Blues a la Carta

Crónica del Festival de Blues en Chicago 2022

Martes 7 de junio

Este párrafo lo he escrito un día previo, al inicio de la nueva, segunda aventura por la Ciudad del Blues, para presenciar lo que ha sido llamado como el Festival de Blues gratuito más grande y famoso del mundo. La emoción, por supuesto, está al máximo, el cartel de los artistas a presentarse es muy vasto y espectacular, tener la oportunidad de ver y escuchar a más de 100 músicos de blues congregados en los distintos escenarios por 4 días consecutivos, significa estar al borde de sentimientos que son sinónimo de alegría y satisfacción, para quien escribe, quien ha tenido al género como uno de sus favoritos por décadas. ¡Mañana será el primer gran día!

Miércoles 8 de junio

¡El día llegó!, comenzó con un vuelo sin complicaciones. Al arribo, la ciudad lloraba de emoción, y el frío viento soplaba con su peculiar y característica manera. El acceso al hospedaje fue igual sin dificultades en el icónico hotel, The Congress Plaza Hotel, frente al Grant Park y muy cercano a la sede principal del Festival, por cierto, nombrado como ‘el lugar más escalofriante en todo Illinois con base a hechos históricos distorsionados y espeluznantes acontecidos en el lugar’. Un primer paseo por los jardines, y calles contiguas, me llevaron a conocer el escenario adonde inicialmente comenzó el Festival en junio de 1984, el Petrillo Music Shell, en el Grant Park a orillas del lago Michigan. También a reconocer el Millennium Park, aún sin las multitudes esperadas, pasar por el mural de Muddy Waters y concluir con una deliciosa velada musical en el Buddy Guy’s Legends, a cargo del artista de Delmark Records, Brother John Kattke y su banda, en una noche de miércoles de jam, con público de muchas partes del mundo, (saludos a mi nuevo amigo marroquí Mrani), en la que por cierto, se vio enmarcada con la actuación de Mary Lane, veterana cantante de blues, originaria de Clarendon, Arkansas; y por músicos visitantes de otros países.

Jueves 9 de junio

Por la mañana, una primera visita turística, comenzó en el agradable Museo de las Ilusiones, que tiene ‘salas envolventes con ilusiones ópticas y hologramas para engañar al ojo, populares para fotografiar’. Al filo del mediodía, el arribo al Festival me llevó al primer escenario; al Visit Mississippi Juke Joint Stage, donde Robert Kimbrough, Sr. de Mississippi, hijo menor de la leyenda del blues Junior Kimbrough, derrochaba energía provocando en mí, gran emoción. Seguí al reconocimiento del otro escenario alterno, el de la carpa del Rosa’s Lounge, donde actuaba Charlie Love and Silky Smooth Band, grupo local, que mantenía al público cautivado con su blues, y que amenizaba de cierta manera todo el espacio de stands de la Villa del Blues. En esta área, se encontraban los puestos del Chicago College of Blues, Delmark Records, Muddy Waters Mojo Musseum, The Eddie Taylor Blues Foundation, Willie Dixon’s Blues Heaven Foundation, Windy City Blues Society, Rosa’s Lounge, y del WDCB 90.9 FM; entre otros.

En el Jay Pritzker Stage, la música comenzó con el tributo al veterano pianista de 86 años, Erwin Helfer, en un muy fino acto de blues, jazz, y boogie woogie. La invitada especial, la vocalista Katherine Davis, redondeo espectacularmente el set. Una escapada rápida al stage contiguo y al Rosa’s Lounge en el intermedio, fue para conocer a Eddie Cotton, originario de Jackson, Missisippi, cuyo estilo soul blues, es de buena manufactura; y ver como solista a la sorprendente Melody Angel. Al regresar a la primera fila del escenario principal, una joven promesa, el guitarrista Jamiah Rogers, dejaba un duro paquete por su buena actuación, a la siguiente artista, a la experimentada guitarrista, originaria de Nueva York y residente en Chicago, Joanna Connor, quien motivó diversas ovaciones por sus solos con su especialidad, el slide guitar y su blues contemporáneo.

En el Rosa’s Lounge Stage, una atractiva box guitar era tocada con pasión y destreza por Iván Singh, un joven guitarrista emergente argentino. La actuación del guitarrista de Chicago, Toronzo Cannon, confirmó en el gran escenario su indiscutible calidad en el terreno del blues contemporáneo. El final de la jornada fue la cereza en el pastel del día, la multipremiada neoyorquina, Shemekia Copeland, con una poderosa y excelsa actuación que dejó un exquisito sabor de boca, interpretó entre otros temas, varios de sus más recientes y exitosos álbumes: America’s Child (2018) y Uncivil War (2020). La primera jornada culminó dejando una tremenda expectativa para los siguientes días. Fue nuevamente un placer y honor para mí, compartir el espacio para los medios, junto a muchos fotógrafos tan destacados y profesionales como: Bob Kieser (Blues Blast Magazine), Janet Mami Takayama, Mark Sheldon, Lola Reynaerts (Bélgica), y Boguslaw Bogie Kwasny, entre otros.



