Blues a la Carta

Festival de Blues en Chicago 2022-II

En el número anterior, hice una crónica breve de lo vivido antes y durante el Festival de Blues en Chicago, enfocado más a las vivencias personales y a la información de a quiénes habíamos visto participar en el evento. En esta ocasión, el texto trataré de encaminarlo más hacia la parte musical, sin dejar de lado las vivencias personales. Qué vimos, qué oímos, a qué conclusiones podemos llegar con respecto a esta gran exposición del blues moderno, justamente en uno de los lugares más importantes del género en la historia.

Miércoles 8 de junio

La noche anterior al inicio del Festival, la dediqué a un convite musical en el Buddy Guy’s Legends, uno de los principales clubes de blues de Chicago, que fue inaugurado en 1989 por el mismísimo Buddy Guy, y que aún es dueño del club. A las 8:30 de la noche el lugar ya se encontraba lleno en la parte de las mesas, apenas unos cuantos lugares en bancos de las diferentes barras del bar mantenían un espacio. Decidí ocupar uno de ellos, a un lado de la consola de sonido. El show de miércoles de jam estaba programado a partir de las 9:00 pm, por cierto, el costo del cover fue de 15 dólares.

En punto de la hora (no más, ni menos) el entusiasta y multiinstrumentista presentador, dio la bienvenida al lugar, y de inmediato invitó al también multinstrumentista, Brother John Kattke, artista de Delmark Records, a dar inicio a la celebración del sagrado blues. Brother John a la guitarra y su banda interpretaron para el arranque un tradicional Chicago blues, un par de piezas más en ese estilo, dieron el toque mágico necesario para que el público se entusiasmara de más y aplaudiera fuertemente las piezas interpretadas. En mi caso, desde las primeras notas de la guitarra, mi sangre corrió al ritmo del blues, causándome una indescriptible emoción por estar ahí. 

El primer invitado de la velada, fue el fino y excelente guitarrista alemán: Stefan Hillesheim, Brother John pasó a los teclados, el presentador se mantuvo en el sax, antes había cantado, y tocado también los teclados. Excelente blues contemporáneo se dejó escuchar. Un poco rock blues, soul  y funk, pero más Chicago blues fueron los estilos que la banda de la noche interpretó.

Una participante de lujo seguiría en el jam, la veterana Mary Lane, subió al estrado y dejó en claro su lugar en la escena del blues clásico en Chicago, y el porqué días después recibiría un merecido homenaje en el marco de la programación del Festival, justamente en el escenario principal. La noche llegó a un éxtasis impredecible. Enseguida, y antes de concluir el delicioso set con Mary Lane, el presentador preguntó a los asistentes de dónde visitábamos el icónico lugar.

Fue así como me enteré de la audiciencia cosmopolita que ese día nos encontrábamos disfrutando de la música: Argentina, Chile, Uruguay, México, Canadá, Alemania, Francía, Australia, Italia, Marruecos, y de otros lugares de Estados Unidos, había gente de Nueva York, Memphis, California, etc. Un público verdaderamente diverso e internacional. El segundo set, fue el jam con músicos del público, organizado pulcramente por Brother John. En conclusión, fue una excelente manera de terminar la primera noche de blues en Chicago.

Jueves 9 de junio

El primer escenario del Festival que visité un poco después del mediodía, fue el Visit Mississippi Juke Joint Stage, en  donde en la entrada se encontraba un gran stand, con agradables regalos para todos los visitantes, unas bolsas rojas y grises con material promocional: flyers, llaveros, e incluso un interesante mojo bag como souvenir principal. También estaban ahí gratuitas las nuevas ediciones de las revistas: Living Blues y Big City Rhythm & Blues.

En el escenario, Robert Kimbrough, Sr., hijo menor de la leyenda del blues Junior Kimbrough, derrochaba energía provocando en mí, una gran emoción. Un blues moderno excitaba al igual, al numeroso público que aplaudía con fuerza cada uno de los solos de guitarra de las piezas interpretadas por el artista de Mississippi.

