De Colección

Semilla de Blues – Solaris Blue

A 10 de años de la publicación del disco “Semilla de Blues” de la banda Solaris Blue (de la que formé parte), se ha incluido a mi colección particular la versión digital, ya que recientemente ha sido lanzado en las principales plataformas digitales.

El álbum

El disco fue grabado en los Estudios Track-Lab de la Ciudad de México, la grabación, edición y mezcla corrió a cargo de Francisco “Paco” Rosas con asistencia de Alejandro “El Chino” Echenique y de Alfonso “El Ciego” Rosas. La masterización se hizo en los Estudios Snake & Eagle por “Lalo” Zapata. La producción es de Solaris Blue y coproducción de “Paco” Rosas quién puso su grano de arena, aprovechando su vasta experiencia en la realización de más de 70 discos (en ese tiempo), como músico y productor. El diseño de arte fue por Avalancha Estudio.

Los músicos

Mario Martínez Valdez: armónica, percusiones y voz (1, 2, 5, 7, 8 y 9); Alejandro Ruiz Martínez: guitarras y voz (3, 4 y 6); Ari Franco Cea: batería; José Luis “James” García: bajo; y José Luis García Fernández: teclados, arreglos (1 y 7).

Los temas

1. Juegos de Placer (Mario Martínez); 2. Pecado (Mario Martínez); 3. Vivir Sin Amor (Mario Martínez); 4. Regresa a mi (Alejandro Ruiz); 5. Te Quiero Clonar (Mario Martínez); 6. Hombre de Metal (Alejandro Ruiz); 7. Amor con Silencio (Mario Martínez); 8. Sentado en la Cama (Mario Martínez); 9. Camino al Hogar (Mario Martínez); 10. Blues del Pistolero (Alejandro Ruiz).

Los comentarios actuales de los protagonistas

Mario

¿Qué recuerdos te vienen a la mente con respecto a la etapa de sus presentaciones, antes del lanzamiento del disco?

En estos tiempos pandémicos me invade al doble la nostalgia de aquellas viejas épocas. La emoción por las tocadas, por la reunión para los ensayos, el seleccionar el repertorio, el escribir las canciones… todo el ritual que implica la música. Hay que tomar en cuenta, que en nuestro país, como en muchos otros, la gran, gran mayoría de los músicos hacen su labor literalmente “por amor al arte”. Eso conlleva un aspecto emocional muy fuerte. La motivación viene de adentro y es muy poderosa.

¿Qué momentos agradables o difíciles puedes compartirnos del periodo en que se desarrolló la grabación?

¡Agradables, todos! La sensación de sentirse importante porque vas a tener un elemento físico que te hace imaginar que pasarás a la posteridad, aún que sea para algunos pocos. La emoción de tocar o cantar tu parte, estar pendiente de la participación de los amigos del grupo, el saber que lo que se haga en esos momentos quedará impreso como grano de arena en la escena musical. No importa que tan amplia o limitada sea, ahí estarás. El hecho de que 10 años después estemos hablando de este disco, es una prueba de ello. Todo el proceso valió la pena. Desagradables, ninguno que valga la pena mencionar.

Ahora que el disco está en las plataformas digitales, ¿qué puedes decirnos al respecto?

Un nuevo soplo de vida… musical. Puedes decir a tus amigos, “¿ya escuchaste nuestro disco?”, ja, ja… es traerlo de la muerte, a la posibilidad de nueva existencia. Algunos lo escucharán y Solaris Blue seguirá presente. Como decía Descartes “sueno, luego existo” …

¿Algo más que quieras comentarnos?

En los tiempos actuales, todos los planes son solo posibilidades. Así que con las reservas del caso, platicamos la opción de un reencuentro de Solaris Blue. De hecho, ya tenemos dos eventos probables. Así que si el virus lo permite, estaremos generando la adrenalina necesaria para estar en vivo en algunos escenarios. Solo pensarlo me da emoción. Muchas gracias a Cultura Blues, no solo por tomarnos en cuenta, sino más importante, por la labor de difusión, promoción y mantener con vida, presencia y dar testimonio de la escena del blues en México a lo largo de los años en que se publica… y los que seguirán.

