Al calor ardiente del blues
Entrevistas con Bobby Rush y Pierre Lacocque
Bobby Rush: Sentado en el trono del blues
(Fotos © por Bill Steber / Agradecimientos especiales a Bobby Rush y Jeff DeLia (72 Music Management)
Bobby Rush, es una leyenda del blues, ganador del GRAMMY, miembro del Salón de la Fama del Blues, ganador de 12 premios Blues Music Award, B.B. King Entertainer of the Year, y participante con una intervención breve en la película original de Netflix, ‘Dolemite is My Name’, protagonizada por Eddie Murphy.
Después de décadas de triunfar en el circuito chitlin todas las noches con sus funkfests sudorosos y sin limitaciones, Bobby se ha abierto paso por completo en la escena artística. Ganó un Grammy en 2017, un premio espléndidamente esperado por su espectacular álbum, Porcupine Meat; y recorre constantemente el mundo encabezando carteles.
Además, su álbum más reciente, Sitting on Top of the Blues, en su propio sello discográfico, Deep Rush (distribuido por Thirty Tigers), ha difundido aún más la noticia de que esta venerada leyenda, ha superado los 80 años de edad, incluso que su nivel de energía estratosférico desmiente su edad. Ahora, es más veterano, más malo y más audaz que nunca. No hay falla, Bobby está una vez más en su mejor momento con esa grabación.
Cuando improvisas, sabes a dónde vas. ¿Es cuestión de tomar ciertos caminos y ciertas direcciones?
Bobby: Sí, creo siempre saber a dónde voy. No siempre sé el resultado final, pero sí sé a dónde voy.
¿Alguna vez has tenido la sensación de que las carreras de música, y en particular las personas que se dedican al jazz, están siendo tratadas como si fueran carreras de negocios? ¿Que no son realmente capaces de expresarse como músicos de jazz?
Bobby: Sí, eso es verdad. No solo como músicos de jazz, sino como músicos. A veces cuando grabo una canción quiero decir algunas cosas, y la hago para que la canción tenga un doble sentido. Siempre lo hago así.
¿Qué pasa con alguien que es realmente talentoso y forma una banda y simplemente se enoja hasta el punto de renunciar debido a los aspectos comerciales: los agentes y los clubes?
Bobby: Eso pasa con el 90% de las personas que se inician en este negocio. Cuando escuchas de personas que lo logran, es solo el 1%. El otro 99% de las personas de las que nunca escuchas, es porque se desanimaron por lo que no es, no por lo que es.
¿Cómo evitas que diversas influencias coloreen lo que estás haciendo?
Bobby: Es lo que la gente quiere oír, lo que acepta es otra cosa. Puedo decirles la verdad viniendo de mí, pero tengo que endulzarla como lo hace un hombre negro que dice la verdad. Es difícil mirar la cara de un hombre y decirle “oye, tienes un niño feo”. Eso es difícil de hacer.
¿Cuál es el equilibrio en la música entre el intelecto y el alma?
Bobby: No hay diferencia. En un momento estás hablando de cómo amas tu ente espiritual como Dios o Jesús. Si es un sábado por la noche, cómo amas a tu mujer, a tu hombre, etc. El sábado por la noche dices “Oye nena” y el domingo por la noche dices “Oye Dios u Oye Jesús”. En otras palabras, lo mismo que te hace reír es lo mismo que te hace llorar.
Hay una relación bidireccional entre el público y el artista; ¿Estás de acuerdo con darle a la gente lo que quiere?
Bobby: Trato de darle a la gente lo que quiere si está en la línea de lo que estoy haciendo y si no me destruye como persona. No quiero vender.
Por favor, ¿hay algún recuerdo de conciertos, jams, presentaciones o de sesiones de estudio que te gustaría compartir con nosotros?
Bobby: Sí, allá por 1951-53, había gente con Muddy Waters y Howlin’ Wolf. Como Pinetop Perkins el tecladista o como Bo Diddley. Con todos estos chicos me encantaba estar en el estudio. Hace apenas unos años encontré ese mismo amor y satisfacción en Nueva Orleans grabando mi álbum: Porcupine Meat.
