Diván el Terrible

El Blues; la Historia

Cambiamos un poco de perfil en este número y vamos por el sector de los que aman el Blues y han asumido la tarea de difundir, promover, generar y formar público para este género; los productores, los locutores, los historiadores del Blues en todo el mundo y, principalmente, sus manifestaciones en México.

En esta ocasión tenemos la fortuna de entrevistar a Gerardo Cortés Orozco, conductor, músico, guionista, productor de radio y televisión en Monterrey, Nuevo León, México, quien, amablemente, nos concedió un espacio en su agenda y quien nos mostrará que para promover el Blues en México es necesario ser multidimensional, disfrutemos su experiencia.

Entrevista con Gerardo Cortés Orozco, primera parte

Octavio. Platícanos un poco de tus antecedentes, tu formación y tu visión de cómo promover el Blues en Nuevo León y todo el país.

Gerardo. Soy guitarrista dedicado a la música de blues desde 1985; maestro de guitarra, en la Escuela Libre de Guitarra, la primera escuela en el norte del país especializada en la enseñanza del blues, trabajar con las distintas afinaciones que existen en la guitarra, mostrarles a mis alumnos las diferentes formas de música del Delta del Mississippi, Boogie Woogie, Shuffle, inclusive el Zydeco y sus distintas variantes para que fueran conociendo las distintas manifestaciones del arte de la música.

Estoy en Radio Nuevo León desde 1995 como locutor y productor, también en el canal 28 con espacios dedicados a la música de blues, pero, también extendiéndome a otros géneros, que son fantásticos, como el jazz, música clásica, flamenco y algunas otras variantes.

Octavio. ¿Como te iniciaste en la radio?

Gerardo. Llegué a Radio Nuevo León en 1995, soy maestro de guitarra y fui de las primeras escuelas en dar la especialidad en jazz y blues, les enseñaba lo fundamental de la técnica, pero, también les enseñaba, les platicaba anécdotas de los músicos de blues y otras situaciones, entonces, esa facilidad, me llevo a que, de repente, me escuchó alguien de Radio Nuevo León y me dijo “oye, ¿por qué no te vienes?”. Me invitaron principalmente por la forma en que narraba las cosas y los discos que tenía en aquel entonces, discos de vinil, que no los había en Radio Nuevo León, así es como llego en julio de 1995, en este próximo julio voy a cumplir 26 años de estar al aire.

Así es como se conformó la historia, yo no sabía nada de locución y allá aprendí a hacerlo, producción de programas; la naturaleza me daba para hacer la historia y presentar el tema, ya después afiné los detallitos para ser locutor, porque no es tan fácil, o sea, le batallas, implementas nada más la imposición que tienes con las personas que tienes a tu lado: el que tienes ahí operándote; vas aprendiendo y te vas aplicando, he caminado en ese programa en otras producciones, que me llevan a participar en radio y televisión generando música y en todo este tiempo me he incorporado a la familia de Radio Nuevo León en Canal 28 y he tenido espacios donde platico la historia del Blues a través de videos y trato de crear una condición didáctica, que me ha permitido crecer en mi programa “Tiempo de Blues”.

He presentado a la mayoría de los músicos dentro de la tradición del blues, también le he abierto la puerta a los nuevos valores, con la gente que viene a tocar blues a mí se me ocurrió hacer festivales de blues a través de la radio lo acostumbrábamos en los meses de noviembre a enero, en que la estación estaba muerta cuanto al flujo de gente, y llegaron a tocar muchos músicos de blues.

Por ejemplo llegó a tocar una agrupación que se llamaba “Salida de Emergencia”; “La Rambla” vinieron aquí conmigo a entrevista, y he tenido la oportunidad de presentar a toda la camada de grupos que tenemos aquí en Nuevo León, algunos grupos que ya no existen, es una plataforma, yo copié, porque esa es la verdad, la plataforma que formaron B. B. King y Sonny Boy Williamson, en sus respectivas entidades ellos fueron DJ’s, acá les llamamos locutores, ellos lo hicieron con la idea de darles plataforma a sus compañeros, yo también lo hice; claro, guardando los respectivos niveles y tratando de respetar, por eso cree ese espacio.

En cuanto a música he entrevistado a Betsy Pecannins, ya fallecida, al mismo Guillermo Briseño, he presentado música, incluso, hasta de otros países. Cuando las redes sociales comenzaron a ampliarse hemos entrevistado a gente que hace blues en España, Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Colombia; y ahí estamos navegando después de 26 años y seguimos vigentes en “Tiempo de Blues”.

