El breve paso del Blues por México
Escribir un artículo sobre la historia del blues en México es un albur, es un tema espinoso de tratar, todos opinamos, todos creemos saber y al final no nos ponemos de acuerdo, creando confusiones; sin embargo, todos debemos reconocer que, pese a eso, se ha avanzado en su difusión, y es hasta hoy que se está tejiendo una verdadera cultura del blues en México, a pesar de que nuestro país está ubicado a un costado de su cuna.
Son entendibles las posiciones de todos los involucrados, y es muy satisfactorio para los que somos viejos amantes del blues, que las nuevas generaciones se inclinen por esta música. Esas nuevas generaciones que ya cuentan con los medios tecnológicos que les permite tener a la mano información y material, que a diferencia de los que pertenecemos a otras generaciones no tuvimos.
Desde mi punto de vista, considero que el motivo por el que en México estamos en pañales en el tema del blues respecto a otros países que se encuentran mucho más lejos que nosotros, de la nación que vio nacer este género, definitivamente fue gubernamental, toda vez que aquí hubo una represión musical por parte del gobierno que duró años, y no fue hasta los primeros conciertos masivos en la Ciudad de México que el blues y el rock se encontraron con el público mexicano.
El gobierno mexicano y los medios de comunicación en los años 50, 60 y 70, se aprovecharon que la gente tenía una mínima posibilidad de informarse de lo que pasaba en el mundo en el tema de la música. Durante varias décadas ellos decidían qué música había que difundir entre la población, motivo por el cual, esas generaciones solo consumían lo que se podía escuchar en la radio y la televisión.
Un artículo titulado “Música de los 50 y 60”, publicado en el sitio “Vida Antigua”, nos ilustra brevemente que lo que acontecía en esos años en México: “… La música siempre ha sido uno de los pasatiempos favoritos, y en los años de la década de los 50 y 60, por supuesto que también lo era. Varias noches de la semana los jóvenes adolescentes se reunían en casa de algunos de ellos o en una esquina cercana. En ese lugar ‘entonaban’ las canciones de la época y no distinguían entre los diferentes tipos de música. Muy común era la interpretación de los tríos como, Los Panchos, Los Diamantes, Los Ases y muchos más; las rancheras de Javier Solís, Pedro Infante y José Alfredo Jiménez entre otros. Las tropicales interpretadas por Celia Cruz, Benny Moré, Tito Puente. Los románticos como, José Feliciano y Pedro Vargas y hasta los extranjeros ya en un estilo nuevo y diferente como, Elvis Presley, Bill Halley, Chuck Berry y Little Richard.
No cabe duda que la música que más influyó en los jóvenes de aquella época, definitivamente fue la del Rock and Roll, porque surgió precisamente en los años de la adolescencia, una etapa de la vida en la que creemos ser dueños del mundo, una etapa en que el furor de la juventud te convierte en un ente de protesta y rebelión y, se dieron las condiciones, surgió el grupo que hasta hoy perdura en el gusto de grandes y chicos, Los Beatles. John Lennon (guitarra rítmica, vocalista), Paul McCartney (bajo, vocalista), George Harrison (guitarra solista, vocalista) y Ringo Starr (batería, vocalista), fueron los componentes del grupo. Un grupo que en el curso de 8 años, de 1962 a 1970, lograron vender 400 millones de discos, y para 1985 habían logrado vender ya la terrorífica cantidad de 1,000 millones.
Pero no solo fue su música la que se impuso, también fue la moda en sus cabellos. Los Beatles aparecieron en el mudo portando ‘largas’ cabelleras, que en México estaban reservadas a las mujeres, los jóvenes y adolescentes de esos tiempos los imitaron y consiguieron imponer un susto e inconformidad a los padres. Definitivamente el grupo londinense transformó los gustos, las apariencias y las actitudes de la juventud. Creo que los Beatles fueron, o más bien lo son, un parteaguas en el estilo de vida de muchos países como México, un detonante para que surgieran muchas corrientes de vida diferentes a las que hasta entonces se acostumbraban. Fue tan influyente el surgimiento del grupo, que para 1965, cuando estaban programados para presentarse en México, el entonces Regente de la Ciudad de México, Ernesto P. Uruchurtu, lo prohibió, argumentando que eran mal ejemplo para la juventud, y que el país no estaba preparado para ese tipo de eventos.
Acicateados por el tremendo éxito de los Beatles, surgieron excelentes grupos de habla inglesa como lo fueron Herman’s Hermits, The Beach Boys, The Rolling Stones, The Doors, The Mamas & The Papas, Jimi Hendrix, Eric Clapton, Led Zeppelin y Creedence Clearwater Revival; entre muchos otros. En México, la historia del rock and roll fue también en grande, se dejó a un lado los malinchismos y los grupos mexicanos escalaron estrepitosamente la fama.
Fue así como se hicieron presentes en el gusto del público mexicano Los Rebeldes del Rock, Los Teen Tops, Los Locos del Ritmo, Los Hooligans, Los Hermanos Carrión, Los Crazy Boys, Los Camisas Negras, Los Freddys, Los Babys, Los Reno, Los Yaki; entre muchos, muchísimos otros. También surgen personalidades en su faceta de solistas, aunque muchos en sus inicios fueron parte de grupos roqueros, nos referimos a Enrique Guzmán, Cesar Costa, Angélica María, Julissa, Manolo Muñoz, Vianey Valdez, Polo, Leda Moreno, Ricardo Roca, Oscar Madrigal, Mayté Gaos, Pily Gaos, María Eugenia Rubio, Fabricio, Alberto Vázquez, Johnny Dynamo, Roberto Jordán, Luis ‘Vivi’ Hernández, Las Hermanas Jiménez, Javier Batiz…”
Este artículo nos precisa el panorama musical que vivió México en esas décadas. Sin embargo, podemos apreciar que en ninguna de sus partes se menciona el género musical que nos ocupa, el blues, en la lista sólo hay músicos y cantantes de rock, quizás el que pudiese resaltar es Chuck Berry, pero en México nunca se le ha reconocido como un pionero del blues, sino, como un pionero del rock and roll.
