Lado B

Las trincheras del Blues en México

2022 es un año especial para la revista Cultura Blues que celebra su 11º aniversario, pero también es especial para mí, porque cumplo 5 años colaborando con este gran equipo comandado por su Director General y gran amigo, José Luis García Fernández, a quien siempre agradeceré la oportunidad que me dio de ser parte de este excelente proyecto que día a día toma más fuerza y reconocimiento nacional e internacional, como la mejor revista de Blues en México.

Como lo comenté en un artículo anterior, la historia del Blues en México es muy corta, con tan solo 44 años de historia, pues fue en la década de los setentas cuando por primera vez México le abre sus puertas al blues, al organizar los primeros festivales masivos. El primero se celebró en 1978, en la Sala Nezahualcóyotl, viniendo figuras como: Willie Dixon, John Lee Hooker, Jimmy Rogers, Big Walter Horton y Sunnyland Slim, es decir, nunca los mexicanos habíamos tenido la oportunidad de estar tan cerca de esos monstruos del Blues.

Con esto no quiero decir que en ese entonces en México no hubieran existido bandas que tocaran Blues, pero eran escasas; a esto le aumentamos que el gobierno mexicano y los medios de comunicación en los años 50, 60 y 70, se aprovecharon que la gente tenía una mínima posibilidad de informarse de lo que pasaba en el mundo en el tema de la música, para decidir qué música se tenía que difundir entre la población.

Motivo por el cual, esas generaciones solo consumían lo que se podía escuchar en la radio y la televisión, además, de que el motivo principal por el que el Blues no tuviera una difusión importante en México, a pesar de que es un país que geográficamente se encuentra junto al país donde nació, fue una orden de estado, pues el gobierno de ese entonces se encargó de organizar la represión más absurda que existió en la historia de la música en nuestro país.

Sobre todo de los géneros musicales que tomaban fuerza en la juventud, una represión que duró décadas, siendo hasta los primeros conciertos masivos de mediados y finales de los años 80 varios géneros, principalmente el rock y el público mexicano se reencontraron.

Ya para ese entonces diversas bandas de Blues habían surgido como efecto y consecuencia, por un lado, de la herencia dejada por los músicos mexicanos que tuvieron la oportunidad de atravesar la frontera a Estados Unidos en los años 60 y 70 que trajeron el Blues a México, y por otro, del impacto que tuvieron los grandes festivales de Blues promovidos y organizados a finales de los 70 por Raúl De la Rosa, a quien recientemente la Blues Foundation lo galardonó con un premio como promotor del Blues en México.

Programas de radio como El Blues Inmortal de Mario Compañet y Tiempos de Blues del propio Raúl De la Rosa, dieron difusión al Blues durante los años más complicados de aquella represión del gobierno, sin embargo, se mantuvieron firmes no obstante a dicha circunstancia.

El movimiento de rock que surgió a principios de los años 70, integrado por bandas mexicanas que se caracterizaban por hacer covers en inglés de bandas americanas e inglesas que para ese entonces ya tocaban diversas fusiones, incluyendo la llamada rock-blues, también comenzaron a hacer canciones originales en español, siendo una influencia directa para la creación de nuevas bandas de Blues que se formaron a mediados y finales de los 70, y durante la década de los 80, y que se inclinaron por la tradición de seguir haciendo temas originales en español con los que pese a todos los obstáculos se consolidaron en aquellos años, algunas incluso, siguen vigentes hasta el día de hoy.

Sin embargo, la cultura del Blues en México permaneció confusa a pesar de que ya en la década de los 80 había un movimiento de bandas de rock con raíces bluesistas que sembraron aquellos músicos que nos trajeron el Blues de los americanos y las sembradas en los pocos Festivales de Blues que se habían organizado. Los discos de Blues no estaban al alcance de la gente, las tiendas de discos comerciales no se surtían de géneros como el jazz y el blues por no ser géneros “comerciales”, y lo que se podía conseguir con un poco de suerte eran discos del músico inglés, John Mayall o de Savoy Brown, ambos considerados los íconos del Blues blanco o white Blues. La literatura sobre el Blues corría la misma suerte que la música, los libros solo se podían conseguir en tiendas exclusivas y no existía el internet.

La llegada del internet al mundo permitió la apertura inmediata al conocimiento de la cultura en general, proporcionándole a las nuevas generaciones las herramientas suficientes para el desarrollo del conocimiento en general, incluyendo la cultura musical. La música, los videos y la literatura ya estaban al alcance de toda la gente de una manera sencilla y económica, lo que permitió, en el caso del Blues, una difusión masiva a nivel mundial, provocando un fenómeno de resurgimiento en los países donde se desarrolló el género en sus años dorados, tales como Estados Unidos y  aquellos de Europa en donde el Blues se hizo famoso por los “American Folk Blues Festival” organizados en los años 60, 70 y 80.

