Diván el Terrible

Lo Crudo del Blues

Entrevista con Juan Carlos Cortés, primera parte (fotos por Rafael Arriaga)

Directo desde Morelia, Michoacán; se logró la entrevista con un guerrero que desde hace 12 años está abriendo camino para el Blues y dejando huella con su propuesta, Juan Carlos Cortés. Animosamente aceptó compartir con Cultura Blues su experiencia de todos estos años. Vamos entonces.

El principal interés en esta columna es conocer a través de los líderes de las bandas, ¿qué es lo que hace funcionar una banda? Yo estoy convencido de que eso tiene que ver mucho con el liderazgo; lo quieran o no, lo practiquen, lo deseen, si se les da espontáneamente. Resulta que es el frontman quien organiza, el que cuida, propone como debería sonar tal o cual canción, compone, hace los contactos con los empresarios, al final, como todas esas cosas se le van dando a la banda, estas responsabiilidades recaen en uno o dos de los miembros.

En el caso de tu banda he observado que has introducido a muchas personas, así no he tenido el cuidado para observar y llevar cuenta de los miembros de tu banda. Quienes han permanecido y cuál ha sido tu criterio para seleccionarlos y hacer que permanezcan; esa sería la primera pregunta…

Octavio. ¿Como integras una banda?

Juan Carlos. La banda de Blues con la que he venido tocando ya lleva doce años y comenzó con un disco que yo había organizado y lo grabé con una beca que gané con el Programa de Apoyo del Fondo de Culturas Populares de Michoacán, entonces, grabé el disco, pero ¡sin una banda!

Octavio. ¿Hiciste todo tú?

Juan Carlos. Sí, todo lo hice yo. Invité a los músicos a grabar y ya que tenía el disco completo, necesitaba una banda para presentarlo, porque el compromiso era hacer unas presentaciones del disco. Ahí es cuando comienzo a convocar a algunos músicos que se mantienen hasta ahorita; entre ellos está Germán Macotela, Irepan Rojas que toca el trombón, Rogelio Vargas que toca la batería, está es la base y yo toco la guitarra, a partir de ahí comenzamos a sumar elementos, en aquel momento integramos a Jorge García en la armónica, a un saxofonista de acá que se llama Juan Alzate.

El concierto estuvo muy padre; la cosa es que vendió mucho a los músicos, nunca he hablado con ellos del todo y ellos sintieron que estábamos dentro de un proyecto formal, digámoslo así, porque tenía un disco, tenía dirección, que era el promover el difundir el Blues, entonces veían también organización, hay una persona que nos está convocando para hacer este trabajo y él se encarga de todo lo que está alrededor, creo que eso es lo que muchos músicos aspiramos a que nos pase, que nos inviten a algo que ya está funcionando.

A partir de ahí comenzamos a trabajar y empiezan a salir las presentaciones, acá en Michoacán era algo inédito, en ese momento no había ninguna otra banda de Blues, lo único de Blues que había era cuando venía Follaje o algunas otras bandas de la Ciudad de México o de Guadalajara; empieza a tener cierta presencia dentro de la ciudad y eso nos motiva a todos los músicos, y me incluyo como parte de la banda.

Recuerdo que me dijo un amigo, Rogelio, “¿y por qué quieres que tu banda se llame ‘Juan Carlos Cortés Band’”? y le dije: “porque ya tengo varios años y ya me ha pasado que se salen los integrantes y se pierde la continuidad; entonces, si me llamo Juan Carlos Cortés, yo siempre voy a hacer Blues y tengo claro eso, y sea con quien sea, siempre lo voy a querer así”; eso hace que los músicos nos mantengamos, porque comenzamos a tener un grupo de trabajo estable, que tiene reuniones semanales, organización: ¿Cuántas tocadas queremos tener a la semana, al mes? ¿cuál va a ser el objetivo de este año? Queremos este año tocar en el Pozos Blues, ¿Cómo le vamos a hacer? Pues quien sabe; queremos tocar en el Martí este año, a ver como le hacemos. Así fue como comenzamos a tener presentaciones a nivel nacional, porque teníamos claro lo que andábamos buscando.

