Interview

Charla con Rafael Catana

En esta edición de aniversario tenemos una gran charla con Rafael Catana, cantautor, poeta, músico y productor mexicano que recientemente se ha reunido con el guitarrista, Hernán Campodonico para conformar un ensamble único: Rafael Catana y Los Perikles… ¡veamos que nos dice! (Rafael Catana. Foto del Facebook del Festival Cultural Zacatecas)

¿Cómo se autodefine Rafael Catana?

Estimado José Luis, primero quisiera agradecer esta conversación para tu distinguidísima revista Cultura Blues, en estos tiempos complejos para la vida humana, te abrazo y te agradezco. Bueno, yo me defino como un ser común y corriente, tal vez más corriente que común, en el sentido de ser un artista mexicano, un artista de este país con un punto de vista, y buscando dentro de mí la creatividad permanentemente.

¿Dónde creciste y qué fue lo que hizo interesarte por la música?

Crecí en la colonia Narvarte hasta los doce años. Mi papá era plomero y yo iba a trabajar con él en algunos cafés cantantes. Uno que había ahí en Narvarte, y como niño no entendía mucho que pasaba, pero me fui dando cuenta que había un movimiento. Un movimiento musical, un movimiento social, que no solo era en Narvarte, también era en la colonia Morelos donde crecí un poco, pero luego nos fuimos a vivir al ‘establo’ de México, perdón, al Estado de México y me perdí un poco de la vida cultural de la ciudad, aunque aprendí otras cosas, y entonces sucede que esta situación de interesarme por la música fue la radio.

¿Quiénes fueron tus primeros ídolos?

Mira hay una entrevista que le hicieron a la Revolución de Emiliano Zapata en la revista Piedra Rodante cuando era yo chico, y de pronto fue como fundamental. Aunque uno siempre viene de los Beatles, y siempre viene en mi caso de los Monkees. Pero de pronto escuché a Arlo Guthrie y escuché a Crosby, Stills, Nash and Young, y el disco ‘Canciones para principiantes’ de Graham Nash. Y al mismo tiempo descubriendo el blues. Entonces, tal vez Javier Martín del Campo, Arlo Guthrie, Graham Nash, que sé yo… Javier Bátiz. Y esto te da una visión y una versión de la historia de la música en México.

Y luego, los héroes de Avándaro, Frankie Bareño. Es bien importante, porque cuando vi a Enigma, Sergio González Rodríguez era el bajista y a mí me impresionaba. Y también César Cal de Ciruela, que era un adolescente cuando ya era estrella del rock, igual que Javier Martín del Campo, igual que Norma Valdés. Un poco digo esos artistas porque son parte de la historia musical de México.

¿Cómo describes tu filosofía musical y tu repertorio?

Mi repertorio mucho es de viaje, de desamor, de amor, de ausencia, de mucha presencia de la soledad, de la soledad adolescente, de la soledad del hombre maduro en las grandes ciudades. Y de pronto, las luchas sociales: Aguas Blancas. Y bueno, mi cuestionamiento profesional y personal fue siempre no hacer panfleto, pero sí hacer un retrato de los tiempos que corren.

No sé si me haya salido ese retrato, pero en canciones como Tehuana, El Vado que viene en el disco Ruido en el Corazón, canciones como Terregal, canciones que hablan un poco de ese México profundo. Igual que en el disco El Nahual la canción Ese, que luego la regrabé con Federico Schmucler de los Bandido, que es un disco que está agotado, pero que pronto saldrá.

Entonces hay una lógica a pesar de mí. A pesar de mí, las canciones están ahí. Y en el caso de Caballo: Juárez. Juárez da una versión de los tiempos que siguen corriendo, que es una canción que hice hace diez años, que apareció en Caballo en 2010, pues es ese cuestionamiento personal. Que viene un poco de esta influencia del folk rock. Y el folk rock siempre se metió en esos temas. Y luego mi acercamiento con la canción política, pero yo nunca quise hacer panfleto, por eso está Juárez.

¿Cuál fue tu principal contribución para la fundación del Movimiento Rupestre?