Viernes 10 de junio

El paseo matinal en turno comenzó en el museo del interesante Planetario Adler, denominado como el primero del continente americano fundado en 1930. Le siguió una caminata por el sendero frente al Lago Michigan y un viaje en  lancha por sus aguas azuladas hasta llegar al Muelle de la Armada (Navy Pier). Ya instalado en el Millennium Park en el Rosa’s tocaba sutilmente, Cros (Charles Mack). El tributo al nonagenario, Bob Stroger, artista Delmark, fue un espectacular acto de Blues tradicional, acompañado por la banda conformada con bluesistas de primer nivel como Billy Flynn, Kenny Smith, Rockin Eddie, Sam B, One Take Willie con Sam Burchardt como invitado especial.

A continuación, uno de los momentos más conmovedores en mi visita al Festival, Julia A. Miller y Elbio Barilari, actuales propietarios de Delmark Records, tuvieron un amable e inolvidable gesto al invitarme al stand de la marca para obsequiarme playeras, cds y un libro. ¡Muchas gracias Julia y Elbio! Mientras, en el área colmada de almas, sonaba la voz de Sierra Green como invitada en la presentación de Big Mike & The R&B Kings. Otra joya emergente, Joey J. Saye se presentaba por primera vez en las grandes ligas, entregando con el corazón su blues acústico. La reina del blues de Detroit, Thornetta Davis, inundaba el parque en toda su extensión de energía rítmica y rhythm & blues.

Todavía no nos reponíamos de la actuación de Thornetta, cuando The Mike Wheeler Band hizo y deshizo al público reunido para la celebración del blues con su explosivo, blues funk, la gran guitarra de Mike, y con la presencia escénica ejemplar del bajista, Larry Williams. Bueno, y una extraordinaria participación de la banda, como se dio el caso con todos los artistas partícipes durante el Festival. El gran final del día, se presentó con la soberbia actuación de nuestro viejo conocido, y entrañable amigo, Billy Branch, encabezando a su magnífica banda, The Son of Blues. Sí, ahí estaban: Giles Corey en la guitarra, Sumito Ariyo Ariyoshi en el piano, además de una sección de metales y de coristas, y por supuesto, su precisa sección rítmica.



Sábado 11 de junio

Por la mañana, el imprescindible recorrido arquitéctonico en barco por el río Chicago, volvió a emocionarme, al disfrutarlo como si fuera la primera vez, observando los impresionantes edificios desde una vista única y con una interesante explicación de la guía en turno.

Aún con la vibra del paseo, la primera actuación del día fue la que vi en el escenario Visit Mississippi Juke Joint Stage, la de Dexter Allen, verdaderamente un guitarrista que me sorprendió por su habilidad, potencia y presencia escénica. Al mismo tiempo, en la carpa del Rosa’s Lounge se presentaba otra excelente banda, un ensamble que contaba en la batería con el veterano, Willie “The Touch” Hayes.

Un agradable remanso musical con orquesta en el Jay Pritzker Stage, inició el tercer día de música majestuosa, presentando el Chicago Soul Tributo a Gene Barge, Cicero Blake & Willie Henderson con la Willie Henderson’s Big Bad Blues Band e invitados especiales: Ruby Andrews, Samota Acklin, Theresa Davis, Joe Barr y Willie White, entre otros. La escapada rápida al escenario del pasillo norte del parque, dio buen resultado, para ver al fin, (después de un intento fallido en el Festival Salvablues Jazz de 2017), a Cedric Burnside con su Delta Blues y su Hill Country Blues, en un set acústico y eléctrico de gran calidad.

Regresando al escenario principal, un simpático y talentoso guitarrista, Nick Alexander, nos agradó bastante, con su propuesta musical fresca, contemporánea, y con un blues moderno sin complicaciones. Posteriormente, la grandiosa actuación de Melody Angel (su nombre real) ella es un paquete completo: talentosa guitarrista y multiinstrumentista, compositora, vocalista, arreglista y productora. Originaria del Southside de Chicago, Melody es en partes iguales Prince y Hendrix, fue toda una sensación sobre el escenario con su blues rock original y con versiones únicas muy sobresalientes. Sin duda, a manera que avanzaba el Festival las presentaciones eran cada vez más poderosas y emotivas.

Enseguida, Rico McFarland encendió materialmente el tablado, y lo impactó hacia el público con tal fuerza que nos hizo levantarnos del asiento para acompañarlo con bailes, gritos, apalusos y toda manifestación de simpatía durante casi todos los minutos de su actuación. Funk, blues, y soul, de alto calibre que marcó un momento importante en el desarrollo del evento. Pero no todo quedó ahí, después vino otro show estelar con un sincero y complaciente guitarrista, Ronnie Baker Brooks, hijo del legendario Lonnie Brooks, haciendo una presentación inmejorble que dejo sin aliento pero con la certeza de que todo el esfuerzo por estar aquí, presenciando a los actuales exponentes de nuestro género consentido, ha valido la pena multiplicado por 1,000.

