállense todos que estos son chin…”.
Fue una de las mejores noches de la banda, tanto en el sonido, como en la respuesta del público. Por cierto, fuera de este incidente, jamás nos han molestado por el nombre.

CB: Háblenos a cerca de su trayectoria como músico. ¿Ha participado en otras bandas, cómo llegó a su vida el blues?

FJG: Vengo de una familia donde la música ha sido parte integral de la educación, desde generaciones atrás. Crecí tocando, con mi abuelo en la mandolina y el cántaro; mi papá en el acordeón y el órgano; y mis tíos en el piano, las guitarras y el tinacordio (sustituyendo al contrabajo). A los 14, inicié mi primera banda en La Piedad, Michoacán y durante 12 años, Fase 3 fue el referente de nuestra generación. Tocábamos soft rock y música original y siempre nos fue muy bien. En esa época  iba con quien me invitaba a “tamborear”, sin importar el género, ni el grupo, (seguido lo hacíamos a 2 baterías).

Dejé de tocar 16 años, (pero nunca dejé de escuchar mucha música), hasta que un compañero de trabajo -Jaime Holcombe- quien sabía de mi gusto por gente como: B.B. King, Eric Clapton, Allman Brothes, Stevie Ray y Lynird Skynird, me invitó a integrarme a un proyecto de banda de blues… lo que posteriormente sería Señoritas de Aviñón.

CB: ¿Qué música escucha, cuáles son los músicos que admira?

FJG: Escucho y estudio de todo, desde clásico hasta electrónico. Los artistas van cambiando. A Clapton, siempre; ahora me gusta mucho la música de Dave Matthews Band, (que es una impresionante Jam Band), pero permanentemente  estoy investigando cosas nuevas.

Particularmente los tres últimos años he estudiado mucho jazz, (veo cuanto concierto puedo de clubes de New York, a través de internet), y asisto a todos los talleres y seminarios posibles –que ahora en Ciudad de México, hay muchos- para sustentar lo que hacemos en Señoritas. Escucho con mucha atención los proyectos de bateristas consagrados (casi todos dedicados a tocar fusión), principalmente a Simon Philliphs y Steve Gadd. Al mismo tiempo, procuro platicar, siempre que puedo, con mis amigos músicos (que son varios y muy buenos). De ellos aprendo mucho.

Y respeto y admiro mucho a mis compañeros de banda -Octavio Herrero, Héctor J. Fierro, Xavier Gaona y Stan Raczynski- son músicos muy comprometidos con su arte y con Señoritas, todos muy estudiosos, disciplinados y talentosos…  verdaderos outstanding. Para mí, es un privilegio tocar con ellos.

CB: ¿Cómo percibe el entorno del blues en México, qué futuro le depara al género en el país?

FJG: Veo cada vez más jóvenes interesados en el blues, con una mayor preparación musical. Hay momentos -como el que creó el fenómeno de Amy Winehouse-  que los amantes a estos géneros se multiplican y son más visibles (todas las  “chavitas” que estudiaban canto se vestían igual y se esforzaban por cantar a su estilo). La visita continua de blueseros de Chicago, y de otras partes del mundo, al Ruta 61 y a un creciente número de festivales  en todo el país ha atraído a nuevos fans. Y como resultado, veo a los grupos tocando con más cuidado, con más intensidad, con más estudio y con propuestas más definidas y sólidas.  Ya no es sólo tocar blues urbano o sonar como John Mayall. Escucho más diversidad y calidad.

CB: ¿Qué significado tiene para el grupo el espacio del Ruta 61?

FJG: Es estar en casa. Eduardo Serrano  -su propietario e impulsor- siempre nos ha hecho sentirlo así.
Es un escenario al que hemos respetado en cada tocada y donde cada noche hemos dado lo mejor que tenemos.

Es la base y el lugar que nos ha permitido tener el privilegio de exponer periódicamente y madurar  nuestra propuesta, durante los últimos 10 años. Y sigue siendo el único bar dedicado exclusivamente al blues, lo que lo hace distintivo.

CB: ¿Cuáles son los proyectos más cercanos de Las Señoritas de Aviñón?

FJG: Seguir tocando, tanto como sea posible. Acudir a donde nos inviten y hacerlo hasta el límite de nuestras capacidades. Seguir promoviendo “También me duele” (descargable en iTunes). Avanzar en esta transición del blues tradicional al blues-jazz.  Tocar con más músicos y seguirlo haciendo con nuestros amigos. Y grabar un  nuevo disco, ahora con música de Hendrix, pero desde nuestra perspectiva, ya estamos en los ensayos de esto.

CB: ¿Le gustaría dedicar algunas palabras a los lectores de Cultura Blues?

FJG: Súmense a nuestra página de Face (Señoritas de Aviñón) y de Tweeter (@lsdablues), ahí publicamos constantemente lo que estamos haciendo (en FB pueden descargar algunos temas gratis). También me encuentran en las redes especializadas de músicos: Reverb Nation y Fandalism. Y que disfruten mucho el blues, asistiendo y participando activamente en todas las tocadas y festivales que se están haciendo, cada vez en mayor cantidad y con mayor calidad de escenario y condiciones para escuchar. Y, algo muy importante, manténganse informados y apoyen a los medios especializados -como Cultura Blues- con lo que resulta más fácil estar al día de lo que pasa en la escena musical.

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Fotos e imágenes cortesía: Francisco Javier García