El festival que no pudo ser
No había mejor plan para celebrar su sexagésimo cumpleaños. Se trataba de 6 décadas de vida, había que celebrarlo como se debe, y qué mejor manera que llevarlo a un festival de blues -uno de sus géneros musicales favoritos-. ¡Se ponía mejor!, en él se presentaría su ídolo John Mayall, tenía en sus manos boletos VIP, además de un boleto para una MasterClass con Charlie Musselwhite. No había mejor plan para que Denisse y sus hermanos festejaran a su papá. En abril del año pasado habría tenido lugar el Festival Internacional de Blues y Música Afroamericana, también conocido como “Grooves and Blues Guadalajara”, que como comentamos en noviembre pasado en el texto “Los Lobos aullarán en Guadalajara” (https://www.culturablues.com/2017/11/los-lobos-aullaran-guadalajara/), sufrió una cancelación – posposición de abril para noviembre, y que finalmente fue cancelado definitivamente, con todas sus consecuencias.
Luego de que en abril la empresa organizadora Qüattro Producciones pospusiera el concierto, argumentando problemas con los patrocinadores, Denisse como muchas otras personas, decidió conservar sus boletos pese a que se había bajado del cartel a John Mayall y se habían subido a Los Lobos. La emoción -reconoce Denisse- ya no era la misma, pero el hecho de poder ver y escuchar a los demás bluesistas, no era tan malo. La decepción total vino en noviembre con su cancelación definitiva. Desde entonces algunas personas que compraron sus boletos directamente con Qüattro Producciones no han podido recuperar sus boletos; los vendidos por el sistema Ticketmaster, al parecer ya fueron devueltos. Como el caso de Denisse, este espacio conoce otros más y peores. Ella vive en Guadalajara e invirtió tres mil 800 pesos en tres boletos VIP, más 800 pesos de la Masterclass, un total de cuatro mil 600 pesos.
Sin embargo, José Luis de la Ciudad de México, fue el samaritano que reunió el dinero de varias personas, que desde la capital del país querían acudir al festival, y es la fecha que tampoco ha podido recuperar los, alrededor de trece mil pesos que se pagaron por boletos, sin contar con el dinero perdido en pasajes de avión y hospedaje.
Desde que leí la presentación del festival y sus objetivos en la información que envían a los medios de comunicación, supe que era un proyecto cultural demasiado ambicioso y así lo reconoce en entrevista, María Sara González, organizadora del festival y directora de Qüattro Producciones. Pese a que la productora ya había trabajado en la organización de otro tipo de eventos y conciertos, ésta era la primera vez que lo hacían con el Blues. Luego de hacer encuestas con gente del medio bluesero y platicar con diversas personas, fue que decidieron María Sara y sus dos socios -los cuales ahora, asegura, la han dejado con los problemas-, iniciar la planeación de un festival de Blues con un cartel tan atractivo como arriesgado: 21 grupos, dos escenarios, una exposición, clases magistrales. En papel se lee padrísimo, pero requería de mucho trabajo y esfuerzo, al final salió pésimo.
Encontrar patrocinadores para el Blues es muy difícil, comenta María Sara González, además no hay apoyo ni del gobierno ni del sector cultural para el género, remata. En su experiencia, se dio cuenta de que el medio bluesero “no era tan grande como pensaba”, no obstante, prosiguió con el plan. La meta mínima de venta de boletos que requerían rondaba los tres mil, tan solo consiguieron colocar 550. Errores en la organización, en la difusión, el poco interés de patrocinadores, o de la gente, quizá un poco o mucho de cada cosa terminaron por dar al traste al festival. “Fue muy triste porque fue mucho tiempo, mucho esfuerzo perdido (un año de trabajo, comenta). Nosotros perdimos mucho dinero (más de un millón de pesos) tanto en abril como en noviembre… y bueno sí dijimos, esto se va a perder, pero si lo hago a pesar de, con tan poquitos boletos, vamos a perder muchísimo más”, explica sus razones María Sara.
Todos estos problemas de ventas y de patrocinadores ¿no fueron una señal como para replantear el festival? Lo que intentamos en su momento fue decir vamos metiendo una banda que conozca más la gente, que no sea nada más de Blues, que sea leyenda como Los Lobos, para poder captar otro mercado, responde María Sara. Sin embargo, el cambio poco efecto les resultó, ya que luego de la cancelación de los conciertos de abril, no se vendió un boleto más, reconoce la organizadora. De los 550 boletos, poco más de 100 fueron vendidos directamente por Qüattro Producciones, se trataba básicamente de las entradas VIP con un costo de mil 500 pesos. Hasta la fecha, asegura María Sara González, se ha hecho el reembolso de alrededor de la mitad, con un monto aún por devolver de entre 50 y 70 mil pesos, que estima terminar de pagar en febrero.
Son varias las personas que además de la frustración por no poder cumplir sus planes o sueños de ver y escuchar a sus bluesistas favoritos, como Denisse y José Luis, se le suma un estado de malestar por no saber si fueron timados o si podrán ver su dinero de vuelta. “Paciencia, yo se que están molestos, -responde María Sara González, al preguntarle por los reembolsos-, tienen toda la razón de estar molestos, entiendo la situación, pero les pido un poquito de paciencia”. A veces por hacer un bien hacemos un mal, como fue “Grooves and Blues Guadalajara”, que terminó con músicos y público enojado y una pésima experiencia para los bluesistas internacionales que fueron invitados. México, principalmente la Ciudad de México, tiene una amplia y exitosa historia de festivales internacionales de Blues, como ya lo hemos escrito, esperemos que este mal sabor de boca pase pronto, se devuelva el dinero a los afectados y podamos dar vuelta a la página, sin olvidar los errores para que no se vuelvan a cometer.
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