Espíritus sonoros de la calle
De pronto sales del Metro Etiopía e instalados en una de las esquinas observas a tres músicos ambulantes ejecutando cadenciosos ritmos. Te acercas un poco y descubres con sorpresa a uno de ellos: Horacio Reni, pionero de nuestro rock and roll, compositor, cantante y magnífico guitarrista. Con la serenidad que le otorgan tantas décadas de experiencia en un gran nivel, Reni ofrece en compañía de sus colegas, un mini recital que va del blues al rock, y de los temas originales a los covers más conocidos. Allí tienes enfrente al introductor de las armónicas Marine Band en nuestro país, hace ya muchos años. Allí tienes al primer intérprete azteca de canciones de Jimmy Reed, y también al primero de nuestros compatriotas en grabar un sencillo EP nada menos que en la ciudad de Chicago, para afamada compañía blusera.
De ese tamaño son las sorpresas que nos regala la monstruosa Ciudad de México, con respecto de la música alternativa y sus exponentes ídem, llámese callejeros, ambulantes, trovadores, juglares etcétera. La situación en cuanto a empleo decoroso para la población artística es cada vez más crítica, y uno debe darse sus mañas para sobrevivir en una sociedad cuyos gobiernos acostumbran recortar los presupuestos para la cultura y las artes, o de plano buscan desaparecerlos, como al parecer ocurrirá esta vez. Los músicos de blues resienten particularmente tan desolador panorama laboral.
Es ya una escena muy conocida encontrar en la calle de Tacuba, a las afueras del Palacio de Minería, a conjuntos e intérpretes de blues, haciendo del usufructo de la banqueta un socorrido modus operandi, como alguna vez lo hicieron los invidentes en otros puntos del primer cuadro, pero lo mismo podemos constatar en la calle de Regina o en los alrededores de la Alameda Central, un circuito muy importante para el trabajo de la población flotante de intérpretes de blues. En este sentido, ganar la calle y la atención del viandante, se ha convertido no sólo en un refrescante derecho ciudadano sino también en una opción sólida para complementar la quincena.
Los restaurantes y cafés son otros sitios que pueden ser (y son) explotados por este segmento artístico, hasta cierto punto marginal. En las últimas fechas establecimientos como las “birrierías” también han ofrecido espacios para la actuación de músicos conocidos, de la talla del brujo eléctrico Javier Bátiz, con lo que el panorama se diversifica. El chiste es buscar en donde se pueda, porque de “aire” el arte no puede vivir.
En el escalón más humilde, sin embargo, se mantienen los músicos errantes, los verdaderos cantantes ambulantes que nos recuerdan a los “songsters” de la época romántica del country blues, aquellos que viajaban de “hobos” en los trenes, o que se trasladaban a todos los puntos del país por medio de aventones a lo largo de las carreteras. Aquellos que siguen portando como arma principal la guitarra de madera y en el cuello un arnés que soporta alguna armónica de la tan mentada marca alemana Honner.
Aquí, ellos gustan de cantar y de pedir cooperación en los camiones, microbuses, metro y tren ligero. Su repertorio se integra por algunos temas clásicos y por muchos covers y una que otra melodía original. Ciertamente el blues escasea, si lo comparamos con la alta demanda del rock, pop o la balada romántica, pero también existen sorpresas.
Recuerdo a un emocionado guitarrista tocando y cantando con gran pasión, el tema “Bésame” de Alejandro Lora, que es un auténtico blues si analizamos su esencia y su mensaje, para después continuar con otra canción del Tri, “Seguro de vida”, que es original nada menos que de Horacio Reni, sí, nuestra leyenda viviente del rock and roll, el mismo personaje que a lo mejor tú puedes encontrar en alguna plaza pública, o tocando en algún jardín, escuela o restaurante, o quizá a las afueras de concurrida estación del metro, como puede ser Etiopía.
* Las imágenes que ilustran el presente artículo
fueron tomadas de las páginas de Facebook de
José Ray Juárez Rivera, Rodolfo Cruz Villanueva y
Macedonio Nonis Ruiz.
Horacio Reni Band – El 63
El Tri – Bésame