Paralelamente, hemos hecho trabajo en televisión, se han abierto espacios, hago las propuestas y nos ponemos a trabajar, ahí está la información en plataformas que se han abierto, por ejemplo en Canal 53 de la Universidad Autónoma de Nuevo León, ahí realicé varios programas donde hablábamos de la historia del Blues y tocábamos en vivo aunque en ocasiones paran el proyecto y, como sea, sigues trabajando los videos, los programas retransmitiéndose o ahí están en las redes sociales, Facebook y YouTube y la gente los busca; pero, siempre con la idea de promocionar a los grupos y dando mucho énfasis a los temas que yo manejo: Blues, Jazz y Rock que son de los materiales que más hemos estado trabajando ahí.

Octavio. Has hecho patente la edad de tu programa, uno, dos, tres, seis años te la creo, pero, ¡26 años! ¿Cómo le has hecho? ¡Danos la receta!

Gerardo. Pues, mira, aferrarnos a todo, porque estamos en una entidad de gobierno que cambia cada seis años y siempre hemos peleado con la bandera del blues, porque somos uno de los pocos programas que hay y lo que hacemos es pelear cuando se les ha ocurrido, no queda otra más que declararles la guerra y hacerles la explicación de que el blues es esencial para todas las personas, que hacemos el trabajo que nadie más hace. Nadie se ha preocupado por seguirnos los pasos y eso es grave, porque el día que yo me vaya, pues ¿Quién va a hacer el programa? No hay nadie interesado en hacerlo, yo he tratado de hacer escuela, de buscar a alguien que le siga, pero, no siempre se tiene el eco necesario; hay gente que, hoy en día, no busca lo que hacemos nosotros.

En mi caso cada vez que hago el programa, no utilizo nada para hablar del músico, yo hablo de todo lo que recuerdo, porque yo lo leí en los libros de mi colección, que es bastante amplia, aunque a veces no lo recuerdo con exactitud salvo las fechas. Pero, en este momento si me lo solicitan yo desarrollo un programa sobre cualquier músico, de todos los géneros y músicos, ¡nada más échale cuenta! Son más de cien años del blues.

He presentado programas incluso de los que están vigentes: Samantha Fish, Joe Bonamassa, el mismo Christone “Kingfish” Ingram, cuando él tenía dieciocho años, lo oí y a las tres semanas ya estaba presentando un programa de él, porque yo sabía que tenía que presentarlo, era un jovencito, gordito, por sus atuendos parece basquetbolista, pero, tiene una ejecución increíble. Ana Popovic, tú crees que es una modelo y es una excelentísima ejecutante y cantante de blues.

Cuando han aparecido, me he puesto a buscar información y a difundir para que la gente crezca, esa pelea siempre ha sido con cada administración tras administración, a veces son unas peleas muy feas, a veces nomás ligeritas, nos piden explicación de porque la música de blues y como siempre lo estamos trabajando y siempre ha sido nuestra vocación, no les queda más remedio que dejarnos y seguimos todavía y esperamos durar otros 26, 30 o 50 años o, qué sé, y si no, nos vamos a otra estación ¿qué problema?



Octavio. Eso quiere decir que sí has generado un público, porque si no te oyera nadie… ¿Cómo mides, cómo estás midiendo el impacto de tu transmisión?

Gerardo. Ahorita se mide a través de las redes sociales, tenemos un indicativo, una persona, una persona que te da un like son mil que te están escuchando, pero, ya no son nada más regionales, sino que ¡ya es mundial! cada publicación que tengo, recibo likes, como ya publico en plataforma hay un impacto diferente en el público.

Te cuento una anécdota: iba yo en el metro y una persona me dice: “Tú eres Gerardo ¿verdad?” me le quedo viendo y pienso ¿y este cuate? y me dice: “Tú eres el de Tiempo de Blues ¿verdad”, todavía no usábamos cubrebocas, fue en enero del año pasado. Y ¿cómo me reconoció? No sé, Y ya ni chance de preguntarle Porque el abordamiento me impactó, “¿Qué onda? Pero ya se me perdió la hora de tu programa ¿a qué hora sales?” No, pues, el sábado a las siete; “Lo tenías los jueves, yo te seguía, pero, se me perdió tu horario”; el jueves lo tuve en los años noventa, “Lo tenías a las once de la noche”, ese era el horario en 2005, me recitó todos los horarios que había tenido. Es ahí donde te das cuenta de muchas cosas, de lo que estoy haciendo y el impacto que tiene el programa.

