Colaboraciones

La ensalada musical de Luisiana

En el estado de Luisiana conviven dos estilos de blues radicados en las dos principales ciudades del estado y con influencias y sonidos bien diferenciados. Se trata del swamp blues (surgido en el entorno de la capital de Luisiana, Baton Rouge) y el New Orleans blues.

Se dice, a modo de resumen, que el swamp blues es un estilo monótono, denso, pantanoso, fiel reflejo de las influencias cajún. Por otro lado, el blues de Nueva Orleans es un estilo alegre y brillante, que bebe sus fuentes del jazz nacido en los burdeles de la Big Easy, con fuertes influjos de sonidos caribeños.

Para entender un poco mejor por qué dos ciudades separadas por apenas 130 kilómetros han dado lugar a dos estilos musicales tan distintos, vamos a echar un vistazo rápido a la historia de esta región.

Todo comienza a principios del siglo XVI: hace una década que Cristóbal Colón ha descubierto América para los europeos y las coronas de Castilla y Portugal se han repartido el Nuevo Mundo según el Tratado de Tordesillas.

Las potencias más poderosas de esa época comienzan a tomar posesión de las tierras que les corresponden en virtud de su acuerdo y con la aquiescencia del Papa de Roma: Brasil para Portugal y el resto para Castilla.

Otras potencias marineras europeas no quieren cruzarse de brazos ante tal oportunidad de obtener riquezas y se lanzan a coger su trozo del pastel: los franceses en Canadá y la Luisiana, los ingleses en Nueva Inglaterra, los holandeses en la Guayana y Surinam, los alemanes en Venezuela.

Además, todos estos imperios habían colonizado distintas islas del Caribe con el objetivo de la explotación de cultivos tropicales.

Una vez izada la bandera de cada reino, llegaba el turno del asentamiento y de la extracción de materias primas. Pronto los conquistadores europeos diezmaron la población indígena (brutalidad y epidemias son las principales causas de la extinción de, entre el 30% y el 90% de la población americana, según el autor consultado), por lo que vieron como solución recurrir a una mano de obra con la que se venía mercadeando desde hacía siglos: los esclavos africanos.

Solo debían establecer un sistema de transporte a larga distancia por mar, en vez de las habituales caravanas esclavistas que cruzaban el desierto del Sahara desde el África negra hasta los puertos mediterráneos donde eran embarcados rumbo a Europa.

Fueron los portugueses quienes, por aquel Tratado de Tordesillas, se guardaban los derechos de colonización de África.

Fundaron distintas poblaciones en puntos estratégicos de la costa africana (Goreé en Dakar o San Jorge de la Mina), llamadas factorías, desde donde mandaban a América los esclavos capturados en Senegal, Gambia, Guinea, Angola, Costa de Marfil, Sierra Leona… posteriormente, los holandeses conquistarían estas factorías y relevarían a los portugueses como negreros.

Tenemos en ese momento asentados a cientos de miles de africanos en las colonias americanas y, durante más de trescientos años, habrá un flujo más o menos constante de barcos negreros: el último navío, llamado Clotilda, llegó a Mobile, Alabama, en 1860, muriendo en 1937 la última esclava africana secuestrada de su casa africana y llevada a América. Su nombre en lengua yoruba era Redoshi, en inglés, Sally Smith.

Hasta aquí, tenemos una visión del establecimiento del pueblo africano en América, quién con sus tradiciones musicales ancestrales, como las canciones de trabajo (work songs), la llamada y respuesta, el ritmo, la imitación de sonidos naturales, la tradición africana de los griots (trovadores ambulantes), etc., puso la semilla para el nacimiento del blues primigenio.

Este primer blues, con las influencias externas recibidas se fue modelando en los distintos estilos, dos de los cuales nos ocupan en este breve artículo.

Como se ha indicado inicialmente, la influencia del swamp blues es la música cajún y el zydeco. Ambos estilos musicales de los pantanos de Luisiana tienen su origen en la población cajún.

Con este término se denomina a los habitantes de los pantanos que llegaron desde la antigua colonia francesa de Acadia (parte de Canadá y Quebec) expulsados por los ingleses en el transcurso de la Guerra de los Siete Años que enfrentó a Inglaterra contra Francia y España entre 1756 y 1763.

Estos exiliados, llamados acadianos, fueron deportados a los pantanos de Luisiana y allí se mezclaron con elementos indígenas, así como con buscavidas españoles, alemanes o criollos, conformando un grupo étnico muy diferenciado de los de su entorno: hoy en día, los cajunes siguen hablando un dialecto del francés, usan vestimentas tradicionales y tienen bailes o música para los que utilizan un instrumento musical tan asociado al sonido francés como es el acordeón.