Por otro lado, el fenómeno de la expansión del conocimiento que permitió la llegada del internet en los 90, provocó en aquellos países en los que no se conocía el Blues, que se supiera de él y que lo adoptaran como suyo y,  que los músicos y aficionados en aquellos otros países en los que ya se tenía cierta historia y gusto por el género como fue el caso de México, se comenzara a estudiar más a fondo, generando a mediados de los 90 un movimiento que sembró la segunda semilla en la historia del Blues en México, cuando las bandas y músicos independientes que aun subsistían de aquél movimiento surgido a finales de los 70 y la década de los 80, se consolidaron junto a una nueva generación conformada por músicos mexicanos y otros extranjeros que vinieron a enriquecer esta nueva corriente.

En aquella época se abrieron más espacios para el Blues, vinieron grandes músicos de Chicago; los músicos se organizaron y surgieron algunas asociaciones que ayudaron a impulsar la difusión al Blues. Se organizaron nuevos festivales de Blues tanto nacionales como internacionales. ¿Quién lo diría no?  aquél gobierno que en otra época reprimía, ahora apostaba por el apoyo, permitiendo durante muchos años la organización en la Ciudad de México de festivales de Blues considerados “por fin”, como unos espacios “culturales”.



Fue así que en esa segunda era de la organización de los festivales de Blues en la Ciudad de México, pudimos deleitarnos de las presentaciones de Billy Branch, Sugar Blue, Jimmy Johnson, Guy King, Vino Louden, Toronzo Cannon, Zora Young, Shirley Johnson, Peaches Staten y John Lee Hoker Jr., entre otros, además de otras estrellas que tocaron en los festivales organizados en provincia como en el Pozos Blues que se organiza en Mineral de Pozos, Guanajuato y el Salvabluesjazz Festival que se organiza en Salvatierra, Guanajuato, entre otros.  

Es así que para la primera década del nuevo siglo, el Blues en México tuvo una mayor difusión dada la facilidad que brindó el internet y en gran parte las visitas más constantes de los músicos de Chicago a nuestro país, provocando un nuevo fenómeno en un sector del público más joven, que fue el interés por estudiar y escuchar el Blues tradicional que recién conoció de la mano de estos músicos, y que por su edad no tuvo la oportunidad de asistir a los Festivales de Blues en México en décadas anteriores.

Mientras tanto, las bandas nacionales de Blues siguieron desde su trinchera haciendo su parte, en la defensa por mantener el género vivo, creando música y ganando espacios, como en sus batallas de antaño, contra la represión, y sobre todas las cosas, de manera directa o indirecta, abriendo camino a una nueva generación de bandas de Blues, que vienen con sed de aprender, conformada por jóvenes músicos que, como sus antecesores, tuvieron el deseo de continuar con su legado.

El arte debe evolucionar y el desarrollo de la música parte de la creación de nuevos estilos, y el Blues no es, ni debe ser la excepción. A diferencia del país en donde se originó el Blues, en donde este género es parte de la historia de su cultura, y en donde incluso se imparten materias en las escuelas como parte de la formación cultural de los alumnos, el Blues se ha permitido subdividirse y fusionarse con diversos géneros, dejando la parte tradicional como la raíz de toda su música, en México apenas estamos adentrándonos a su historia y a la música de sus creadores.

Hoy en México, vivimos un fenómeno en el que existen dos corrientes que necesariamente se encuentran unidas, pero con filosofías musicales contrapuestas. Una corriente que defiende la idea de hacer material original con letra en español, en concordancia con la evolución que se requiere en cualquier género musical, y otra, que es la conformada por bandas que prefieren hacer temas del Blues tradicional, manteniendo las letras en inglés y tratando de recuperar el sonido de las bandas originales.

El fenómeno ha dado lugar a un debate, en el que cada corriente defiende –con justa razón- su postura, pero ambas requieren de mucho talento para hacer su trabajo con dedicación, por lo que de ninguna manera debe ser materia de discusión, ni de discordia.

Las bandas de Blues de antaño, han hecho escuela y han sido semilleros de grandes músicos. Han forjado un nombre y han abierto muchas puertas. Han hecho música fantástica y desde luego se ha requerido de mucho trabajo para mantener viva la llama, que si no fuera por ellas se hubiera apagado desde hace décadas. Existen bandas legendarias que han cumplido 30, 40 o hasta 50 años de trayectoria y siguen vigentes.

En otros casos existen músicos independientes que son leyendas vivas aun tocando, aferrándose a llegar a una meta que quizás en sus inicios nunca vislumbraron, y que es el abrirle paso a estas nuevas bandas con las que irónicamente convergen, pues en un principio también iniciaron tocando Blues tradicional, pero la vida y su espíritu creativo les despertaron las ganas y el talento para hacer música en su propio idioma.