¿Cómo se puede lograr que los jóvenes se interesen por el jazz, cuando la mayoría de las melodías estándar tienen medio siglo de antigüedad?
Bobby: Creo que lo que tenemos que hacer es depender de la radio, la televisión, los periódicos, los blogs y cualquier otra forma de publicidad para hablar de blues y jazz. Si ellos dicen que es bueno, entonces el público lo creerá.
En resumen, siendo un maestro, ¿le resulta difícil escribir música acerca de usted mismo?
Bobby: No, no me resulta difícil escribir música acerca de mi mismo. Me resulta difícil mostrarla. Lo que dices, debe decirse de una manera divertida para que puedas reírte de ello. La mayoría de las cosas de las que hablas, que alguien se lleve a tu mujer o pierda a su hombre, es algo triste. Al igual que una carrera, si ganas la carrera, a quienquiera que le ganes, es alguien que perdió. No puedes ganar una carrera sin que nadie pierda. Alguien se sentirá mal de una forma u otra, solo espero que no sea yo.
¿Qué tan importante es para ti tener una propuesta original?
Bobby: Siempre. Una propuesta original te da una identidad para que seas tú mismo. Si suenas como alguien más, solo serás conocido por eso. Si hablas como tú mismo, cada vez que abras la boca, la gente sabrá quién eres.
¿Puedes comentarnos sobre el vínculo entre ser músico y ser compositor?
Bobby: Sí, creo que el compositor tiene la sartén por el mango. Si no eres compositor, siempre puedes sobrevivir haciendo versiones de canciones y ganando dinero desde el escenario. Me gusta ser el compositor para ganar dinero incluso cuando no estoy en el escenario. Cuando eres compositor, no tienes que estar en escena para ganarte la vida.
¿Tienes una idea de lo que estás tratando de decir o transmitir? ¿Es una idea o es sólo algo que sentimos?
Bobby: Siempre tengo dos cosas. Trato de tener algo que transmitir, pero tengo que hacerlo de una manera que lo entiendas. Eso es un sentimiento primero. Tienes que tener un ritmo, para que puedas escuchar lo que tengo que decir. Ahora quiero decirte lo que tengo que decirte verbalmente. Es el ritmo primero y luego lo que quiero decirte líricamente en segundo lugar. Eso es porque soy un narrador.
¿Qué es lo que ves en tu futuro?
Bobby: Veo que mi futuro es muy brillante porque más personas se están educando en lo que soy y en lo que hago. La gente cree que puedo escribir, actuar, mantenerme siendo un ganador del Grammy, no fue de suerte o por un accidente, creo que ahora piensan que soy un artista legítimo. Creo que la puerta está abierta de par en par si puedo tener la salud y la fuerza para seguir haciendo, como lo estoy haciendo.
¿Sabes por lo que estás viviendo? Si pudieras cambiar una cosa en el mundo musical y se hiciera realidad, ¿qué sería?
Bobby: Cambiaría la forma en que las personas consumen grabaciones… tenemos las descargas y el streaming. Todo eso está bien, pero quita récord de ventas. Ojalá pudiéramos vender más discos para mantener fuerte el negocio.
¿A quién escuchas en estos días?
Bobby: Oh a muchos chicos. Escucho a mucha gente, desde country western hasta R&B y jazz, tratando de descubrir qué estoy haciendo mal. Escucho a Elton John, B.B. King, a la gente que toca conmigo, a Prince, Keb’ Mo’, Bonnie Raitt, muchas cosas ahora que nunca escuchaba.
¿Cuál es el mensaje que eliges transmitir a través de tu música?
Bobby: De sinceridad. Quiero decir la verdad sobre lo que siento por lo que sea y espero que la gente me acepte por lo que soy y lo que hago. La gente no tiene que quererme, sino respetar lo que hago. La gente puede decir “No me gusta Bobby Rush, pero es bueno”. Eso está bien para mi. También para poder mantener el ritmo y poder contar mi historia además del ritmo que creo.