Sin perder tiempo, caminé presuroso al reconocimiento del otro escenario alterno, el de la carpa del Rosa’s Lounge, donde actuaba Charlie Love and Silky Smooth Band, grupo local, que mantenía al público cautivado con su Chicago blues y funk, y que amenizaba de cierta manera todo el área de stands de la Villa del Blues. Ahí compré mi preciosa gorra azul en el puesto del Rosa´s Lounge, por tan solo 25 dólares.

En el escenario principal, el Jay Pritzker Stage, la música comenzó con el tributo al veterano pianista de 86 años, Erwin Helfer, como apuntaba anteriormente, en un muy fino acto de blues, jazz, y boogie woogie; donde la invitada especial, la vocalista Katherine Davis, redondeo espectacularmente el set. Fue una delicia escuchar este cuarteto de jazz blues, con batería, contrabajo, saxofón y por supuesto, el piano de Helfer.

Una escapada rápida a los dos escenarios alternos en el intermedio, fue para conocer a Eddie Cotton, originario de Jackson, Missisippi, cuyo estilo soul blues deleitaba a la gente congregada en buen número; y ver un momento como solista a la sorprendente Melody Angel, quién se anunciaba para el sábado en el escenario principal junto a su banda.  

Al regresar al Jay Pritzker Pavilion, el guitarrista Jamiah Rogers y su banda, brindaban una muy buena actuación, con un blues rock fresco, juvenil, muy atractivo para las nuevas generaciones, que por cierto, eran una minoría en relación al público en general del Festival.

La siguiente artista en el programa, fue la experimentada guitarrista, originaria de Nueva York y residente en Chicago, Joanna Connor, quien provocó diversas ovaciones por sus solos con su especialidad, el slide guitar y su blues contemporáneo. Una banda muy bien acoplada la que acompaña a Joanna, interpretando blues, rock, boogie de alto calibre, muy a la altura del evento. En vivo su espectáculo es sencillamente explosivo.

En el cambio de back line, una vuelta más al Rosa’s Lounge Stage, en donde una atractiva box guitar era tocada con pasión y destreza por Iván Singh, un joven guitarrista argentino, que se ha posicionado en la escena bluesera de los clubes de Chicago. Asimismo, un breve espacio para comer un par de clásicos hot dogs (a 6 dólares c/u) y una refrescante Pepsi (de 4 dólares), para retomar energías y preparar lo que faltaba de admirar de la jornada.

La actuación del guitarrista de Chicago, Toronzo Cannon, confirmó en el gran escenario su indiscutible calidad en el terreno del blues contemporáneo. Una impecable presentación, tal como su vestuario para el festival, pero también emotiva como su carácter y presencia escénica.

El final de la jornada que fue la cereza en el pastel, me tenía guardada una muy agradable sorpresa con la multipremiada neoyorquina, Shemekia Copeland. La cantante contó con una poderosa y excelsa actuación que dejó un exquisito sabor de boca, interpretando entre otros temas, varios extraídos de sus más recientes y exitosos álbumes: America’s Child (2018) y Uncivil War (2020); pero también un adelanto de lo que será el nuevo álbum, Done Come Too Far (2022), para su sello discográfico Alligator. Así, la primera jornada culminó dejando una tremenda expectativa para los siguientes tres días.

Viernes 10 de junio

Ya instalado en el Millennium Park en la carpa del Rosa’s tocaba sutilmente un blues lento clásico, Cros (Charles Mack), un destacado artista que le tupe sabroso a la guitarra eléctrica. El área de los stands (The Blues Village), contaba ahora con mucha más afluencia de visitantes, muchos de ellos adquiriendo playeras (de 20 a 30 dólares), gorras (de 20 a 30 dólares), cd’s (de 15 a 20 dólares), entre muchos otros souvenirs como tazas, llaveros, calcomanías, plumillas, parches, chamarras, sudaderas, etc.