Cada fin de semana las redes sociales se publicitan los grupos de blues, se hace referencia de una situación, por ejemplo: ahora con la pandemia he estado trabajando con gente que hace blues actualmente y tiene mucho impacto, recibes más visitas que cuando tu presentas a Muddy Waters o a Howlin’ Wolf, porque sientes y observas que la gente busca más novedades, ahí seguimos viendo y buscando nuevas alternativas, ahorita estoy en las plataformas, con las agrupaciones las redes me obligan a hacerles la entrevista por vía Zoom y después incorporar su música, estamos en cuarentena en la estación y no hemos podido regresar desde diciembre y hemos tenido que adaptarnos a estos requisitos que nos están imponiendo.

Octavio. De hecho, así está trabajando Raúl de la Rosa, que es el programa de por acá.

Gerardo. El primer nombre de su programa era ‘Tiempo de Blues’, este programa empezó llamándose, ‘Blues Incorporado’, se toma el nombre de la banda de Alexis Korner y decido cambiarle el nombre, pero, yo sabía que existía este nombre, inclusive yo hablé con Raúl de la Rosa y me dijo: “Por el nombre no hay problema, el programa yo ya ni lo tengo; para mi encantado que tú lo estés usando” y siempre he hecho referencia a ello, de hecho hay otro que se llama Tiempos de Blues que se transmite, creo, en Yucatán y lo transmiten por plataforma.

Octavio. Me dices que estás en una radiodifusora estatal y para mantenerte en un medio es importante el rating, por los patrocinadores; al estar en un medio estatal, gubernamental, ¿tienes necesidad de andar cazando patrocinadores?

Gerardo. No, porque nosotros trabajamos en el contexto cultural, entonces nuestras estaciones no están en ese esquema, al menos ahorita, de que sea en base a patrocinios, se ha intentado hacer esos tipos conceptos, pero, nunca se han llevado a cabo, por las circunstancias de las administraciones nunca se han concretado, eso nos favorece, entre comillas, porque nosotros no tenemos que andar viendo en eso, y pues, que si no pagas el espacio, no sales al aire, ahí nos relaja mucho y realmente nos hace trabajar como debe de ser, el programa lo haces porque te gusta, porque lo sientes y porque tienes esa convicción, estás en esa responsabilidad que la gente escuche y conozca un poquito más del blues

Octavio. ¿Por qué el Blues? Vienes diciendo que es una manifestación cultural, si yo fuera muy cuadrado, diría: ¡es música de gringos! ¿qué tiene que ver con la cultura mexicana? pero, como no es así, dime ¿cuál ha sido tu argumento y tu motivación más fuerte para mantener como tu carta de presentación el Blues?

Gerardo. La razón es la historia, yo siempre lo he platicado en mi programa: en los tiempos de Porfirio Diaz a finales del siglo XIX principios del siglo XX enviaba a músicos mexicanos a participar en Nueva Orleans y a algunas regiones de Texas para actividades cívicas de aquellos gobiernos, había un compromiso; paralelamente había una cantidad de “braceros” que llegaban a los Estados Unidos con la idea de trabajar y traer beneficios económicos a sus familias eran los años previos a la Revolución Mexicana.

A México le corresponde ser el país y la raza que le tocó ingresar con la guitarra a ese país, porque la gente del blues de aquel entonces, que eran minorías y económicamente no tenían para un instrumento ya que contaban con instrumentos que ellos mismos fabricaban o tocaban el banjo, pero el banjo tenía muchas limitaciones, lo cual no era cierto, pero la forma de expresarse y el no conocer el lenguaje del instrumento dificultaba a la gente de color tocar el banjo y cantar blues, cuando llegan los mexicanos se da esa fusión e incorporación del instrumento.

En los años veinte, ya habían terminado la Revolución Mexicana y la Primera Guerra Mundial, toma ese instrumento y empieza a generar las formas típicas de blues para expresarse con la guitarra, México aportó la guitarra a la cultura de la música afroamericana que llamaban blues y el jazz comenzaba a desarrollarse.

