Segundo Festival de Blues en México. 1979
Auditorio Nacional 1979
Noviembre 1 – 20:00 hrs.
BLIND JOHN DAVIS Y SU PIANO DE BLUES Y BOOGIE WOOGIE
WILLIE DIXON Y CHICAGO BLUES ALL STARS
MUDDY WATERS Y SU BLUES BAND
Noviembre 2 – 20:00 hrs.
SON SEALS Y SU BANDA DE BLUES
KOKO TAYLOR Y SU MÁQUINA DE BLUES
WILLIE DIXON Y CHICAGO BLUES ALL STARS
Noviembre 3 – 20:00 hrs.
SON SEALS Y SU BANDA DE BLUES
BLIND JOHN DAVIS Y SU PIANO DE BLUES Y BOOGIE WOOGIE
MUDDY WATERS Y SU BLUES BAND
Noviembre 4 – 12:00 hrs.
SON SEALS Y SU BANDA DE BLUES
KOKO TAYLOR Y SU MÁQUINA DE BLUES
WILLIE DIXON Y CHICAGO BLUES ALL STARS
Noviembre 4 – 17:30 hrs.
BLIND JOHN DAVIS Y SU PIANO DE BLUES Y BOOGIE WOOGIE
KOKO TAYLOR Y SU MÁQUINA DE BLUES
MUDDY WATERS Y SU BLUES BAND
Muddy Waters cautivó en el Segundo Festival de 1979, en el Auditorio Nacional
Para el Segundo Festival de Blues en 1979 llegó por primera y única vez Muddy Waters, pero al frente repetía Willie Dixon, y complementaban el cartel la recién desaparecida Koko Taylor, “Blind” John Davis y Son Seals.
Sin duda uno de los mejores programas en la historia de estos festivales, pues reunir a todos estos excepcionales músicos no era sencillo, pues se trataba ya de músicos consagrados y leyendas que llevaban más de medio siglo tocando el blues como “Blind” John Davis, quien pese a su edad y su invidencia brindó una actuación memorable tocando boogie woogie y blues de la mejor manufactura.
Koko Taylor se desgarró el alma en el escenario del Auditorio Nacional, su fuerza y sentimiento interpretativo dejaron con la boca abierta a los más de 8 mil asistentes en cada uno de los recitales, que en su totalidad fueron 5 magníficos conciertos, celebrados del 1 al 4 de noviembre.
Koko entonó sus versiones a clásicas como “Wang Dang Doodle” con una furia y potencia descomunales que hicieron vibrar las entrañas de cada uno de los asistentes, en su mayoría jóvenes ansiosos de abrevar blues a cucharadas, parafraseando a Willie Dixon, y vaya que el público mexicano se despachó con la cuchara grande escuchando a todos estos legendarios músicos.
Son Seals también se prodigó ante ese público generoso que ha sido el de esta capital. De Willie Dixon, se ha dicho tanto y tan elogioso que resulta complicado hallar palabras para describir su aporte no sólo a estos festivales, sino a toda la grandeza del género seminal por excelencia de la música contemporánea.
La sola presencia de este corpulento artista llenaba el amplio escenario, pero no por su físico, sino por su talento y carisma que de inmediato arrancaba el aplauso del respetable, y al pulsar su contrabajo la banda de la Chicago Blues All Stars cobraba un brillo especial. Willie cantaba y pulsaba además el contrabajo con una solvencia sorprendente.
Willie Dixon en México
Llegó el turno para el inenarrable Muddy Waters, maestro del slide, virtuoso del feeling y el canchondeo en escena. La banda ya lo esperaba ansiosa de escuchar su cascada voz de carretonero labrada en los campos del Mississippi y los ghettos de Chicago.
Y de inmediato ya estaba interpretando “Hoochie coochie man”, el Auditorio parecía colapsar de euforia. Continuó con otra clásica y entonó “Baby please don’t go”, la cual fue acompañada por un coro de unas 8 mil gargantas que acompañaban al Gran Mojo en su delirio blusero.
Muddy Waters en México
Cerca del final estremeció con “Long distance call”, con la cual sacó a relucir el slide y arrancó notas que taladraban furiosamente los tímpanos de la raza plenamente encendida. El clímax estaba cerca y se dio al iniciar el machacante sonido de “Manish boy”, y aquello era un anárquico concurso de gritos, chiflidos y bailoteo endemoniado y demoledor.
Arturo Olvera Hernández