Richard Thompson… el mejor guitarrista más desconocido del mundo
Richard John Thompson, nacido el 3 de Abril de 1949 en Notting Hill Gate (Londres), puede ser un nombre poco familiar para muchos, y un talentoso artista de culto para aquellos que le han seguido la pista desde sus días como miembro del legendario grupo Fairport Convention, formado en 1967 y considerado como la banda más importante en el “Folk Music Movement” de Gran Bretaña.
La música de este oscuro artista británico, es deliciosamente ecléctica, haciendo un extraño brebaje que mezcla música inglesa tradicional, con exóticos ritmos del medio oriente, y delicados tintes de blues y rock. Su técnica en la guitarra es impecable, fina y exquisita. Pero eso es solo el principio, ya que Richard Thompson, también es diestro con la mandolina, el dulcimer, el acordeón y los teclados, además de que es un talentoso compositor y escritor que ha influenciado a artistas tan diversos como: R.E.M., Bonnie Raitt, David Gilmour, Mary Black, Elvis Costello, Marshall Crewnshaw, Sandy Denny, Los Lobos, y The Five Blind Boys of Alabama, por nombrar a algunos.
El joven Thompson formó su primera banda a los 18 años, inspirado por la música de The Shadows, Buddy Holly, Jerry Lee Lewis, y la vieja colección de discos de su padre, que era ferviente amante del jazz,y en especial, del Gypsy Jazz de Django Reinhardt. Su papá, era originario de Escocia, tocaba la guitarra a nivel amateur y era detective de Scotland Yard, pero su verdadera pasión siempre fue la música, y fue el responsable de enseñarle a su hijo, sus primeras notas en la guitarra.
En la Inglaterra de los años 40´s y 50´s no era fácil conseguir una buena guitarra, de hecho, Richard Thompson recuerda con nostalgia una Fender Stratocaster (de color rosa) que era objeto de admiración en el aparador de la única tienda en Londres, que en aquella época, vendía algunos instrumentos de calidad, que ocasionalmente llegaban procedentes de los Estados Unidos.
Richard Thompson ama el Blues, pero no los “Blues Clichés” que todo mundo toca una y otra vez, ya que sus raíces en el Jazz y los sonidos hipnóticos del sonido folclórico escocés, lo han convertido en un artista autentico, inimitable, y con un estilo propio, capaz de mezclar diferentes géneros en una sola pieza musical y quizá este es el elemento que cautiva a las audiencias que acuden a sus conciertos alrededor del mundo.
En Enero de 1971, Thompson decidió dejar a Fairport Convention para lanzar su primer álbum en solitario, titulado:
“Henry The Human Fly”, el cual tuvo una muy pobre recepción por parte del público y además recibió una dura crítica por parte de la revista Melody Maker, un hecho que marcó la carrera de este talentoso artista, a tal grado que decidió trabajar como músico de sesión por un par de años, en lo que ordenaba sus ideas y trataba de encontrar su propia voz en la guitarra. Pero para finales de 1972, la carrera y la vida personal de Richard Thompson, darían un giro inesperado que cambiaría su rumbo para siempre.
1952 Vincent Black Lightning:
A finales de 1972, Richard Thompson experimentaría un cambio radical en su carrera y en su vida personal, y esto se debió en gran parte al inicio de su relación con la vocalista Linda Peters, con quien contrajo matrimonio y casi inmediatamente formaron una nueva agrupación, grabando en 1973 el álbum “I Want To See The Bright Lights Tonight”, el cual tuvo buenas críticas pero vendió pocas copias.
El enfoque de Richard Thompson en cuanto a las guitarras que utiliza, es tan ecléctico como sus preferencias musicales, es decir, a diferencia de muchos músicos profesionales, él tiene la costumbre de usar una guitarra por largo tiempo (tanto en el estudio, como en el escenario), después se deshace de ella y adquiere otra, que de preferencia no sea nueva, ya que él tiene la idea de que las guitarras usadas suenan mejor.
Inicialmente tuvo una guitarra acústica de no muy buena calidad, y posteriormente, cuando pasó a formar parte de Fairport Convention, utilizó una Gibson Les Paul, y de ahí cambió a Hofner, Gibson 175D, y Fender Stratocaster modelo 59. Hoy en día tiene una Lowden acústica (Richard Thompson Signature), y primordialmente su técnica es “finger style”, aunque ocasionalmente utiliza plumilla para ciertas canciones. La mayor parte del tiempo, toca en afinación alternativa y con frecuencia hace uso del capo.
A finales de los 70´s Richard y Linda Thompson se fueron a vivir a una comuna en Hampstead, y grabaron dos albums:
“First Light” y “Sunnyvista”, los cuales fueron bien recibidos por los críticos y por sus fans, pero comercialmente, se podría decir que no tuvieron éxito, algo que en realidad nunca le ha preocupado mucho a Richard Thompson, ya que el toca la música que sale de su alma y en la manera que él la concibe, en su muy particular visión artística.
En 1982, Thompson finalmente ganó popularidad con su disco “Shoot Out The Lights”, lo que generó una serie de giras por Inglaterra, Europa y la Unión Americana. Para entonces, los Thompson´s decidieron separarse tanto personal como profesionalmente y no fue sino hasta 1991, con el álbum “Rumor And Sigh” que finalmente, el talentoso artista londinense, obtuvo el merecido reconocimiento de ser nominado a un Grammy.
En el 2003, la BBC de Londres hizo un documental sobre la gran trayectoria de este multifacético instrumentalista, que por cierto, por esas épocas decidió alejarse de las grandes disqueras que nunca han sabido como “clasificarlo” para efectos de marketing, y se convirtió en artista “Indie”, un terreno en el que irónicamente, ha encontrado mayor éxito comercial y ha acrecentado su audiencia, que ahora está conformada por fans de varias generaciones, que verdaderamente aprecian su música.
“1,000 Years of Popular Music” (CD y DVD) es un material muy interesante, especialmente para aquellos que no están familiarizados con su música. Richard Thompson no es el artista convencional, que busca complacer audiencias o ganar premios y reconocimientos.
Más bien, es un trovador de la era moderna, que busca encontrarse así mismo a través de su arte, y es una especie de camaleón que se reinventa una y otra vez, siempre sorprendiendo a propios y a extraños con composiciones que tienen la magia de transportarnos a través de las ruinas del tiempo, con un sonido que no busca ni acepta etiquetas, pero que es capaz de hechizar los sentidos de aquellos que están abiertos a escuchar algo diferente, algo original, algo que solo se puede definir en dos palabras: Richard Thompson.
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