Lado B

Los Chess y su visión por el Blues y el Rock & Roll. Pt. 2

Chess Records era un imán para los músicos negros más ambiciosos. Por recomendación de Muddy Waters, allí se presentó Chuck Berry que pertenecía a otra generación de músicos. Nacido en Saint Louis, había pasado por un reformatorio, peluquero de oficio, sabía leer y escribir. Estaba lo suficientemente integrado en el estilo de vida estadounidense como para poder escribir irresistibles letras sobre las carreteras, la escuela, los amores juveniles, o al mismo país (Back in the USA).

Sin pretenderlo, desarrolló la temática esencial del Rock and roll y creó himnos al nuevo estilo, de Roll Over Beethoven a Rock And Roll music”, sobre unas estructuras esbeltas e impetuosas. Dixon estaba allí cuando apareció ese adolescente flaco con una canción llamada Wee Wee Hours que imitaba el sonido de Muddy.

Dixon estaba más interesado en su otro número, Maybellene, una reescritura transparente del viejo estándar del país Ida Red con algunas letras muy nítidas. Eso sonaba mucho más original. “Sabía que era un muy buen poeta”, le dijo Dixon a Bill Flanagan en el libro de 1986 “Escrito En Mi Alma”. “Y me gustó su forma de cantar. Estaba creando este estilo de rock más que el resto de ellos. La primera vez que lo escuché, tenía más estilo Country y Western.

En ese momento él tenía su canción ‘Maybellene’ sonando como ‘Ida Red’. Le dije que debería hacer algo al respecto… Hice un par de sugerencias y encontramos una forma de grabarlo. Toqué el bajo en todas sus primeras sesiones“.

Chuck Berry – Maybellene

Con Berry se poetizaba la existencia de los adolescentes. En Chess, su única competencia por el mercado juvenil era la de Bo Diddley, otro nativo de Mississippi, que con sus ritmos ofrecía un show llamativo, tocaba una guitarra rectangular y contaba con una dama llamada La Duquesa entre sus acompañantes. No tuvo grandes éxitos entre el público blanco, pero el ritmo que llevaba su nombre se infiltró en el rock y allí se ha quedó.

Al respecto Iñigo López Palacios en el suplemento EP3, se refiere a la disquera Chess de la siguiente manera: “…En Chicago, un joven judío llamado Leonard Chess recorría los bares de blues firmando contratos en la cajuela de su Cadillac. El gran salto se produce cuando conoce a Muddy Waters. Entre el ambicioso Leonard y el sibarita bluesman negro salta la chispa y juntos sientan las bases del Blues eléctrico. Son los cimientos del Rock and roll que cuajarían con Chuck Berry. Chess fue la pionera de la fusión: la idea era crear música que pudiera interesar al público blanco.

Pero no siempre funcionó. Los artistas del sello eran demasiado duros, demasiado crudos como para que el gran público no percibiera la carga sexual que su música contenía. Sin embargo, al otro lado del Atlántico, en el Reino Unido, los discos de Chess causaban sensación entre los músicos jóvenes. Un ejemplo: The Rolling Stones sacaron su nombre del tema de Blues Rolling Stone de Muddy Waters…

Es seguro decir que la etiqueta de los hermanos Chess cambió la historia de la música. Trabajando con artistas como Chuck Berry y Howlin ‘Wolf, lanzaron algunas de las canciones más influyentes de Blues y Rock-and-roll jamás escritas. Ike Turner formó parte de Jackie Brenston y sus Delta Cats, la banda cuyo tema, Rocket 88, fue sacado por Chess en 1951 y es ampliamente considerada la primera canción de Rock and Roll jamás grabada.

La canción de Blues inmortal I’m Your Hoochie Coochie Man, escrita por el bajista Willie Dixon, fue grabada por Muddy Waters para el sello en 1954. Los Rolling Stones recibieron su nombre de una impresionante melodía de blues de Muddy Waters llamada, Rolling Stone, que fue, por supuesto, también un lanzamiento de Chess.

El año 1955 vio el lanzamiento de Maybellene, una canción clásica de Chuck Berry, de quien John Lennon dijo: “Si tratáras de darle al Rock and Roll otro nombre, podría llamarlo Chuck Berry”. Un año después, apareció el inquietante Smokestack Lightning de Howlin’ Wolf, que después apareció en la banda sonora de la película de Martin Scorcese, The Wolf of Wall Street. La década de 1960 fue la época de Etta James, la ahora legendaria cantante que adornaba al sello Chess con canciones como I Just Want to Make Love to You y At Last.

Lo que comenzó como una aventura comercial resultó ser un hit para la música estadounidense. Los hermanos de Polonia no solo se aprovecharon de la venta de música creada por afroamericanos, sino que la introdujeron a los oídos de un gran público más amplio. Jugaron un papel clave en la conquista del mundo por el Blues y el Rock and Roll, decisivamente remodelando la música internacional para siempre, por cualquier medio.

En una entrevista para The Guardian, Marshall Chess, el hijo de Leonard, que pasó mucho tiempo en el negocio familiar en sus días de gloria, dijo “no podías ser un ángel para grabar con Chees en el ghetto de Chicago“. Las peleas de cuchillos ocurrían a diario en el área, y había mucha bebida.

Muchos de los músicos de Blues eran de sangre caliente. La música negra estaba fuera de lo común, y las principales emisoras generalmente no transmitían canciones de Blues. Leonard y Phil hicieron lo que pudieron para obtener ganancias en estas condiciones.

Por ejemplo, le asignaron créditos de escritura a los DJs de radio para invitarlos a tocar las canciones que lanzaban. También compraron WVON, una estación de radio de Chicago dedicada a los afroamericanos, para obtener más difusión de las canciones que grababan.

El impulso de ganar más y más podría haber empujado a los hermanos a tomar algunas decisiones controvertidas. Por ejemplo, en lugar de pagarles regalías, compraban a sus artistas Cadillacs o se encargarían de sus cuentas. Debido a estas cosas, Chess Records eventualmente tuvo numerosos problemas legales con su lista de músicos. Sin embargo, es indiscutible que el dúo polaco formó muchas relaciones significativas con los músicos con los que trabajaron, no sólo como socios comerciales, sino también como amigos.

En 1969, Leonard vendió Chess Records y no mucho después sufrió un ataque al corazón fatal. Pero el legado de la etiqueta siguió vivo. Su edificio de dos pisos en 2120 South Michigan Avenue, que desde 1957 en adelante fue su sede y un estudio de grabación, es hoy un hito en Chicago. Alberga la Fundación Blues Heaven, sin fines de lucro, de Willie Dixon, que reabrió el estudio en la década de 1990. Finalmente, Phil Chees moriría a los 95 años en Tucson, Arizona.

La historia de Chess Records también inspiró dos películas recientes, Cadillac Records y Who Do You Love, y las grabaciones clásicas de la etiqueta todavía se emiten hoy en día, adoradas por millones en todo el mundo.

Definitivamente no se puede hablar de la historia del Blues y del Rock and Roll sin mencionar el sello Chess, que retomando las palabras de Fernando Delgado del periódico, El País: “…aquella pequeña discográfica independiente que abrió en Chicago en 1950 terminó convirtiéndose en un referente capital para el desarrollo del Blues y el fervoroso nacimiento del Rock and Roll, grabando a Berry con su carga rockanrolera y a todo un fabuloso puñado de artistas más que alumbrarían a los Stones y a otro fabuloso manojo de artistas británicos, más como hijos bastardos de ese electrizante sonido…