Otra cosa que da mucha unidad a la banda es el andar en la carretera, en el viaje, conociendo nuevos lugares, nuevos músicos, conocer toda la escena del Blues en México; la escena del Blues en México es pequeña de hace diez años, pero, todos nos conocemos y empezamos a sentirnos parte de un grupo, al igual de lo que ocurre con la banda ocurre lo mismo a nivel nacional, ahorita estamos todos los músicos de Blues más conectados que antes; por un lado, que el proyecto esté firme, que esté trabajando que tenga continuidad, y, en aquel tiempo, las cosas eran hacer discos y hacer festivales, tener presencia en radio, en algunos medios digitales, revistas o periódicos, todo lo que tenga que ver con prensa, creo que Cultura Blues aún no se publicaba hace doce años y no había prensa especializada como la hay ahora, estamos en un buen momento. Por otro lado, la banda es Juan Carlos Cortés, sé que puede sonar un poco ególatra, o fuera, incluso, de una banda, pero, tengo claro cual es la música que quiero hacer.

Octavio.Te asumes como el líder de la banda. Dices que hay miembros que están contigo desde el principio, independientemente de como lo tomen ellos, que tu hayas nombrado a la banda con tu nombre, el que hayan permanecido es una de dos: se resignaron o no les importa que se llame la banda como se llame están haciendo algo que les gusta. En ese caso ¿qué está pasando con los músicos con los que has tenido mayor continuidad?

Juan Carlos. Creo que tienen claro esto de quiero seguir haciendo Blues, entonces, la banda no sólo vive de trabajar en mi proyecto, todos tocan en otras bandas, otros ensambles y esta es una de las cuales están, creo que, si no les importa, pues, ¡no sé! A ver, ahorita los voy a ver a las ocho.



Octavio. Llevas doce años con este proyecto con entradas y salidas, subidas y bajadas, ¡es un buen rato ya! Mi curiosidad radica en ¿Cómo le hiciste? ¿Qué de lo que tú haces logra que los miembros se enganchen? Das libertad, diriges mucho, permites que propongan ¿Qué te funciona a ti?

Juan Carlos. A mí me funciona y voy a pensar un poquito en ellos, creo que lo que funciona es que hay trabajo, si hay trabajo hay una lana y eso no deja de ser un factor que hace que alguien quiera estar; por otro lado, es que hemos hecho discos, siempre hay algo que estamos empujando, también es, presentarnos en espacios que no son necesariamente de Blues y es que el Blues tiene esa gran apertura, los otros géneros no, pero, el Blues sí, nos metemos en muchos lugares.

En cuestión creativa, yo compongo la música, hago los temas, las canciones y los arreglos de los covers, siempre hay la visión de que me toca a mí, de hecho yo propongo la mayoría de las canciones y propongo la dirección hacia donde y como abordarla; ya a estas alturas, los músicos ya después de tanto tiempo ya tenemos una forma de trabajo automática y de conocimiento: si Juan Carlos me mando estas canciones para que escuche, entonces quiere que suene más o menos así, entonces se vuelve muy práctica la comunicación, eso también es importante, la comunicación en la cuestión creativa si debe haber una persona que tenga la idea más definida, que tenga más clara la orientación hacia donde se quiere encaminar la música. Cuando es la opinión de todos, la democracia, se necesita más tiempo, tardamos mucho más tiempo en llegar a los acuerdos. Ahí si me toca a veces, me toca ser quien lleva la dirección creativa en esta banda.

