Alligator Records presenta

Johnny Winter & Albert Collins (LP’s)

“El renacer que los discos analógicos han protagonizado en la última década,

 deja una cosa bastante clara: más allá del componente nostálgico,

 este formato encapsula una magia multisensorial

a la que el ‘streaming’ no podrá aspirar nunca”

Eva Blanco Medina (VOGUE)

Capítulo 6: Lp’s de Johnny Winter: 3rd Degree & Albert Collins: Cold Snap

Johnny Winter – 3rd Degree (1986)

Este LP es un extraordinario disco de buen blues puro, que confirma una realidad que para muchos les causa resquemor. El blues desde hace mucho tiempo… no es solo negro, tiene su nacimiento de color, pero a través de los años este se ha ido coloreando y convertido en una manifestación artística UNIVERSAL. John Dawson, o bien, Johnny Winter, fue un guitarrista estadounidense de blues y de rock, que se convirtió en una estrella del blues eléctrico a finales de los años 60; y en el momento del festival de Woodstock, ya era una leyenda. Durante la última etapa de Muddy Waters, produjo sus últimos tres discos.

En este LP, 3rd Degree, tocaron, Johnny Winter: guitarra eléctrica, guitarra National Steel y voz; Ken Saydak: piano y órgano; Mac Rebennack “Dr. John”: piano (05); Johnny B. Gayden: bajo; Tommy Shannon: bajo (04, 08, y 10); Casey Jones: batería; Uncle John “Red” Turner: batería (04, 08, y 10). Lista de canciones. Lado A: 01. Mojo Boogie; 02. Love, Life and Money; 03. Evil on my Mind; 04. See See Baby; 05. Tin Pan Alley. Lado B: 06. I’m Good; 07. Third Degree; 08. Shake Your Moneymaker; 09. Bad Girl Blues; 10. Broke and Lonely.

Antes de entrar a los comentarios del contenido del LP, leamos algunos textos que el propio Winter escribió para él: “ME GUSTA MUCHO ESTE DISCO. Tiene varios tipos diferentes de blues, mucha variedad. Primero, porque aquí están Casey Jones, Johnny B. Gayden y Ken Saydak. Para mí, estos tipos son la ‘crema y nata’ en lo que respecta al blues de hoy (1986). Pueden tocar de todo. También, siempre son provocadores. Están justo en su momento y por ello, me dan ganas de tocar mejor.

Luego, está el Dr. John. Es alguien a quien conozco desde principios de los años 60, con él, había querido grabar desde hace tiempo. Tiene ese sabor de Nueva Orleans que nadie más puede ofrecer. Conoce muchas buenas canciones antiguas que yo no conozco, lo cual es excelente, porque se le ocurren piezas que me divierto tocando. Nuestras raíces musicales son tan similares que encajamos muy bien. Espero que podamos trabajar juntos más en el futuro.

Muchos de mis fans y amigos me han estado preguntando cuándo iba a hacer más cosas acústicas. Creo que tenemos un par de muy buenas canciones en este álbum. En realidad, nunca me interesó tocar la guitarra acústica hasta que descubrí esas Nationals de metal, allá por el año de 1968. Me enamoré de ese sonido ‘desagradable’… me recuerda a un bote de basura con alambres. Tiene todo ese sonido de metal, un verdadero sonido de blues.

En este álbum, usé dos guitarras de ese tipo diferentes, una antigua para todas las canciones que llevan slide y una más nueva. Tuve que practicar durante aproximadamente un mes, antes de grabar el disco, porque son mucho más difíciles de tocar que una guitarra eléctrica, y porque no toco acústica cuando estoy de gira.

Es un desafío tocarla, pero vale la pena, porque antes de que existiera la electricidad, las guitarras como esta, eran todo lo que tenían los músicos de blues. Y si no puedes hacerlo, si debes tener una guitarra eléctrica para tocar blues, no es una buena sensación. Tenía que ser capaz de dominar esa guitarra.

Había soñado con volver a tocar con Tommy Shanon y Red Turner, después de que nos separamos en 1970 porque no creo que ninguno de nosotros quisiera que esa banda se separara. No siento que podría haberlo hecho sin ellos en primer lugar. Fueron los primeros músicos en venir a mí y decirme: “Nos encanta lo que haces. No nos importa si ganamos dinero, estamos dispuestos a hacer blues puro, lo logremos o no”.

