La Poesía Tiene Su Norma

Doctora Corazón

Ella sana heridas del alma,

de la vida y por su puesto… ¡del corazón!

Ella toma de la mano al afligido, al confundido,

lo guía y orienta cuándo pierde la razón.

Cuando no sabes para donde caminar,

te enseña varios atajos para llegar.

No puede juzgar, tampoco con nadie llorar.

Ella vive otras vidas, se mete a matrimonios,

a casas y literal, hasta la cocina tiene que indagar.

Ella controla emociones y reacciones,

 que no puedes frenar.

Y a ella, ¿quién la ayuda?

¿Quién le limpia sus heridas de mujer?

Sus llantos reprimidos,

sus deseos desbordados y clausurados.

Ella también tiene vida,

ella escucha con atención tus desventuras y aventuras.

Tus amoríos pervertidos de los cuales,

 por ética tiene que callar.

Ella también ha caminado y se ha tropezado,

tambien a reído y fracasado.

Ella es consciente de que caminar por fangos,

pisar cielos y mares te hace madurar.

Ella es tierna y meticulosa al hablar,

sigilosa al regañar, astuta para orientar.

Ella es como una luciérnaga que se aparece para iluminar,

 y desaparece después para dar pie a que camines ya solo,

con lo que sus conocimientos te han aportado.

A veces maestra y a veces aprendiz,

porqué con cada historia a ella contada,

con cada ser al que ha podido apoyar,

le ha valido para con paso firme caminar.

Débil y frágil como toda mujer,

romántica que se deja querer.

Apasionada y entregada,

emprendedora y creadora.

Ella tiene una convicción…

Ella es… la ‘Doctora Corazón’.

La que sana tu mente, tu alma, y claro está,

 ¡tus heridas del corazón!



Música de fondo: Chitlins con carne de La Mr. Swing, del álbum, Walkin’ The Path.