La noche estaba fresca pero muy agradable, entonces decidí caminar por las iluminadas calles que en particular estaban rebosantes, con gente deambulando alegre por todas partes, incluso la banda de blues callejera de enfrente del parque, estaba con mucho público bailando y disfrutando  de la audición.

No me perdí, el deslumbrante paseo por la ribera del río, ubicada en la orilla sur del Río Chicago, llamado Chicago Riverwalk, galardonado y apto para peatones, se extiende por 2 kilómetros desde el Lago Michigan hasta Lake Street, por él caminé casi todo, durante un par de horas observando los edificios iluminados que dan un perspectiva diferente a la vista del paseo que había hecho por la mañana; y también, observando las diferentes embarcaciones por el río: lanchas, yates, barcos y kayaks.



Domingo 12 de junio

Una fría mañana dominical, no fue obstáculo para iniciar lo que sería el último día de Festival y de estancia en esta maravillosa Ciudad de los Vientos, la cual se encuentra entre las ciudades más grandes de los Estados Unidos.

Primero, fue una caminata por el Museum Campus, que es un parque de 23 ha, que se encuentra junto al lago Michigan en Grant Park y abarca cinco de las atracciones más notables de la ciudad: el planetario Adler; el Acuario Shedd; el Museo Field de Historia Natural; el Soldier Field, sede del equipo de fútbol americano de la NFL: Chicago Bears; y el Lakeside Center de McCormick Place.

Me decidí entonces por visitar el Museo Field de Historia Natural, que es uno de los mayores y más importantes museos de historia natural en el mundo. Cuenta con más de 20’000,000 de objetos de la naturaleza y cultura.​ Y bueno, pues para adentro a recorrerlo con el conocimiento de que al menos durante tres horas, trataría de cubrir todas sus salas de exhibición. Después, la caminata hacia el Millennium Park la hice por todo el sendero de la costa del Lago Michigan, uno de los cinco grandes lagos de Norteamérica.

La primera actuación del último día del festival que vi en el escenario del pasillo norte, fue la peculiar agrupación del norte del Mississippi, Rising Stars Fife & Drum Band, que es un grupo de música folclórica tradicional estadounidense que se deriva del country blues, la tradición de la música marcial y los ritmos africanos. A continuación, ya instalado en el escenario principal, presencié otro espectáculo sin igual, Women in Blues (Mujeres del Blues), con un especial tributo a Mary Lane, presentado por Lynne Jordan y producido por Julia A Miller. Primero un quinteto conformado por Donna Herula, guitarra; Peaches Staten, lavadero; Anne Harris, violín; Sheryl Youngblood, en la batería; y Sherry Wheathersby en el bajo. Después, se unieron Ivy Ford en la guitarra y Andrea DeMarta en los teclados. Desfilaron a continuación seis cantantes excepcionales apoyadas por una muy buena banda de varones: Sharon Lewis, Shirley Johnson, Nora Jean Wallace, Sheryl Youngblood, Laretha Wheathersby, Demetria Taylor, y por supuesto, la homenajeada Mary Lane.

Tratando todavía de recuperar un poco el aliento, me trasladé al otro escenario para ver a Mr. Sipp, de quien se dice se ha convertido en uno de los bluesman del Delta muy a tomar en cuenta, conocido por su increíble capacidad vocal, habilidad compositiva, y como excepcional guitarrista, pero sobre todo con un talento innato para el show. Volviendo al Jay Pritzker, Ivy Ford, una carismática y coqueta guitarrista y cantante, se entregaba íntegramente al numeroso público interpretando distintos temas de blues tradicional y contemporáneo. A la vez, Nigel Mack Blues Attack, prodigaba talento en la atiborrada carpa del Rosa’s Lounge.

Se acercaba el final, y ya empezaba a sentir nostalgia. Aunque todavía tenía por delante tres números más. El primero una deliciosa actuación de la afable originaria de Houston, Texas, Annika Chambers, que cuenta con una enegía inusitada para interpretar su blues, soul, góspel, y funk. Invitó nuevamente al estrado a la alegre violinista Anne Harris, complementando su seductor show. Enseguida, The Kinsey Report, una fabulosa banda veterana de rock blues, con base en Gary, Indiana, establecida en 1984 por los hermanos Donald, Ralph y Kenneth Kinsey, además de un amigo de la familia, Ron Prince. Su actuación impecable fue otra de las mejores para mi gusto personal.

El gran final, correspondió a Eric Gales de Memphis, está considerado como uno de los mejores guitarristas de blues rock del mundo. Recientemente obtuvo en esa categoría de Mejor Guitarrista del Año, el Blues Music Award de la Blues Foundation. Tuvo una actuación sumamente poderosa y ensordecedora, tal vez la banda que más fuerte tocó durante todo el Festival. Simplemente, su actuación así como la aparición de su extraño bajista “Smoke Face”, cautivaron al generoso público, en especial a los jóvenes, que se le entregaron con un entusiasmo insuperable.

Las luces del escenario se apagaron, quedando únicamente las multicolores de la estructura del pabellón, el Festival llegó a su fin, y a mí me quedaron las ganas intensas de volver para la siguiente edición…

¡Viva Chicago! ¡Viva el Blues!