De Colección

El Vuelo del Rinoceronte – Rhino Bluesband

El Vuelo del Rinoceronte de Rhino Bluesband ha encontrado, en fechas recientes, más terrenos para volar. La grabación en su versión digital, ocupa ahora un lugar muy especial dentro de mi colección particular, ya que en estos tiempos de nuevos retos, ha sido relanzado en las principales plataformas digitales.

El álbum

El disco fue producido por la propia banda, grabado en varias sesiones en 4 diferentes momentos de su trayectoria, todas ellas en PSI Estudios de la Ciudad de México. La grabación, edición y mezcla corrió a cargo de Rafael Herrera. La masterización se hizo en Artefacto Producciones por Ricardo Arteaga. El diseño de arte fue realizado por José Luis “James” García. La edición original en CD se publicó en junio de 2015. El booklet de 16 páginas que acompaña a la edición original contiene fotografías de Rafael Arriaga Zazueta y de José Luis García Fernández.

Los temas

1. Push Me Away (Phil Daniels); 2. Walking Shoes (Phil Daniels); 3. Cold, Cold Feeling (Jessie Mae Robinson); 4. Hey Joe (Billy Roberts); 5. Can’t Find My Way Home (Stevie Winwood); 6. Six Days (Phil Daniels); 7. The Song I Dare Not Sing (Phil Daniels); 8. All Your Love [I Miss Loving] (Otis Rush); 9. The Thrill is Gone (Rick Darnell and Roy Hawkins); 10. Hoochie Coochie Man (Willie Dixon); 11. Little Red Rooster (Willie Dixon).

Los músicos

Phil Daniels: guitarras y voz (todos los tracks); Enrique Nájera: bajo (todos los tracks, excepto 11); Leopoldo Bautista: batería (todos los tracks, excepto 11); Martín León (todos los tracks, excepto 11); José Luis García Fernández: teclados (1, 2, 3, 5, 6 y 7); Mario Martínez: armónicas y percusiones (3, 5, 6 y 7).



Los comentarios

Phil

Grabar nuestro primer CD en estudio representaba para mí un momento muy especial. Era algo que había deseado hacer desde que recuerdo. Era unos días muy especiales. Había mucho compañerismo entre los miembros de la banda, todos enfocados en hacerlo lo mejor posible, pero tan excitados como unos niños de primaria. Ya habíamos pasado la cuestión de seleccionar las canciones para grabar, cuales eran las favoritas y cuales las más ‘aconsejables’.

Si afuera el sol brillaba, adentro estábamos haciendo lo que más nos gustaba. Grabamos cuatro canciones en un año y luego las otras seis, que incluyen los cuatro temas originales, un par de años después cuando los fondos nos lo permitieron. Además, hay un track que había grabado unos años antes de los que hice con la banda, de cuando iba a Puebla para hacer conciertos como solista.

Mis principales recuerdos de la grabación, son los de haber trabajado con Rafael Herrera, y de lo placentero y efectivo que él era. Aparte de lo técnico y los consejos profesionales que nos regalaba, nos hizo sentir en casa, era super hospitalario, proactivo, daba mucho apoyo, era siempre cuidadoso en tratar de sacar el sonido que buscábamos. Grabamos ‘en vivo’ y no instrumento por instrumento, resultaba problemático para Rafa, pero así logramos grabar más en menos tiempo. Una vez que teníamos la base, siempre estaba abierto a que le agregaramos instrumentos adicionales, ¡o sea, honestamente, más guitarras!

Me tocó regresar a su estudio para grabar la voz. Otra vez, me hizo sentir completamente libre y cómodo, y es algo esencial cuando estás a solas en un cuartito cantando con todos los sentimientos a flor de piel, es una situación cuando uno está vulnerable, totalmente expuesto.

Recuerdo cuando hice los coros, en una canción, Walking Shoes, a sugerencia de Rafa grabé los coros 4 veces seguidas, todas iguales, pero le dan un ‘espesor’ mágico. Rafa mismo agregó un poco de coros al final de Can’t Find My Way Home. También hay otras partes de la voz grabadas que no son coros realmente, más bien son comentarios, pensamientos estimulados por la letra de la canción.

Otra cosa de Rafa fue todo su apoyo después de grabar para quitar imperfecciones, allí fue súper generoso con su tiempo, y también muy abierto para agregar efectos y sonidos grabados afuera. Esto se nota más en la canción, The Song I Dare Not Sing. Al principio, está el sonido de mucha gente hablando. Este pedazo era algo que había grabado en un teatro en Londres en los minutos antes de empezar la obra, que, según recuerdo, era ‘Rosencrantz and Guildernstern Are Dead’ de Tom Stoppard.

Al final, hay otro pedazo similar, pero en esta ocasión lo había grabado en el auditorio del jardín botánico de la UNAM, antes del inicio de uno de los conciertos de mis hijos (con Ogham Ensemble). En otra parte, encontró un efecto para que la voz pareciera que sale de un viejo teléfono. También hay allí un enredo tremendo de líneas de requintos y Rafa logró separarlas y convertir la complejidad en algo escuchable y no caótico, justo lo que yo había querido. ¡El sonido que logró sacar de la batería, también es para maravillarse!

En cuanto a la publicación en plataformas digitales, me siento muy optimista. Tener el disco en Spotify, Apple Music, Itunes, etc., representa la primera ocasión en que de la nada, alguien en Inglaterra me escribe para decir que va a escuchar a la banda. No creo que nos volvamos famosos para nada, pero va a ser padre poder alcanzar a un auditorio más amplio.

Enrique

A la distancia de un logro, hay dos momentos que recuerdo: el prepararse para la grabación con las horas de ensayo, corrección, comentarios, observaciones y críticas de nuestro trabajo; y los momentos (tensos, intensos) de estar en cabina al hacer pruebas y pruebas para escuchar y seleccionar la pieza que mejor haya quedado. Son dos instancias que tensan en otro sentido, más que las presentaciones, pues es el testimonio de lo que has hecho; es la otra cara del trabajo y proyección de los conciertos en vivo.

Sobre la publicación del CD en las plataformas digitales. Me sorprendió esa actualización, creo que ahora será más recurrente este medio, pues la pandemia no es una limitante, aún no hay virus del Covid en los sistemas operativos. Esto es una enseñanza para considerar esta plataforma y continuar como otro medio de interactuar con una proyección inimaginable, pues será la perseverancia el que te haga presente y vigente. Es una oportunidad nueva que tenemos y habrá que utilizarla, aunque me gusta más el objeto comoproducto testimonial, ni hablar, mi parte romántica en esos tiempos.

Leopoldo

Recuerdo que cuando entramos a grabar estaba nervioso porque algunas de las canciones nuevas, las originales, tenían algunas partes al inicio y al final que todavía se me dificultaban. Pero ya en el transcurso de la grabación sentí que me salieron bien y no tuvimos que repetirlas tanto. Ya cuando nos las mostraron, se oían muy bien y en el disco salieron mejor. Hasta nos fuimos a cenar unos taquitos al pastor para celebrar al término de la sesión. Con respecto a la publicación del disco en las plataformas digitales, me parece un acierto ya que representa una excelente visión promocional.

Martín

Grabar parecería para muchas personas divertido y efectivamente lo es, pero sobre la marcha es demasiado complicado. Aun más cuando no cuentas con mucho tiempo, siempre se da el fenómeno de escuchar lo que hiciste y quieres más, quitar, poner, es muy complicado.

El Vuelo del Rinoceronte, por su nombre en ese momento de la grabación no lo conocíamos, pero sin duda fue un buen viaje con los amigos, apoyarnos, entrar y salir del estudio, siempre con la atención de nuestro amigo Rafa, creador de la grabación y su excelente vibra. Las horas se hacían períodos breves, el tiempo cambia en la apreciación propia. Pasados los días y el trabajo de Phil y Rafa en dar la mejor forma al disco, sería una sorpresa para la banda.

Mi gusto por este disco ha sido tener la fortuna de estar inmortalizado con enormes y buenas personas, ahora al aparecer en las plataformas digitales, encontraremos muchas opiniones buenas y adversas, pero lo realmente importante es que están ahí, personas que realizan el trabajo de su instrumento con mucho corazón y eso lo percibirá de inmediato el escucha. Rhino Bluesband somos una banda que nos caracteriza por tener el beat del corazón en lo que realizamos.

José Luis

Recuerdo que cuando empecé a tocar con la banda, me comentaron que tenían un demo con grabaciones que habían recientemente realizado. Se trataba de 5 versiones de clásicos del blues: una como solista de Phil del 2008 (Little Red Rooster), y cuatro de la banda que grabaron como cuarteto en el 2009 (Hey Joe, All Your Love, Thrill is Gone y Hoochie Coochie Man).

Poco después, con el fin de incorporar un tema original al disco de Nacidos Bajo un Buen Signo II de Cultura Blues, la banda entramos al estudio de grabación para hacer, Push Me Away (Digo entramos, por mi participación en los teclados para estas grabaciones). En un descanso entre la grabación, Phil, nos presentó un bosquejo de Walking Shoes, comenzamos a tocarla y después de unas pocas repeticiones, el tema también se grabó en esa sesión del 2014.

Al siguiente año, en el 2015, con la finalidad de complementar el primer álbum, entramos al estudio de grabación para hacer cuatro piezas (ahora como sexteto con la inclusión de Mario): Cold Cold Feeling, Can’t Find My Way Home, Six Days, y The Song I Dare Not Sing, que redondearon el disco que finalmente llamamos “El Vuelo del Rinoceronte”. Hoy en día, disponible en todas las plataformas digitales, situación que me causa mucha felicidad, ya que es un logro de muchos años de trabajo de la banda, que puede ser constatado por el público, en cualquier parte del mundo.