Hagamos un viaje con una máquina del tiempo, ¿a dónde y por qué te gustaría ir?
Bobby: Si volviera atrás en el tiempo, sería como Muddy Waters. Si pudiera ir adelante, volvería vivo como Prince.
Te he estado cuestionando, ahora puedes hacerme tú una pregunta…
Bobby: ¿Cómo puedo dirigirme a una audiencia blanca y, sin embargo, no afectar a mi audiencia negra (siendo un hombre negro)?
Pierre Lacocque: Mississippi Heat, con el sentimiento de Chicago
(Fotos por Mike Hoffman)
Dirigida por el maestro de la armónica y compositor, Pierre Lacocque, Mississippi Heat es una banda de blues de Chicago de clase mundial. Su lema es “Blues tradicional con un sonido único“, ya que presentan ideas musicales frescas pero basadas en lo antiguo. El nombre de Mississippi Heat es un reflejo de la reverencia de Pierre por la cultura y la música del blues de Mississippi.
La convicción de la banda es que no hay música más profunda que el blues inspirado en el Delta para expresar lo que yace en el alma de todos. Madeleine (2022) es el decimotercer álbum de Mississippi Heat. Fue grabado y mezclado en los prestigiosos estudios V.S.O.P de Chicago; y masterizado por Paul Blakemore (Nashville, TN). Está coproducido por el propio Pierre Lacocque y el productor/ingeniero, Michael Freeman, ganador de los premios Grammy y de los Blues Music Awards.
¿Cómo crees que has crecido como artista desde que empezaste a hacer música?
Pierre: A medida que envejezco, miro hacia atrás en mi viaje musical y obtengo ideas sobre lo que he logrado y lo que todavía quiero hacer. Las letras se vuelven más fáciles con el tiempo a medida que dibujo imágenes e historias de mis experiencias en el camino. Las canciones: Silent Too Long, Havana En Mi Alma y Uninvited Guest del nuevo CD, Madeleine, están basadas en historias reales. De hecho, muchas canciones que escribo se basan, al menos en parte, en hechos reales.
La comprensión de lo que importa en la vida se vuelve más clara. Una de esas perspectivas es el significado de tener una familia. Han estado a mi lado durante décadas y aprecio su sacrificio. Desafortunadamente, es un alto precio a pagar, porque tienes que viajar cuando eres un músico profesional. He luchado con ese hecho a lo largo de mi carrera. Además, aprecio el compromiso de mis músicos, vale su peso en oro. No podría alcanzar mis objetivos creativos sin un equipo.
¿Qué ha permanecido igual en tu proceso de creación musical?
Pierre: El único criterio que me guía en el proceso creativo es este: quiero emocionarme. No vale mi tiempo para escribir letras o componer melodías que no me inspiran. El proceso musical TIENE que hablarme, tanto verbalmente = (letra), como no verbalmente (música).
¿Cuándo surgió la idea de Mississippi Heat?
Pierre: A mi hermano Michel se le ocurrió la idea hace más de 30 años, cuando vio lo inspirado que estaba actuando con Jon McDonald, Bob Stroger y Robert Covington. Todos estuvimos de acuerdo en formar una nueva banda.
Michel se convirtió en el primer manager y representante de Mississippi Heat. Un papel que ocupó durante muchos años. Esos roles comenzaron a fines de 1991, principios de 1992. Mississippi Heat fue un cuarteto primero, dirigido por Robert “Golden Voice” Covington (1941-1996) en la batería y la voz principal. Robert era un showman y cantante increíble. Uno de los mejores que he visto y oído. Desde sus inicios, la banda sintió pasión por el sonido amplificado del Chicago Blues de la posguerra de los años 50.
¿Qué dirías que caracteriza a Mississippi Heat en comparación con otras bandas de blues?
