Editorial

“Tell my friend boy Willie Brown”

Mi chompa, mi carnal, mi enemigo.

14 de febrero, ¡día del amor y la amistad!… Ajá… otra vez: chocolates, globos rojos, ositos de peluche, cojines en forma de corazón, frases emotivas y profundas como: “Te quiero porque me dejaste” (o peores de cursis), en fin, estas representaciones fortalecen la imagen del amor romántico, esa la cobertura agridulce de todo y que motiva la conformación incesante de parejas, el erotismo, la poesía romántica, los matrimonios, la concepción de niños (lo cual es muy esperanzador para este mundo) y, por supuesto, el enriquecimiento de los comerciantes; al final de cuentas la especie tiene que perpetuarse (la humana no la de los comerciantes, ¡eh!). Y ¿para las amigas y amigos?: una paletita con un pegote en forma de corazón o un “guatsap”, para el grupo de chat y ¡ya!

Decir amigo

es decir, lejos

y antes fue decir adiós.

Y ayer y siempre

lo tuyo nuestro

y lo mío de los dos.

 Joan Manuel Serrat (1974) 1

En estos días se va a hablar mucho del amor y sus infinitas manifestaciones, en este número Cultura Blues deja a otros la exaltación del amor erótico y sus representaciones, para reflexionar sobre el otro personaje mencionado o invocado en esta fecha: las amigas y los amigos, y su importancia en el proceso creativo al interior de grupo que tiene una propuesta musical. Pregunta: ¿Qué sería de una banda sin la amistad?

Empecemos con un punto de vista científico:

“Tras alcanzar la elección de objeto heterosexual, las aspiraciones homosexuales no son, como se podría pensar, canceladas ni puestas en suspenso, sino meramente esforzadas a apartarse de la meta sexual y conducidas a nuevas aplicaciones. Se conjugan entonces con sectores de las pulsiones yoicas para constituir con ellas…, las pulsiones sociales, y gestan así la contribución del erotismo a la amistad, la camaradería, el sentido comunitario y el amor universal por la humanidad.”

Sigmund Freud 2

¿¡Qué!?

¡Esto suena muy complicado! Sin caer en pánico vamos a sacarle provecho a estas ideas, para Freud la amistad es el producto de la reorganización de las pulsiones, que hasta antes del periodo del Complejo de Edipo son autoreferentes al Yo del niño; pero, en cuanto este cachorro humano se separa poco a poco de la protección y supervisión de los padres, por lo general al inicio de la etapa escolar, e interactúa con otros niños y niñas que transitan por el mismo proceso, son capaces de elegir y permitir ser elegidos por otros contemporáneos para depositar y ser depositarios de cargas afectivas que en un origen eran eróticas, desexualizadas ahora, para entablar relaciones, establecer y respetar reglas de convivencia, intercambiar y jugar, es decir, hacer amigos.

Todos nosotros sólo buscamos a nuestros amigos y amigas para pasarla bien, pedirles opinión, escucharlos, que nos escuchen, compartir nuestros gustos y nuestras penas, pedirles prestado a corto plazo (hasta la quincena) y sin intereses, no es tan sencillo: sólo alguien que nos conoce nos presta sin pedir prenda, con la seguridad que se lo devolveremos, en cambio a nuestro “amor” sería más difícil cobrarle (por ejemplo).

Busquemos una segunda opinión, frecuentemente los poetas tienen una forma menos complicada de ver las cosas:

“…la elección y la exclusividad son condiciones que la amistad comparte con el amor. En cambio, podemos estar enamorados de una persona que no nos ame, pero la amistad sin reciprocidad es imposible. 3

Octavio Paz

Definitivamente el equilibrio es la moneda de cambio en la amistad, ahí se establece la confianza y la certidumbre en el amigo o amiga, razón por la cual podríamos meter las manos al fuego por él o ella.

“Sólo somos un grupo de buenos amigos” 4

John Lewis

La amistad es fundamental y necesaria, sobre todo, porque a partir de la adolescencia posibilita la independencia de la autoridad y tutela de los padres en la adolescencia y en la vejez de la de los hijos. La amistad nutre y fortalece las diversas fases de los procesos de creatividad, proveyendo modelos de identificación y cotejo que permiten decantar lo diferente, lo semejante y lo complementario.

Precisando, una banda es un juego de engranes (los músicos y sus talentos individuales) coordinado y bien lubricado (por la amistad) sin estos ingredientes, la maquinaria no produciría un solo sonido agradable, además ¿qué tal cuando el compañero de junto da la nota o provoca que produzcamos esa nota tan especial, que redondea la canción y, por supuesto, la noche?

Desde ahí el tránsito a lo sublime está en corto y, si esa correspondencia, casi telepática, se vive en lo cotidiano ¡seremos invencibles!

En conclusión, resulta maravilloso que, algo tan complejo como la amistad, a la vuelta del día, nos haga más fácil la vida…

¡Salud y larga vida todos mis amigos y bienaventurados todos aquellos que reciben el título de amigo!


 1 Decir amigo, disco Para vivir, Joan Manuel Serrat, [Zafiro/Novola], 1974.

2 Sigmund Freud, Psicología de las masas y análisis del yo,1921.

Octavio Paz, La Llama Doble, Seix Barral, Barcelona,1993.

John Lewis, Pianista, fundador y director musical de Modern Jazz Quartet; comentario a propósito de su organización musical y los integrantes.

Foto: Rafael Arriaga Zazueta