Poncho, Armando y Chema
V Festival Nacional Queretablues, 2018
Desde Querétaro y sin panchos
(Con mucho esfuerzo y amor)
El Queretablues se llevó a cabo los días 16, 17, 18 y 19 de agosto, en la hermosísima ciudad de Querétaro, desgraciadamente no pude presenciar las jornadas del jueves y viernes; logré llegar hasta el sábado; un poco maltratado después de un viaje al norte del país, pero eso era lo de menos; la emoción y ansia por conocer el Blues de esas tierras me levantaban el ánimo y me dieron energía para llegar hasta este evento y no me arrepentí. José Luis García, editor de Cultura Blues, me presentó a los organizadores del festival y, en medio de las exigencias que el ritmo del festival les imponía, me obsequiaron un lapso que aproveché para obtener sendas entrevistas.
Mi intención original era presentar cada una de ellas en lo individual, pero la temática del festival, la compenetración, entendimiento y unidad de objetivos de los organizadores los convierte en un equipo cohesionado por el gusto y el deseo de promover el blues por lo que comprendí que las coincidencias a la larga resultarían agobiantes o repetitivas por lo que decidí fusionar los conceptos de Poncho, Chema y Armando organizadores y promotores del evento para ofrecer una versión más sintética de lo que ocurre antes, durante y después de un festival.
Con trayectorias de hasta 25 años en el blues de Querétaro y ahora nacional reconocieron la necesidad de promover el gusto por el blues y dar a conocer a las bandas, y de lo que empezó como un evento local, ahora se pueden jactar de tener un evento nacional y, en una visión prospectiva, verlo crecer en un par de años a un formato y proyección internacionales.
Se sufre… pero, no estoy sólo.
¿Organizar un festival de blues obedece al masoquismo o al hedonismo?
Es hedonismo se disfruta oír, ver y compartir con otros músicos y observar cómo se genera la unidad y la amistad entre las bandas participantes. Por otro lado, los festivales permiten formar públicos cada día más conocedores y, en consecuencia, exigentes.
No obstante, para meterse a organizar un festival, hay que prepararse mental y emocionalmente para sacrificar, tiempo, trabajo, familia, descanso y el goce está en conocer y escuchar a muchos músicos con propuestas importantes.
Se sufre… pero, se aprende
Al final es el equilibrio entre enfrentar las dificultades y el goce de vivir el Blues. “El blues nos ha unido como una familia, es el pegamento que dio fuerza al proyecto y ha hecho que valga la pena.”
Durante el camino recorrido en cinco festivales se desarrollaron habilidades administrativas, presupuestales, planeación estratégica, negociación y manejo de personal, aprender a solventar las exigencias de las bandas participantes y a superar la frustración de recibir un no como respuesta para insistir y lograr otro sí.
“Aprendimos que una vez terminado el festival hay que empezar a preparar el del siguiente año y a decir: ¡puedo hacer más!”.
La logística es complicada pero la selección de las bandas se cuece aparte y manifiesta su propio grado de dificultad, los criterios para seleccionar a los grupos invitados son: CALIDAD en…
- La música
- La trayectoria
- La presencia en el escenario
- El contacto con el público
- El compromiso
- El amor a lo que hacen (técnica y pasión)
Lo que dinamiza el círculo de: Bandas – Organizadores – Público mismo que se retroalimenta eficazmente, generando sinergias muy productivas y llenas de creatividad.
El Blues hecho en México
¿El Blues hecho en México es Blues?
“¡UFF!”
Claro que es Blues, aprendimos repitiendo el blues de los grandes y ahora hacemos lo nuestro con los fundamentos aprendidos de los maestros. Es universal, actualmente evoluciona en todo el mundo, y con los nuevos recursos tecnológicos puede hacerse mucho por la calidad y las propuestas innovadoras.
Reconocemos a los puristas, pero es un punto de vista y se respeta; no obstante, en México tenemos una vena importante de sufrimiento y lirismo muy viva y vigente, como para no explotarla. Hay buenas bandas y mucha creatividad.
Esta experiencia hace que los sacrificios valgan la pena y que los beneficios se hagan extensivos a los amantes del Blues.
Cultura Blues agradece su esfuerzo, sobre todo, las atenciones a Poncho, Chema y Armando y deseamos:
¡Larga vida y éxitos al Festival Nacional Queretablues!