Diván el Terrible

El Blues; la Historia. Segunda parte

¡Diez años diez de Cultura Blues! ¡mayo mes de aniversario! ¡festejemos!

Es una respetable edad para una publicación, aunque, no se comparan con los ¡26 años! de Tiempo de Blues, programa dirigido por Gerardo Cortés Orozco, desde Monterrey, Nuevo León; con gusto continuamos con la interesantísima entrevista que iniciamos en el pasado mes de abril. Vamos pues.


Octavio. No hay necesidad de que tengamos raíces afronorteamericanas, francamente yo no puedo hablar de los campos de algodón, pero si tengo experiencias ubicadas en el metro, con los policías, los burócratas, la gente amable de la Ciudad de México, contar sobre los temas universales, el amor o el desamor y, sí puedo dar cuenta de otras formas de discriminación, económicas, académicas, sociales, culturales, siempre y cuando no pierda de vista el faro que es el Delta del Mississippi; el formato de la música es, a mí me parece muy simple tres acordes y doce compases, las combinatorias posibles dependen de ti.

Gerardo. Tienes toda la razón, en el tema. Por ejemplo, cuando fuimos invitados al festival de Blues de Ecuador en aquel entonces nos llamábamos La Legión del Blues que es igual a Legión Musical o La Sociedad del Jazz, tocábamos mucha música instrumental, no teníamos cantante y teníamos una dotación instrumental de dos guitarras y batería. Nos presentamos en el Pozos Blues 2010, toda nuestra música era instrumental y con toda la formación académica que tengo, siempre me ha gustado experimentar con estructuras de Blues, de hecho, tenía blues de diez compases, de ocho compases y sonaba interesante con la dotación instrumental, que no la inventé, R. L. Burnside trabajaba este tipo de cosas, o Houndog Taylor y sus HouseRockers en los sesentas.

Yo, nada más, utilicé esos elementos, entonces, cuando nos invitan a Ecuador, dije, ¡excelente! Ya estaba aprobado, pero, dije, ¡A caray! voy a ir a un país de habla hispana a tocar Blues y no llevo cantante ¿Qué voy a decir?, entonces, compuse un tema, componía muy pocas letras en aquel entonces. Te hablo por allá del 2010, 2011 y se me ocurrió componer el “Blues de Monterrey”, que habla de la historia de mi tierra, palabras más palabras menos, decía: “Tierra de hombres y mujeres valerosos de verdad en la montaña su belleza, en el asfalto su riqueza encontrarás”. En aquel entonces estábamos viviendo una crisis de seguridad muy fuerte, en el centro del país y en otras entidades; de repente veías hondureños, panameños, peruanos, belgas, africanos, ya parecía Nueva York, ideé esa letra por lo que estaba pensando.

La gente viene a Monterrey, siempre se ha dicho que es la capital industrial que mantiene buena parte del país, por los ingresos por los impuestos, la gente siempre ha venido a Monterrey, es una ciudad de montañas, entonces la gente venía por su belleza y porque aquí hay dinero para todo. Aquí no tiene el que no trabaja, entonces yo creé esa letra por necesidad y es una letra con estructura de Blues, la adapté a una estructura de doce compases y fue lo que tocamos, porque dije, aunque sea una canción y una letra que hable de mi Monterrey y ahí está, esa temática que te digo, no siempre escribes por una situación que te evoca, escribes por necesidad de escribir algo que tengas que decirle a tu público de Blues.

Octavio. Claro, pero el formato, el sentimiento sigue siendo Blues

Gerardo. ¡Sí! ¡Eso no cambia! Lo metes en la línea de Blues y no cambia. El tema es muy variable, por eso la estación del metro Balderas o la estación Cuauhtémoc de aquí te da para hablar de un sinfín de cosas o del tipo de La Revolución de Emiliano Zapata por ejemplo, “Nasty Sex” y generas una música verdaderamente especial. Lo importante del Blues es el sentimiento que tú le imprimas al momento de tocar, ya sea pieza tuya o una interpretación.

Ahorita estamos haciendo un arreglo y estamos incluyendo un salterio; para esta presentación en el Obregón Sonora Blues Fest, el salterista no pudo estar con nosotros, el salterio es un instrumento oriental muy antiguo y nosotros lo estamos adaptando al Blues de doce compases, a lo mejor más adelante hay oportunidad de que escuchen a este muchacho en el salterio, es un instrumento que la gente más identifica con la música tradicional mexicana. De todo se trata en esto, la música es para divertirse, es para proyectarse y para compartirle a las personas este gusto, este amor que tenemos por la música de Blues.

