Colaboraciones

Cuando el blues llegó al Chamizal

Autores: Gilberto Casillas Pérez & Jorge Márquez Guido.

En la década de los 80 surgieron grupos de rock nacional que sonaron fuertemente en diferentes zonas del Estado de México. De manera particular, una ola de grupos de rock influenciados fuertemente por el género blues tuvo un auge en el área de Ecatepec, Estado de México, tal es el caso de Vuelo Libre, Juan Hernández, Blues Boys o Alce Blues. Curiosamente, algunos músicos que conformaban estas bandas originalmente iniciaron su actividad musical participando en el coro de la iglesia de su comunidad, en donde aprendieron a tocar algún instrumento o a entonar cantos religiosos, muchos de ellos de origen estadounidense que eran traducidos al español.

Durante mi adolescencia, en las tardes relajantes de fin de semana donde acostumbraba salir a practicar baloncesto, miraba que el coro de la iglesia del Chamizal en su horario de descanso salía a tomar un refrigerio. Hubo dos cosas que me atrajeron fuertemente y que me motivaron para entrar al coro: una chica cuya personalidad me impresionó y la música de rock and roll ejecutada con mucha pasión por dos jóvenes del coro. Uno de ellos era Jorge Márquez quien tiempo después formó parte de la banda de blues de Juan Hernández y Alce Blues, y que más tarde junto con Arturo Medina, Héctor Florentino y un servidor (Gilberto) fundamos La Rambla.

Poco a poco Jorge comenzó a relacionarse con músicos de Juan Hernández, entre ellos con José Luis Rosas “El Boogie”, baterista de Lira’n Roll, quien le prestaba discos, partituras y letras de canciones desconocidas para mí. Un día Jorge llevó el acetato de John Mayall, Jazz Blues Fusion y me dijo que escuchara el disco; en la noche al escucharlo en mi consola de bulbos, me quedé sorprendido… no entendí nada de esta música, no podía discernirla.

Pasábamos largas sesiones tocando canciones de los Beatles, Rolling Stones, The Doors, Three Souls in my Mind y ya más adelante experimentamos también con Pink Floyd. Algunas ocasiones en que visitábamos la iglesia de Las Vegas Xalostoc, a nuestro regreso y seguidos por los miembros del coro, sobre las vías del tren hacíamos una larga sesión de Keep on Chooglin’ con acordes de guitarra en Mi7 acompañada de mi armónica cromática, deteniéndonos algunas veces en el mercado de Chamizal a terminar nuestra larga y divertida sesión. Ahí la gente se acercaba a escucharnos agitando su cabeza tratando de seguir el ritmo de la música.

En una ocasión, en una fiesta patronal de la iglesia del Chamizal, recuerdo que tocamos sobre un templete que había detrás de la iglesia. Aquella ocasión estaban con nosotros Ricardo “El Grillo”, en la batería y Luis Manuel “El Pelayo”, en el bajo. Fueron llegando rockeros y punketos y Jorge decidió, ya en el acto cantar una de sus rolas favoritas de los Stones. Cuando terminó de cantar se escuchó un grito detrás de un grupo entre la multitud diciendo: “¡Échate Vagabundo de Media Noche!”, entonces, él volteó hacia mi y ambos nos miramos desconcertados. Camina hacia el micrófono y grita: “La acabamos de tocar, ¿no la escuchaste?”.  Aquella vez, solo una cuerda rota logró terminar con la tocada. Con el tiempo demolieron el templete, no vaya a ser la del chamuco, pensaban…

En otra ocasión, me invitó a ver el ensayo de “un grupo” que tocaba a unas calles de mi casa. Cuando llegamos al ensayo, el guitarrista y el bajista un poco con recelo y desconfianza nos prestaron sus instrumentos.

Estos músicos eran Arturo Medina y Rafael García. Ahora, cuando platicamos sobre lo que pasó aquel día Arturo siempre me comenta: “Me acuerdo Gil, que ese día tú y Jorge tocaron LA Woman” y sonríe…

Jorge me invitaba junto con mis amigos José Hernández y Sergio Carmona a sus conciertos. Ambos pertenecieron también en algún momento al coro de la iglesia y ambos eran conocedores de música rock. Los conciertos a los que nos invitaba Jorge eran conciertos celebrados en el salón Cosmos 2000 o en casa de Juan Hernández. Ahí fue que empezamos a escuchar el blues ya en vivo con grupos nacionales. Mientras tanto, yo seguía involucrado en el coro de la iglesia, ahí conocí también a Héctor Florentino, un niño de unos 12 o 13 años, quien nos ayudaba a llevar los instrumentos con el grupo de rock de la iglesia. Héctor aprendió la batería de mi hermano Israel y más tarde, lo invité a tocar con La Rambla, inicialmente con el bajo.

Siendo el blues el origen de la música que solíamos tocar en aquel entonces, y en el marco de los festejos de la celebración de los 50 años de la iglesia del Chamizal en Ecatepec, nos hemos reencontrado y reunido para hacer una remembranza de aquellos días extraordinarios donde pasábamos horas tocando la música que amábamos.

Ahora, después de tres décadas y apoyados ya por colegas con experiencia en el camino del blues, nos hemos dado a la tarea de organizar el 1er. Festival Chamizal Blues, invitando a las bandas Castalia, Follaje, La Rambla y Big Danny’s Blues Band, como parte de las jornadas para la conmemoración de los 50 años del Chamizal. Esperamos poder dar continuidad a este festival de blues deseando que pueda aportar entusiasmo a nuestro barrio y que contribuya en la reivindicación de la buena imagen de la colonia.  Este 28 de octubre cuando de inicio a las 13:30 horas el Festival Chamizal Blues, podremos platicar con mucha satisfacción: “cuando el blues regresó al Chamizal…”

Cultura Blues

Revista dedicada a la difusión del Blues en México y el mundo.