Editorial

¿Y después qué?

En este pasado mes de octubre, la actividad bluesera estuvo muy movida, al menos en la Ciudad de México tuvimos la oportunidad de comprobarlo. Pero también por supuesto, estuvimos enterados de lo sucedido en varios lugares en el interior del país. Ojalá que el movimiento continúe de manera ascendente, que las diferencias se vayan acortando, que los acuerdos y alianzas aumenten, que los diferentes frentes se fortalezcan. Eso viene bien a todos.

Particularmente, estuvimos participando por la zona sur de la Ciudad: en Casa Sabines, en el Parque de la Bombilla y en Plaza Loreto. Lugares que no son muy comunes para el circuito bluesero, pero que tuvo su valor por tratar de abrir espacios, para atraer a nuevos adeptos, por mostrar la calidad de las agrupaciones, por dar a conocer los diferentes estilos y corrientes dentro de nuestro género consentido.

En general considero muy aceptable el resultado de todas y cada una de las presentaciones. Desde luego, hay detalles por corregir, como el cuidar que las autoridades delegacionales de los espacios ofrecidos también se comprometan, por ejemplo, a proporcionar mejores equipos de sonido, mejores condiciones de apoyo en general a favor de los artistas, para que el resultado del esfuerzo de organización, de difusión, del trabajo de todos los músicos y la gente alrededor que nos impulsa, valga la pena.

Pero… ¿y después qué?

Todo tiene que seguir funcionando de manera cordial, profesional, respetuosa y responsable, con un sentido de reciprocidad, pero sobre todo, convencidos de lo que se ha hecho, se está logrando y de los beneficios mutuos que pueden conseguirse en adelante.

Pronto tendremos más elementos para evaluar el trabajo de todos, no solo de este mes, sino de lo sucedido en el presente año. Espero que sea significativo el avance con respecto a lo hecho en años pasados. Ojalá que muchos de nosotros tengamos buenas cosas que decir de nuestro propio trabajo y del que hacen los demás en el terreno del blues.

También espero que no sólo se quede en el clásico adjetivo que muchos le damos a un músico cuando ha tenido una aceptable participación, o a una banda para calificar su plausible actuación, o a un evento que ha sido bien llevado, es decir cuando lo calificamos escuetamente como… ¡chingón!

¡No!, ya es tiempo de olvidarnos de este tipo de expresiones.

Hay muchas formas de enunciarlo. Por lo pronto he aquí una lista de más de 100 tips para sustituir esa “palabreja” que deberíamos ya dejar en desuso. ¿O no?

Admirable, apreciable, arrebatador, as, apasionante, atrayente, atractivo, asombroso, arrebatador, arrobador, agradable, alegre, augusto, abracadabrante, babilónico, brutal, brillante, bello, bravo, bueno, culminante, celestial, cautivador, colosal, conmovedor, considerable, delicioso, distinguido, destacado, deslumbrante, descollante, divino, excelente (no exelente), espléndido, estelar, exquisito, extraordinario, estimable, embrujador, electrizante, explosivo, embriagador, embelesador, enloquecedor, estupendo, encantador, eximio, eminente, emocionante, excitante, extra, excepcional, formidable, fascinante, fabuloso, fantástico, fenomenal, genial, grande, grandioso, hechicero, hermoso, ideal, imborrable, inaudito, impagable, indecible, inefable, incomparable, inconcebible, inestimable, inmejorable, ilustre, importante, impar, insuperable, interesante, increíble, incitador, legendario, magnífico, mágico, mirífico, magistral, magno, majestuoso, milagroso, maravilloso, notable, óptimo, precioso, primero, palpitante, paradisiaco, pasmoso, portentoso, perfecto, prodigioso, privilegiado, principesco, real, regio, respetable, relevante, sensacional, soberbio, seductor, sobrehumano, sobrenatural, sorprendente, sobresaliente, suntuoso, selecto, singular, sublime, súper, superior, superlativo, supremo, soberano, tentador, único.

Usted agréguele más…

¡Viva el blues!
¡Viva el blues hecho en México!

Estación Monrovia en Plaza Loreto – Foto: cortesía de Georgina Mendoza