Lado B

Los hombres y mujeres del blues y sus historias de muerte. Pt.1

Las carreras musicales y las historias de vida de los músicos de Blues han sido estudiadas y conocidas por los amantes de este maravilloso género; sin embargo, las causas de su muerte en muchos casos resultan tan misteriosas como su misma vida.

El legendario Robert Johnson fue un músico que quienes lo vieron tocar en los clubes de Blues aseguraban que sus ojos siempre estaban desorbitados al momento de subir a un escenario y que tocaba siempre en la semipenumbra, para que no vieran su forma de puntear la guitarra. Y cuando terminaba de actuar se iba siempre por la puerta de atrás de los locales, sin siquiera despedirse o decir gracias. La gente, que afirmaba que desaparecía de los escenarios por obra del diablo, aún así acudía en masa a verle, atraídos por su música y por el morbo que le rodeaba. Johnson buscaba a una mujer en cada ciudad, tocaba en un local y desaparecía.

Así fue su vida hasta el 13 de agosto de 1938, en Greenwood, Carolina del Sur, cuando el diablo vino a cobrar la supuesta deuda contraída en la intersección de las carreteras 61 y 49. Ese día Robert debía tocar en un local llamado “Three Forks” pero, mujeriego impenitente como era, tuvo la mala idea de intentar seducir a la mujer del dueño de ese local. Minutos antes de comenzar su show, una botella de whisky misteriosamente abierta llegó a su mesa.

Johnson, que por sus excesos parecía un auténtico rockstar de la época, bebió sin abrigar la menor sospecha. En mitad del concierto el guitarrista comenzó a sentir molestias físicas. Así que paró de cantar, dejó su guitarra a un lado y salió a la calle. Estuvo perdido durante tres días y, cuando apareció, ya estaba muerto. Había sido envenenado por la estricnina que contenía la botella de whisky. Tenía sólo 27 años.

 

John Lee Curtis, mejor conocido como Sonny Boy Williamson I, a partir de 1937 comenzó a realizar grabaciones de gran éxito, entre las que destaca “Good morning, little schoolgirl”. En los diez años siguientes, grabaría más de 120 temas para el sello Bluebird, y se convirtió en una de las grandes estrellas de Chicago. Su éxito fue tal, que surgieron muchos imitadores que, incluso, se hacían pasar por él, siendo el más conocido Rice Miller (Sonny Boy Williamson) al que, por cierto, John Lee estuvo buscando con una pistola en el bolsillo para arreglar cuentas con el impostor.

Ejerció una indudable influencia sobre los jóvenes armonicistas como Little Walter, Snooky Pryor, Junior Wells o Billy Boy Arnold, a quienes dio lecciones y consejos, además de apoyar a bluesmen como Muddy Waters.  Su carácter y sus excesos con el alcohol, y con las mujeres que acudían a verlo a los clubs, causaron su muerte. El 1 de junio de 1948, volvía muy borracho a casa, tras una actuación, cuando el marido de una mujer a la que había cortejado durante la misma, le atacó con un punzón de hielo, y le atravesó la cabeza.

Son House realizó grabaciones en 1930 para la compañía discográfica Paramount Records y para Alan Lomax (perteneciente a la Biblioteca del Congreso) en 1941 y 1942. Posteriormente desapareció de la escena musical hasta la década de 1960 (periodo caracterizado por el resurgir del country blues), cuando, tras una búsqueda fue “redescubierto” en 1964 en Rochester, Nueva York, localidad en la que vivía desde 1943; House estaba retirado de la escena musical y trabajaba para la New York Central Railroad, siendo completamente ajeno al entusiasmo internacional que reinaba por la reedición de sus primeras grabaciones.

Debido a ello, inició una serie de giras musicales por Estados Unidos y Europa, realizando grabaciones para la compañía CBS. Al igual que Mississippi John Hurt, actuó en el Newport Folk Festival en 1964, en el New York Folk Festival de 1965, en la gira europea del verano de 1970 junto a Skip James y Bukka White, y en el Festival de Jazz de Montreux de ese mismo año.

