Sesiones Desde la Cabina

Monk y Gillespie: el centenario del Bop

A las víctimas y damnificados del 19S.

Como fan del be bop me tomaré la libertad de realizar la siguiente analogía. Si bien existen grandes exponentes de esa corriente del jazz, Charlie Parker, Dizzy Gillespie y Thelonious Monk son, para mi, la Santísima Trinidad del bop. Y este mes celebramos el centenario del nacimiento de dos de esos personajes, sin cuya existencia la historia del jazz se contaría de manera diferente.

Las Carolinas (Norte y Sur), en Estados Unidos, vieron nacer el mismo mes y año a Thelonious Monk (10 octubre 1917) y a John Birks “Dizzy” Gillespie (21 octubre 1917), dos hombres y nombres esenciales en la historia del jazz de mediados del siglo XX.

“El estilo de nuestra música se basaba en la forma en la que él (Charlie Parker) tocaba. Yo aportaba algo de armonía y sentido rítmico; Monk daba la armonía y Kenny Clarke creaba el ritmo. Desarrollábamos todo eso para acompañar la música”. Dizzy Gillespie.

Con personalidades tan distintas entre sí -Monk introvertido y Dizzy extrovertido-, ambos jazzistas lograron crear tanto juntos como por separado una reputación que se convirtió primero en inspiración para los músicos más jóvenes y posteriormente en leyenda; cada uno desarrolló su estilo y creó su universo musical, para disfrute nuestro.

“Thelonious Monk no sólo es el más grande compositor del jazz moderno… es el más grande compositor desde Bartok”. Comentario en periódico alemán, publicado entre 1960 y 1961.

Thelonious Monk (Mount, Carolina del Norte), desde pequeño estuvo al frente de un piano y su primer trabajo fue tocando para la iglesia evangelista. Su familia se mudó a Nueva York cuando Monk no había llegado siquiera a los 6 años de edad, y fue en la gran manzana en donde desarrolló todo su potencial. Luego de tocar para fiestas, en donde conseguía dinero para pagar el alquiler, a inicios de los años 40 ingresó a la escena profesional del jazz de la mano de Bud Powell (amigo cercano), quien lo animó para tomar un trabajo en el Minton’s Playhouse, ubicado en Harlem, lugar en el que se forjó el sonido bop.

A partir de ese momento, la exploración musical, que ya había comenzado dentro de Monk, continuó y no se detuvo durante las siguientes décadas. Un estilo adelantado a su época, con variantes rítmicas, disonantes, poco valoradas e incomprendidas en su momento. “La música de Monk no es sencilla, sin embargo no es totalmente inaccesible” comenta Dick Katz, pianista, jazzista y escritor; y añade “Monk es el pasado, presente y futuro, todo al mismo tiempo”. La historia le han hecho justicia.

“Toca a tu manera. No toques lo que el público quiere, toca lo que tú quieres y deja que el público elija, incluso si les toma quince o veinte años”. Thelonious Monk.

Además de las icónicas grabaciones a lado de Parker y Dizzy; Monk -con su barba, sus boinas y sombreros-, trabajó con músicos como Coleman Hawkins, un joven Miles Davis, Art Blakey, John Coltrane, por mencionar sólo cuatro nombres. Si bien Monk había grabado temas a piano solo en sus discos, con Thelonious himself (1957) y Thelonious Alone in San Francisco (1959), hizo gala de su virtuosismo al tomar sus temas y los de otros, y llevarlos a niveles superiores.

“Cualquiera puede tocar algo con acordes deslumbrantes y hacerlo sonar mal. Lograr que suene bien no es sencillo”. Thelonious Monk.

Thelonious al igual que Charlie “Bird” Parker tuvo problemas de adicciones; en los años 60 realizó diversas y extensas giras por Europa; en febrero de 1964 fue portada de la revista Time, hecho que sólo han conseguido jazzistas como Louis Armstrong, Dave Brubeck, Duke Ellington y Wynton Marsalis. En 1976 se presentó en el emblemático Newport Jazz Festival, fue su última presentación. Posteriormente se alejó de la vida pública hasta su muerte en 1982, dejando tras de sí el misterio de sus últimos años de vida.

“Es posible que haya gente que no me conozca y no conozca mi música. Pero una vez que doy rienda suelta a mis mandíbulas, el mundo se entera”. Dizzy Gillespie.

La otra Carolina, la del sur, fue la que vio nacer a John Birks Gillespie (Cheraw, Carolina del Sur). Al igual que Monk, Gillespie tuvo contacto con la música desde muy pequeño, formaba parte de una orquesta y su casa era la bodega de los instrumentos por lo que a los diez años ya había explorado varios de ellos, pero se decantó por la trompeta. Quedó huérfano de padre, de quien se dice recibió duros tratos y reprimendas, consiguió una beca para estudiar en el Instituto Laurinburg, una escuela de agronomía en Carolina del Norte, que abandonó en 1935 para seguir por el camino de la música.