El tributo al nonagenario, Bob Stroger, artista Delmark, fue un espectacular acto de Blues tradicional, acompañado por la banda conformada con bluesistas de primer nivel como Billy Flynn, Kenny Smith, Rockin Eddie, Sam B, One Take Willie con Sam Burchardt como invitado especial. Incuestionablemente, un emotivo, entusiasta y sensacional Bob Stroger tocó varios de sus temas de blues clásico, de su más reciente álbum, That´s My Name. Pero también, permitió el lucimiento de algunos de los músicos acompañantes en este extraordinario set.

Durante el intermedio, en el área del Rosa’s, una explanada colmada de almas, donde sonaba la voz de Sierra Green como invitada en la presentación de Big Mike & The R&B Kings, interpretando soul y funk con gran ritmo. Una visita rápida al único stand de la mercadotecnia oficial del Festival, me permitió comprar otra muy bonita gorra y algunas calcomanías alusivas. Los precios de las gorras y playeras oscilaban entre los 25 y 40 dólares, las sudaderas y chamarras entre 30 y 50 dólares, por ejemplo. El espacio para el nuevo artista en el escenario principal correspondió a Joey J. Saye,quiense presentaba en las grandes ligas, entregando con el corazón su original blues acústico. En ningún momento, el ánimo de los espectadores bajó en este set acústico, que disfrutamos como antesala de lo que veríamos y escucharíamos a continuación.

La reina del blues de Detroit, Thornetta Davis, inundaba el parque en toda su extensión de energía rítmica con blues, soul, funk y rhythm & blues. Un guitarrista espectacular en su estupenda banda, llamado Carlton Washington, matizaba los momentos importantes de los solos musicales, como complemento esencial a las canciones interpretadas con alma y corazón por Thornetta, y el coro de bellas gemelas que la acompañó en su destacadísima actuación, que incluyó un momento romántico bailando abrazada con su esposo, el percusionista, James Anderson.

La banda siguiente fue The Mike Wheeler Band, quien hizo y deshizo al público reunido para la celebración del blues con su explosivo, blues funk, y la gran guitarra de Mike, junto con la inmejorable figura escénica ejemplar del bajista, Larry Williams. Bueno, y una extraordinaria participación de toda la banda, como se dio el caso con los grandes artistas partícipes durante el Festival. Una actuación de Wheeler y su banda por demás, muy superior a la exhibida hace tres años en el Buddy Guy’s Legends, quien en aquella ocasión también disfruté, pero hoy, repito, fue mucho mejor, seguramente el maravilloso escenario contribuyó en mucho.

El gran final del día, se presentó con la soberbia actuación de nuestro viejo conocido, y entrañable amigo, Billy Branch, encabezando a su magnífica y numerosa banda, The Son of Blues. En esta ocasión, estaban: Giles Corey en la guitarra, Sumito Ariyo Ariyoshi en el piano, además de una sección de tres metales y de tres coristas, y por supuesto, su precisa sección rítmica: 11 músicos en el gran escenario, que se entregaron con su blues tradicional y contemporáneo, con pasión y sensibilidad, logrando conectar con el público que celebró su actuación, en repetidas ocasiones con aclamaciones y respondiendo al llamado al baile en todos los espacios del parque.

Sábado 11 de junio

La primera actuación del día para mi fue la de Dexter Allen, en el Visit Mississippi Juke Joint Stage, un guitarrista que me sorprendió por su habilidad, potencia y presencia escénica. Su más reciente disco, Keep Moving On (2021), con blues contemporáneo, soul, góspel y un poco de funk, me había resultado bastante aceptable; sin embargo, en vivo es sencillamente otra cosa. Buen número para iniciar el tercer día de Festival.

Al mismo tiempo, en la carpa del Rosa’s Lounge se presentaba otra excelente banda, la Rob Stone Band, una agrupación que contaba en la batería con el veterano, Willie “The Touch” Hayes, y con su extraordinario líder y armonicista, Rob Stone, que hacía la delicia de los asistentes, cada vez en mayor número en los alrededores de este escenario alternativo y en el pasillo de los stands, que también contaban con mayor número de visitantes y eso sí, más consumidores.

