Destino: Chicago. Parte 2: Blues estilo Chicago
El blues de Chicago es una revolución musical estridente, que surgió del sonido espectacular de las guitarras eléctricas del Delta, de la distorsión característica de las armónicas amplificadas, del retumbar de las baterias desatadas, del insistente deambular de los bajistas y del fervor sureño de los cantantes inspirados por el góspel.
En los años 60 ya era un género universal reconocido, que provocó e impulsó al blues británico, a través de personajes como Alexis Korner, Cyril Davis, John Mayall y los Rolling Stones. Ayudando a su ve al resurgimiento del género en Estados Unidos por los precursores del rock como: Paul Butterfield, Michael Bloomfield, Elvin Bishop, Johnny Winter y los grupos Canned Heat y Blues Project.
De la misma forma que durante los años veinte, una generación de músicos de jazz, emigraron de Nueva Orléans a Chicago, en los años cuarenta lo haría una generación de bluesmen, desde Mississippi. Sunnyland Slim, Bukka White, Robert Nighthawk, Arthur “Big Boy” Crudup, Muddy Waters, Otis Spann, Otis Rush, Homesick James, Johnny Young, Eddie Taylor, Jimmy Reed o Dog Taylor, son algunos de los artistas que llegaron a las “Ciudad de los Vientos” y transformaron el sonido del Delta en uno urbano y electrificado.
Howlin’ Wolf, Hubert Sumlin, Elmore James, Sonny Boy Williamson II, Buddy Guy, Pinetop Perkins, Big Walter Horton, James Cotton, Magic Sam, David Honeboy Edwards y Carey Bell, pertenecen a la segunda oleada de intérpretes que contribuyeron a la oleada del blues en los años cincuenta del Chicago de posguerra.
La paternidad del blues de Chicago se le ha reconocido a Muddy Waters. Nacido en Mississippi, creció en la plantación Stovall de Clarksdale emulando a uno de los más veteranos guitarristas del Delta, Son House. Bajo el auspicio de la Biblioteca del Congreso, el musicológo Alan Lomax grabaría en 1941 a Waters en su lugar de residencia, dejando constancia de su intensidad y libertad expresiva.
Dos Años después, Muddy se trasladaría a Chicago donde puliría su técnica. Gracias a Sunnyland Slim, el amigo que impulsó su carrera, pudo colaborar en unas sesiones para el sello Aristocrat en 1947 y grabar su propio material. Le bastó un año para lanzar dos éxitos nacionales consecutivos: Can’t Be Satisfied y I Feel Like Going Home.
Muddy Waters gozó de mucha popularidad durante los años cincuenta debido en parte a los grandes músicos que lo acompañaban, como el armonicista, Little Walter; el guitarrista Jimmy Rogers; y el pianista Otis Spann. Su reinado se extendió entrada la década de los cincuenta, hasta que el rock psicodélico ocupara el lugar definitivamente del blues clásico de Chicago.
Durante la década de 1960, la parte sur de Chicago era todo un hervidero de blues y los grupos que lideraban Muddy Waters, James Cotton, Otis Rush, Homesick James, J.B. Hutto, Otis Spann, Junior Wells y Howlin’ Wolf, tocaban con regularidad en locales nocturnos de esa zona sur de la ciudad como en el Peppers Lounge, el Tuner’s Blues Lounge, el Theresa’s, el J&C Lounge o el Curley’s.
Un excepcional disco de 1966 demostró esa vitalidad y favoreció la llegada de los intérpretes del blues de Chicago a un público más amplio. De hecho, fue un álbum triple producido por el sello Vanguard: Chicago/The Blues/Today! Mismo que se convirtió en el abc de los principiantes. Eric Clapton decía que “era una obra histórica que me permitió entender la naturaleza del blues moderno”.
No sería hasta la llegada de Johnny Winter como productor a finales de los setenta, que Waters regresaría a lo más alto con tres álbumes de puro sonido de Chicago.
No hay análisis del blues de Chicago que se precie de estar completo, sin hacer mención de Willie Dixon, bajista y compositor del sello Chess Records, el mismo que escribiera temas emblemáticos como: Hoochie Coochie Man, Evil, My Babe, Wang Dang Doodle o Spoonful, interpretados por Muddy Waters, Howlin’ Wolf, Little Walter, Bo Diddley o Koko Taylor; y reversionados posteriormente infinidad de veces.
Hoy en día, Chicago sigue siendo un próspero centro de blues que cuenta con diversos locales nocturnos en los barrios sur y oeste de la ciudad, así como dos sellos discográficos fundamentales como Alligator y Delmark.
En verano, el Chicago Blues Festival, evento gratuito, congrega a miles de blueseros de todo el planeta. Este 2019 se llevará a cabo del 7 al 9 de junio en el Millennium Park, lugar emblemático de la ciudad.
Fuente: Blues La historia completa, Julia Rolf, 2008