Blues en el Reino Unido

Blues is not black. Parte 2

Antes de continuar con las siguientes partes de este texto, cuyo tema subyacente es que el blues es de todos y no sólo de los afroamericanos, quisiera resumir los principales puntos de la primera parte.

Afirmé que la raza del ejecutante es irrelevante; que pensar que el ‘verdadero’ blues es de los negros es finalmente un pensamiento racista; que el racismo es una manera de pensar simplista (y, para mí, ofensiva). En segundo lugar, afirmé que el blues, siendo una música que tocan muchas personas de diferentes contextos y lugares es algo que unifica a la gente en lugar de separarla, (que es el propósito del racismo). Tercero, comenté que el blues tiene otras raíces que no provienen del continente africano. Finalmente, que el blues no es un producto racial, sino música que en sus primeros días se transmitió de persona en persona dentro de un contexto social, muy lamentablemente racista.

Esclavitud

Otra hipótesis que quisiera refutar es la que dice que era la esclavitud la que produjo el blues, que viene con el argumento paralelo de que, si no era la esclavitud, entonces era la pobreza la que produjo el blues, – la pobreza de los afroamericanos después de haber estado liberados. En breve, voy a argumentar que ni la esclavitud (aquí), ni la pobreza (próximamente), explican el surgimiento del blues. Mucha gente ha sido pobre; mucha gente ha sido esclavizada, y sólo una vez se dio el blues.

Es clarísimo que la esclavitud y tener ascendencia africana son factores inseparables de las vidas de muchos de los ancestros de los que forjaron el blues y es innegable que la pobreza, entre otros problemas graves que siguen hasta la fecha entre sus descendientes discriminados, es un tema importante en canciones de blues, pero no es suficiente para explicar por qué surgió y prosperó el blues en el sur de los Estados Unidos en el siglo XX ya que ambos males existieron con tanta abundancia y en tantos lugares que no eran semilleros del blues.

Mi argumento sigue siendo que el blues surgió gracias a una situación social particular en el sur de los Estados Unidos, cuando a estas circunstancias particulares se añadieron los esfuerzos y creatividad de personas específicas, aunque no siempre identificadas.

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Este no es una de estas situaciones en donde el ambiente histórico significa que, si fulano no lo hubiera hecho, mengano lo habría creado. Es la historia de un arte, no es un paralelo de, por ejemplo, la historia política.

La historia de la esclavitud es larga, extensa y sobre este tema abundan muchas creencias falsas. En la historia del ser humano antes del siglo XVIII es difícil encontrar una sociedad que no haya tenido para nada esclavos. Que se prohibía esclavizar a ciertos sectores de la población era lo más común.

En origen, las palabras ‘slave’, esclavo etc., vienen del pueblo de los eslavos, los que habitaron Yugoslavia, la tierra de los eslavos del sur, por la simple razón de que de allí vinieron la mayoría de los esclavos.  Pero voy a pasar por alto a la larga historia de la esclavitud en África que durante siglos llevaba tantos esclavos al medio oriente por medio de las rutas que cruzaban el Sahara y el Mar Rojo, o que los llevaba a los mercados de esclavos en Zanzíbar u otros puertos swahili, o bien surtía a los mismos mercados africanos.

Voy a ignorar la larga historia de los piratas de la costa Bereber cuyas empresas de esclavitud, además de la costa atlántica de África, atacaba con frecuencia a las costas de España y Portugal, llegaba a Irlanda y hasta Islandia. Voy ignorar la historia de esclavitud en China que duraba hasta el último emperador.

Igualmente voy a ignorar la amplia historia de la esclavitud de los mexicanos, aquí en México – sea en las plantaciones de tabaco en Valle Nacional, o en la producción de henequén en Yucatán, para sólo dar dos ejemplos, (véase México Bárbaro de John Kenneth Turner, un periodista izquierdista norteamericano que se hizo pasar por un inversionista para conocer la explotación de los mexicanos), además ignoraré su paralelo en Brasil, la esclavitud de los Tepani.

Pasaré sin mencionar la esclavitud de personas irlandesas en las plantaciones de algodón, tabaco y azúcar en Estados Unidos, e ignorando por completo a todo el comercio de esclavos actual, (entre 27 y 30 millones de personas, según la ONU, con un valor anual de $35 billones de dólares), voy directo a proporcionar unos datos importantes sobre el comercio de esclavos desde África del Oeste hasta el Nuevo Mundo, porque es la esclavitud aquí que interesa a un músico de blues, y se toma el Nuevo Mundo como sinónimo de todo el sur de los Estados Unidos.

Con toda razón se han escrito mucho de los horrores del comercio transatlántico de esclavos. Es realmente difícil, yo diría francamente imposible, captar la inmensidad de tanta crueldad, su inmoralidad a un nivel monstruoso, la cantidad de muertes, (probablemente 1’500,000), y el sufrimiento inmedible de los esclavos. Sin embargo, este parte del comercio en esclavos es a menudo menos entendido de lo que debería ser.