Los últimos años de su vida estuvieron caracterizados por la enfermedad, volviendo a retirarse de la escena musical en 1974 trasladándose a Detroit, Michigan, lugar donde residiría hasta su fallecimiento debido a un cáncer de laringe. Fue enterrado en el Mount Hazel Cemetery. Los miembros de la Sociedad de Blues de Detroit realizaron una serie de conciertos benéficos para recaudar dinero con el fin de construir una estatua en su tumba.


Bessie Smith

La carrera de Bessie Smith fue breve debido a una combinación de alcoholismo y una gran depresión. En 1929 protagonizó el cortometraje St. Louis Blues (canta la canción “St. Louis Blues” junto a los miembros de la orquesta de Fletcher Henderson, el coro de “Hall Johnson” y en un ambiente musical radicalmente diferente al resto de sus grabaciones), y trabajó también en un fracaso de Broadway llamado Pansy, un musical en el que toda la crítica coincidió en que ella era la única actriz que sobresalía.

John Hammond la convenció para grabar cuatro temas para la casa Okeh en 1933, después de verla actuar en el nightclub de Filadelfia. Estas iban a ser sus grabaciones finales, de gran interés dado que la banda de acompañamiento incluyó músicos de la era del swing de la categoría de Frankie Newton y Chu Berry. Incluso Benny Goodman, que se encontraba en el estudio colindante, se acercó para colaborar con una casi inaudible participación.

Hammond no quedó satisfecho con el resultado, y prefirió poner en la cara B los viejos blues, pero “Take Me For A Buggy Ride” y “Gimme a Pigfoot” están entre sus grabaciones más populares. Smith reanudó sus viajes agregando swing a su repertorio y logrando un cierto éxito. El 26 de septiembre de 1937 sufrió un grave accidente de coche mientras viajaba a un concierto en Clarksdale, Mississippi. Se dirigía, a lo largo del estado de Mississippi, por la autopista 61 con su compañero (y tío de Lionel Hamton), Richard Morgan. La llevaron al Afro-Hospital de Clarksdale, donde tuvieron que amputarle el brazo. Ya no volvió a recuperar el sentido y murió esa misma mañana.

Poco después de su muerte, Hammond armó un revuelo al criticar, en un artículo para la revista de jazz Down Beat, que Smith había sido rechazada en un hospital para blancos, sugiriendo que ella murió a causa de esto. Este rumor que se mantuvo por décadas, alentado en 1959 por la canción The Death of Bessie Smith (La muerte de Bessie Smith) de Edward Albee. Aunque las autoridades desmintieron en todo momento tales rumores, lo cierto es que Hammond nunca se retractó de su historia. Cuando en 1972 el biógrafo Chris Albertson, para su libro Bessie, consiguió una entrevista con Hugh Smith, uno de los doctores que la atendió en aquellas horas, éste guardó silencio respecto a este hecho.

La historia vuelve a repetirse en 1993 en el libro de Alan Lomax The Land Where the Blues Began (La tierra donde nació el blues). La insistencia de Lomax en el mito es más inexplicable cuando se tiene en cuenta una carta recibida por su padre, Juan Lomax, en octubre de 1941. En esa carta, el Dr. W. H. Brandon, que atendió también a Smith, escribió: “Bessie Smith sufrió un accidente de automóvil a varias millas en las fueras de Clarksdale y fue traída a Clarksdale en una ambulancia… Murió ocho o diez horas después de su ingreso en el hospital. Le dimos la atención médica adecuada, pero nunca pudimos reanimarla tras el choque”. “Ellos habían oído hablar de lo sucedido a Bessie Smith en 1937 en su ciudad natal“, escribió Lomax. “Herida la gran cantante de blues en un accidente de coche, su admisión era rechazada en tres hospitales de Clarksdale debido a que era negra. Al final ella murió desangrada sin atención médica, mientras que sus amigos suplicaban a las autoridades del hospital para que la admitieran. Estos sucesos eran comunes en el sur profundo de los Estados Unidos“.