Octavio. Ese es el punto, como te manifiestes, como te comuniques depende de tus habilidades y talentos, el Blues debe estar siempre presente. ¿A qué atribuyes que el Blues sea prácticamente universal?

Gerardo. Pues, prácticamente a que es uno de los géneros musicales más reales que existen. Tengo la fortuna de tocar muchos otros géneros y la gente que lo toca y la que recibe la información tienen otro sentir diferente, es más real la gente que escucha Blues, que Jazz, clásica. Porque, por ejemplo la gente que escucha clásica, de repente se da muchos aires el hecho de escuchar un preludio, los hace ver así como “yo soy el mil millones aquí y nadie más”, la gente de la música de rock es un poquito cerrada para escucharlo, se fanatiza y piensan que su grupo favorito es el mejor del mundo y nadie más le puede hacer eco al grupo que él está profesando o al grupo de moda, eso también se transmite a través de los músicos.

Los músicos de Blues son más reales, porque el músico de Blues toca con cualquiera, se adapta a tocar con cualquiera, no tiene que ser alguien que le caiga bien o alguien que sea de tu color de piel favorito. Los músicos de Blues tocamos con quien sea y no andamos con miramientos y eso lo transmitimos a la gente, esa naturalidad ha llegado a muchos rincones del mundo.

Esto seguirá viéndose como en el Obregón Sonora Blues Fest; tanta gente que nos agregamos y hemos estado conociendo a otras personas con las que no teníamos anteriormente el contacto, entonces, es ahí donde te puedes dar cuenta de que si se expandió, fue precisamente por esa forma tan honesta de los que hacemos Blues, pero, también de la gente que recibe la música de Blues.



Octavio. En tu actividad como difusor del Blues ¿sientes que has modificado hábitos e ideas en tu público?

Gerardo. En el caso de la difusión creo que sí, porque yo he tratado, y nunca me he cansado de hacerlo, tanto en conferencias y mi programa de radio, de que conozcan la historia, primeramente, me tomé el tiempo de hacerlo, para poder platicar y poder verlo y poder cambiar de costumbres.

Me ha tocado gente que está aferrada con la música de rock y hasta a mí me fascina, tengo años disfrutando, pero cuando les muestro los grupos de Blues, al principio se muestran renuentes porque lo sientes así, como que muy extraño y con el tiempo ellos mismo dicen: “oye hace tiempo ya escuché a ese musico de Blues que hace años me mostraste, la verdad es que conseguí otros discos” me ha tocado con muchas personas. Como tengo mucho tiempo en esto y nunca me canso; cuando conozco a una persona que me pregunta que qué hago, le digo: “pues me dedico a enseñar” ¿qué enseñas?

Nada más me tocan la palabra Blues y, ya sabes, a mí no me paras, te puedo hablar durante horas y días completos de la historia, me acuerdo de algo, si quieres historias de aquí de nuestro Monterrey, cómo llegó la música de Blues y cómo se hizo, porque todo lo viví y todo lo he leído. Me agarro platicando, nunca me canso de recomendarle algo a una persona, siempre le digo; “la música es de oportunidades, date la oportunidad de conocerla”, puede ser un músico excelente quien estás disfrutando ahorita.

En su época la gente estaba entusiasmada con Slash en los años noventa, en los años ochenta estaban empecinados con Van Hallen, incluso con el mismo Jimi Hendrix. A mí me fascina la música de todos ellos, pero, tienen mucha diferencia, otra esencia para ejecutar. Su música es genial y es fabulosa; pero, no se puede comparar y no es el concepto, compararlos con Blind Blake, con el mismo Phil Wiggins. Podemos buscar muchos ejemplos y siento que a través de esos comentarios mucha gente ha modificado su forma musical, su forma de seguirse alimentando, pero, siempre les digo “tu música no la dejes”.

Parece extraño pero de pronto te topas con gente de música de metal, de música de black metal, de speed metal y todo eso, me ha tocado algo así como que la conversión religiosa, los ves acá drogadicto y malandrón y les enseñas el Blues y al rato ya andan predicando. Por eso te digo no me canso de platicarles. No hacer que saquen su música de tajo y hasta sacan música de los Ángeles Azules, tropical y norteña y todo, no, y le dices “Tú sigue con lo tuyo y ya cuando lo escuches ya puedes decir si te gusta o no te gusta”.

