Billy Branch: visitante distinguido
Varios amigos me han estado preguntando con insistencia, cuál es el bluesman que mayor cantidad de veces se ha presentado en territorio mexicano. Bajo reserva de conocer otra mejor opinión, creo que dicho honor recae en el armonicista Billy Branch, pues no solamente actuó tres años seguidos acompañando al jefe Willie Dixon cuando los festivales internacionales de blues arrancaron en el Distrito Federal, allá por 1978, sino que a partir de entonces ha continuado visitándonos con relativa frecuencia, sin importar el lugar o los escenarios. Puede decirse que ama a México, y por supuesto, es plenamente correspondido.
Sirva este artículo para compendiar lo que ya hemos escrito sobre él. Billy Branch llegó al blues por casualidad, por cuestiones del destino. A pesar de haber nacido en Chicago, la Ciudad del blues, nunca tuvo un contacto directo con el género hasta 1969, cuando asistió a un festival organizado por el autor de Hoochie Coochie Man. “Allí participaron grandes músicos como Koko Taylor, Big Walter Horton y por supuesto Willie Dixon. Antes de eso yo tocaba la armónica, pero nunca había escuchado blues”, recuerda Branch.
Branch se trasladó muy joven a Los Ángeles. Creció escuchando a Jimi Hendrix, James Brown, los Rolling Stones, los Beach Boys y la música de Motown Records. Ya de regreso a su ciudad natal fue cuando sintió el blues en el cuerpo.
“No puedo explicar lo que sentí cuando escuché por primera vez el blues. Algo me despertó de un sueño, me enloquecí y poco a poco fui asistiendo a clubes para escuchar a Muddy Waters, Junior Wells, James Cotton y todos los demás. Creo que fue el destino”, dice Branch.
Uno de los primeros artistas con los que Branch tocó fue el también armonicista Junior Wells, quien en una ocasión permitió que subiera al escenario para tocar el pequeño instrumento. “Muchos de los músicos con los que compartí escena ya están muertos. Me ponía nervioso estar al lado de James Cotton, Big Walter Horton, Sunnyland Slim o Jimmy Walker, algunos de los viejos intérpretes. No sabía si lo hacía bien o mal”, evoca. Ahora algunos de los aspirantes a armoniqueros, le piden a Branch que les deje subir al escenario con él, a lo cual regularmente accede de buen modo.
Sobre lo que dice de ponerse nervioso junto a los grandes músicos, cabe recordar una anécdota que leí en una revista Living Blues hace muchos años. Resulta que Bruce Iglauer deseaba grabar un álbum en donde participasen juntos Big Walter Horton y Carey Bell, a lo cual el segundo aceptó de inmediato, sumamente contento. El problema era Walter Horton, pues estaba sumido en el alcoholismo. Se dice que Bell llegó a una buhardilla habitada por Horton, tumbado en un sillón y durmiendo la cruda. Bell comenzó a tocar la armónica de forma escandalosa, impresionante, y la acercaba al oído de Mumbles para que éste notara su maestría. Esto lo hizo por varios minutos como para demostrarle que él sí era un armoniquero en plenitud de facultades.
Cumplió su cometido, el orgullo de Big Walter había irrumpido, despertó de su camorra y le dijo que estaba dispuesto a grabar el disco junto a él para que el auditorio sacara sus conclusiones de quién era mejor. El resultado es ese excelente álbum en Alligator en donde ambos se reparten los créditos. Algo parecido hizo Billy Branch en la primera oportunidad que tuvo de estar a solas con Big Walter. Recuerda que sopló como nunca una serie de ejercicios rápidos, muy ágiles, a lo que Walter Horton respondió, lacónico: no me impresionas con tus figuras niñito, el blues es otra cosa.
Defiende la sangre nueva
En 1997 Billy Branch se reunió con los hijos de Willie Dixon, Carey Bell y Clifton James, famoso baterista del sello Chess, y formó el grupo The Sons of Blues (Los Hijos del Blues), aunque actualmente él es el único sobreviviente de la formación original. En 1981 la Academia del Blues le otorgó el galardón como mejor intérprete de armónica. “Este fue un premio local. En 1995 y este año, los críticos de Living Blues Magazine me nombraron como el mejor intérprete de armónica”, afirma Branch. El mejor estilo de Billy Branch se ubica entre lo tradicional y lo contemporáneo, una mezcla imaginativa de soul, funk y jazz. Respecto del movimiento contemporáneo de blues, con fuerte base en las raíces, tiene buena opinión. “Es bueno que regresen a las tradiciones para que el blues no muera. Hay que tener en cuenta que muchos de los grandes bluesmen ya están muertos y otros están a punto de hacerlo, pero el blues nunca morirá”, puntualiza Branch.
Misionero del blues
Si bien está dedicado por completo a la música, Branch divide su tiempo entre el escenario y el pizarrón, ya que lidera un programa estatal denominado “Blues en la escuela”, que comenzó como un proyecto delineado por el Consejo de Arte de Illinois. En Argentina le declaró hace tiempo a César Pardinas:
–Parecería ser que el blues tiene hoy buenos intérpretes, pero carece de compositores; se siguen tocando los mismos temas. ¿Qué es lo que sucede?
-No, no lo veo así. La situación del blues está cambiando y, quizá, no sea sólo por decisión de los músicos, el público está pidiendo nuevos temas, un nuevo blues, que no busca cambiar la tradición, sino renovarse.
-Bien, asumimos entonces que la escena del blues está cambiando. ¿Qué nuevos intérpretes destacaría usted?
-Ya mismo se me ocurren Sugar Blue (que toca esa recordada armónica en el tema de los Stones “Miss you”) y los guitarristas Larry Mc Gray y John Primer (ambos ya estuvieron en la Argentina). Ellos encarnan parte de la renovación; tampoco tienen la intención de llevar una revolución adelante, pero componen y muy bien.
-¿Se diría que después de lo que sucedió con Steve Ray Vaughan, que le dio un nuevo impulso al blues, esta música necesita siempre de talentos blancos, como los Stones en los sesenta?
-Sí, coincido, yo le llamé el síndrome Elvis Presley. Siempre ha sido así, hay racismo y lo seguirá habiendo. Maestros como Howlin´ Wolf, Muddy Waters y otros murieron sin dinero, mientras que los alumnos blancos se enriquecían con esa música.
El pensador Emily Dubois señaló que el problema del siglo XX es el color, especialmente en los Estados Unidos. Fíjese quién vendió más álbumes de blues en la historia: Eric Clapton. Steve Ray, en su corta carrera, hizo más dinero que B. B. King en su vida. Es doloroso, es la vida y eso es blues también, quizá por eso somos los mejores, finalizó.
Billy Branch & The Sons Of Blues – I’m Ready
Billy Branch & Lurrie Bell – Help Me & Don’t Start Me Talkin’