Blues, rock & roll y racismo
El blues es el lamento de los esclavos negros que adaptaron su herencia africana al entorno de la sociedad blanca de Norteamérica. Al pasar de los años, se convirtió en una fórmula musical que de manera orgánica, nunca ha dejado de experimentar cambios y permutaciones que han fincado la base del rhythm & blues, el jazz y el rock & roll.
“Se acostumbraba llamarlo boogie-woogie,
Se acostumbraba decirle blues,
Se le llamó rhythm & blues…
¡Hoy es el rock & roll!”
Chuck Berry
Lo dijo Muddy Waters: “El blues tuvo un hijo y le llamaron rock & roll”, pero ¿Qué es el rock & roll realmente? ¿Es un género musical?, ¿Es un ritmo? Lanzando esta pregunta al aire, seguramente recabaríamos cientos de respuestas totalmente distintas, pero solo hay una absoluta verdad: El rock & roll – aunque efectivamente es una forma musical- antes de eso, era una expresión coloquial usada en la comunidad afroamericana de los años 30´s y 40´s que significaba “hacer el amor”. La creatividad y el ingenio de un locutor de radio de los años 50´s, (en aquella época a los locutores de radio musical se les llamaba “DJ´s”), de nombre Alan Freed, lo llevó a utilizar esta frase para rebautizar al rhythm & blues y de esa manera hacer que la audiencia blanca pudiera escuchar este estilo de música a través de la radio.
Alan Freed
Previo a este suceso, Alan Freed comenzó su carrera en la industria de la radio como DJ en la estación WKST de New Castle, Pennsylvania, para posteriormente mudarse a Cleveland, Ohio, donde inició su propio programa en una estación independiente llamada WJW Radio Cleveland. Alan Freed era blanco, pero creció en la comunidad afroamericana, de hecho la gente que lo escuchaba a través de la radio pensaban que era afroamericano.
Su Programa se llamaba “The Alan Freed Moondog Show”, transmitía rhythm & blues, y estaba dirigido a la audiencia afroamericana, pero Alan Freed sabía que había un mercado inmenso de gente blanca que gustaba de esta música pero no podía captarlos por cuestiones raciales, así que su primera estrategia fue realizar su radio show en vivo, invitando a todos los jóvenes que quisieran asistir a conocer a sus artistas favoritos en persona.
La respuesta del público superó las expectativas de este experimento y de la noche a la mañana había una audiencia racialmente mixta, conviviendo y bailando al ritmo de estos sonidos cautivantes que enloquecían a la juventud sin importar el color de su piel.
El show creció a tal grado, que Alan Freed recibió una oferta de la estación WINS de Nueva York, para cambiarse con ellos y dejar WJW Cleveland. Alan Freed parecía estar cada vez más cerca de lograr su objetivo: llevar el rhythm & blues a los oídos de la juventud blanca de clase media, que tenían un mayor poder adquisitivo, pero que estaban limitados por una sociedad y un gobierno racista. Y así fue que cuando todo parecía marchar viento en popa, hizo su aparición un músico callejero de la ciudad de Nueva York, que era conocido como “Moondog” y tocaba free jazz en las avenidas y parques de la gran manzana, pero además resulta que tenía protegido su nombre artístico con derecho de autor, y amenazó a Alan Freed con demandarlo si seguía utilizando su nombre para el programa de radio.
Moondog
The Alan Freed Moondog Show en la estación WINS estaba en peligro, ya que como lo mencionábamos anteriormente, el artista callejero Moondog estaba decidido a demandar a Alan Freed por utilizar su nombre para un programa de radio, pero así fue como aquella frase añejada en la mente del aventurado locutor desde años atrás, finalmente tomó otra dimensión y bingo, el nuevo nombre del show sería “The Alan Freed Rock & Roll Party”, y ese fue el vehículo para llevar la música negra a la audiencia blanca.
Rock Rock Rock – Alan Freed Film 1956:
Ahora la costa este de la unión americana, estaba bajo la fiebre del llamado “Rock & Roll” y miles de jóvenes abarrotaban las tiendas de electrodomésticos para adquirir sus pequeños radios de transistores, esos aparatos revolucionarios que eran el medio más práctico y económico para escuchar Rock & Roll a cualquier hora del día y de la noche.
Al mismo tiempo, el movimiento por la defensa de los derechos civiles, ayudó de manera relevante para que la sociedad adulta de piel blanca, aceptara paulatinamente, que sus hijos escucharan esta nueva música proveniente de la comunidad afroamericana. La Suprema Corte de Justicia ordenó que desapareciera la segregación en las escuelas, en los sistemas de transporte y en general, en los lugares públicos, aunque bien vale la pena resaltar que este no fue un proceso fácil, ni mucho menos pacífico. La integración racial generó una reacción bastante violenta, especialmente por parte de los grupos de supremacía blanca que tenían más fuerza en los estados del sur.
Ace Carter, presidente del Consejo de ciudadanos blancos de Birmingham, atacó directamente al rock & roll, dando la siguiente declaración: “El rock & roll es en el fondo la música de los negros, pone de manifiesto la animalidad y la vulgaridad, y representa un complot para mestizar Norteamérica”. La revista Cashbox, publicó una carta editorial en la que afirmaba que el rock & roll era en realidad rhythm & blues, la música “sucia” de los artistas de color. En 1955 la estación WDIA de la ciudad de Memphis, se negó a transmitir la música de por lo menos 30 artistas afroamericanos y en abril de 1956, Nat King Cole fue severamente golpeado en el escenario, por un grupo de supremacistas de Birmingham, mientras daba un concierto ante un público racialmente mixto.
En 1958, el cantante Frank Sinatra, declaró ante el congreso de los Estados Unidos, que el rock & roll no era más que una forma horrible de expresión y etiquetó a todos los artistas de rock & roll como “cretinos imbéciles”. Incluso el artista afroamericano Sammy Davis Jr. declaró que si el rock & roll había llegado para quedarse, él estaba dispuesto a suicidarse, y por otra parte, algunas disqueras empezaron a contratar a artistas blancos para que copiaran esta música e incluso modificaban las letras de las canciones ya que las consideraban “ofensivas”.
Así pues, como podemos darnos cuenta, la evolución de la música negra en cualquiera de sus formas, su metamorfosis mercadotécnica para lograr el “crossover” a la radio comercial escuchada por la audiencia blanca, y la injusticia y el plagio artístico, representan el lado oscuro de la historia del blues, el rhythm & blues, el jazz y el rock, pero al final del día –afortunadamente- quién tiene la última palabra es el público, y el resultado es que la música no tiene barreras, aunque aún en estos días de la era moderna, exista gente que piense lo contrario.
Racism in America: Small Town 1950s Case Study Documentary Film: