Diván el Terrible

Lo Crudo del Blues II

Entrevista con Juan Carlos Cortés, segunda parte

Octavio. Amigos con algo de trompicones y sin vacunas retomamos la entrevista, directa desde Michoacán, con Juan Carlos Cortés, que ahora nos platica ampliamente en que consiste su proyecto para este año, le prometo que las ideas que presenta serán muy interesantes y nobles. Retomando lo que platicábamos la vez pasada.

Juan Carlos. Resulta que hay un público grandísimo de Blues y está en las redes sociales y algún día lo podremos sacar a las calles, porque todos quieren salir a las calles y cuando salga, estaremos listos.

Eso es por un lado y por otro yo también tengo otros proyectos como tocar solo y la Gatucada porque no siempre puedo andar con la banda y también nos invitaron al Jazztival, gracias a eso pudimos contar con presupuesto para invitar a Jorge García a Morelia, y aprovechando que vino lo invitamos a grabar con nosotros, así se integró a este Blues en Crudo que te mandé. Por ahí un poco las redes sociales hay que usarlas, ahí han estado, hay que buscarlas y habemos aprovechado tanto.

Octavio Espinosa. Hay bandas que piensan que con un celular se puede hacer un video y, en mi opinión, la calidad no es la gran cosa. Tú ¿qué prefieres hacer un video con el equipo que tú dices, aunque sea sencillito o con un celular?

Juan Carlos. Pues con el equipo, que es sencillito y puede crecer; el celular, no sé, sí, es bueno y todo, pero, ¡híjole! Se ha vuelto una cosa bien terrible, porque al principio podíamos hacer nuestras transmisiones con un celular, pero, después, el público ve que la calidad no es tan buena y lo quita.

Existe tal cantidad de personas haciendo videos con un celular que las personas empiezan, el público también tiene eso, a decir: no, esto no está bien hecho; podrán tocar o verse bien y lo que sea, pero, no suena, y a lo mejor eso le va a motivar a la gente a que en el futuro ya no esté con su celular en los conciertos.

Octavio Espinosa. ¡Eso es horrible, no sirven para nada!

Juan Carlos. La gente ni está en el concierto por estar grabando y con una calidad malísima.

Octavio Espinosa. Te da más coraje que interés

Juan Carlos. Fíjate cómo es eso de la tecnología, hace un año un teléfono de buena calidad costaba $25,000.00 pesos, de una calidad muy, muy fregona, ¿no? Hace un par de meses fui a buscar un teléfono, porque eso tiene el teléfono, es muy práctico, entonces los teléfonos buenos y de alta calidad estaban en $50,000.00; estás pensando en $50,000.00 pesos ¡es mucha lana! Pero si eso es lo que la gente quiere, siempre será esa practicidad y esos teléfonos tienen la misma calidad que la de mi equipo sencillito.

Octavio Espinosa. ¿Será? Yo tengo mis dudas.

Juan Carlos. Yo tampoco voy a gastar $50,000.00 para salir de dudas; pero me imagino que los creadores de celulares están pensando de lo que estamos hablando; que es lo que las personas necesitan para hacer una mejor transmisión y que cualquiera lo pueda usar; porque saber usar una interfaz, una mezcladora, ecualizar, pues, eso es cosa de músicos ¿no? y lo que ha hecho el teléfono es que cualquiera lo pueda usar. Entonces es una lucha contra la tecnología, que nos ganó, y vemos que la tecnología no pierde el tiempo, en unos cuantos meses te pone un producto superior, y bueno, a eso se dedican, nosotros hacemos arte y hacemos otras cosas.

Octavio Espinosa. Algo que he escuchado recurrentemente en las últimas entrevistas, sí, hay que mejorar la técnica, seguir estudiando, hay que practicar, componer, pero, ahora, también hay que entrarle a esto de la tecnología, administración, etcétera, no podemos dejarlo de lado.

Juan Carlos. En realidad, nunca debimos haber hecho eso. Yo me imagino mi primera banda, hace veinte años y yo hacía una canción porque mi canción era porque yo extrañaba a mi chava y de eso se trataba la canción, pero, ¿a quién le interesa eso? Sólo nos interesaba a ella y a mí.

Como eso hay miles de canciones que se escriben diariamente muchos somos de la época romántica, de hacer la música con nuestro sentir, con lo que sabemos, eso era suficiente, pero, desde que empiezas a tener una banda empiezas a tener una organización, tienes que pensar ya no eres tú, tu guitarra y tu voz, ya necesitas un micrófono, un lugar para ensayar, necesitas un carro para poder llegar al lugar de la tocada o ir en el camión, lo que tengas que hacer y creo que desde el principio a muchos se nos olvidó que teníamos que hacer mercadotecnia, entonces a lo mejor esperábamos que alguien viniera y nos descubriera, cuando en realidad no tenían nada que descubrir, jeje, de hecho ¡ya ni existen!

Se nos olvidó que teníamos que hacer mercadotecnia, que teníamos que saber de imagen, como cuando le dije a mis compañeros: nos vamos a vestir de este color, al principio llegaron bien y cambiaditos, pero, a la siguiente tocada ya no y a la tercera ya menos, entonces, yo les decía: estudiamos en una escuela de arte, sabemos el círculo cromático, ¿Qué onda con nosotros?, “Somos músicos no modelos”, no si nos quedamos a nivel disco hasta ahí habría una contradicción porque en la portada hay un diseño en un escenario tiene que haber eso también, está lo visual.

Ahora la tecnología nos ha puesto en una situación que la música hasta en un escenario tiene que ser audiovisual. Ya no tenemos que hacer discos nada más, tenemos que hacer el video y acompañarlo de una imagen y si no te aprendiste el círculo cromático, va a ser difícil que te vean, porque no estamos utilizando nuestras herramientas de artistas, sabes, somos sensibles a eso; cuando vamos a un museo y vemos una pintura y nos encanta el uso de colores, lo podemos apreciar, pero no lo empleamos; siempre ha estado ahí, siempre hemos vendido cosas a alguien.

Hace tiempo me decía uno de mis compañeros ¿si no fueras músico a que te dedicarías? Yo sería vendedor, porque tengo vendiendo una música que no se vende y lo he logrado bien, porque si te fijas, vender Blues en México ¡está bien difícil! Creo que los tiempos y la tecnología nos han puesto frente a cosas que habíamos dejado pasar.

Por ejemplo, yo tengo una interfaz desde hace diez años y dos micrófonos y con esos hago mis maquetas, pero yo veo a músicos que siguen grabando con su celular, compañeros que hacen sus maquetas con su celular, y, bueno, al final ahí están los resultados. Yo les digo compañero no debiste haberte ido a emborrachar debiste comprarte un interfaz.

Octavio Espinosa. Que te simplifica muchas cosas tener eso, porque, insisto, el teléfono tiene muchas limitaciones.

Juan Carlos. Sí, su función no es esa, está hecho para hablar, aunque ya no lo usemos para eso.

Octavio Espinosa. Ahora, para cerrar, cuéntanos todo lo bueno de tu nuevo disco.

Juan Carlos. Es un material que empezamos a hacer en este periodo de contingencia sanitaria, con recursos caseros, lo que quisimos hacer fue un viaje musical sobre la música del Delta, estamos hablando de hace cien años cuando los guitarristas se iban por los caminos rurales; esto fue una idea, yo siempre escucho a Eric Clapton y le pongo mucha atención, en esta ocasión me dijo algo muy importante, le preguntaron si sabía hacia dónde iba la música y el les contestó: escuchen el pasado. Él siempre lo ha hecho, yo dije: pues vamos a hacer algo así, más del pasado y me fui a indagar allá, como guitarrista, como alguien que busca al famoso rey del Blues y resulta que no nada más era B. B. King, sino que ya antes de él había habido otros reyes del Blues en la guitarra.

Entonces así es como comienzo a indagar más sobre los personajes que son los que voy a abordar: Mississippi Fred MacDowell, Mississippi John Hurt, Charlie Patton, Big Boy Crudup, Robert Johnson, por supuesto, entonces hacemos un viaje musical hacia esa época, pero, no queremos hacerlo que suene como sonaría ahora, queremos grabarlos como habría pasado con estos músicos que siempre grabaron solos, les tocaron las grabaciones de Alan Lomax y en algunas ocasiones los que tuvieron suerte con los de Paramount Records, grababan con un micrófono ¿no? y el estudio en la cajuela del carro de Alan Lomax; quisimos recrear eso queremos utilizar el automóvil y todo eso.

Queremos llegar a ¿qué habría pasado si a Robert Johnson le hubieras puesto una banda de aquellos tiempos? ¿a qué habría sonado? Pudo haber sonado a una Big Band, no tenemos una big band, pero si tenemos un percusionista y un contrabajista y una armónica, creo que por ahí va. Comenzamos a instrumentar la música en este viaje musical y seleccionamos los temas, comenzamos a grabar con cuatro micrófonos y pensando en recrear el sonido de esas posibles grabaciones de como pudieron haber sonado estos músicos en aquellos tiempos. ¿Por qué hacerlo? Porque con el equipo que tenemos podemos hacerlo.

Octavio Espinosa. Hay otro detalle que cambia las cosas: la calidad de los instrumentos, por muy modestos que puedas tener comparados con algunos que tenían en aquella época es abismal la diferencia ¿Cómo hubiera sonado Robert Johnson si en vez de tener una Stella hubiera tenido una Martin?

Juan Carlos. ¡Uy sí! la calidad de voces cómo se hubiera destacado. Bueno eso es una idea creativa. Tratamos de llegar a esos sonidos; tratamos de hacer la mezcla nosotros y no pudimos; entonces, resultó que, si teníamos límites, y le hablamos a un amigo que se llama, Paulino Reyes, él tiene un estudio de grabación, le dijimos: queremos que nos hagas la mezcla de esta manera; cuando escuchó la grabación dijo: ¿Cómo te voy a hacer la mezcla con cuatro canales? Y de una banda; le dije: quiero que suene como las cabinas de grabación que había en los estudios de radio, y nos pusimos a diseñar el sonido.

Llegamos al momento del master, ese lo quiso hacer, Rogelio Vargas, que es el baterista que toca conmigo, dijo: déjame hacer el master entonces échamelo, le dije: va, va, este master lo hace uno de nosotros mismos. Ahí está el material. Quisimos hablar de los temas que usaban estos músicos, como la muerte, la desesperanza, la aventura de andar en el camino, y pensar en el misticismo que puede haber en estas ideas como el mojo; esos fueron los criterios para poder seleccionar las canciones.

Ahí está una muestra, que te pasé, Pryer of Death, de Charlie Patton. Por ahí es donde queremos la aproximación sonora, con la suerte de que Jorge estuvo por acá con nosotros, a mi me gustó como estaba sonando y el resultado es que hicimos siete canciones, no quisimos hacer un disco muy largo, hicimos algo cortito.

En sí es llegar a esta era digital, donde el disco ya no será un disco maquilado, hicimos unas tarjetas germinables. Germinables porque dentro de cada tarjeta vienen unas semillas que tú puedes plantar en el jardín de tu casa y tener jitomates, lechugas y algunas otras cosas. Entonces pensando también en lo romántico de la pandemia que nos apunta a que todo lo tenemos que hacer en casa, y va a ser así, a través de tarjeta de descarga y después de un tiempo lo subiremos a las plataformas.

Queremos que primero sea al estilo antiguo, de tú compras, pagas por un producto y te lo llevas a tu casa, jeje. Porque si lo ponemos, todo en las plataformas, pues, ya nadie lo compra ¿para qué si lo puedes escuchar. Primero queremos hacer una campaña de difusión y venta e incluso un poco esto de, lo que alguna vez le pregunté al público, tú ¿cómo apoyarías a un músico? Dices que la música hace falta, pero, ¡tenemos ocho meses sin trabajo! Por ahí va también, el que nosotros les vamos a plantear esto: tenemos ocho meses sin trabajo, trabajamos desde casa, pero no nos rendimos; la música es como la materia, se transforma, aquí está una opción, si nos quieres apoyar comprándonos una de estas nos harás muy felices y tú también serás muy feliz con esta música que te presentamos.

Porque el público quiere también la música, va a ser de esa manera que se va a distribuir; esta es la primera entrevista que hago sobre el material, esperemos que salga pronto. Vamos a seguir haciendo ruido queremos que el público lo disfrute y seguiremos este recorrido por el Delta, la música del sur y se adentre a esas cosas que estamos haciendo los músicos, como es el estar trabajando desde casa igual que ellos, todo mundo está trabajando desde casa; es decir que vamos a reproducir ese sonido, porque eso sí lo podemos hacer, pero, tal vez no lo podemos hacer ahorita por nuestros medios hacer algo con una producción mayor y vamos a trabajar porque así sea. Sin embargo, también es bonito hacer las cosas con lo que tenemos; imagínate ¡hacer tu ensalada con las lechugas que tú mismo cultivas!

Octavio Espinosa. Esta es la parte novedosa que Cultura Blues desea promover. Estamos muy contentos de que las bandas estén generando sus propios medios, o sea, ¡buscándole! Y va a funcionar muy bien, poco a poco; ya veremos como se nos pone este año. Porque yo comparto contigo y con todos los músicos: ¡Ya! Hay que hacer ruido, estar con gente, el público, haciendo cosas que nos hagan sentir bien que es el primer atractivo de la música y que nos resulte rentable.

Juan Carlos. ¡Claro! Esa época de la crisis, en algún momento, yo me la aventaba como muy romántico, pero, pensando un poquito más allá, el origen del Blues es esto mismo que nos está pasando a nosotros, el estar encerrados, el pedir la libertad y pensaba: el Blues es una música perfecta para esta época de la contingencia, no del Covid, del tener que estar encerrados, es esa música que grita ¡Libertad! Por eso creo que ahora estamos más creativos, siempre ha sido así, estamos buscando la libertad: libertad creativa, libertad económica de muchas cosas y, ahora, la libertad de salir de nuestras casas.



Octavio Espinosa. Muchas gracias, Juan Carlos, es una de las mejores entrevistas porque hace patente el esfuerzo y trabajo que hacen los músicos con un proyecto, una propuesta nueva, que es tu disco y esperamos que lo que hacemos en Cultura Blues empuje tu proyecto que es lo que a nosotros nos interesa, que esto crezca, banda por banda.

Juan Carlos. Qué bueno que podamos estar en contacto y unidos todos los músicos de Blues, que tiene que ver con la cultura del blues: los promotores, los poetas, los periodistas, los que hacen radio, todos estamos ahí. Generando público, el público está ahí, algunos se engancharán algunos no, el chiste es presentar las cosas y, si están bien hechas y nosotros como artistas presentamos lo que hacemos y encantados de que nos escuchen, que eso es lo que nos gusta ¿no?

The blue line was my blues

And the red line was my mind.