Colaboraciones

10° Festival de Blues y Jazz del Desierto – reseña

Después de un poco más de catorce horas de viaje en autobús desde la Ciudad de México, con un contratiempo incluido, llegamos a Saltillo, Coahuila para participar en la décima edición del Festival de Blues y Jazz del Desierto, y en efecto, con mucha expectativa con respecto a lo que se vería y escucharía a lo largo de los dos primeros días de las cuatro jornadas programadas. Sin embargo, antes de entrarle al relato de lleno, adelantaré una ineludible conclusión… ¡fue sensacional!

El estupendo anfitrión George González, estuvo al tanto de nuestra llegada para de inmediato ponerse manos a la obra en la atención y para llevarnos al Foro Amapola sede del evento, pero por supuesto, después de una deliciosa comida en su casa que nos llenó de vitalidad para afrontar con muchas ganas la jornada musical que nos esperaba. El ambiente en la ciudad rodeada por altas montañas de la Sierra Madre Oriental, presentaba un clima londinense con neblina incluida, con el cielo gris que presagiaba lluvia y un frío que a ratos calaba hasta los huesos. (Fotos por José Luis ‘James’ García).

Día 1: viernes 10 de noviembre

Las hostilidades en el Foro Amapola iniciaron con el protocolo de bienvenida, Jorge González Vargas comenzó la presentación con unas emotivas palabras para todos los participantes, colaboradores y artistas que hicieron posible esta nueva edición, enseguida la dueña y administradora del Foro Artístico Cultural, Dona Wiseman siguió con la calurosa recepción. Después una sorpresa, me cedieron el micrófono y solo atiné a retribuir el magnífico gesto devolviendo el agradecimiento a nombre de los artistas participantes y reiterando que con los vínculos entre proyectos culturales independientes, se logran cosas importantes como lo es la realización de este admirable festival.

Las siguientes personalidades que expresaron sus bellas palabras con respecto a este arranque de la décima edición fueron las cantautoras: Fátima Soto (Espina y Jugo) y Raquel Esquivel (Sirena Blues), y también se agregó la entusiasta colaboradora, Daniela Medellín. Finalmente, la incansable pareja de coordinadores del Festival, Marisa Medellín y Jorge González, concluyó el protocolo también con emotivas frases para dar oficialmente paso a la caravana musical.

David Mendoza fue el encargado de abrir las presentaciones musicales con su proyecto como solista acústico, interpretando una mezcla de trova, blues, y folk, que comenzó a calentar el escenario con sus temas originales. Bueno, es un decir que estuvo como solista, en esta ocasión, su pequeña hija lo acompañó en los coros de algunas canciones, y además hasta el más pequeño también hizo acto de presencia por ahí en alguna más.

José Luis Molina nos entregó un buenísimo acto de literatura y música denominado: “La vida que suena”, acompañado por Adriana Molina en la voz y Héctor Zárate en la guitarra. Un ejemplo de esto es cuando interpretaron el tercero de nueve temas de su repertorio…

La alcoba donde el Blues mueve cortinas, es el lugar en el que ella se desliza a través de aquella tibia atmósfera todavía humeante, integrada por café, jugo de piña y yerbabuena. Pasando sus brazos en diagonal por el pecho de su amado, lo abraza por la espalda. Con su voz semejando la cascada tónica de un arpa en caída libre, le dice mordiendo el lóbulo de su oreja izquierda: ¿Ya te has dado cuenta de la clase de mujer que soy? Que suene… What Kind of Woman is This? Gracias Buddy Guy”.

Y entonces, sonó una sublime interpretación acústica de este tema por parte del dueto conformado por Adriana y Héctor.

A continuación, tocó nuestro turno, en donde conversé un poco de lo que es Cultura Blues, de la revista, sus alcances, de nuestra serie de discos compilados ‘Nacidos Bajo Un Buen Signo’, de Cultura Blues Radio y del tema que nos ocupó en este evento, del Festival de Blues en Chicago 2023. Se invitó al público a observar la Exposición Fotografica y la proyección de la primera parte del Video Documental de algunos artistas participantes, material que trasladamos desde la lejana Ciudad de México.

Lobo Mexicano del Estado de México, fue el acto siguiente, primero con Christian Wolf como solista interpretando con gran entusiasmo material original extraído de su más reciente disco “Bajo el signo de la luna”. Pero para la segunda parte de su presentación, invitó a un par de artistas regiomontanos para conformar un poderoso trío, a Ernesto Arteaga en el bajo y al joven Eliseo Arteaga en la batería. Una banda que terminó por conformar un interesante ensamble de rock y blues.

Con Héctor Zárate Experimentrío, el Jazz Manouche se hizo presente en el festival con una muy buena selección de temas interpretados magistralmente dentro del estilo musical también llamado Gypsy Jazz, mismo que se originó en Francia en los años 30. El clarinete y el par de guitarras y la voz sonaron exquisitos y nostálgicos creando un ambiente único en el Foro Cultural Amapola.

Jorge Todd estupendo guitarrista y cantante, puso el granito de arena de rock blues junto a su banda, en una sesión poderosa e inevitable llena de emoción, también creando una atmósfera sin igual, además con los invitados especiales, en la voz y guitarra que interpretaron de una manera cruda, entre otras piezas, los clásicos Voodoo Chile y Rock Me Baby.

Con B.B.A.R.N. Combo de Monterrey se siguió con la intensa inercia del rock blues. Una experimentada banda que ofreció un amplio repertorio de piezas, con la característica especial de llenar el espíritu e inundar nuestro cuerpo y alma de las mejores notas azules combinadas con la potencia esencial del rock & roll.