Mi argumento es la historia, yo no lo inventé, está en los libros de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, ahí viene esa información, incluso una persona mexicoamericana conocida como La Alondra de la Frontera, su nombre era Alicia Mendoza, que durante los años veinte y treinta formó parte de una de las compañías discográficas que estaba en Chicago que maniobraban con músicos de aquella época como, Big Bill Broonzy, Jazz Gillum y aparecía esta señora, que incluso, le atribuían ciertos ornamentos y situaciones musicales el concepto era, Bluebird que era una forma de tocar el blues en Chicago y generaban música con instrumentos naturales; como, Washboard Sam que lo hacía con una tabla de lavar, así era.

Por eso cuando alguien pregunta, la historia te lo marca, los mexicanos aportamos, y hay que decirlo con orgullo y con firmeza, la guitarra hacia los Estados Unidos, si esa razón no te hace pensar que puedes hacer algo, la otra razón es la expansión del blues por el hecho de que en países que nunca se creyó que se tocara el blues, ahora, se está tocando, uno de ellos es precisamente África, donde se está tocando, pues, el origen de la música de blues está allá y hay antecedentes de que gente de allá ejecutaba formas similares al blues con cánticos africanos, con la estructura de los doce compases y las escalas pentatónicas.

En México, también hay escalas pentáfonas. Cuando empiezas a dar toda esa información te das cuenta de que todos contribuimos para que se desarrollara el blues. El blues puede ser tan norteamericano, como mexicano, como podría ser afronorteamericano, como podría ser cubano, español; la universalidad de la música, así como se ha universalizado el inglés, permite que tu puedas ejecutar el blues, ya en el idioma de cada persona es otra cosa, porque el género musical es el mismo.

Pero aun así, si tú escuchas a un músico, que es buenísimo, Gustavo Sánchez Haase de Paraguay, su banda se llama Warner Band, parece que estás oyendo a Jesse Fuller, el autor de “San Francisco Bay”, esas influencias han llegado a latitudes que nunca se pensó, como en Paraguay; así por el estilo te vas dando cuenta de que las redes sociales, lejos de perjudicarnos, nos han llevado a conocer cosas muy buenas.

Recuerdo que cuando empezaba el programa ‘Tiempo de Blues’, un español nos presentó a Montserrat Pratdesaba “Big Mama” imagínate escuchar blues en catalán, tocaba como Robert Johnson, el clásico Boogie Woogie, pero con otro idioma, escuchabas cosas increíbles.



Octavio. Permíteme regresarme tantito, mi pregunta de ¿por qué el Blues? iba orientada a tu parte emotiva, aunque me diste una respuesta magnífica; ahora sí, ¿Qué te ha hecho el Blues que te enamoraste de él?

Gerardo. Principalmente, por su espontaneidad, su forma tan accesible que tienes de comunicarle a las personas, yo he tenido la fortuna de tocar con muchos músicos que son de otros países y, nada mas les dices “vamos a tocar blues” y lo haces de una forma natural, eso me ha atraído, me atrae que su tipo de expresión es tan real, tan honesta, que muy pocas personas lo pueden trabajar, me ha tocado trabajar con músicos de otros géneros , pero, denotas que cuando les pones un blues les cuesta adaptarse a este género, están esclavizados a sus formas.

Me ha tocado por ejemplo con músicos clásicos que de repente dicen “vamos a tocar el Huapango de Moncayo”, luego digo; vamos a tocar blues y yo improviso, y aunque son maestros del Conservatorio que no se les cuestiona nada técnicamente, pero, el sentido, la forma de la improvisación no lo tienen, y es donde abordo lo siguiente: sabías tú que Johan Sebastian Bach improvisaba, tocaba sus obras, en cierta parte su historia lo dice, él se ponía a improvisar variantes de muchas cosas. En ocasiones, la información de las personas no les llega adecuadamente y piensan que lo que hacen está bien.

Octavio. Claro, por ejemplo, Beethoven y Mozart, ni hablar, lo que publicaban era lo que cualquiera podía tocar, lo que era su “jale” más fuerte era que, cuando ellos tocaban, entraban en esa fase, de improvisación en donde Mozart, Beethoven, Chopin, Bach el inmenso, todos a final de cuentas. Lo que la dice la gente de que eso no era cierto es porque no vivieron esa época. Pero, si imagínate empezar a improvisar sobre una sonata de Beethoven o en un minuete, como dices tú, era muy recurrente en Europa del siglo XVII al siglo XIX y hasta la fecha, pero. hubo gente que lo hizo cuadrado y se fijaron en la partitura que se publicó, pero, lo que hacían ellos en público era otra historia.