También trato de presentarles la idea de cualquier cosa, de cualquier proyecto, más como una unidad, que no sea nomás hacer esta rola, que sea parte de un proyecto general: que quiero trabajar el sonido del Delta, entonces se hace un estudio sobre el Delta, entonces nos ponemos a trabajar sobre algo más definido y también decimos “pero, esta vez lo queremos hacer de este color, queremos utilizar esta instrumentación, vamos a recrear la música de Chicago de 1950”, por ejemplo, y eso nos emociona más, sobre todo a mí. Creo que por ahí.

Octavio. Primero es: “Les dije a los miembros de la banda como lo quiero”, segundo: ¿cómo le hace la banda para hacer lo que quieres? Esto es ¿Cuál es el nivel de formación, es decir la preparación de los músicos con los que trabajas?, tú mismo inclusive. Me dices que compones ¿has estudiado o lo haces de manera espontánea?, hasta ahora con los amigos con los que he conversado aseguran que ambas son válidas. A final de cuentas tener formación o no, es relativo si se tiene talento.

Juan Carlos. Sí, talento. Me dijo una vez Genaro Palacios de Guadalajara: “primero adéntrate a conocer el género, conoce un poquito más lo que es el Blues y después lo compones… o lo descompones”. Yo tengo formación académica, de escuela de música clásica y Rogelio tiene también educación académica, ya que estudiamos en el Conservatorio de las Rosas, que, obviamente, nada que ver con el Blues y otro compañero tiene formación como músico tradicional él es de una familia de músicos tradicionales, es una familia de músicos, el otro estudió en una academia, él es parte de una iglesia cristiana, ya te imaginarás la formación musical. Pero, al final, todo eso, para lo único que nos sirve es para entender los sonidos y las organizaciones musicales; pero, lo que es la cuestión de la música del Blues, es otra cosa, no necesitas tocar Korsakov, ni Tchaikovski para tocar a Muddy Waters; es otro mundo, que tiene un lenguaje propio, una estructura propia, una expresividad diferente, lo que hay que hacer es conocer un poco más el género musical, para poder transformarlo y experimentar en él.

Esta música fue mi primera aproximación: primero estudié formación académica y después conocí el Blues, verlo de oreja, así con unos pocos casetes y aventándome al palomazo y en la práctica, creo que es la forma en que se aprende esa música y poco  a poco la fui conociendo y lo que siempre me ha gustado del Blues, que es una música de transformación, es una música que nació en los campos, es rural y después se hizo música de ciudad, pero, también se fue convirtiendo en otros géneros musicales, es una música que te va a llevar a otra música en algún momento; puedes tocarla muy purista pero, esa música su semilla interior, desde mi punto de vista, siempre tendrá que transformarse en algo más y la historia avala lo que yo digo.

Por ahí la formación y después de que ya empezamos a experimentar, haciendo composiciones y todo eso, viene la otra parte donde ya tienes el contacto para poder hablar con los músicos que ya tienen más experiencia, el compartir el escenario, el como perciben la música estoy hablando de Genaro Palacios, Jorge García, El Oso de Follaje son las personas con las que hay cercanía; Eric Enríquez en la Ciudad de México, con Viri Roots y todos ellos, de Guadalajara, pues obviamente, los King Bees, Los Villanos que son músicos que están en el día a día del Blues, eso ya es otro aprendizaje, otra formación, donde vemos un espectro muy amplio de personas haciendo Blues, creo que por ahí podría ser.

Octavio. Ahora, la imagen. Es característico en algunos músicos algún detalle, por ejemplo, Elihú su barba, Beto su voz, cada uno ha ido creando su personaje, una presencia, en tu caso, tu sombrero y tus guitarras, que no son nada comunes ¿tú programas o es espontáneo tener esa imagen, ese aspecto ese look? Y, acaso, ¿lo pides a tus músicos?

Juan Carlos. En un principio es accidental, es ver a Stevie Ray Vaughan siempre con su sombrero y su tahalí de un lazo y su guitarra, ver a B. B. King siempre con su traje y su guitarra, en un principio es eso: el imitar, porque así es esta parte de está música; después se vuelve algo planeado, se vuelve algo, parte de algo que nosotros, como músicos, intentamos proyectar, para que nos entiendan mejor la audiencia.

