Editorial

Rumbo al quinto aniversario

Generalmente, cuando uno se encuentra en el camino de cumplir con un ciclo más al llegar a un nuevo año de vida o de celebración de algún importante acontecimiento, comienzan los pensamientos a centrarse en evaluar lo sucedido en ese ciclo que se consuma, obviamente, sin dejar atrás muchos de los momentos que lo acompañaron. Momentos buenos y malos se vienen a la memoria. El balance de la valoración de dichos momentos, da el juicio final si ha sido exitoso o no. Para el caso particular de la creación de Cultura Blues. La Revista Electrónica, proyecto de difusión del blues en México, surgido allá por el mes de mayo de 2011, puedo concluir absolutamente que la iniciativa ha sido exitosa. Sin embargo, falta mucho por hacer, mucho por lograr, pero mucho más por convencer. Difícil tarea.

¿Cómo convencer que cada músico y cada banda tiene sus propios objetivos? ¿Cómo meter en razón que el respeto al bluesero ajeno es la paz? ¿Cómo persuadir a renunciar a estereotipos del músico desobligado, bebedor y adicto? ¿Qué hacer para cambiar costumbres añejas de impuntualidad, bandas incompletas, desorganización al por mayor en los eventos, incluyendo aquí el palomazo obligado? ¿Cómo señalar que pararse en un gran escenario, con un proyecto musical mediocre, no es para apuntarlo en los momentos históricos destacados? ¿Cómo atinar a recordar que todas las bandas -reconocidas y no-, en el mundo, históricamente han tocado y tocan en diversos lugares, desde pequeños bares, cafés, restaurantes, etc., sin demeritar en nada su trayectoria?

¿Cómo instigar al susodicho sabelotodo que está en un eterno error, cuando basa su aparente éxito, comparándose continuamente con lo que, desde su punto de vista, otros hacen mal o dejan de hacer? ¿Cómo lograr que se olviden las envidias y se unan esfuerzos en puntos de acuerdo para lograr objetivos comunes? ¿Cómo caminar hacia una profesionalización?

Ya lo apuntaba nuestro estimado amigo Yonathan Amador, colaborador de esta revista en su reflexión contenida en su columna “Sesiones desde la Cabina” del mes de septiembre de 2015, al respecto de la profesionalización… “En principio, no trato de ver el concepto de profesional sólo como un músico al que le pagan por tocar, para mi va más allá de eso. Cuando digo profesionalizar, claro que debemos tomar en cuenta la paga -la tercera acepción de Profesional en el diccionario de la RAE, dice: ‘persona que practica habitualmente una actividad, de la cual vive’-, pero además debemos involucrar una parte fundamental en cualquier profesión, el compromiso. El compromiso, (tomarse en serio las cosas, pues), con nuestros actos, acciones y actividades nos puede dar ese carácter de profesional -quinta acepción de la RAE: persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación-, y aquí es en donde las bandas mexicanas adolecen un poco.

En efecto, el compromiso, es una de las claves en esto. Debe existir un compromiso de cada uno para hacer y dejar hacer. De hacerlo bien y mejor cada día. De respetar y ser respetado. De cambiar las malas por buenas costumbres. De ser objetivos y autocríticos. De reconocer y dejar ser reconocido. De exigir, pero también ofrecer. De caminar hacia adelante, acompañar y si es viable ir hacia una misma dirección. Difícil tarea, pero no imposible. Y si lo ven, no es tanto la cuestión musical, sino de actitud. Con una actitud positiva, el siguiente paso sería entonces ajustar algunos pequeños detalles en los asuntos sonoros y por supuesto, en los de difusión.

Continuando con el análisis de Yonathan, dice… “Entiendo las dificultades de los proyectos autogestivos, además de buscar espacios donde tocar, promover la banda, hacer relaciones, gestionar con instituciones, hacer logística, tienen que preocuparse por ensayar, montar repertorio y hasta componer. Pero creo necesario profundizar en los beneficios e importancia de tener grabaciones, deberían verlo como un elemento que permitirá mover, (hacer difusión), de mayor manera su proyecto; además también es imprescindible contar con una página de internet o perfil de Facebook y se debe contemplar material para prensa (press kit), que incluya datos generales y particulares de la banda, experiencia y su rider-técnico-.” Difícil tarea, pero no imposible. Hoy dejamos esto. Lo musical será para más adelante.

En el número 59, cuarta edición del 2016, tenemos el Editorial, “Rumbo al quinto aniversario”. Con una Portada y una entrevista súper especial en Huella Azul de un gran músico y amigo del proyecto, se trata de Eduardo “Lalo” Méndez; además conozca en esta misma columna, un proyecto nuevo e interesante: Blues Heart. Continúa la segunda parte de la Colaboración Especial de Sandra Redmond con “Blues en México, recuento de una década”. Hay sueños que se hacen realidad, ¿será el caso del tema tratado en Especial de Medianoche: “Buenavista Social Blues”?

Conozcámos a los nuevos habitantes del Salón de la Fama del Blues 2016 en Blues a la Carta. Cultura Blues visita, dos lugares por demás interesantes: “Foro Sol con The Rolling Stones” y “Estudio A del IMER con el Concierto: 10 años de Por los Senderos del Blues”. Dos Colaboraciones Especiales más con, “¿Quién lo dijo? 5” y desde Sudamérica noticias de una banda de rock & blues: “La Chicago”. Las sugerencias se extienden desde De Colección con “Un libro, un video y una recomendación online”, pasando por las décimas de Frino en Cortando Rábanos: “22 años en el camino”; por Los Versos de Norma: “Para mi amiga con amor”; hasta las destacadas columnas, Sesiones desde la Cabina: “Concierto histórico en momento histórico”; y Blues en el Reino Unido: “Notas sobre La Casa del Sol Naciente”. El número contiene un Suplemento muy musical: “Primer bimestre de blues contemporáneo”; y la acostumbrada Agenda.

 

Todo esto… ¡Rumbo al quinto aniversario!