Lado B

Realidad y futuro del Blues en México

Estamos viviendo una época en la que la industria de la música ha evolucionado a pasos agigantados. La tecnología, por un lado, ha facilitado los métodos de grabación, y por otro, les ha aportado a los músicos nuevos instrumentos que les permiten la creación de ritmos y géneros con mayor facilidad, mediante la mezcla de sonidos y efectos electrónicos que son del gusto de las generaciones actuales, que han crecido a la par del internet y de las aplicaciones que les han permitido conocer y escoger esa música de una manera sencilla y accesible. Como consecuencia, la tecnología y la nueva industria musical se ha “comido” las viejas prácticas para hacer música y ha enterrado las antiguas costumbres para escucharla. El proceso que un músico o un grupo de músicos tenía que seguir para la grabación, producción y comercialización de un álbum ha quedado atrás.

Asimismo, aquel acto ceremonial que implicaba ir a la tienda de discos, pasar por los largos pasillos, encontrar el exhibidor del género buscado, revisar uno por uno, frente y reverso, el nombre de cada canción, todos los datos que pudieren interesarnos para tomar la decisión  acertada antes de pasar a pagar a la caja, para después caminar emocionados a casa, tomar un cuchillo y abrir con cuidado la portada para no maltratarla, encender el aparato, limpiar la basura de la aguja, poner el disco en el plato, y sentarte a escuchar las primeras notas, tristemente se acabó.

Ambos rituales, se han mantenido de una manera “artesanal” en nuestro país, por un lado, mediante las prácticas que aún tienen diversas bandas de rock o de blues – las menos- que se niegan a “matar” la manera tradicional de grabar un álbum, y por otro, del mantenimiento de espacios culturales como el “tianguis del chopo” en donde aún se puede encontrar “material” de antaño para desempolvar los tocadiscos.

Si a todo lo anterior, le aumentamos el hecho de que, como lo he manifestado con anterioridad, en su momento no existió una cultura del Blues en nuestro país, podemos entender que en este momento el género se encuentra en una triste realidad. Las bandas que en su momento fueron representativas del Blues en México son bandas que asumieron su aportación musical en su mayoría como Blues-Rock, y que ya tienen tiempo que estuvieron en la cúspide de su trabajo, y hoy se mantienen como bandas de culto, un logro más que significativo para sus carreras.

Por otro lado, algunos y algunas representantes ya fallecieron, otros y otras cambiaron de género, y otros más simplemente desaparecieron de la escena musical. Las nuevas generaciones de músicos de Blues se han encontrado con un panorama desolador, pues les toco el “coletazo”, y hoy tienen que hacer un trabajo verdaderamente titánico para poder desarrollarse, a pesar de que ellos tienen todos los elementos tecnológicos que los músicos de antaño no tuvieron.

No hay espacios públicos, los eventos culturales son escasos, no existe presupuesto gubernamental para el apoyo de la cultura. Por otro lado, casi no existen lugares en donde los empresarios apuesten por el Blues, y sí, por géneros más populares o comerciales que dejan más derramas económicas, y es lógico viéndolo desde su punto de vista como empresarios.

Aunado a todo esto, son muy pocas las bandas que entienden la naturaleza, la estructura y la esencia del Blues y existen otras que ofrecen un producto totalmente alejado al género, situación que no ha sido nada benéfico para la difusión de su cultura, toda vez que siempre he pensado que en México sí hay público para el Blues, sí hay gente que conoce de Blues, que le gusta el Blues y que se interesa por escuchar verdadero Blues, y está dispuesta a pagar por un buen show de Blues, sin embargo, al encontrarse con falsos exponentes, se decepcionan, y optan por acudir solo a eventos en donde el cartel está conformado por músicos extranjeros, esa es otra triste realidad.   

Bueno, partiendo de lo anterior, considero que se tiene que hacer un trabajo integral para que la cultura del Blues en nuestro país siga por un buen camino y lo más importante perdure para las nuevas generaciones. El trabajo debe estar estructurado con base en la participación, organización y representación de los exponentes que hagan aportaciones tanto musicales como intelectuales; programas de difusión; programas de apoyo por parte de las entidades de cultura de los gobiernos, federal, estatal y municipal; acuerdos con diversas organizaciones culturales y educativas tanto públicas como privadas, nacionales y extranjeras, y la creación de una escuela de Blues en México.

