Dos instrumentales de oro (reprise)
El primer recuerdo que tengo de la presentación de Carey Bell y su banda de blues aquel distante octubre de 1980, en la Arena México, es una pieza instrumental vibrante y pegajosa. Yo estaba ubicado en los niveles superiores del coso, área enrejada y atestada de personas que, como yo, ansiábamos disfrutar nuevamente del embrujo del blues en directo.
Tercer Festival de Blues en México era aquello. En la semi penumbra observé al equipo de seguridad conectar las guitarras eléctricas y acondicionar la batería. Los micrófonos estaban siendo probados, lo mismo ocurrió con el juego de luces minutos después. Y así, entre la expectación general y con los últimos detalles, ocuparon el stage tres elementos de aspecto juvenil.
Vino la presentación formal del festival con algunas palabras alusivas de Raúl de la Rosa, y también el ansiado “con ustedes, directamente de Chicago, la banda de Carey Bell“. El estruendo rebotó en los muros del foro. Sin más, el trío de requinto, bajo y batería -Carey Bell apareció hasta el segundo tema- comenzó unos acordes enérgicos enmarcados en sensual rhythm and blues.
La pieza instrumental con el cual comenzó el repertorio tenía un ritmo particular que bajo los dedos hábiles del jovenzuelo Lurrie Bell adquirió matices especiales. Desde entonces la tonada quedó grabada en mi cabeza.
Por muchos años nunca supe el título, esto ocurrió cuando tuve en mis manos un disco elepé de Luther “Snake” Johnson con la banda de Muddy Waters, y lo relacioné de inmediato. La pieza que abre la placa en su lado A (sello Douglas) es precisamente, Coming Home Baby, la melodía tan recordada en aqueños lejanos y heroicos años.
En los créditos ponen como el autor a Ben Tucker, el fino tratamiento es por supuesto mérito de Luther Johnson, el primer guitarrista con este nombre que tuvo la banda del Aguas Lodosas en los años sesenta. No confundir con el segundo Luther Johnson -de apodo Guitar Junior- que arribó al mismo grupo una década después, pues poseía también grandes dotes pero su estilo era diferente.
Volviendo a Coming Home, la versión que tocó Lurrie Bell en aquella ocasión en la Arena México, despertó en mí un gusto especial por los instrumentales eléctricos de guitarra. Un año antes, en el Auditorio Nacional, la banda de Muddy Waters abría su actuación precisamente con otro instrumental clásico: Chicken Shack, un temazo que después me enteré ¡también fue producto de la creatividad de Luther Johnson! Semejanzas maravillosas. Sin duda este espigado y delgaducho guitarrista -de estilo rudo y cortante- merece un artículo completito dedicado a su azarosa vida, hoy lo recuerdo simplemente con dos temas instrumentales que inmortalizaron a su Guild-Rojo Fuego.
Llama la atención que Chicken Shack sea de las canciones mejor conocidas entre el público mexicano que gusta del blues, pero bajo el erróneo nombre de “Mud Cat”. Ello se debió a que Muddy Waters la tituló de ese modo, por ejemplo, en discos como “Live in Mister Kelly” (Waters era caprichoso en cuanto a poner nombres, tratamientos y créditos -recordemos la manera como se apropió de “I’m a Man” de Bo Diddley, titulándolo “Manish Boy”- y la posterior difusión entre el mundo de fanáticos poco conocedores de la verdadera historia del género.
Tal es la razón del malentendido. Para ello han abonado actuaciones como la de Ernesto de León que cada que la toca la presenta como “El Gato Sucio, la pieza con la que abría conciertos Muddy Waters”. Pero no, la canción se llama Chicken Shack, grabada y publicada así desde mediados de los sesenta. Los músicos que la grabaron originalmente son: Luther “Snake” Johnson, requinto; Muddy Waters, segunda guitarra; Sammy Lawhorn, tercera guitarra; George “Mojo” Buford, armónica; Otis Spann, piano: Sonny Wimberley, bajo y Francis Clay, batería. La misma alineación se encargó de “Coming Home Baby”. Sean las presentes líneas un pequeño tributo a ambos instrumentales de oro, que seguirán brillando en el corazón de quienes gustan del auténtico blues urbano.