Pierre: Si bien no canto, escribo la mayor parte del material de grabación de Mississippi Heat. De ahí nuestro lema: “Chicago Blues con un sonido único”.
Estas canciones están influenciadas por Willie Dixon, Muddy Waters, Little Walter, Jimmy Reed, Taj Mahal y John Mayall, entre muchos otros. Disfruto de Carlos Santana, Bo Diddley y muchas de las grabaciones de swing de Big Band. Francamente, me atrae cualquier género musical que se pueda presentar en formato de blues.
¿De dónde proviene tu impulso creativo?
Pierre: Mi padre de 94 años, un erudito bíblico de renombre internacional, que falleció en enero pasado, tenía un impulso implacable para crear. Publicó más de 30 libros, y en muchos idiomas diferentes. Heredé este regalo de él. Como nadie puede “querer” ser inspirado, considero esto como un don de Dios que me puede ser quitado en cualquier momento. Entonces, siento la urgencia de aprovechar este impulso creativo. Como músico es una de mis experiencias más preciadas. Incluso diría que es mi principal razón de ser músico. Viajar, conocer nuevos y viejos fans y visitar lugares que nunca he visto, es emocionante, pero sin sentirme inspirado y productivo, no disfrutaría de estos “beneficios”.
¿Qué esperas que la gente aprenda de tus canciones?
Pierre: La música de blues es una música existencial. Proviene del dolor indescifrable que yace dentro de la experiencia del afroestadounidense, la agonía de la desesperación detrás de la esclavitud y el racismo, así como de la experiencia del rechazo por el color de la piel.
Sigue pasando que todos tenemos el blues de una forma u otra. Todos estamos tratando de dar sentido a lo que significa estar vivo. La mayoría de nosotros experimentará soledad y sufrimiento físico o espiritual. Como solía decir Albert King durante sus shows, ya de bebés tenemos el blues. El genio afroestadounidense es la visión de la condición humana. En todos sus aspectos. Tanto líricamente como no verbalmente. The Thrill Is Gone de B.B. King, Blue & Lonesome de Little Walter y Double Trouble de Otis Rush; son solo algunos ejemplos.
Espero que los fans puedan sentirse “en casa” y comprendidos mientras escuchan a Mississippi Heat. Estamos todos juntos en esta vida. A veces, como con la instrumental Madeleine, no se necesitan palabras. Espero que el oyente, escuche lo que siento en esta canción. Lo cual no es diferente de lo que cualquier otra persona se sentiría triste después de perder a un ser querido. En este caso, la pérdida de mi abuela materna. Puede que exprese el duelo a mi manera, pero espero que el mensaje vaya más allá de mi propia historia.
¿Cómo describirías el sonido y el repertorio de Madeleine?
Pierre: Esta es sin duda, la mejor mezcla de sonido y masterización que Mississippi Heat ha realizado en mucho tiempo. No quiero decir que no estaba contento con las grabaciones anteriores, pero trabajar con Michael Freeman como mi coproductor agregó alegría a este proyecto. Este es nuestro sexto proyecto de una serie de 13 álbumes. Él me entiende bien y sabe cómo motivar a la banda.
Tener un grupo como el que tuvimos en la última gira fue estimulante. Ensayé con ellos tanto individualmente como en grupo. Trabajé con el tecladista, Christopher “Hambone” Cameron para obtener las canciones de preproducción en su programa Pro-tool. El tempo, las tonalidades y la estructura se establecieron antes de los ensayos de la banda. Estas canciones fueron utilizadas como punto de partida. En esa etapa, a menudo cambiamos, mejoramos y agregamos canciones en Pro-tools.
Cuando trabajo en un álbum, siempre trato de ofrecer una variedad de temas líricos y ritmos musicales. Me aseguro de que la grabación sea variada y vibrante. Elijo bien a mis músicos invitados. Carl Weathersby, Lurrie Bell, Giles Corey, Kenny Smith y otros como Hambone, Johnny Iguana y Rubén Álvarez, son ejemplo de esa idea. Además de ser amigos desde la década de 1990, sé que puedo contar con sus aportaciones.