De las Carolinas se mudó a Filadelfia, en donde se unió a la banda de Frankie Fairfax -en donde por cierto, gracias a su humor y su peculiar forma de ser recibió el mote de Dizzy-, y dos años después a la de Teddy Hill, con quien realizó sus primeras grabaciones .

A finales de los años 30 e inicios de los años 40, se integró como trompetista solista en la orquesta de Cab Calloway, quien no veía con buenos ojos las bromas y sentido del humor de Dizzy. Esa relación concluyó de manera abrupta y algo violenta, existen versiones sobre lo acontecido. Una de ellas habla de un papel ensalivado que impactó en la cabeza de Calloway, la presunción de que había sido Gillespie, un cuchillo que habría sacado el trompetista y una herida sobre Cab fueron el sello de una relación musicalmente buena, personalmente desagradable entre ambos personajes.

La década de los 40 es emblemática en la historia del jazz. Ya he hablado de la trascendencia de Dizzy sobre el be bop, bien, en esa década Dizzy conoció a Parker, Monk y la mayoría de los músicos que formaron parte del movimiento. Sin embargo, otro aspecto por lo que Dizzy pasó a la historia es por ser el padre de lo que se conoce en Estados Unidos como latin jazz, es decir la incorporación de elementos de música afrocaribeña a la improvisación del jazz o lo que él denominó Cubop.

Para 1947 Dizzy era ya un trompetista conocido y reconocido. Luego de realizar giras con su propia banda y tocar a lado de músicos como Ella Fitzgerald, Coleman Hawkins, Sarah Vaughan o el mismo Duke Ellington, Gillespie se juntó con el percusionista cubano Chano Pozo (1915) con quien compuso el memorable y versionado “Manteca”, además de “Cubana be, Cuabana bop” o “Guarichi Guaro”, temas que llevaron al jazz por nuevos caminos, explorados por músicos latinos y estadounidenses en las siguientes décadas.

“Your politics oughta be a groovier thing, so get a good president who’s willing to swing. Vote Dizzy! Vote Dizzy!”. Lema de la campaña presidencial de Dizzy.

Jean Gleason, esposa del crítico de jazz Ralph Gleason y Ramona Crowell, seguidora de la música de Dizzy, fueron quienes idearon la campaña de Gillespie a la presidencia de Estados Unidos en 1964. Dizzy lo tomó con humor e incluso ya había repartido algunos de los puestos entre sus amigos músicos: Miles Davis sería director de la CIA; Monk, Embajador Plenipotenciario de la Vagancia; Louis Armstrong, Secretario de Agricultura, por ejemplo. Posteriormente el propio Dizzy explicó por qué aceptó participar en esta aventura política, la respuesta fue sencilla: las ganancias de las ventas de souvenirs (mercadotecnia) fueron a parar al Congreso para la Igualdad Racial (CORE) y para la Conferencia Sureña de Liderazgo Cristiano, cuyo presidente era Martin Luther King, Jr. Es decir, Dizzy tuvo una clara y activa participación en la defensa de los derechos civiles.

“Buscaba la forma de resaltar las notas más bellas. Cuando tarareas sale natural: ‘be-bop, be-de-bop”. Dizzy Gillespie.

Durante muchos años Dizzy tocó con una trompeta con la parte delgada de la campana de su trompeta doblada, existen dos versiones al respecto, que fue un accidente, que alguien se sentó sobre ella, la dobló y a Dizzy le gustó el sonido, y la otra es que durante algunas de sus giras por Europa, cuando comenzaba su carrera, vio a un trompetista británico con un dobles similar y lo quiso imitar. A estas alturas da igual, Gillespie al igual que Monk, ambos por sus aportaciones, genio, talento y visión son parte de la historia del jazz.

Dentro de sus giras, tanto Monk como Dizzy pisaron suelo mexicano y dieron sendos conciertos en el Palacio de Bellas Artes, el primero fue Gillespie quien ofreció un concierto el 6 de noviembre de 1962 y Monk hizo lo propio el 31 y 31 de julio de 1971, documenta Alberto Zuckerman en su libro “El jazz en el Palacio de Bellas Artes. 1962 – 2011”.

Dizzy y Monk – Monk y Dizzy, dos espíritus distintos llenos del mismo genio creativo que los hizo trascender en la historia del jazz, hasta convertirlos en leyendas.

@YonAmador (Twitter)

/SincopaBlues (Facebook)

@SincopaBlues (Instagram)

sincopablues@gmail.com