Entrevista con Rodrigo Farías Bárcenas
La entrevista. Foto por Javier Torrija
¿Cómo se autodefine Rodrigo?
Rodrigo: Soy un homo producens: un ser humano que produce desde la comunicación, como producción de sentido.
¿Cómo llega a tu vida el periodismo musical?
Rodrigo: Mi incursión en el periodismo (sin adjetivos) se originó en 1981. Luego de haber presenciado un recital poético de Allen Gingsberg en la Facultad de Filosofía y Letras decidí adoptar el oficio para contar eventos extraordinarios como ese, o después el Festival de Blues o el concierto de Pete Seeger en el Auditorio Nacional, que tuvieron lugar en 1983.
Mientras esto ocurría, poco a poco fui integrando el periodismo a mi formación como psicólogo en la UNAM, cuando estaba escribiendo mi tesis de licenciatura. En términos muy generales, con este trabajo me propuse examinar el rol de los grupos en el proceso de comunicación masiva, abogando por receptores activos y participativos, capaces de producir mensajes de distintos tipos, en una época en la que las teorías de la comunicación pasaban por alto esta posibilidad.
El periodismo me permitió concretar, poner en práctica, uno de los principales aspectos teóricos de esa tesis, el que plantea la existencia de receptores que producen mensajes, en lugar de sólo consumirlos. Así me incorporé al periodismo, no por casualidad sino como resultado de un proyecto universitario más amplio que respondía a una búsqueda de formas de comunicación alternativa.
De hecho, mi maestro de periodismo de 1982 a 1984, fue uno de los investigadores más destacados en América Latina en ese terreno, el de la comunicación alternativa, desgraciadamente ya fallecido: Máximo Simpson.
Brevemente descríbenos ¿Cuál ha sido tu trayectoria en estos menesteres del periodismo?
Rodrigo: Soy un psicólogo cuyo campo de trabajo es la comunicación social, siendo el periodismo una parte de esta labor. Siguiendo una secuencia más bien artificial, pero válida para fines explicativos, el grueso de mi labor periodística, en su mayor parte dedicada a la música popular, se concentra en el periodo que abarca las décadas de los ochenta y los noventa.
A partir de 1998 me inclino más hacia la producción ejecutiva, y en el periodismo me concentro en la escritura de crónicas que abarcan una amplia gama musical. El leitmotiv que articula ambas etapas consiste en sensibilizar a la sociedad acerca de la importancia de la producción autogestiva como alternativa cultural, ante los contenidos de la cultura establecida o dominante.
De ahí que buena parte de mis coberturas tengan que ver con la producción autogestiva, y mi interés en impulsarla organizando grupos de trabajo. A mi profesión de psicólogo, y a mi oficio como periodista se sumó el de productor ejecutivo, con la misión de contribuir a que tengamos un ámbito cultural mejor organizado, creativamente más estimulante.
¿Cuáles son los títulos de tus libros publicados?
Rodrigo: He estado muy involucrado en la producción editorial, publicando y difundiendo libros de terceros, colaborando en otros. Los de mi autoría son:
– El nuevo rock en México. Alternativas para armar tu banda. Ríos de Tinta, México, 2007. Es un ensayo dirigido a gente joven en el que planteo cómo llevar a cabo la producción ejecutiva desde el punto de vista de la comunicación.
– ¿Quién detendrá la lluvia? 40 años de memoria periodística en torno a la cultura del rock. Edición independiente, México, 2023. El tema de esta obra es justamente lo que dice el subtítulo.
– También escribí los textos para el ensayo fotográfico de Fernando Aceves: Ilusiones y destellos. Retratos del rock mexicano. Plaza & Janés, México, 1999. Se trata de un fichero que da cuenta de las principales ideas que han conformado el concepto rock mexicano.
¿Qué significan para ti el blues y el rock?
Rodrigo: Son una parte importante de mi biografía. Y más allá de eso, tanto el blues como el rock, al igual que otras categorías estéticas, son formas de exaltar la vida, de reflexionar acerca de ella, y de vislumbrar cambios en el mundo para bien. Resultan esenciales para comprender la cultura musical de los siglos XX y XXI.
¿Cómo consideras que fue tu paso en la organización de la banda Real de Catorce?
Rodrigo: En este caso, estamos hablando de un Real de Catorce que era un colectivo al que pertenecíamos los dos productores ejecutivos. Hoy ese nombre, a su vez tomado de un ancestral pueblo minero, ahora es una marca registrada propiedad de un solo individuo. Hay un mundo de diferencia entre un estatus y otro.