Sirena Blues de Monterrey, ahora residente del Estado de México, subió al escenario, con prestancia y garbo para entregarnos lo mejor de su repertorio original que ha quedado plasmado en su material discográfico: ‘Un Mar de Blues’ y  ‘Al Calor de la Noche’. Disfrutamos a una Raquel Esquivel notablemente emocionada que se brindó en su totalidad en una gran muestra de su talento artístico.

Se acercaba la medianoche cuando tocó el turno del último acto del día: Montaño Blues Combo de la Ciudad de México, quien tocó una serie de piezas clásicas de blues creando una conexión inmediata con los escuchas, que a lo largo de la tarde noche se había llenado de energía por las actuaciones musicales de excelentes músicos y mejores amigos. Una muy buena presentación de Beto Montaño en la guitarra y voz, con Juan Luis Spiritu en el bajo y Manuel Coello en la batería, que culminó una larga jornada llena de gratas sorpresas.

Día 2: sábado 11 de noviembre

La segunda jornada del festival arrancó con un nuevo protocolo de bienvenida e iniciación, por parte de los directores del festival: Jorge González y Marisa Medellín, del maestro Marco A. Rangel, de la maestra Fátima Soto, del cordial Jesús Rivera y de mi parte a nombre de todos los que colaboramos en nuestro querido proyecto: Cultura Blues.

David Tinoco y su proyecto Ruta 61 inició la música, con la interpretación de temas de blues, rock e incluso de rock en tu idioma, que fueron el repertorio versátil que David en guitarra y voz junto a su pequeña ofrecieron en una sesión de nostalgia y creatividad. Enseguida, fue nuestra nueva participación que contó con una breve explicación del porqué llevar material del Festival de Blues en Chicago 2023. Se invitó también a admirar nuevamente la Exposición de fotografías y la segunda parte de la proyección del Video documental.

Una muy grata sorpresa continuó con las actuaciones en vivo: Alex Benavente de Durango, ofreció un recital de blues acústico original con letras en español muy bien cuidadas que expresan acertadamente lo que el artista siente y proyecta con su imagen netamente bluesera. El estilo de Alex transitó adecuadamente entre el Piedmont Blues, el Delta Blues, el folk y el country. Una mezcla muy interesante que habrá que seguir en el futuro.

A continuación, el maestro Eliézer González nos brindó una espectacular participación con su estilo musical que transita entre la trova, lo rupestre, el rock y el blues, todo en acústico; aderezado con agradables textos escritos en décimas, un estilo literario que incluye composiciones poéticas escritas en una estrofa de diez versos, en general, octosílabos. Eliézer también es pieza importante en el colectivo que hace posible este festival… ¡nada más!

La parte acústica del festival continuó con el genial guitarrista de blues Jorge Todd, ya el día anterior había dictado cátedra de su indiscutible calidad en la guitarra eléctrica y junto a su banda, en esta ocasión fue una actuación como solista con guitarra acústica, con la que Jorge volvió a disutirse unas benditas rolas cargadas de buen blues. Otro gran artista que habrá que seguir de cerca.

Con la extraordinaria banda White Shark el escenario del Foro Cultural se llenó de artistas. Esta es una gran agrupación que incluyó una sección de metales con cuatro estupendos músicos. La banda contó con una clásica formación para interpretar su propuesta de blues rock clásico, de batería, bajo, teclados, guitarra y con la sobresaliente vocalista: Minha González, que cantó deliciosamente varios temas representativos de Janis Joplin.

El escenario aún vibraba con las ondas sónicas de White Shark, cuando apareció en escena la banda San Luis Blues del Estado de México, comandada por los guitarristas y vocalistas: Juan Luis Spiritu Labonne y Raúl Guerrero, quienes defendieron con entereza y calidad su propuesta de blues rock original en español. En el bajo se presentó el maestro Marco Antonio Rangel (Mitras Norte) y en la batería un talentoso joven Edgar Martínez, que conformó el cuarteto para esta edición. Fue un placer presenciar en vivo el proyecto musical de esta agrupación.

Para el gran final tuvimos dos actos más, primero una muy grata sorpresa, el dueto: Espina y Jugo conformado por la talentosísima cantautora que reside en Ciudad Jiménez, Chihuahua: Fátima Soto (quien había participado en un par de rolas con la San Luis Blues en el set anterior), y por el estupendo guitarrista: Marco A. Rangel (Mitras Norte), quienes hicieron gala de su talento, incluso con una pieza original escrita especialmente para el festival. ¡Ah cómo hacen falta este tipo de letras bien cuidadas y con sentido en los proyectos de blues y rock en nuestro idioma!

Fue entonces cuando el escenario se iluminó de rojo, en un tono incendiario que anunciaba la participación de la banda final, desde la Ciudad de México: La Diableros, que con potencia y fuerza bluesera interpretó varios temas originales en español de su repetorio y un cover al que no pudieron resistirse tocar. Daniel Miranda: guitarra y voz, David Martínez: bajo y coros, y Eduardo Ceceña: batería; hicieron los honores de cerrar con distinción la segunda de cuatro jornadas del festival.

Vaya un profundo agradecimiento a George y Marisa por la invitación y sus atenciones, a Jesús Rivera por su hospitalidad, a Dona Wiseman, al ingeniero de sonido y al staff, por haber abierto este magnífico espacio del Foro Cultural Amapola para el desarrollo del evento, y al encargado del Hotel San Miguel por habernos acogido en su recinto, a todos los colaboradores por su incansable trabajo. Pero va un agradecimiento más para todos y cada uno de los compañeros artistas participantes, que con su talento y amistad llenaron mi alma y corazón de buenas vibras y que hicieron nuestra estancia en Saltillo, como algo inolvidable y con muchas ganas de regresar pronto.