Sesiones Desde la Cabina

Los Stones de Schrödinger

Ríos de tinta, y de material gráfico, han corrido desde hace décadas para hablar de una de las bandas más influyentes y poderosas en la historia del rock. The Rolling Stones, es una súper banda, son una leyenda viviente, para muchos son unos héroes, para otro tanto la banda es un modelo a seguir, y a sus más de 70 años -Jagger, Richards, Watts y Wood-, continúan disfrutando y gozando de la música y los escenarios como cuando comenzaron a tocar a finales de los años 50 y principios de la década de los 60 en Dartford, Kent.

Existe un elemento fundamental sin el cual, la famosa ola inglesa de los años 60 -que incluyó a bandas como los Stones, The Beatles, The Who, Eric Burdon and the Animals, Cream, The Yardbirds, entre un largo etcétera-, no se hubiera dado o quizá sí, pero de otra manera. Hoy me gustaría entrar en el terreno de la especulación y de la ficción, y lanzar una pregunta: ¿qué hubiera sucedido, qué hubiera pasado, si el blues y los bluesistas estadounidenses hubieran sido bien vistos y recibidos en su país; y esta música no hubiera llegado con tanta fuerza a los jóvenes británicos?

En los años 40 y 50 ya existía una escena muy fuerte y bien posicionada de bluesistas en Estados Unidos, nombres hay a borbotones, Wolf, Hooker, Waters, Berry (no necesariamente 100 por ciento bluesista, pero fue influencia determinante en muchos jóvenes británicos). Sin embargo, nuestros vecinos del norte bajo las presidencias de Truman, Eisenhower, Kennedy y Johnson, vivía y agudizada sus problemas de racismo entre blancos y negros. La música de los negros no podía ser escuchada por blancos y viceversa. Existen grandes excepciones, pero a nivel social, Estados Unidos estaba dividido.

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Los jóvenes estadounidenses como Robert Zimmerman, Brian Wilson -dos músicos y compositores que tuvieron su acercamiento y fijación con los británicos-, pese a que escucharon blues, éste género no los marcó de la manera como a sus pares británicos y en sus inicios en la música, son lejanos los sonidos del rock que ya se producían en Gran Bretaña. De lo contrario, quizá Bob Dylan hubiera tomado la guitarra eléctrica desde un principio y The Beach Boys, hubieran dejado de lado el surf para tocar My Generation.

Sin la importación de bluesistas estadounidenses a tierras inglesas, Jagger, Richards, Clapton, Page, Mayall, y un largo etcétera, no hubieran escuchado con tanta frecuencia el blues y quizá se hubiera desarrollado, mucho antes, el sonido de lo que ahora llamamos britpop.

¿Si Keith Richards y Mick Jagger no hubieran conocido el blues con tanta intensidad, se habría formado The Rolling Stones? La respuesta se asemeja mucho a la paradoja del gato de Schrödinger; existen 50 por ciento de probabilidades de que si se formaran y 50 por ciento de que no. Sin embargo, estoy seguro que eventualmente encontrarían el blues en su camino y más tarde que temprano tendríamos The Rolling Stones para rato.

Esta será la cuarta ocasión que la banda toque en nuestro país. La primera vez, fue hace ya 21 años, en 1995 cuando los trajo su gira Vodoolunge; tres años después volvieron con su gira Bridges To Babylon; y finalmente en 2006, cuando estaban en la promoción de su disco A Bigger Bang.

Ahora 21 años después de su primera visita a México y con su gira llamada Olé, The Rolling Stones están listos para nuevamente hacer historia en el Foro Sol en un concierto que además tiene como ingrediente extra, el hecho de que pueda tratarse de la última vez que los británicos toquen en nuestro país.