Grabamos 18 canciones para Madeleine. Solo 12 llegaron al CD final. Estas 12 se correspondían entre sí. Algunos otras eran inspiradoras por méritos propios, pero no ayudaban a mejorar el álbum. Es por eso que siempre grabo más canciones de las que necesitamos, para poder descartar aquellas que pueden no encajar en un CD en particular.
¿Tienes alguna historia interesante sobre la realización del nuevo álbum?
Pierre: Sí. Dos historias. La primera se refiere a la canción, Havana En Mi Alma. Fue escrita y compuesta para mi esposa, Victoria (alias “Vickie”), quien nació en La Habana, Cuba. Llegó a los Estados Unidos como refugiada.
Tuve el placer de visitar su país con ella en diciembre de 2016. Una experiencia inolvidable. Amaba a la gente y veía lo duro que trabajaban para llegar a fin de mes. Luchando… pero siempre acogedor. Me conmovió su determinación para sobrevivir.
He dedicado canciones de estilo latin-blues en grabaciones anteriores a Vickie, pero esta vez usé un reggae (en un formato de blues). La música reggae destila esperanza a pesar de la desesperación vivida. Eso es lo que quise transmitir en la canción. Como la trompeta se usa a menudo en la música cubana, contratamos a Marc Franklin para que ofreciera un solo de trompeta. ¡Es uno de los aspectos más destacados del CD!
La otra historia es sobre la pista instrumental y principal, Madeleine. Como dije más arriba, está dedicado a la memoria de mi abuela materna, Emma Magdalena “Madeleine” o “Mamy” Van der Linden. Nuestra compañía discográfica, “Van der Linden Recordings”, lleva su apellido de soltera; y mi editorial BMI es el nombre del pueblo donde vivían mis abuelos en Bélgica: Ransart (es decir, “Ransart Music”). Durante numerosas generaciones, mis antepasados por parte de mi madre provienen de Ransart y de las ciudades cercanas de Valonia. Mamy era de ascendencia flamenca, pero nacida en Gilly, cerca de Ransart.
Lloré cuando escuché la mezcla final de Madeleine. Lloré, pero también estaba feliz con la interpretación de la pieza. Tocamos Madeleine, prácticamente todas las noches y siempre me provoca emociones profundas. Es un homenaje continuo a nuestra “Mamy”.
Los artistas y compañías discográficas tendrán que adaptarse a los nuevos cambios. ¿Cuáles son tus predicciones para la industria de la música?
Pierre: Las cosas se están moviendo rápido. Hay desafíos financieros y una competencia feroz entre los sellos discográficos. Los CD no se venden tan fácilmente como en el pasado. ¡Incluso en las giras, las ventas de CD se ven afectadas negativamente, ya que ahora menos personas tienen reproductores de CD! La industria digital se está haciendo cargo, dando a los posibles compradores, el lujo de elegir qué canción(es) quieren descargar. Y eso afecta los ingresos generales de las discográficas y los artistas.
¿Cómo crees que la industria musical se adaptará a ello?
Pierre: Al ser selectivos en cuanto a quién firmarán. Los músicos menos conocidos y de “segundo nivel”, probablemente, serán los más afectados. Los riesgos financieros de lanzar un álbum son altos. Las garantías financieras de retorno son más bajas que nunca. Debido a estos hechos, las compañías discográficas ofrecerán menos dinero a los músicos.
¿Cuáles son algunas de las lecciones más importantes que has aprendido de tu experiencia en los caminos de la música?
Pierre: Quiero seguir haciendo lo que amo. Los artistas profesionales han elegido una vida que puede tener muchos altibajos asociados. Al final del camino, cuando miremos hacia atrás en nuestra carrera, esperemos que podamos decirnos a nosotros mismos, que hemos tenido una vida significativa. Creo que será así en mi caso.