Un agradable remanso musical con orquesta a manera de big band, en el Jay Pritzker Stage, inició el tercer día de música majestuosa, presentando el Chicago Soul Tributo a Gene Barge, Cicero Blake & Willie Henderson con la Willie Henderson’s Big Bad Blues Band e invitados especiales: Ruby Andrews, Samota Acklin, Theresa Davis, Joe Barr y Willie White, entre otros. Fue una experiencia sensacional escuchar en vivo temas soul blues, con toda esa instrumentación. Algo diferente a lo cotidiano.

La escapada rápida al escenario del pasillo norte del parque, dio buen resultado, para ver a Cedric Burnside con su Delta Blues y su Hill Country Blues, en un set acústico y eléctrico hipnotizante y de gran calidad. Resultó muy emocionante escucharlo y verlo a un par de metros de distancia. Simplemente, sensacional. Gran ejecutante de la guitarra acústica y eléctrica, y por supuesto, también de la batería, aunque hoy me quedé con las ganas de mirarlo tocar los tambores.

De regreso al escenario principal, vimos y escuchamos a un simpático, desenvuelto y talentoso guitarrista joven (21 años), Nick Alexander, que nos agradó bastante, con su propuesta musical fresca, contemporánea, y con un blues rock moderno sin complicaciones. Lástima que no podamos colocar en la lista musical algo de su talento, ya que aún no tiene grabaciones para compartir.

Posteriormente, la grandiosa actuación de Melody Angel, talentosa guitarrista y multiinstrumentista, compositora, vocalista, arreglista y productora. Originaria del Southside de Chicago. Fue toda una sensación sobre el escenario con su blues rock original y con versiones únicas muy sobresalientes. Sin duda, a manera que avanzaba el Festival las presentaciones eran cada vez más poderosas y emotivas, como esta que seguramente será señalada como el punto de cambio en la carrera de la artista.

Rico McFarland y su banda, encendieron materialmente el estrado, esa impactante actuación llegó plena hacia el público, que nos hizo levantarnos del asiento para acompañarlo con bailes, gritos, aplausos y toda manifestación de simpatía durante casi todos los minutos de su actuación. Funk, blues, y soul, de alto calibre fueron los estilos que marcaron un momento importante en el desarrollo de la brillante y ardiente actuación. Bien por estos experimentados músicos que después de tanto tiempo en la escena, hoy se encuentran vigentes y exitosos. De nuevo lamento que no podamos compartir en la lista musical algo de su talento, ya que generalmente ha sido un guitarrista de sesión o acompañante de otros, como fue el caso más reciente de pertenecer a la Jimmy Johnson Band.

Después vino otro show estelar con un sincero y complaciente guitarrista, Ronnie Baker Brooks, hijo del legendario Lonnie Brooks, haciendo una presentación inmejorable que dejo sin aliento pero con la certeza de que todo el esfuerzo por estar aquí, presenciando a los actuales exponentes de nuestro género consentido, ha valido la pena multiplicado por 1,000. Dentro de su programa, incluso se dio el lujo de interpretar un par de temas de los Rolling Stones, a su estilo 100% bluesero. ¡Vaya que fue una tarde-noche de blues inolvidable!

Domingo 12 de junio

La primera actuación del último día del festival que vi en el escenario del pasillo norte, fue la peculiar agrupación del norte del Mississippi, Rising Stars Fife & Drum Band, un grupo de música folclórica tradicional estadounidense que se deriva del country blues, la tradición de la música marcial y los ritmos africanos. Algo muy peculiar y poco visto, pero que resultó muy interesante.

En el escenario principal, presencié otro espectáculo sin igual, algo de lo mejor de este año: Women in Blues (Mujeres del Blues), con un especial tributo a Mary Lane, presentado por Lynne Jordan y producido por Julia A Miller. Primero un quinteto conformado por Donna Herula, guitarra; Peaches Staten, lavadero; Anne Harris, violín; Sheryl Youngblood, en la batería; y Sherry Wheathersby en el bajo.

