Huella Azul

Roy Álvarez: Robin Hood del blues

CB. ¿Desde cuándo y cómo se da tu gusto por la música de blues y rock?

Roy. Toco la guitarra desde los siete años. Pero fue hasta 1962 que comencé a tocar rock y blues.

CB. ¿Qué músicos conforman la fila de influencias en tu manera de tocar la guitarra?

Roy. Siempre he pensado que todas las influencias que me encuentren al tocar, esas tengo. Nunca he copiado nota por nota a nadie. Mi estilo te puede gustar o no, pero soy yo. Como dije, con todas las influencias que me encuentren.

 CB. ¿Cuáles son los proyectos musicales en los que has fundado o participado?

Roy. Siempre he organizado bandas, que, a mi juicio han tenido éxito. Como Rock Moviloy y La Banda de los Corazones Locos. Actualmente lo hago con Roy Álvarez y La Banda Mágica. También participé en una banda punk llamada: Escoria, y con la banda de blues más antigua de México, Hangar Ambulante.

CB. ¿Quiénes han sido algunos de los músicos que han conformado tu banda?

Roy. Han participado más de quinientos músicos. En el rock, El Gary, Angélica Infante, Armando Trejo “Pegazo”. En el blues, Max Roland, Paco López (Circo Blue), Javier Tapia (Ten Con Ten), Omar Triana (Tótem), Octavio Blu (Tere Estrada), Donovan Camacho, Felipe Serrano, Germán Hinojosa. La lista de excelentes músicos es muy larga.

CB. ¿En qué grabaciones has participado a lo largo de estos años en la música?

Roy. Tengo cuatro discos con canciones mías. En 1981 participé en un acoplado de bandas mexicanas, algunos ahora lo consideran de colección, pero para mi es una basura. Si hubiera podido, quisiera haber comprado toda la producción, con tal de que nadie la escuchára. Pero… ahora es de “colección”.

Roy Álvarez en el Chopo

CB. ¿Cuál ha sido uno de los mejores momentos en tu carrera musical y cuál uno malo?

Roy. Uno de mis mejores momentos, es cuando toqué en el Palacio de los Deportes al lado de John Lee Hooker y Canned Heat en 1981. También cuando logré tener más de 30 autos de colección y varias motocicletas, gracias a la música. Momentos malos ha habido muchos, los más terribles… lidiar con pendejos.

CB. ¿Qué consejo le darías a un joven guitarrista que quiere incursionar en el blues en México?

Roy. ¿Dar consejos? ¿Para qué? Cada quién tiene que probar su propio camino y darse cuenta de lo que le conviene o no. Pero en el supuesto de que algún músico tomara en cuenta mi opinión, le sugeriría que primero estudiara una carrera. Luego se consiguiera un trabajo. Y por último, se dedicára al blues. Además de que no se le olvide ensayar todos los días. Eso lo va a volver en un buen músico. Aunque no le garantiza que vaya a tener éxito. En ese camino debe tener de compañera fiel: la constancia. Ella te ayudará a tener éxito.

CB. Sabemos de tu gusto por la escritura, ¿Gustas compartirnos uno de tus textos?

Roy.

“Amigos estarán de acuerdo conmigo que… la vida es un gran teatro, donde todos somos actores.

Yo… he actuado algunas veces como un trabajador compulsivo. Otras, como un vago sin oficio.

Muchas más he sido un tonto enamorado. Otras, tristemente un Romeo abandonado.

He sido fabricante de castillos en el aire, vendedor de paletas, de periódicos, de ilusiones.

Motociclista de carreras, para poder escapar de la perrera (policía).

He sido acumulador de notas musicales, de canciones de ritmos bluseros y tropicales.

Aprendiz de poeta. Conversador con las estrellas (astrología).

Conversador con la luna (poesía). Conversador con cupido (amor).

Y también con afrodita (sexo), y la noche oscura.

He sido el actor principal en un bar, desde luego… por vomitar.

He sido pintor de brocha gorda, también de pincel fino, y por el adorne con buen tino, el lienzo con mi madona.

He sido escritor de cuentos ingenuos, también de dramas intensos.

En mi carrera de actor he tenido el papel principal para ser un improvisado ginecólogo,

acompañado siempre de música con aullidos de lobo.

La vida es un gran teatro, donde los actores se reciclan a diario.

También por momentos represento a un actor blasfemo, un brillante feligrés hipócrita,

cuestionador de las teorías del cielo.

Dejé al último la actuación de calaca sonriente, mientras actuaré como amoroso compulsivo.

Es una forma de decir… sigo felizmente vivo.

Soy un primer actor aún en cartelera, consciente del papel que represento.

Y no es cualquier papel, por supuesto, mi papel no es pequeño.

¡Jamás será poco!

Ya que represento en esta comedia llamada vida… Un músico, poeta y loco”.