Fue la primera vez que tuve una banda de blues para tocar en vivo. Hasta ese momento tocaba música soul, éxitos del Top 40, música de los Beatles, un poco de todo. Les dije que estaban locos, que seguro que nos moriríamos de hambre tocando nada más que blues. A los seis meses nos morimos de hambre. La madre de Red tenía un salón de belleza, y practicábamos ahí, después de horas de hacerlo por la noche.

Red se quedaba en la habitación extra y Tommy dormía en el sofá. Y esos muchachos, si no hubieran hecho eso, nadie hubiera oído hablar de mí o sabido que era un guitarrista de blues. Fue una sensación tan buena cuando finalmente logramos tocar blues puro. Había un buen sentimiento que logramos cuando tocábamos juntos, porque nos preocupábamos mucho el uno por el otro y por la música. Fue genial trabajar con ellos, y todavía lo es.

Nos reunimos en el estudio nuevamente después de 15 o 16 años… ¡y siento que tocamos mejor en este disco que en Texas! Fue realmente un sueño hecho realidad poder volver a trabajar juntos y mostrarles a todos que todavía la hacemos. Simplemente, hay una gran diferencia cuando amas a los tipos con los que estás tocando, es inevitable que se refleje en la música”.

Con un poderoso riff al estilo Elmore James arranca el lado A del LP, Mojo Boogie, un tema explosivo con la guitarra slide al frente, es el encargado de abrir los sentidos para el disfrute total. Love, Life and Money, a tiempo medio, pero sin desfallecer continúa la exposición de blues de primera clase a cargo de Winter y su banda. Evil on my Mind, un tema acústico con todo el sabor de Muddy Waters, y la poderosa e inconfundible voz de Johnny. See See Baby, de nuevo el blues eléctrico hace su aparición estelar, con un ritmo frenético y agradable. El Dr. John en el piano convierte la pieza en una delicia sónica, Tin Pan Alley, es un blues lento pero muy sabroso.

Dando la vuelta a la tortilla, el lado B, arranca con I’m Good, un rock blues que suena fresco a pesar de tener más de 36 años de haber sido grabado, ¡increíble! Third Degree, el blues lento suena de lo mejor en la guitarra de Winter, y por supuesto con la presencia vital y desgarradora de su bluesera voz. Shake Your Moneymaker, curiosamente si hubiera un tema que no ha sido de mi agrado del todo en el género del blues, sería este; sin embargo, aquí se trata de una versión bastante placentera con la tradicional guitarra slide. Bad Girl Blues, el blues acústico con el resonador, suena genial, aunque a decir verdad la combinación de voz y guitarra es el verdadero secreto. El LP llega a su final con Broke and Lonely, una pieza rítmica y pantanosa, que cierra con decoro la obra.



Albert Collins – Cold Snap (1986)

Otro gran LP sin duda, aun cuando tiene una dirección de R&B muy marcado, en comparación con los lanzamientos anteriores que Albert había tenido en Alligator, pero sobre todo porque cuenta con una muy buena producción. Lo mejor, es la serie de solos apasionantes del guitarrista y cantante que fue bautizado con varios apodos: “The Ice Man”, “The Master of the Telecaster” y “The Razor Blade”.

Este disco, fue el séptimo y último álbum que grabó para Alligator. Después, firmó con Virgin/Point Blank Records, con la esperanza de obtener más ventas. Así fue como grabó dos álbumes de estudio para ellos, antes de su muerte por cáncer en noviembre de 1993.

Los músicos en el LP son: Albert Collins: guitarra y voz; Mel Brown: guitarra rítmica; Jimmy McGriff: teclados; Allen Batts: teclados; Johnny B. Gayden: bajo; Morris Jennings: batería y percusiones. The Uptown Horns, Crispin Cioe: sax alto y barítono; Bob Funk: trombón; Arno Hecht: sax tenor; Hollywood Paul Litteral: trompeta. La lista de canciones es: Lado A: 01. Cash Talkin’ (The Workingman’s Blues); 02. Bending Like a Willow Tree; 03. A Good Fool is Hard To Find; 04. Lights Are On But Nobody’s Home. Lado B: 05. I Ain’t Drunk; 06. Hooked on You; 07. Too Many Dirty Dishes; 08. Snatchin’ It Back; 09. Fake I.D.

