Editorial

El mensaje, el sentido y el deseo

Los vendedores de los bazares en Oriente medio acostumbran a mirar fijamente a los ojos de los clientes con el fin de observar si las pupilas se dilatan, esta sencilla técnica les revela si el cliente se interesa por el producto que están vendiendo, si el objeto no es atractivo no habrá ningún cambio; esta reacción es involuntaria, no importa de que objeto se trate, si hay dilatación el vendedor insistirá en ofrecer esa pieza hasta lograr la venta. El vendedor confía en el atractivo de la mercancía que ofrece, confía en eso, y en su habilidad como vendedor para consolidar su negocio.

Vendedor: “Señor, vendo huevos”
Cliente: “¿Y yo pa’ qué los quiero vendados?”

Recordando que en el número de mayo propuse los puntos fundamentales de un modelo de negocios, en esta ocasión me centraré en el segundo punto, la propuesta de valor, que es el factor que hace que un cliente se incline por una u otra propuesta; su finalidad es solucionar un problema o satisfacer una necesidad del cliente. Las propuestas de valor son un conjunto de productos que satisfacen los requisitos de un segmento de mercado determinado.

Del mismo modo contamos con una gran variedad de productos tecnológicos que pueden volver más atractivos nuestros proyectos, herramientas que confieren nuestra propuesta de calidad cada vez más profesional con un mínimo esfuerzo. Quizá trascender de las bolsitas de celofán con carátulas de fotocopias en blanco y negro y presentar fundas con portadas a color con buena calidad de impresión y, ni hablar, de grabaciones ininteligibles y ruidosas por otras con sonido nítido y agradable; aprovechemos estos materiales y, por qué no, convertir nuestro material en objetos de coleccionables, en objetos de deseo…

Tenemos a nuestro favor tres factores económicos:

  1. Democratización de las herramientas de producción: la bajada de los precios de la tecnología permitió que los usuarios individuales accediesen a herramientas que hace tan sólo unos años tenían precios elevados. Ahora millones de aficionados pueden grabar música, realizar cortos y diseñar software sencillo con resultados profesionales.
  2. Democratización de la distribución: Internet ha convertido la distribución de contenido digital en un producto básico y ha reducido drásticamente los costos, las comunicaciones y las transacciones.
  3. Bajada de los costos de búsqueda para coordinar la oferta y la demanda.

El verdadero desafío que plantea la venta de contenido especializado es encontrar compradores que puedan estar interesados.

“Si hubiese preguntado a mis clientes qué querían,
me habrían respondido que un caballo más rápido”.
Henry Ford

La creatividad

En este punto la idea es ofrecer canciones diferentes y más atractivas de lo que los fans esperan. Esto se logra conociéndolos, incluso mejor que ellos mismos, estamos en constante contacto con ellos, no puede ser muy difícil, limitarnos a preguntarles que desean, nos traería dando vueltas y vueltas; así mismo, nosotros, como artistas, tenemos la obligación de innovar.

El éxito de la innovación se basa en una profunda comprensión de los escuchas, su entorno, sus rutinas diarias, sus preocupaciones y sus aspiraciones.

A propósito, y para finalizar, durante la entrevista que Raúl de la Rosa realizó a Billy Branch durante su última visita a México, ante la pregunta de cuál era la opinión que le merecía el Blues hecho en México, refirió que él aprendió el Blues de una forma diferente.

La calidad artística de Billy Branch está fuera de discusión, es un referente; sus orígenes artísticos son de primera mano, su cariño por México es indudable, ha manifestado su agrado por tocar con músicos mexicanos, principalmente con La Vieja Estación y Dalia Negra; sin embargo, su respuesta es enigmática y me pregunto, ¿esta respuesta está emitida por un escucha o un bluesista?

Reflexionaré sobre el punto más tarde.

“En gustos se rompen madres”