Alejandro

¿Qué recuerdos te vienen a la mente con respecto a la etapa de sus presentaciones, antes del lanzamiento del disco?

Recuerdo que había muchas bandas y músicos de blues, no sé si más que ahora, pero por lo menos sí más organizados. Se buscaban foros para tocar y, de entre los pocos que había, mis preferidos eran los eventos culturales al aire libre donde se tenía la mayor convocatoria con el público.

Me gustaba ver cómo los asistentes identificaban fácilmente el género y se acercaban para ver y escuchar, creaban un ambiente de comunión con el blues que todos, músicos y público, disfrutábamos mucho. Se reunían familias, se encontraban los amigos y se hacían nuevas amistades alrededor de la música de blues.

Creo que el disco que grabamos en ese entonces, además de ser una aportación de Solaris Blue al movimiento bluesero mexicano de esa década, resultó también en un pequeño homenaje a todos esos momentos en los que creábamos música para compartir con amigos, familias y conocidos reunidos por el blues.

¿Qué momentos agradables o difíciles puedes compartirnos del periodo en que se desarrolló la grabación?

Para el 2009 ya teníamos un set de composiciones originales que tocábamos en vivo, y elegimos algunas de las piezas cuya base rítmica y armónica eran representativas y que, como banda, teníamos bien interiorizadas.

Fue gratificante trabajar en el estudio con mis amigos de Solaris en las canciones que habían tomado forma en las presentaciones y creo que el reto para todos fue precisamente el definir los arreglos adecuados para canciones hechas para tocarse en vivo, lo cual implica un trabajo creativo distinto al que estábamos acostumbrados, y eso se extendió incluso a otros aspectos creativos de la propia producción del disco.

El calendario estaba un poco apretado porque Ari Franco (baterista de Solaris) estaba a unos días de mudarse al extranjero, por lo que la batería se tuvo que grabar en una o dos tomas y esto ayudó a que las piezas tuvieran una sensación muy parecida a la de las sesiones en vivo. En el caso de la guitarra, tuve la suerte de contar con las recomendaciones de Paco Rosas, cuya experiencia como guitarrista, productor, arreglista fue muy valiosa, así como su trabajo en la mezcla.

Creo que el trabajo de toda la banda se centró en lograr en el estudio arreglos para piezas que cobraron vida en las tocadas, al calor de la gente, y que eso se sintiera en la mezcla para que no terminar siendo canciones acartonadas. Al final, creo que el disco logra transmitir esa sensación de ser música que se puede escuchar de repente en una tocada en un parque lleno de gente bailando y cantando el blues.

Ahora que el disco está en las plataformas digitales, ¿qué puedes decirnos al respecto?

Sólo invitar a todos a escucharlo, y ojalá que tras la pandemia haya oportunidad de reunirse de nuevo a hacer y compartir más música. Creo que la pandemia y el tiempo nos han enseñado a valorar esos momentos en los que se puede hacer música en vivo con la gente que comparte nuestros gustos y pasiones.

Ari

¿Qué recuerdos te vienen a la mente con respecto a la etapa de sus presentaciones, antes del lanzamiento del disco?, ¿qué momentos agradables o difíciles puedes compartirnos del periodo en que se desarrolló la grabación?

Han pasado tantos años desde el lanzamiento de Semilla de Blues que el antes y el después están ya mezclados en mis recuerdos. Me acuerdo de un foro al aire libre justo en el parque que está en el centro de la colonia Federal. En una funeraria cercana velamos a mi abuelo meses después de esa tocada.

Recuerdo los festivales (Pozos Blues) en Mineral de Pozos, Gto. tocando en un foro que me parecía las ruinas de un anfiteatro y me sentía Nick Mason en Live at Pompeii. Recuerdo el Alicia y el gusto enorme que me dio tocar por primera y única vez en el sitio en que escuché tantas veces a Real de Catorce. Recuerdo la FES Zaragoza, que aún siendo puma de corazón jamás había pisado hasta ese día.