Después, se unieron Ivy Ford en la guitarra y Andrea DeMarta en los teclados. ¡Qué bien sonó esta banda de mujeres!, cada una en su especialidad, Donna Herula, para mi gusto es una extraordinaria cantante y guitarrista, pero muy poco reconocida. Desfilaron a continuación seis cantantes excepcionales apoyadas por una muy buena banda de varones, ellas fueron: Sharon Lewis, Shirley Johnson, Nora Jean Wallace, Sheryl Youngblood, Laretha Wheathersby, Demetria Taylor, y por supuesto, la homenajeada Mary Lane. Se destacaron, desde mi punto de vista, Sharon Lewis, Nora Jean Wallace, y Mary Lane.

En el escenario del Mississippi, Mr. Sipp, un bluesman del Delta de 45 años, demostró su capacidad vocal, habilidad compositiva, y guitarrística, pero sobre todo su talento innato para el show. El publico disfrutó de principio a fin a este músico, cuyo estilo oscila entre el blues, soul, funk, y el ryhthm & blues, sin faltar el góspel. Su movimiento hacia abajo del estrado para acercarse a los fans, resultó sorprendemente emotivo.

Volviendo al Jay Pritzker, Ivy Ford, una carismática y coqueta guitarrista y cantante de reciente aparición en la escena, se entregaba íntegramente al numeroso público interpretando distintos temas de blues tradicional y contemporáneo, haciendo un vistoso show con la guitarra, adicional a su excelente sonido junto a su cuidadosa banda.

 A la vez, Nigel Mack Blues Attack, prodigaba talento en la atiborrada carpa del Rosa’s Lounge. Iván Singh se echaba el palomazo con esta banda que mantenía el interés de la numerosa multitud, que bailaba emocionada al ritmo del Chicago blues y el funk.

Los tres números finales, resultaron una delicia, fueron un banquete musical que me dejó sumamente satisfecho. El primero, una deliciosa actuación de la simpática texana, Annika Chambers, que cuenta con una enegía inusitada para interpretar su blues, soul, góspel, y funk. Invitó nuevamente al estrado a la entusiasta violinista Anne Harris, complementando así su seductor show. Su guitarrista, el canadiense Paul Deslauriers, resultó un integrante clave para su exitosa presentación.

Poco después, The Kinsey Report, una banda legendaria que pone el ejemplo, interpretando de impecable manera su repertorio de blues rock y funk para la ocasión. No importando la condición física de su vocalista y guitarrista principal, Donald Kinsey, los demás integrantes de la banda lo acompañan sentados, para no hacerlo sentir menos. Y lo hacen de manera extraordinaria. Su actuación impecable fue otra de las mejores para mi gusto personal, en esta nueva edición del Festival.

El gran final, correspondió a Eric Gales, considerado como uno de los mejores guitarristas de blues rock del mundo. Recientemente obtuvo en esa categoría de Mejor Guitarrista del Año, el Blues Music Award de la Blues Foundation. Tuvo una actuación muy explosiva, poderosa y ensordecedora de rock, blues y psicodelia, comportándose, tal vez, como la banda que más fuerte tocó durante todo el Festival.

La actuación de su bajista “Smoke Face”, acoplado musicalmente perfecto a su baterista y tecladista, y por supuesto a Eric, logró acaparar la atención del emocionado público, particularmente la de muchos jóvenes, que se le entregaron con un entusiasmo insuperable, dando fe a su asombrosa y agradable propuesta contemporánea.

El Festival llegó a su fin, lástima que terminó, pero sé que es parte de la vida. Un evento que ojalá los blueseros mexicanos tuvieran oportunidad de echarle una ojeada, para observar la impecable organización y los estilos contemporáneos del blues actual. Para el próximo año estaré proponiendo organizar una excursión de amigos y fanáticos a este grandioso evento, uno de los más grandes y gratuitos en el mundo del blues. ¡Ya lo veremos!

¡Viva el Festival de Blues en Chicago!