Mientras que Lomax consideraba que este incidente era un caso “típico” de racismo en el sur, el doctor que atendió a Smith (recogido en el libro de Chris Albertson) confirmó que era extremadamente improbable que un conductor negro de ambulancia hubiese llevado a una paciente negra a un hospital de blancos, máxime cuando había un hospital para negros más cercano. El conductor, a esta pregunta, dijo al escritor George Hoefer, veinte años más tarde, que él la había llevado directamente al hospital para negros de Clarksdale, como se había afirmado, pero también mantuvo que Smith había muerto durante el camino, en lugar de morir desangrada mientras esperaba su ingreso. Como puede observarse, esta parte de su historia era incorrecta. Smith todavía se encontraba con vida cuando la ingresaron en el hospital, en el turno de noche, aunque nunca recuperó el sentido y murió a la mañana siguiente a las 11:50 horas.

Cora Walton, Koko Taylor, a finales de los años 50´s comenzó a cantar en clubes de blues de Chicago. Fue descubierta por Willie Dixon en 1962, lo que le llevó a tener mejores actuaciones y su primer contrato de grabación. En 1965, Taylor firmó con Chess Records, con la cual grabó su sencillo “Wang Dang Doodle” (escrito por Dixon, y siendo un éxito de Howlin’ Wolf cinco años antes), y en el que intervenían el armonicista Little Walter y el guitarrista Hound Dog Taylor, se convirtió en un gran éxito, alcanzando el número cuatro de las listas de R&B en 1966, y vendiendo un millón de copias. Taylor grabó muchas versiones de esta canción de Dixon en las últimas cuatro décadas, añadiendo más material, tanto original como versiones, pero nunca volvió a conseguir su éxito inicial en las listas.


Su gira nacional al final de la década de los 60´s y principios de los años 70´s amplió su base de fans y comenzó a ser accesible a un mercado mayor, firmando por Alligator Records en 1975. Grabó nueve álbumes para esta discográfica, 8 de los cuales fueron nominados a los Grammys, dominando las listas de cantantes femeninas de blues y ganando 24 premios, más que ningún otro artista. Tras su recuperación de un accidente de tráfico gravísimo en 1989, en la década de los 90 hizo apariciones en películas como Blues Brothers 2000, y abrió un club de blues en Division Street, Chicago en 1994, pero tuvo que cerrar en 1999.

Taylor ejerció su influencia sobre músicos como Bonnie Raitt, Shemekia Copeland, Janis Joplin, Shannon Curman, y Susan Tedeschi. En los años previos a su muerte interpretó más de 70 conciertos al año y estableció su residencia al sur de Chicago, en Country Club Hills, Illinois. Taylor murió el 3 de junio de 2009, tras complicaciones después de una intervención quirúrgica por sangrado gastrointestinal el 19 de mayo de 2009. Su última actuación tuvo lugar en la sesión de entrega de los Premios de la Música Blues (Blues Music Awards), el 7 de mayo de 2009.

Junior Wells trabajó con el guitarrista Buddy Guy durante los años 60 e invitó a Guy como guitarrista para la grabación de su primer álbum, Hoodoo Man Blues, para Delmark Records.  Wells y Guy apoyaron a los Rolling Stones en numerosas ocasiones durante los años 70.  Aunque en sus álbumes, South Side Blues Jam (1971) y On Tap (1975), demostró su aptitud para el Chicago blues, sus discos de los 80 y 90 fueron inconsistentes.  Sin embargo, su álbum de 1996, Come On in This House, fue un conjunto de entregas de blues clásico con una rotación de guitarristas de guitarra slide, entre ellos Alvin “Youngblood” Hart, Corey Harris, Sonny Landreth, Derek Trucks, y otros de alto nivel.

Wells apareció en la película Blues Brothers 2000, la secuela del clásico The Blues Brothers.  Wells continuó actuando hasta que le diagnosticaron cáncer en el verano de 1997.  En el otoño de ese año, sufrió un ataque cardiaco que lo dejó en coma. Finalmente, falleció en Chicago el 15 de enero de 1998, después de sucumbir al linfoma que padecía, y fue enterrado en el Oak Woods Cemetery de Chicago.

Continuará