Yo fui uno de los periodistas que más cubrieron la trayectoria del grupo desde su nacimiento a principios de los ochenta. El que me haya convertido en uno de sus productores ejecutivos (figura que implica ser inversionista) a partir de 1998 es una consecuencia lógica de haber hecho tal seguimiento de quince años, conocía bien a la banda.
En 2007 José Cruz, uno de sus fundadores, rompió unilateralmente las relaciones de trabajo con el resto del equipo, formulando acusaciones que no fueron comprobadas, pero que han sido utilizadas ─incluso por algunos exponentes del así llamado periodismo de rock─ para llevar a cabo una campaña de desprestigio en contra de los productores ejecutivos.
Entre tanto, entre 1998 y 2006, experimentamos un proceso de desarrollo interno y de formación de público cuyos favorables resultados son inocultables ─bastaría una simple revisión hemerográfica para comprobarlo─, a menos que haya la voluntad de hacerlo, distorsionando el historial del grupo.
De hecho así está ocurriendo, ya que esa etapa de casi diez años ha sido excluida de la biografía “oficial”, lo cual no significa dejarla fuera de la historia de la música popular, debido a que lo productores ejecutivos llevamos a cabo con Real de Catorce un proyecto de alto impacto social. Mutilar el currículum es una forma de censura, así como una falta de respeto a la memoria colectiva.
Platícanos todo acerca de tu nuevo libro: ¿Quién detendrá la lluvia?
Rodrigo: Se trata de una obra que sintetiza una trayectoria de cuarenta años en el periodismo. La estructuré de manera que en la primera parte narro los antecedentes de mi proyecto, de cómo me voy convirtiendo paulatinamente en trabajador de la cultura a partir del impacto que provocó en mí el Movimiento Estudiantil de 1968, cuando tenía diez años, de mi afición al rock y de mi vocación por la psicología.
En la segunda parte expongo una muestra representativa de textos publicados en diferentes medios a partir de 1983, siendo el amplio ensayo que le dedico al grupo tapatío Toncho Pilatos el más original. Ambas partes son complementarias, una se entiende con el entendimiento de la otra.
Globalmente, mi intención es que el libro transmita la idea de que es indispensable en el ámbito cultural recapitular el aprendizaje inherente a nuestro trabajo, de manera que sea comunicable de una generación a otra mediante un discurso adecuado. Es necesario hacerlo para evitar el desperdicio de la experiencia y propiciar la continuidad en la producción cultural.
¿Dónde podemos conseguir este libro?
Rodrigo: El libro es una producción autogestiva de todo a todo. Ante las restricciones económicas que no me permiten invertir en difusión y promoción, para darlo a conocer opté por un plan de diseminación, es decir: se trata de hacerlo llegar poco a poco a especialistas relacionados con los temas de la obra y que puedan recomendarla.
Es un proceso lento, pero efectivo para llegar a las personas indicadas. La venta la hago personalmente previo contacto por Facebook (localizable por mi nombre completo) o por correo (rodrigofariasbarcenas@mail.com). También está disponible en la zona de intercambio del tianguis del Chopo, y más adelante lo estará en otros puntos de venta.
¿Cuál sería una de las lecciones más importantes que has aprendido de tu experiencia en el periodismo musical?
Rodrigo: El mediático es un sistema muy cerrado que representa un obstáculo para una convivencia realmente democrática. Al periodismo le corresponde producir alternativas de comunicación, pese a que ésta ha sido una de las principales premisas de mi trabajo, lo cierto es que aún hay mucho por hacer para tener unos medios (incluidas las redes sociales electrónicas) que contribuyan a democratizar la estructura política, y con ello un mercado más abierto como espectro musical. Que las producciones autogestivas prácticamente no tienen exposición es un añejo problema, bien conocido.
Compártenos tus proyectos a corto y mediano plazo.
Rodrigo: Mi principal proyecto es escribir sin cesar. Espero acumular y rescatar textos, para terminar un libro este año y otro el que entra.
¿Dónde podemos saber de ti y de tus actividades?
Rodrigo: Asómense a mi página de Facebook, ahí verán que está armada una conversación interesante, incluye lo que hago.
Da un mensaje a los fans, músicos y escritores mexicanos de blues, rock y géneros afines.
Rodrigo: “El arte perdura, la vida pasa”.
¿Algo más que quisieras agregar?
Rodrigo: Gracias a Cultura Blues