Especial de Medianoche

Robert Johnson: la encrucijada de su imagen

A las dos imágenes oficiales que tenemos de Robert Johnson, sin duda el Rimbaud del blues, se han agregado otras tres fotos que llevan tras de sí la suspicacia sobre la veracidad de la persona retratada. La primera que generó controversia fue aquella difundida en 2005 en donde aparece un espigado músico ataviado con sombrero y arnés en el cuello, en el momento justo de pulsar una guitarra. Por registro tiene el año de 1942 y en realidad pertenece a una breve película de varios minutos tomada en una arteria de Ruleville, Mississippi, colmada de habitantes negros en una especie de mercadillo con la particularidad de que, en cierto ángulo, emerge la fugaz presencia de lo que podemos calificar como un bluesman itinerante.

La simple posibilidad de que el músico errante que aparece cinco segundos en esta brevísima cápsula de índole documental fuera Robert Johnson, causó revuelo mundial, sobre todo porque echaría por tierra la célebre noticia de su muerte y la fecha en que dicen que ocurrió, cinco años atrás, en 1937. Es costumbre habitual que cuando alguna celebridad muere en condiciones extrañas surjan de pronto hipótesis de todo tipo, desde que el deceso fue mentira hasta que aún sigue vivito y permanece oculto en algún sitio remoto y alejado de las cámaras.

En Johnson se cumplían algunos de éstos rasgos, recordemos inclusive la existencia de dos tumbas distintas que indicaban en su lápida y registros, albergar los restos mortales del famoso guitarrista del Delta. El hecho de que el misterioso músico fotografiado tocara la armónica tampoco es extraño.

Muchos nativos pobres de esta región estadunidense iniciaban el contacto con la música precisamente con los instrumentos más accesibles y a la mano, la armónica, por ejemplo, aunque después desarrollaran gustos por otra clase de objetos. A Muddy Waters le ocurrió exactamente lo mismo.

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Rápidamente una legión de expertos inició arduas discusiones, con vastas pruebas y argumentos contundentes, para echar abajo dicha hipótesis. Fue necesaria una convención en la cual participó, ni más ni menos, que el hijastro de Johnson y también guitarrista de blues, Robert Junior Lockwood, para poner en claro que el músico errante que aparece en el filme no es el autor de Love in Vain, tampoco se le parece en los rasgos físicos y mucho menos pudo haber coincidido en aquella romería puesto que ya para entones reposaba cinco metros bajo tierra.

La segunda fotografía se dio a conocer, aproximadamente, en 2011, en ella observamos a dos distinguidos personajes vestidos con traje y sombreros de ala ancha, pero uno de ellos, el de la izquierda, aparece cargando una guitarra de modelo parecido a aquella Gibson L-1 de cuerpo pequeño que solía utilizar Robert, con dedos largos y delgados y un rostro afilado que ciertamente corresponde al tipo de cara del que suponemos correspondió a Johnson.

Otra vez medio centenar de expertos comenzaron la investigación concluyendo, de nuevo, que el personaje analizado tampoco era el famoso autor que hizo un pacto con el señor de los avernos en el cruce de las carreteras 61 y 49, en el poblado de Clarksdale; sin embargo, la organización llamada Robert Johnson Foundation se ha mostrado escéptica con dichas conclusiones, guardando un silencio que muchos interpretan como aval para la autenticidad de la imagen, que en el estilo corresponde a esas fotografías de estudio tan usadas por los artistas en las décadas treinta y cuarenta del siglo pasado.

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Y llegó entonces la última de las imágenes acreditadas a Johnson, hasta la fecha. “La nueva foto en la que aparece tiene unas dimensiones de 7×5 centímetros y en ella observamos al propio Johnson a la izquierda, su esposa Calletta Graft en 1931, la casera del músico Estella Coleman y su hijo Robert Lockwood”, informó un escueto reporte de prensa en 2013. A la fotografía la encontraron por casualidad aquél año, al estar limpiando un viejo escritorio en el pueblo de Pensacola, Florida. Como es costumbre la sometieron a infinidad de pruebas, ésta vez contando con el importante aval de la familia del hijastro de Robert, el ya citado Lockwood quien murió en el 2006, y también de connotados especialistas, entre ellos Lois Gibson, “reconocida por su labor a identificar con sus retratos robot miles de delincuentes y artistas en este caso segunda vez a Robert Johnson”, cita el reporte.

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Hoy, a más de tres años de su descubrimiento y de profunda investigación, se da como un hecho de que la imagen sí corresponde al Rey de los Cantantes del Delta del Mississippi, el revolucionario de la guitarra en estilo country blues, el satánico Robert Johnson, aunque la última palabra siempre la tendremos sus millones de fanáticos en el planeta porque, siendo quisquillosos, ahora sí que “abogados del diablo”, solamente observamos la mitad de su cara, la mano derecha obstaculiza una buena porción del rostro, y luego esos ojos, ¿de verdad ustedes consideran que la forma de esos ojos es idéntica a aquellas dos imágenes anteriores y aceptadas? Se da por sentado que el ojo izquierdo era de un tamaño menor al otro. ¿Entonces? Yo al menos tengo mis dudas. ¿Hey mister devil where are you?