Ahorita estoy viendo una imagen donde tengo como quince años menos, estoy frente a una iglesia muy bonita como las que hay acá en Michoacán y, bueno, un pantalón muy flojo, una camisa sin mangas y un sombrero y nada fue todo un trabajo de irlo desarrollando, poco a poco hasta que ya empiezo a sentirme más cómodo y es algo que la gente empieza a reconocer; la imagen es un discurso que hace que los demás la vean; no es que uno sea una imagen sino más bien lo que el público ve.

Para mi las guitarras son fundamentales, porque mis héroes se caracterizan por la guitarra, cada guitarra contiene lo que estoy indagando en el momento; empecé con una Strato, pensando en Clapton, Stevie Ray y todos ellos; después una guitarra semihueca que era cuando yo estaba pensando más en los sonidos de B. B. King, de Freddy King y ahora estoy con un resonador y, pues sí, las guitarras son muy importantes, y cada que hago una foto tiene que haber una guitarra y tú, como espectador dices, “¡Mira ese es el de la guitarra aquella!”, la guitarra rara o la guitarra fea y le queda claro a la gente, eso creo yo. Cada quien ve lo que quiere ver.



Octavio. Esa es una parte, pero también el proceso creativo y tú lo has dicho, el tener, el querer estar tocando, con las endorfinas que produce el estar tocando en ese momento; no es un acto egoísta, individualista y mucho menos solitario, si tienes público te sientes libre y disfrutas más el acto de crear. “Dar o no dar” no es cierto, siempre tienes la intención de comunicar algo cuando estás trepado en el escenario.

Juan Carlos. También es muy importante, les digo a mis compañeros músicos “Esta noche es nuestra intención hacer esto y lo vamos a lograr” al final vemos si lo logramos o no, entonces, es bien importante.

Octavio. Y, sí, sí lo buscas. Hay quienes buscan que les digas algo, si no, no irían a las tocadas.

Juan Carlos. Claro, estoy de acuerdo en eso, y cuando soy público digo: “No, esta banda no me dice nada

Octavio. ¡A verdá!

Juan Carlos. Sí, ¡claro! A mí no me gustaría que eso me pasara; que dijeran “Esta banda no me dice nada”.

Octavio. Pero, afortunadamente, siempre pasa algo.

Juan Carlos. Sí, la música tiene eso.

Octavio. Ahora, tú eres de los pocos, o será porque te sigo en Instagram, que constantemente está subiendo eventos. En streaming, pero estás subiendo eventos. Este año ha sido catastrófico y eres de los pocos que han hecho cosas, en la última entrevista que publiqué se la hice a Elihú Quintero, quien también ha hecho cosas, pero, también estaba preocupado. ¿Qué está pasando con tu banda y el movimiento o actividad desde Michoacán? Para poder hacer cosas, hacer público.

Juan Carlos. Nosotros ya veníamos trabajando en eso, porque venimos usando las redes desde hace tiempo, y creo que lo que hizo la pandemia fue volverte más experto en las redes sociales ¡Ahí están, sólo úsalas!

A mí me quedó muy claro, desde que comenzó y comenzamos a hacer un festival en línea un festival virtual; porque acá en Michoacán siempre nos han pedido un festival, sólo que nadie va a poner lana; el público quiere un festival, pero, nadie quiere poner lo que se necesita, les digo: “yo les pongo a los músicos, pero, pues, hay que pagarles”, no, no quieren.

