+ Covers

Los 17 mejores slides del Country Blues 2

Los 17 mejores slides del Country Blues (1923-1951)

Segunda parte

Roll and Tumble Blues – Hambone Willie Newbern. El visitar con frecuencia cárceles, lupanares y asilos, le proporcionó al oscuro guitarrista texano, Hambone Willie Newbern, la inspiración suficiente para grabar en 1929 uno de los estándares musicales más recurrentes de todos los tiempos, un verdadero clásico. Lo áspero de su voz y un slide apagado, en un ritmo repetitivo, sumergido en antiquísimas tradiciones afroamericanas, motivaron que artistas posteriores como: Robert Johnson o Muddy Waters, hicieran su propia versión del tema, pero respetando los lineamientos originales planteados por Newbern.


Travelin’ Blues – Blind Willie McTell. He aquí a otro virtuoso de la guitarra de 12 cuerdas. De acuerdo con testimonios de gente como Bob Dylan y Mick Taylor, Willie McTell es simplemente el artista más completo de la antigüedad, además de notable conversador y poeta. De 1927 a 1959, realizó decenas de brillantes grabaciones que reflejan su vida nómada e infinidad de aventuras callejeras, amoríos peligrosos pero también su acercamiento con Dios en un puñado de melodías con espíritu religioso. Todo ello se compendia en Travelin Blues, un himno épico a ritmo de tren y un slide nervioso que corta el aliento.


John Henry – Walter Furry Lewis. Quien es considerado uno de los gigantes del blues de Memphis de preguerra, Furry Lewis, no podía ser ajeno a la técnica del slide. Este hombre, quien perdió una pierna en actividades militares, y en el umbral de su vida se empleaba como barrendero antes de ser redescubierto en los años sesenta, grabó una serie de emocionantes canciones a finales de la década de los veinte, en donde lo mismo encontramos piezas de baile y de entretenimiento, que otras más introspectivas y de profundidad humana. Una de ellas nos habla del legendario líder obrero, John Henry. La fascinación brota por la manera envolvente en que Furry mezcla complicados acordes en escalas abiertas, con un slide finísimo de tonalidades hipnóticas.


Panama Limited – Bukka White. Por mucho tiempo esta grabación formó parte de los cuatro temas perdidos que Booker T. Washington (Bukka White) lanzó en 1930. Hoy, gracias al rico acervo de compañías como Document, podemos apreciar en toda su grandeza, ese estilo expresivo y salvaje de pulsar la lira tan propio de White. Aquí el ritmo machacón se asemeja a un tren en marcha, y el slide se intercala con urgentes frases vocales y gemidos. Se afirma que la intención original de Bukka, consistió en rendirle un tributo a la red ferroviaria que unía a la ciudad de Chicago con Nueva Orleans, y que encontraba en la compañía de trenes, Illinois Central Panama Limited, a la mejor opción para viajar de polizonte sin pagar boleto.


My Wash Woman’s Gone – Memphis Minnie & Kansas Joe. Lizzy Douglas, mejor conocida en los bajos fondos del Delta como Memphis Minnie, era una mujer de armas tomar. Tocaba su música de la misma manera en que transcurría su vida: dura y sin concesiones. Su voz se escuchaba hombruna, casi escupía tabaco y arrojaba moonshine a cada frase que salía de su garganta. El slide lo tocaba deslizando una navaja sobre el cuello de la guitarra. Así de auténtica era la obra de esta mujer, y por lo mismo es considerada la primera y única gran reina del blues de todos los tiempos. Normalmente Minnie se presentaba tocando a dueto, casi siempre con algún marido suyo. Los temas que grabó junto a Joe McCoy, de 1929 a 1935, son sencillamente maravillosos. La pieza que aquí se recomienda encierra todo ese estilo folclórico que por aquellos años brotaba a raudales en la extensa región sureña norteamericana. Minnie se encarga del slide y del contrapunto, mientras que su acompañante canta y lleva la base rítmica.