Todas las estructuras musicales tienen los mismos acordes, I grado, IV grado y V grado en algunos casos II, V, VII al I, son las armonías más básicas o tienen un círculo armónico y ahí puedes hacer una balada, una cumbia, pasodoble, vals, cha cha cha, mambo, preludio, muchas cosas. De ahí fue de donde fueron nutriéndose todo lo que tiene que ver con la música del siglo XX, porque todo va derivando de eso, diametralmente opuesta queda la música clásica, que traía otras estructuras, pero, sigue teniendo lo fundamental de un Blues, los acordes de primer grado, cuarto grado y quinto grado; teniendo eso tienes la base de un Blues. Lo demás o son extensiones, o son agregados de la música que tú estés haciendo. Quien diga que el Blues no existe en un tema de Mozart está realmente equivocado.

Octavio. Ahora, con tu actividad ¿tu auditorio ha crecido en calidad o ha crecido en cantidad?

Gerardo. Creo que las dos cosas, van de la mano porque, en cantidad, sí hemos crecido. Te encuentras con gente que te dice: “jamás había escuchado Blues, te escuché a ti y ahí me voy a seguir” y con el tiempo sigues teniendo ese mismo ejemplo. La calidad también porque a través de nuestros programas van aprendiendo, tengo una forma, que desarrolló un radioescucha que se llama Víctor Esquivel, él me hablaba y decía: “Gerardo, mándale un saludo a mi familiar que está en Querétaro, se apellida Párraga, porque le mando el programa en casete”.

Desde la ocasión que me llamó fueron cerca de quinientos casetes de mi programa que él grabó y se los envió en aquel entonces a su familiar vía correo. Fueron bastantes cosas y yo creo que la calidad va por ese lado, porque a la gente le interesa, aún tengo contacto con él, por cierto que me platicó, creo que es su primo, a pesar de la modernidad que tenemos hoy en día, reproduce los casetes donde vienen los programas de nosotros, por ahí va la calidad. Por cierto, voy a preguntarles, ahí hablaba de músicos importantes y de algunos conciertos que hice, para subirlos a la red, a veces hasta nosotros mismos tocábamos.

Octavio. A eso me refiero, es un acervo y una constancia histórica.

Gerardo. Sí, por eso digo que ha crecido mi público en cantidad y calidad, que le llegue la información a él y se junten otras personas. Tengo la anécdota de una persona de aquí de Nuevo León es muy conocido porque él es cómico, él está por acá por el lado de Los Herreras, cuando, en una ocasión, nos visita en la estación, yo hablo y me pregunta “Tú eres Gerardo ¿verdad?” y dije y ¿este de qué me conoce? Y me dijo “Es que nosotros te escuchamos allá en el rancho, allá no hay nada, estamos allá por Los Herrera, ahí entre los chivitos, nos juntamos unas personas para echar un mezcalito y escuchar música de Blues, vieras que bonito se oye, porque, como es campo, el fresco, el cielo despejado”, entonces te das cuenta de que vas creciendo.

Otra anécdota es de allá de los años noventa, cuando hacer una llamada telefónica era muy cara, había una pareja que nos hablaba desde Colotlán, Jalisco, que se subían a una lomita para escuchar mi programa, pues, cuando tenían la oportunidad, me llamaban, “Te mando un saludo, escucho tu programa desde siempre”. Nos llamaban una vez al año, “es un gusto escucharte cada sábado”. Eso me llenaba de mucha satisfacción, porque él se tomaba la molestia de irse con la novia a escuchar tu programa, cualquier otro andaría en otros quehaceres. Otro señor, también de Colotlán, Jalisco, me hablaba, he tenido muchas experiencias de ese tipo y ves que sí has crecido en cantidad y no se diga ahora con las redes sociales, hay muchas personas que prefieren no llamar o contactarse contigo, pero ahí los tienes, fieles seguidores.

Octavio. Ahora, para nuestros lectores, ¿qué es lo que te gustaría que supieran de ti y de tu programa? Para que se contacten contigo y tu programa, que se vuelvan auditorio.