Siguiendo esta corriente, existen bandas nuevas que se han inclinado por conservar esta filosofía de crear música original y en español, incluso fusionando el Blues con otros géneros. En contraposición la corriente conformada por aquellas bandas que prefieren una manera más conservadora de interpretar el Blues tradicional en inglés, tratando de apegarse lo más posible a las versiones originales, a las que muchos les pueden llamar “covers”.

Sin embargo, el empeño y el talento que se requiere para obtener el sonido original y para conseguir los instrumentos, los aditamentos y los amplificadores de aquellos años, merecería una denominación diferente porque de ninguna manera es igual interpretar el Blues tradicional respetando la estructura y el sonido original. 

Partiendo de lo anterior, se desprende que el debate es innecesario porque cada corriente está en el camino correcto, por un lado, la corriente conformada por las bandas, músicos y aficionados que parten de la filosofía de que la música debe ser original en pro de su propia evolución.

Y aquella corriente conformada por bandas que prefieren recuperar lo tradicional, en pro de la difusión de una cultura que se vio acotada por los intereses del gobierno que en ese entonces le daba a la gente la música que le convenía que escuchara, imponiendo una represión que terminó por enterrar toda posibilidad de saber todo aquello que sucedía en la música de otros países, sobre todo, aquellos géneros como el blues o el rock, que eran considerados en nuestro país como dañinos.

Es de vital importancia mantener el interés por la difusión del Blues en México. Son tiempos de sumar y no de restar. Las nuevas bandas requieren de la experiencia y del apoyo de las bandas consolidadas, sin importar si se inclinan por hacer música original o por interpretar música tradicional. Lo que verdaderamente importa es que las nuevas generaciones sigan cosechando lo que los músicos de antaño sembraron.

La presente reflexión la hago dedicada a todos los músicos, bandas, promotores, locutores, aficionados, desde luego a la revista Cultura Blues, que en conjunto hicieron, hacen y seguirán haciendo historia en el Blues, en México y en el mundo porque es un género universal. Finalmente, comparto algunos pensamientos de músicos que conforman la nueva generación  del Blues en México:

“Para mí, el Blues es la música con la que realmente me conecto, me da un sentimiento que va más allá de las palabras. El Blues no son solo palabras, es real y es la verdad,  a medida que me he hecho mayor, encuentro las letras más atractivas. Hay muchas historias y buenos consejos que te hacen sentir mejor si tienes algún problema. El Blues ha sido una parte importante de mi vida y cada vez que intento tocarlo, trato de mantenerlo cerca de sus raíces.”

Ricardo Peralta, vocalista y armonicista de Chicago Kings 

“El Blues, es lo que está en todo momento. Está cuando tu mujer te deja, cuando no tienes dinero o cuando necesitas superar alguna adversidad. El Blues no lo buscas. El Blues lo necesitas para tu día a día.”

Daniel Rustrian, armonicista de The Rambler´s

El Blues en mi vida es un medio de expresión que me permite liberar un sin fin de emociones que se acumulan en la vida diaria. Después de un día de trabajo, problemas cotidianos, y llegar a casa, el Blues me permite liberar esa tensión y ese estrés que conlleva la vida misma. Y lo mismo, cuando me subo a un escenario. En ese sentido para mí, el Blues es una válvula de escape que me permite escapar de esta realidad y viajar a otra en la que la música me permite ver y sentir una realidad más llevadera.

Emmanuel González, armonicista de Big Danny Blues Band

“El Blues pasó de convertirse para mí de un gusto y amor por el género a un estilo de vida. Ahora llevo esa pasión a cada concierto, cada ensayo, siempre. Tocar Blues me ha dado satisfacciones que nada más en la vida lo ha podido hacer: un placer que no se puede describir y que solo los que nos dedicamos a esto podemos entender. Subir a un escenario, interpretar, dejarte llevar por la improvisación del Blues es el sentimiento más poderoso y profundo que he sentido. Eso, ese poder, ese placer, es el Blues en mi vida.”

Mauricio Oblea, guitarrista de Follaje Banda de Blues, Big Danny Blues Band y The Rambler´s

“El Blues en mi vida es la música que me incita a la alegría, a la tristeza, a la rebeldía, al movimiento y a la resiliencia… es mi motor para la expresión.”

César Bolaños, armonicista de Los Hat Tamales

“El Blues es algo único y especial, esta ahí para todo momento y más en los tiempos difíciles, a veces solo basta con escuchar las voces, guitarras, y armónicas de los viejos maestros, para quedar impactado de la genialidad de estos que llegan a transformar tus ideas y forma de pensar”.

Moisés Méndez, guitarrista de Chicago Kings