Enlistando al único, a un músico referente que por sus circunstancias personales tuvo una influencia bluesera. Me refiero a Javier Bátiz que para muchos, incluyéndome, es el único músico mexicano que en esos años introdujo el blues a México, tratando de mantener sus raíces hasta donde pudo.
Partiendo de los anterior surge una pregunta, ¿cuál era el panorama musical en otras partes del mundo? Y más aún, la pregunta que quizás más nos cala a los amantes del género, ¿de cuánto blues nos estábamos privando los mexicanos?
Considerando que si hasta finales de los años sesenta en México, no se tenía idea de que ya antes, al final de los años cincuenta, el blues como género había vivido una transición al pasar de aquellos años del Delta cuando solo se utilizaban instrumentos acústicos, hasta su electrificación al llegar a Chicago, en donde se vivió su época dorada con el apoyo de los hermanos Chess, y toda aquella historia que ahora ya conocemos.
Ya para esa década se había apagado el furor por el movimiento del blues al grado que los músicos tuvieron que ir a Europa a darse a conocer para poder subsistir en el medio musical. Podemos asumir que en ese entonces estábamos musicalmente aislados del mundo, y no teníamos ni idea de cómo se fue dando la evolución musical, hasta llegar a esa música que se ofreció a los mexicanos en esos años como un artículo procesado, el rock and roll. A principios de los años setenta se organizó el Festival de Avándaro, que para mí, no es de ninguna manera un referente en la historia del blues en México.
Toda vez, que en él participaron solo grupos de rock, que en ese entonces interpretaban música de bandas estadounidenses e inglesas. Una que otra hacía esfuerzos por tocar blues, pero a un estilo más apegado al rock que al blues. De ahí la confusión que siempre ha existido hasta nuestros días, pues al haberse “brincado” esa evolución que se dio en el blues, solo se conoció el producto ya elaborado, sin haber estudiado la historia, la esencia, la estructura, la riqueza y la evolución del blues como género, y su aportación al panorama mundial de la música.
Se tocaban covers, entre ellos algunos de blues, que ya les había resultado en esa época a grandes bandas de rock como: The Rolling Stones, The Doors, The Yardbirds, Led Zeppelin, etc, con la única diferencia de que esas bandas, sí pudieron vivir muy de cerca la evolución de la música, lo que en México no sucedió. La década de los setentas fue de contrastes en la escena del blues en México, por un lado, se estaba gestando un nuevo movimiento en la cultura del rock, al aparecer bandas como, Three Souls in My Mind, ya que sin querer, le llevó blues a los mexicanos, y digo sin querer, porque dudo que la gente que gustaba su música supiera lo que era el verdadero blues y que conocieran a sus creadores.
Three Souls In My Mind – El Blues de la Mala Suerte
En esos años, los discos de blues solo se podían conseguir en tres tiendas, “Hip 70”, “Discotecas Ser” y “Super Soul”, y tiempo después en “El Ágora”, no más. También todo el material era muy caro pues era importado. Las tiendas de discos populares solo vendían discos de grupos o cantantes comerciales, pero curiosamente se podían encontrar discos de dos bandas inglesas: John Mayall y Savoy Brown, de ahí que muchos bluesistas de mi generación incursionamos al mundo del blues no escuchando a los clásicos, sino a John Mayall. Por eso, el “Jazz Blues Fusion” de Mayall, es el disco referente de blues para quienes pertenecemos a esa generación.
John Mayall – Jazz Blues Fusion (Vinyl)
Por otro lado, fue en la década de los setentas cuando por primera vez México le abre sus puertas al blues, al organizar los primeros festivales masivos, el primero se celebró en 1978 en la Sala Nezahualcóyotl, viniendo figuras como: Willie Dixon, John Lee Hooker, Jimmy Rogers, Big Walter Horton y Sunnyland Slim. Nunca los mexicanos habíamos tenido la oportunidad de estar tan cerca de esos monstruos del blues.
Big Walter Horton – Festival de Blues en México 1979
De las anteriores consideraciones, se puede concluir que la historia del blues en México es muy joven. Con tan solo 42 años de historia, nos queda aceptar que hay mucho camino por recorrer. Tenemos que reconocer que el blues llegó muy tarde a nuestro país. Gracias a una represión absurda, tuvimos que esperar mucho tiempo para que llegara.
Hoy en día en México se viven tiempos distintos, por ello es importante que las generaciones que disfrutan del blues, las viejas y las nuevas, se unan para aportar lo que cada una de ellas pueda hacer, con el único objetivo de crear una cultura del blues en México.
Como escribí al principio, es muy satisfactorio ver como jóvenes mexicanos se interesan por estudiar, fomentar y difundir el blues en nuestro país. Los veo cómo estudian, se esfuerzan por rescatar el sonido de los grandes, algo que nos debe orgullecer a todos aquellos que, desde nuestra trinchera, hemos puesto nuestro grano de arena para que este movimiento musical perdure.