Los esclavos africanos que entraron en contacto con los cajunes tomaron elementos de esta cultura afrancesada y la incorporaron a su blues primitivo, dando lugar al zydeco, un estilo musical cuya diferencia con la música cajún era que estaba tocada por negros en vez de por blancos. Se trataba de música de baile al gusto francés y su evolución a lo largo de cerca de un siglo, desembocó en el swamp blues.

Justin Johnson – Romp In The Swamp

Vamos a atender ahora a lo sucedido en la otra gran ciudad del estado, Nueva Orleans, vemos que las influencias que los esclavos incorporaron a su cultura musical tienen una procedencia muy distinta.

Por un lado, tenemos las influencias caribeñas sobre la música de Nueva Orleans que aportaron tanto nuevos ritmos, como nuevos sonidos obtenidos de las habaneras, fandangos o calindas que sonaban en el Caribe.

La llegada masiva de caribeños al continente se produjo entre los años 1791 y 1804, periodo de tiempo en el que se produjo la revolución haitiana. Se trató de un alzamiento de los esclavos de la parte francesa de la isla contra la metrópoli. La barbarie cometida por ambos bandos provocó la huida de habitantes, tanto franceses, como criollos o esclavos de la isla rumbo a la colonia francesa en tierra firme, Luisiana. Esto refugiados haitianos llevaron consigo nuevas aportaciones culturales (literatura, cocina, música) que se insertó sin mayores problemas entre la población afroamericana continental.

Otra de las influencias en la música de Nueva Orleans fueron los propios europeos, pues siendo un importante puerto comercial, junto con Mobile, Alabama, atrajo a buscavidas y pícaros, pero también a artistas y emprendedores. Hay que recordar que la Luisiana fue colonia francesa desde 1718 hasta 1803, salvo en un interregno de dieciocho años (de 1762 a 1800) en el que, merced al pacto de familia firmado entre los Borbones para el apoyo de España a Francia en la ya mencionada Guerra de los Siete Años, Luisiana estuvo bajo el control de la corona española. El aprendizaje por parte de los esclavos de tocar el piano, así como la influencia de estilos musicales populares europeos, como el vals, la polca o la contradanza o cuadrillo franceses, son las principales aportaciones europeas al blues de NOLA.

Por último, tenemos el jazz, que tradicionalmente surge en los barrios bajos de Nueva Orleans, concretamente en el conocido como Storyville, una sucesión de burdeles y antros de mala muerte donde los pianistas como Jelly Roll Morton realizaban variaciones sobre músicas populares en aquellos años de finales del siglo XIX, como el ragtime, con préstamos de la música mexicana y caribeña.

Estas improvisaciones se enriquecieron con el uso de una serie de instrumentos musicales que, inicialmente, no estaban pensados para estas artes. Son los instrumentos de metal (cornetas, trompetas, trombones) que formaban parte de los pertrechos de los soldados que integraban las bandas musicales de cada regimiento. Al terminar la Guerra Civil Americana (que se extendió entre 1861 y 1865) se disolvieron los cuerpos del ejército y, por tanto, las bandas musicales que le acompañaban.

Miles de instrumentos de metal fueron abandonados e, inmediatamente, adoptados por músicos de blues deseosos de utilizar nuevas formas de expresión musical (pensemos en las hermanas pobres de las bandas de metales, las llamadas jug bands, en el que los trombones se substituían por una jarra o las trompetas por una armónica).

No solo adoptaron los instrumentos, pues la forma de tocar las marcha militares se trasladó a los desfiles musicales de Nueva Orleans, como por ejemplo, la second line de los funerales, que no es otra cosa que una marcha militar con elementos africanos: en Nueva Orleans existe una plaza, Congo Square, en la que los domingos se permitía a los esclavos tocar instrumentos de percusión y bailar; muchos compositores, hipnotizados antes estos sonidos tan primarios los incorporaron a sus composiciones.

Vemos, pues, que las migraciones y circunstancias históricas de cada región influyen en niveles tan profundos como los estilos de blues que se tocan en cada una de ellas, incluso, cuando estamos hablando de ciudades pertenecientes a un mismo estado, relativamente próximas y con un aparente paralelismo que se difumina ante una visión más cuidada de los hechos y sucesos históricos que acaecieron en ellas.

Complete Morton Project – New Orleans Blues