En la historia del Blues en México es bien conocido el intento que ha habido por la creación de asociaciones cuyo objetivo inicial fue la organización de todas aquellas personas que han tenido el interés de la difusión cultural del Blues en nuestro país, sin embargo, y sin entrar en detalles, ese objetivo principal se transformó, quedando únicamente en una buena intensión.

No obstante, la figura jurídica de la asociación sigue siendo la única opción que legalmente existe para agrupar a las personas que verdaderamente estén comprometidas con la difusión cultural de este género o de cualquier otro que sea determinado por la organización, para que exista un orden y una representación moral que permita obtener todo tipo de recursos y beneficios para el buen funcionamiento de la agrupación.

Existe un buen número de asociaciones y fundaciones en todo el mundo que se han constituido mediante este instrumento legal que ya tienen una historia y una trayectoria digna de respeto, solo hay que darle una revisada a las creadas en Europa o en Sudamérica y definitivamente a las creadas en Estados Unidos que han sido, y actualmente son los pilares de la difusión del Blues en su propia cuna.

El capital musical e intelectual con que cuenta México es de una riqueza invaluable, pero por un lado no nos la creemos y por otro el ego personal ha sido más importante. Existen músicos mexicanos con una calidad impresionante, que no han sido debidamente reconocidos en nuestro país y que han tenido la necesidad de salir a probar suerte en otros países, en donde han tenido la oportunidad de alternar con músicos en Estados Unidos y en Europa. Su talento ha llamado la atención a músicos de Blues que -por comentarios que ellos han hecho- no entienden porque no existe una cultura del Blues aquí estando tan cerca de ellos y habiendo esa calidad de músicos.

Las nuevas generaciones están generando músicos verdaderamente estudiosos, que impresionan con el sonido retro que logran, asumiendo con responsabilidad su posición en la escena y no tocando por tocar los cuatro compases. Se van a “chacharear” para conseguir micrófonos, guitarras, amplificadores de bulbos, tarolas vintage, bueno hasta boinas y sombreros para estar acordes y dar un buen show.

Jóvenes afortunadamente perdidos, que en lugar de estar “perreando” se la pasan escuchando a Muddy Waters o a Little Walter. Existen coleccionistas dignos de un premio por parte de “The Blues Foundation” que tienen material increíble que no se puede conseguir en ningún lugar. Discos originales grabados en Chess Records, Alligator Records, o en casas disqueras de Japón o Alemania. Libros, revistas o posters, inconseguibles. Locutores de programas especializados, escritores, en fin. Material para crear una buena organización de Blues en México, sí existe.    

El apoyo de los gobiernos ha sido muy escaso para la cultura del Blues en México, y al paso del tiempo hay cada vez menos. A nivel federal, a excepción del apoyo que en su momento tuvo la institución denominada “CREA” (Consejo Nacional de Recursos para la atención de la Juventud) para organizar el primer festival de Blues en México -desconozco si lo siguió haciendo para organizar los posteriores-, no recuerdo otro apoyo más por parte del poder ejecutivo federal. Por parte de los gobiernos estatales tampoco han sido tan esplendidos, fuera de la organización de festivales en entidades como Guanajuato, Querétaro, Zacatecas y uno que otro más los estados no han querido ayudar a la difusión.

Por su parte las administraciones municipales están por el estilo, cero apoyos, uno que otro festival en delegaciones hoy alcaldías y algún municipio en el Estado de México que ha organizado algo. Es por eso importante hacer un buen proyecto, que sea serio y que llame la atención de los gobiernos en todos sus niveles.

Es importante celebrar acuerdos con diversas organizaciones culturales y educativas tanto públicas como privadas, nacionales y extranjeras, y la creación de una escuela de Blues en México, de ahí mi insistencia en la creación de una organización que proponga un programa bien elaborado, que se base en la estructura de la que parten las escuelas de Blues en Estados Unidos, en España o en Argentina, que imparten carreras enfocadas en la cultura musical del Blues, en donde los músicos tienen un acercamiento con las autoridades de esas escuelas con las que comparten sus experiencias y conocimientos con la única finalidad de la preservación y la difusión del Blues.

Estoy seguro, que si se toma de una manera seria y responsable un proyecto por parte de una universidad o de alguna institución educativa como lo han hecho en los lugares citados, el futuro del Blues en nuestro país sería muy prometedor para todos.

Por nuestra parte, seguiremos difundiendo al Blues en esta trinchera.

Les deseo un exitoso 2023.