Entonces organizamos un festival virtual, con ayuda de Raquel Sirena de allá de Monterrey, que ahora está en la Ciudad de México y convocamos a gente de todo el país y gente de otros países y todos queríamos tocar, o sea, no había lana, pero, ya todos lo sabíamos, y el público estaba ahí. De lo que me di cuenta, cuando empezamos a hacerlo, teníamos un público impresionante, unas cifras impensables. Al final de esas veinte presentaciones, hicimos una cada noche, alcanzamos una audiencia de 140,000 personas, cuando yo hacía mi concierto y monitoreaba la audiencia, veía que yo estaba tocando para, alrededor de 7,000 personas en el instante y, otras 30,000 pasaban por ahí y dijeron “¡ah!, me quedo o no me quedo”.

Creíamos que el Blues era para poquita gente, yo jamás había pensado que iba a tocar para una audiencia activa en el instante de 7,000 personas, si me preguntas yo he tocado en eventos de hasta mil personas de público de Blues y creo que estoy hablando de mucho; pero, eso fue como “¡Espérate, creo que algo está pasando aquí!” eso me motivó mucho a seguir haciendo cosas, a aprovechar esto de los streamings y decir: “creo que el publico está ahí” la gente siempre ha estado ahí y nosotros también, sólo hay que estar en comunicación.

Comencé a hacer varias cosas; por primera vez nos invitaron al Festival de Jazz de Michoacán, el Jazztival, en mayo o junio que me llegó la invitación; dije: “No puedo creer que me estén invitando al Jazztival de Michoacán”, llevo años tocando aquí, en este estado y de repente me llega la invitación para hacer un concierto virtual. Ahí viene una complicación, ese festival no nos pagaba pero teníamos que hacer un video de alta calidad, cuando llegas al video de alta calidad te das cuenta de que el dinero que te dan no te alcanza; nosotros, como banda, decimos “vamos a comprar el equipo con esa lana, si vamos a tener que hacer eventos y conciertos, pues, ¡compremos el equipo!”; entonces, eso es lo que comenzamos a hacer.

Es tener un equipo que nos permite tener algunas cosas, después llegamos al punto en el que ya habías ensayado para el festival ya lo habíamos tocado, ya teníamos el equipo y, pues, ¡vamos a grabar! Creo que es el momento de hacer algo, tenemos el equipo y tenemos el tiempo; eso nos motivo y luego luego nos enganchamos y les dije pero, no podemos sonar como los discos del 2020, pero con el equipo que tenemos, que no es mucho, es una computadora, un interfaz y unos micrófonos y unas cámaras sí podemos sonar como los discos de Elvis, ¡a huevo!

Sí podemos sonar como eso, ellos tocaban en una cabina con un micrófono; seguro que lo podemos hacer y, nos empezamos a enganchar, tuvimos que aprender a hacer un poquito de audio y tratamos de recrear ese sonido de Elvis de esas grabaciones de ese Blues que está ahí en 1950., creándose ¿no?

El bajista no pudo tocar porque se enfermó de COVID pero, el trombonista toca el contrabajo y dije: ¡claro! El contrabajo con un resonador y una batería simple; esto va a sonar como cuando tú escuchas “I can’t be satisfied” de Muddy Waters, que fue su primera grabación; “vamos a tratar de hacer ese sonido”, les dije, él no tiene batería porque creo que tiene contrabajo, guitarra y voz y después se lo fusila el Elvis Presley; con una de las canciones que si grabamos, que es “That’s Allright”, lo mismo dos guitarras un contrabajo haciendo las percusiones, ¿Seguro que podemos hacer eso? Lo empezamos a plantear y, bueno, ya traía un repertorio de Delta Blues que he venido trabajando en los dos últimos años, entonces proyectamos grabar ese material; es por ahí por donde hay que estar haciendo las cosas. Resulta que hay un público de Blues y está en las redes sociales y algùn día lo podremos sacar a las calles; porque todos quieren salir a las calles.


Juan Carlos Cortés – La ciudad donde no había blues


Octavio. Hasta aquí mis queridos lectores el tiempo y el espacio se nos acortó, prometo una continuación tan interesante como lo leído hasta ahora; nos leemos hasta marzo.

Mientras tanto ¡cuídense!