Homesick and Lonesome Blues – Blind Boy Fuller. Los primeros acordes de esta canción, grabada en 1935, son emocionantísimos y presagian el detallado trabajo de slide eléctrico que posteriormente harían otros músicos como Elmore James. Fulton Allen, mejor conocido como, Blind Boy Fuller, es considerado uno de los verdaderos gigantes del blues rural, gracias a una meticulosa técnica mediante la cual fusionaba el ragtime con piezas de baile y diferentes tonadas tradicionales del norte de Carolina. Entre el grupo de personajes que lo acompañaron durante sus aventuras destacan Bull City Red en la tabla de lavar, Sonny Terry a la armónica y Blind Gary Davis en la guitarra rítmica.


Terraplane Blues – Robert Johnson. Es natural que cada uno tenga su pieza favorita de este hombre, de quien se afirma hizo un pacto diabólico con el mismísimo señor de los avernos. Yo me quedo con Terraplane Blues, pues reúne –a mi entender- los mejores rasgos distintivos del denominado, Rimbaud del blues: falsete amenazador, slide sincopado y puntual y una avalancha de imágenes líricas que describen perfectamente al caradura que se juega la vida todo el tiempo. Cuando aún vivía, esta melodía se convirtió en el primer éxito de ventas para Johnson; además, pertenece al selecto grupo de canciones en donde se aprecia a un Robert auténtico, sin influencias tan marcadas (que a veces rayan casi en el plagio), o con tratamientos especiales a distintas melodías que ya habían triunfado con intérpretes anteriores.


My Black Mama – Son House. Después de Charley Patton, es muy probable que Eddie Son House haya sido el músico de slide con mayor influencia en toda la región del Delta, pues entre sus discípulos se cuentan a Robert Johnson y Muddy Waters. Su brillante carrera discográfica comenzó con una sesión fantástica en el año de 1930, de la cual se desprenden puras joyas populares, entre ellas, My Black Mama, que más tarde Robert Johnson redimensionaría con el título de Walking Blues. Esta melodía sintetiza el blues de Mississippi en su estado más puro: voz aguardentosa de predicador, ritmo semi lento y sensual, y un slide muy bronco que acompaña todo el tiempo la voz y a veces termina la frase.


Tell Me Baby – King Solomon Hill. En muy contadas ocasiones, un sólo acorde de guitarra puede ser aprovechada con tanta imaginación como lo hacía “El Rey Salomón” Hill. Prácticamente en las diez canciones que subsisten, utiliza un sólo tono en afinación abierta, para deslizar su cuello de botella a lo largo de las seis cuerdas. Otro de sus atractivos radica en su insólita forma de cantar, con un tono nasal fuerte y agudo, en algo parecido al de Skip James, que en combinación con su accidentado estilo guitarrístico, nervioso pero decidido, creó verdaderos himnos plagados de metáforas sexuales.


The Dirty Dozens – Kokomo Arnold. He aquí a otro artista cuyo estilo influenció a más de uno. Dedicado sólo medio tiempo a la música, pues sus labores de contrabandista de whiskey le redituaban mejores ganancias, Kokomo se dio tiempo para lanzar varios clásicos populares impresionantes. La guitarra que utilizaba era con cuerpo de acero, y por lo mismo el slide que se escucha es, la mayoría de las veces, muy sonoro. A él se le atribuye el clásico, Milkow Blues, sin embargo personificó otras tantas joyas que sirvieron de molde para los músicos que venían detrás. The Dirty Dozens –una obscena melodía antigua plagada de albures- es particularmente atractiva por su ritmo salvaje y desenfadado, pero también por la estruendosa voz de su intérprete.


I Want You To Lead Me On – Sister O.M. Terrell. Resulta curioso que los fanáticos del country y el western tengan una idea más acabada del talento que caracterizaba a la hermana O.M. Terrell, que la referencia que tienen los propios seguidores del blues. Parte de la confusión se origina por el desconocimiento de su raza, todavía hoy no se sabe con certeza si fue una mujer de raza blanca o negra. Lo cierto es que se ubica entre las intérpretes femeninas que acostumbraban a tocar el slide sobre una guitarra National con cuerpo de acero, y empleaban un vibrato vocal fuerte y apasionado. O.M. Terrell grabó seis desquiciantes sermones-musicales en la ciudad de Nashville en 1951, con una sencilla base musical de bajo, batería y guitarra, pero con mucho sentimiento a la hora de impactar el oído del fanático a esta clase de música.


* Artículo originalmente publicado en Palabra de Blues,

número 8 de diciembre 2009.