“Recordaremos la guerra que peleó Texas por su independencia de México, (hoy en día recordado por los gringos como algo heroico peleado por Davy Crockett y unos cuantos valientes en El Álamo), manipulado por el gobierno de Estados Unidos (naturalmente), el sentimiento difundido de los tejanos era que resultaba imposible trabajar sus inmensas propiedades sin esclavos y – ya que la ley en México, desde sus inicios con el padre Miguel Hidalgo y Costilla hasta el Plan de Iguala de 1820, prohibía la esclavitud, – había que independizarse. Tan pronto como se pudo, logrando su independencia de México, la República de Texas hizo legal la esclavitud en 1836.”

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Imagen: La Batalla de El Álamo – www.donquijote.org

En primer lugar, la mayoría de los esclavos africanos no eran transportados a los Estados Unidos. El principal destino era Brasil. Los porcentajes de esclavos traídos desde África hacia el Nuevo Mundo se han estimado como se indica a continuación:

Destino Porcentaje
América Portugués – Brasil 38.5%
América Británica (excluyendo a América del Norte) 18.4%
Imperio Español 17.5%
Las Américas Franceses 13.6%
América del Norte Británica 6.45%
Américas Inglesas 3.25%
Caribe Holandesa 2.0%
Caribe Danesa 0.3%

“Basado en los registros de 27,233 viajes que salieron con el propósito de obtener esclavos para las Américas. Stephen Behrendt (1999). ‘Transatlantic Slave Trade. Africana: The Encyclopedia of the African and African American Experience. New York: Basic Civitas Books. ISBN 0-465-00071-1.´”

En un siglo los esclavos eran de una parte de África, (los Wolof de Senegal y Gambia), en el siglo siguiente eran Bakongo, raptados de sus pueblos en el Imperio del Kongo en el norte de Angola y las actuales República del Congo y República Democrática del Congo.

En la canción “Dust My Broom” se canta:

I don’t want no woman, want every downtown man she meets,

I don’t want no woman, want every downtown man she meets,

She’s a no-good doney, they shouldn’t allow her on the street.

La palabra despectiva “doney” tiene raíces en una palabra Bantú para una mujer floja, con la sugerencia de que, en lugar de trabajar duro, trabaja acostada sobre su espalda para ganarse la vida. Se notó que la palabra no es Wolof, sino Bantú. Los Wolof ya habían estado incluidos en las casas como sirvientes confiables, mientras los Bantú aún trabajaban en los campos, y por ende conservaban más de su cultura, su cocina, su modo de hablar, baile, arte y música.

Dust my broom – Emore James

Es evidente que las tradiciones de música africana no dieron lugar al blues en todos estos otros países, (que enfáticamente no es para decir que no hay buenos músicos de blues en el Caribe o en América del Sur, y en Brasil en particular), a pesar del mayor número de afroamericanos llevados allí esclavizados. Para explicar el blues, forzosamente habrá que buscar otra teoría o una más compleja, que reconoce sus múltiples fuentes y así mostrarse conforme que no es ni la propiedad privada ni la tradición exclusiva de un sólo grupo de personas.

Otro dato histórico que no se debe olvidar es que los Estados Unidos no es un país homogéneo. Al hacer mis investigaciones para esta sección me sorprendió aprender que una ley promulgada en 1685 por el Rey Sol, Luis XIV de Francia, había dado lugar a un mucho más alto porcentaje de negros libres en Luisiana y Nuevo Orleans (13.8%), que en Mississippi (0.8%) al otro lado del rio.

Es muy conveniente y común echar la culpa al hombre blanco, – y especialmente popular echarla al anglosajón, así se puede enfocar mejor el horror que se siente ante la esclavitud, pero los hechos reales no se empalman cómodamente. Explican algo, pero ignoran demasiados otros hechos, entre los cuales figura necesariamente, que era labor de su vida de un inglés, William Wilberforce, que impulsó la ley de 1833 que puso fin a la esclavitud en casi todo el imperio británico logrando así la meta de un movimiento que en parte tuvo sus inicios en 1783. La importancia de esta ley y la ley en contra del comercio de esclavos de 1807, no reside tanto en la transportación de esclavos hacia las plantaciones de dueños ingleses – las colonias que los recibían eran franceses, españoles, holandeses, portugueses también – sino que para entonces los barcos que trasladaban los esclavos eran predominantemente ingleses, ya no portugueses desde hace un siglo.

La esclavitud en Estados Unidos, como en otros lugares, dio lugar a una superioridad e inferioridad de poder y estatus económicos. Un comentario que me parece que vale la pena de considerar es que era fortuito la proveniencia y por lo tanto la negritud de los esclavos, porque la esclavitud es un fenómeno esencialmente económico: no era racismo que condujo a la esclavitud de los afroamericanos, sino que el racismo es la consecuencia de la esclavitud. En todas partes, el clasismo y el racismo van de la mano.

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Imagen:  www.20minutos.es

Ver animación… The Atlantic Slave Trade in Two Minutes