Gerardo. Mi motivación sería que siempre cuento la historia, trato de hacerlo de una forma muy natural para que la gente me pueda entender, tengo ventaja comparado con muchos compañeros y he escuchado programas de otras personas, por ejemplo, hace algunos años tuve aquí a unos muchachos que tenían un programa de Blues y me los recomendaron, “mira, escucha a estos muchachos” se llamaba “La Ostra Azul” dije: “Ah, déjame los escucho” es bueno que estas personas tengan programas y cada vez que salían al aire, eran chicos del Tec, decían “¡Yeah!,¡El maestro, Stevie Ray Vaughan!, ¡Ah el maestro Johnny Winter!”, ¡Uh!, ¡Wow!” y así como le hacen los gringos ¿verdad?, es que los gringos cuando entran al aire: “Oooh!, the great! the Blues guitar!” y así se la pasan.

Pero bueno nosotros tenemos otra idiosincrasia, y cuando a mi me dan el Q, que esa es la palabra técnica en radio, yo comienzo: “un día como hoy, daba a la luz del mundo este genial guitarrista dedicado al género del Delta Blues y sus principales influencias, serían gentes tan importantes como Charlie Patton…” y te vas en esa historia, no es lo mismo que “oh yeah”, por ejemplo se utilizan mucho las composiciones de palabras: “¡Oh que Bluesesazo!” “¡Ay qué maestrazo! No amigo, eres es un locutor de radio profesional y tienes que ser práctico y didáctico y con una formación, como si fueras una persona que está narrando algo, y tú lo estás narrando en la persona que tú quieras, si quieres en primera persona o si quieres en segunda persona.

Pero que tú le puedas dar santo y seña de la referencia, para que las personas digan “mira, tal persona nació en tal parte, creció e hizo esto y lo otro para que saquen entre líneas la información que les va a servir, porque no todo se les queda. Siempre hay el que dice: “Oiga, ¿Cuándo dijo que había nacido fulanito de tal?”, nos hablaba gente así por teléfono y, bueno, esa es parte del entendimiento y la comprensión que tenemos los seres humanos.

Yo, al público de Cultura Blues, lo único que les puedo decir, es que, si nos favorecen con su asistencia todos los sábados a las 19:00 horas a través del 102.1 FM o a través del www.rtvnl.tv, van a encontrar siempre una historia bien detallada de cada uno de los músicos que uno les presenta. Mostrándoles alternativas muy distintas a mis demás compañeros que existen en muchas otras partes, porque me dedico e invierto tiempo suficiente, llevo toda una vida dedicada a esto y mi trabajo es por vocación, por convicción y por amor a la música de Blues, si eso les favorece para que nos apoyen todos los sábados escuchando nuestra música van a ser bienvenidos aquí en el programa: Tiempo de Blues.

Octavio. Ahora de tu banda ¿qué quieres que se sepa?

Gerardo. Pues que estamos trabajando, que a pesar de la pandemia, no se sientan así un poquito como encrispados. Le puse La Sociedad del Jazz, resulta que utilizaba tres nombres para los grupos que había conformado, y eran los mismos músicos.

Entonces, cuando tocábamos jazz éramos, La Sociedad Secreta del Jazz y cuando tocábamos Blues éramos La Legión del Blues. Cuando tocábamos rock éramos el grupo Cosmos y éramos los mismos músicos. Me aventaba siempre el choro con la gente de “Por falta de presupuesto somos los mismos músicos pero, ahora vamos a tocar este género”.

Ya mejor lo dejé en La Sociedad del Jazz, que fue así como que el que más llamó la atención de la gente y lo mismo podemos tocar blues, rock, jazz, y que no se vayan con esa idea de que ¡Ah son La Sociedad del Jazz, entonces no tocan Blues!” “No, sí tocamos Blues, y mambo, y danzón, y todas de esas cosas, pero, improvisamos en los puentes que existen. Entonces para que la gente se interese en nuestra propuesta, que nos sigan a través de las redes sociales, a través de los espacios que se están habilitando. Aunque vean La Sociedad del Jazz, nosotros tocamos blues y que el heredero del blues es la música de jazz.



Mis queridos lectores hasta aquí la entrevista con un importante comunicador y promotor del blues, Gerardo Cortés Orozco de Monterrey, Nuevo León, México. Fue una agradable entrevista; prometo continuar con esta búsqueda de ideas y acciones de personajes que han entregado sus esfuerzos a la promoción y difusión del blues.

¡Muchas gracias, Gerardo!

¡Usen cubre bocas!

The blue line was my blues

And the red line was my mind.