Gerardo. ¡Exacto!

Octavio. Esto va a una polémica, retornando a lo que me venías diciendo, esta calidad del blues. Acabas de decir que el blues es omnipresente, el formato es superaccesible, para los que tenemos cierta iniciación en lo que es la estructura del blues, y, no sé si te ha tocado lidiar con personajes que te dicen que, si no eres nieto o bisnieto de esclavos, si no eres negro, si no tocas con cuerdas de latón, si no haces tu guitarra con una caja de puros, si no eres alcohólico, no puedes hacer el blues.

Gerardo. Claro, y los he puesto a prueba: te voy a poner una grabación y no es de atinarle, ¿me puedes decir con certeza si ese artista es blanco o de color? En ocasiones sí han aceptado el reto y otros dicen; “¡No! tú te la tienes bien…” Respondo: Es que lo estás diciendo, tú eres el que está prejuiciando.

Yo me he metido a analizar personalidades de un nivel por ejemplo de Johnny Winter, y si analizas toda su música, parece más una ejecución de una persona de color que una persona albino-blanca, como él, cualquier disco que tú les pongas de él que no lo conozca, va a pensar: “Ah! es una persona de color” y, ¡no!, totalmente lo contrario. Sucede en el caso de Bugs Henderson cuando escuchas su forma de atacar las cuerdas y hace una ejecución magistral, hay personas que dicen “¡no, es una persona de color! Y me ha tocado ver gente que polemiza, ¡gravísimo error de apreciación!

La gente que generó música de blues, en las entidades donde ellos maniobraban, que dicen que se manifiesta mucho eso en la actualidad, la segregación racial, por eso se manifestaban así, por eso se mantenían siempre muy aislados y en la música manifiestan sus sentimientos, por eso esa música está como cargada de melancolía, de sentimientos encontrados y de un cierto rencor que diríamos hasta en excesos, y que nosotros no estamos sujetos a ellos, nosotros no podemos reproducirlo.

Yo digo que es un error, porque nunca he sufrido esa discriminación, pero he sufrido otro tipo de discriminaciones; nada más brinca aquí al otro lado del Rio Bravo e intenta comprar algo en los Estados Unidos y muchas veces eres objeto de una segregación similar a la de ellos, porque, no la gente norteamericana, sino la gente pocha, son los que se encargan, en ocasiones de hacer ese menosprecio a quienes no somos de esa zona.

Independientemente de eso, y es donde voy a meter mi cuchara, yo sufro también, porque a veces no tengo para comer, a veces no tengo para pagar la renta, a veces no tengo para la guitarra, tengo que andar reciclándole las cuerdas, porque no tengo. Es una forma de sufrir, cuando yo toco mi guitarra; todo eso que sentí, todo eso que padecí, pues, lo tengo que verter, entonces, no soy, necesariamente, una persona que le digan que tiene que entrar por esta puerta porque soy blanco o soy de color o no me quieren aceptar en las escuelas o intentan golpearme en la esquina de mi casa; a todos nos sucede eso.

Sin embargo, está como que muy estigmatizado que solamente a la gente de color. Claro, no nos vamos a comparar con el sentir de Big Bill Broonzy o de las personas encarceladas y que aparecían haciendo las formas de expresión de la música de blues; gentes como los Lomax que tomaban las grabaciones de los que estaban encarcelados, entre ellos apareció Led Belly.

No nos podemos comparar, aunque sentimos de nuestra forma, ya que las personas lo capten o vean para nosotros es otra cosa diferente; aún inclusive tú puedes escuchar una interpretación del majestuoso Concierto de Aranjuez y todos los músicos están vertiendo sus sentimientos, aunque sean adinerados, aunque sean anglosajones o lo que sean, todos tenemos sentimientos, nada más que nos hemos acostumbrado a eso y yo lo que expreso en mi programa es hablar también de eso, para tratar de desmitificar y que vayamos viendo que todos como seres humanos tenemos sentimientos, a veces más, a veces menos que las demás personas.


Por ahora, vamos a dejar en pausa esta interesante entrevista con uno de los principales promotores del Blues en el norte del país, todavía quedan muchos temas interesantes por comunicarles, no se pierdan la continuación de esta entrevista con Gerardo Cortés Orozco, desde Monterrey Nuevo León.


The blue line was my blues

And the red line was my mind.