Recuerdo el Oro, Edo. Mex. Los organizadores del evento nos ofrecieron hospedaje en una construcción vieja y con carácter que tenía un salón principal muy grande con una chimenea. Recuerdo la Glorieta de Insurgentes y nuestra interpretación de “I’m your Hoochie Cochie man” (aun tengo por ahí la grabación de esa tocada, que en mi humilde opinión quedó harto decente). Recuerdo tocadas en el Ruta 61, el New Orleans en av. Revolución y el Hobos en la plaza de San Jacinto en San Ángel. En alguno de estos tres bares tenían una batería Inglesa Premier que nos prestaban a las bandas que tocábamos ahí y recuerdo sonaba excelente.

Recuerdo también el primer día de grabación del disco. Nueve días antes había muerto un amigo muy cercano y terminando la sesión en el estudio asistí a la misa que su mamá había organizado. Yo había conseguido trabajo en Canadá y viajaba en los siguientes días. Me sentía abrumado y melancólico por mi amigo Mario y por mi inminente partida. Pero no quiero dar la impresión errónea, pues a pesar del tono azul que me trae pensar en esa época, las sesiones de Semilla de Blues me dejaron tan buen sabor de boca, que no puedo menos que sonreír después de tantos años cada vez que escucho el álbum. 

James

¿Qué recuerdos te vienen a la mente con respecto a la etapa de sus presentaciones, antes del lanzamiento del disco?

Las tocadas en las universidades, en especial la UAM Azcapotzalco, fue la primera vez que toqué el bajo en vivo. Los viajes con la banda para presentarnos en lugares como: Puebla, Querétaro y Mineral de Pozos, Guanajuato.

¿Qué momentos agradables o difíciles puedes compartirnos del periodo en que se desarrolló la grabación?

Previo a la grabación, Alex me dijo que fuera a ensayar con él las canciones que estarían en el disco, fui al laboratorio en el que estaba él trabajando, y cada retumbar del bajo (aunque cabe mencionar que estaba a un volumen decente), hacia “bailar” a los ratones que estaban ahí. Cuando planeamos el nombre y, por decir, el concepto del disco, fue bastante curioso. Como el acomodo del orden de las canciones para que pareciera una historia.

Ahora que el disco está en las plataformas digitales, ¿qué puedes decirnos al respecto?

Me parece que es algo fabuloso, ya que puede llegar a más lugares y personas de una forma sencilla y con calidad, y con esto mostrar lo que hicimos hace 10 años.

¿Algo más que quieras comentarnos?

Los conciertos y tocadas que tuvimos después de grabar el disco, fueron mucho mejores (desde mi punto de vista), la referencia que nos dio el disco ayudó al crecimiento musical y escénico de la banda, tratando de igualar y mejorar lo que se plasmó en la grabación.

José Luis

¿Qué recuerdos te vienen a la mente con respecto a la etapa de sus presentaciones, antes del lanzamiento del disco?

Recuerdo que al principio de conformación de la alineación que grabamos el disco, nos costó trabajo y un poco de tiempo para acoplarnos, pero que después de los ensayos para la grabación y de las sesiones en el estudio; la banda consolidó su sonido.

¿Qué momentos agradables o difíciles puedes compartirnos del periodo en que se desarrolló la grabación?

La mayoría de los momentos fueron muy agradables, lo difícil fue ir ensamblando los demás instrumentos a la base de la batería que se grabó en una sola sesión; la emoción de estar dejando huella de las canciones originales que tocábamos en los conciertos fue muy especial. En mi caso, el hacer los arreglitos de cuerdas en Juegos de Placer y de metales en Amor Con Silencio, me dejó muy satisfecho.

Ahora que el disco está en las plataformas digitales, ¿qué puedes decirnos al respecto?

Qué valió la pena el tiempo y recursos invertidos en su grabación, ya que a pesar de que ha pasado tiempo de haberse producido, se escucha vigente.

¿Algo más que quieras comentarnos?

Que a manera de regalo, si tienen Spotify, los invito a escuchar el disco en el siguiente link…