Antes de entrar a las apreciaciones del contenido del disco, leamos algunas líneas que Bruce Iglauer, presidente de la compañía discográfica Alligator Records, escribió para el LP:

Ha sido un año y medio increíble para Albert Collins. Hace dieciocho meses, ya era uno de los músicos de blues más reconocidos del mundo: “el guitarrista de blues más poderoso del mundo”, como fue llamado por la revista Musician. Pero desde entonces, literalmente miles de millones de personas han visto o escuchado a Albert por primera vez, ya sea en vivo, en la televisión o en la radio. Y mucha gente ha descubierto que Albert Collins hace que las líneas entre el blues, el rock ‘n’ roll, el funk y el jazz parezcan irrelevantes.

Desde su electrizante aparición en el concierto Live Aid (1985) con George Thorogood, Albert se ha abierto camino por toda Europa (ha ido dos veces) y ha atraído multitudes a sus conciertos, y ha tenido dos apariciones en televisión nacional, y su primera gira por Australia. Tocó para cincuenta mil personas desde los escalones de la Casa del Estado de Texas en Austin, y recibió la llave de la ciudad de Houston después de encabezar el Festival Juneteenth.

Allí fue cuando el Estado de Texas, finalmente se fijó en uno de sus hijos más famosos. Tocó para una audiencia de cuatro millones en el programa “Live At The Hard Rock” de NBC Radio, donde primero unió fuerzas con los extraordinarios, Uptown Horns. Tocó con Stevie Ray Vaughan en Los Ángeles y Toronto, y grabó un sencillo con David Bowie en Nueva York. Ha grabado un álbum ganador de premios, Showdown! con dos de sus camaradas más conocidos, Robert Cray y Johnny Copeland. Y ha puesto de pie a un público repleto de estrellas en el Carnegie Hall con uno de sus largos paseos tocando entre la multitud, mientras las cámaras grababan un especial de televisión.

Para su álbum, Cold Snap (el séptimo en Alligator y el duodécimo de su carrera), el “Maestro de la Telecaster” armó una sesión “de ensueño” con algunos de los músicos de blues, rock, jazz y funk que más admira. Jimmy McGriff, el famoso organista de jazz, ha sido un ídolo de Albert durante años y una gran influencia en el estilo de guitarra de Collins. No habían tocado juntos durante más de una década, pero Jimmy se acopló de maravilla con la guitarra de Albert, como si hubieran tocado juntos todos los días.

Mel Brown, cuyos propios álbumes de funky jazz son artículos de colección para fanáticos de la guitarra, ha tocado con Albert muchas veces en el Antone’s en Austin, y estaba ansioso por volar para asistir a la sesión. Morris Jennings es el poderoso baterista de cientos de discos (incluidos los últimos álbumes Alligator de Roy Buchanan) y Albert estaba ansioso por verlo en el estudio. Y Johnny B. Gayden… bueno, él es la bujía de The Icebreakers, la galardonada banda de gira de Albert, y es simplemente un gran bajista.

Finalmente, The Uptown Horns, cuyo sonido crepitante se ha escuchado en la carretera y en el estudio con todos, desde Robert Plant hasta James Brown y Twisted Sister, llegaron desde Nueva York para crear algunas partes de metales de última hora para Albert. Considerándolo todo, dice Albert, “el álbum fue como un sueño hecho realidad”.

Si has estado escuchando a Albert Collins durante años, ya conoces la guitarra helada, las voces irónicas y la energía asombrosa. Pero ojo, porque hay toda una nueva legión de fans que recién están descubriendo a Albert. ¡Parece que está poniendo a todo el mundo de pie y temblando!”

El lado A inicia con Cash Talkin’, una pieza funk blues muy bailable, con los pasajes de los metales en su punto. Bending Like a Willow Tree, un tema también muy funky con un ritmo tropezón, pero que se destaca por los solos de guitarra. A Good Fool is Hard To Find, un gran blues con los metales consiguiendo un equilibrio melódico, entre la canción y los solos. Lights Are On But Nobody’s Home, es el obligado blues lento para el lucimiento total de la guitarra de Collins.

Para el lado B, I Ain’t Drunk, es un Chicago Blues, para mí, la mejor pieza del álbum, con cierta evocación a Chuck Berry en el fraseo de la canción. Regresa el ritmazo de la banda con Hooked on You, una pieza funky 100% bailable. Too Many Dirty Dishes, es otro buen blues lento, pero no mejor al interpretado al final del lado A. Snatchin’ It Back, una pieza muy en la música disco, que por cierto no parece ser el fuerte de Albert. Al final con el instrumental Fake I.D. recompone el camino, es un boogie woogie aderezado magistralmente por la sección de metales.