Mi principal contribución para la fundación del Movimiento Rupestre, fue lo colectivo. Y entonces lo colectivo se dio en un momento específico en 1983, 84, 85. Porque en 83, tocábamos en las casas, tocábamos con Jaime López, El colibrí. Jaime López siempre me ha apoyado, me invitaba a tocar con él en El Ágora, tocábamos en los deptos, jugábamos mucho. Y siempre buscando, me acuerdo de que con Jaime tocamos una vez en el Carrillo Gil y de pronto él, que no forma parte del movimiento rupestre, siempre fue un artista muy en el sentido del blues.

Si está lo colectivo, pero lo principal es la obra del artista y su presencia individual. Y en este caso, al movimiento rupestre yo le di una cuestión solidaria colectiva, pero también Rockdrigo era un individuo que se preocupaba no por lo colectivo, pero también hizo muchos activos para el colectivo junto con Nina Galindo, Fausto, el amado Roberto González y Roberto Ponce. Y sucede que ahí era lo colectivo, también era una forma de conseguirnos espacios para tocar.

Principalmente, ¿con qué artistas y proyectos musicales, has participado en tu larga trayectoria?

Esto es bien complejo, porque te puedo hablar de José Luis Domínguez (que Dios lo tenga en su Santa Gloria y lo digo muy en serio), era el guitarrista de Abril, en esa época en que grabamos Polvo de Ángel. Javier Vila, que ahora sigue en el blues, que también era de Abril, pero que estaba tocando conmigo. Luego, Fausto Arellín; entre otros.

Pero sucede que Jorge García Montemayor, guitarrista de base de Nina, siempre me ha apoyado, siempre ha estado ahí presente cuando yo le pido que grabemos. En el caso de Polvo de Ángel, es muy divertido porque estaban Follaje con Lalo Chico, el Abuelo, estaba Abril y estaba Qual. Es muy loco, porque cuando yo grabé La Reina, que hago un dueto con Nina Galindo, sucede que la base es Follaje, Julio Morán en la batería y el Oso en el bajo, de pronto, uno a lo mejor no sabe lo que está haciendo en ese momento que está trabajando. De pronto Lalo Chico hace un solo increíble.

Luego, Federico Schmucler en Caballo. Yo hice Caballo con Federico y en el caso de Terregal, Miguel Gallo Esparza, que es un virtuoso, un gran artista y que estuvimos tocando siete años, haciendo La Roster Band. ¡Híjole! es que son emociones encontradas, porque Víctor Moreno que viene de Medusa, baterista de Medusa, tocando el bajo en Terregal y eso es muy, muy complejo. Pero, ya en Ruido en el Corazón, ya desde Terregal, trabajé con Óscar Fuentes.

Óscar Fuentes es un artista, un músico de Guadalajara, que yo he trabajado con él cuando viene a México. Porque ya no vive en Guadalajara, vive en Tucson, Arizona. Entonces en Ruido en el Corazón, mi más reciente grabación, él hace cinco producciones. Toca Carlos Avilés de La Cuca, Luis Corro, toca en Toncho junto con Miguel Gallo Esparza. Sucede que se va ampliando, en la canción Ando Buscando, por gracia divina toca Juani Agüero, el guitarrista de Fito Páez. Yo lo busqué, de pronto se dio y ahí está.

Hice La Rabia de los Locos con Ramón Sánchez, que en ese momento estaba en La Castañeda, pero que es un músico de mi generación, saxofonista, flautista, arreglista, viene de Gabino Palomares, de Amparo Ochoa, Canek junto con Armando Vega-Gil. Estamos hablando de unos músicos increíbles, que a lo mejor no están brillando en el ‘mainstream’, pero forman parte de la escena subterránea. Entonces, quisiera preguntar a la vida porque me permitió tocar con Daniel Rivadeneira, Fausto Arrellín, Miguel Gallo Esparza, Juani Agüero. Sucede que a veces a uno se le va la vida, y no tiene tiempo de agradecer todo lo que la vida te ha dado. Y en este caso es rock nacional mexicano.

¿Qué músicos y autores te han influenciado más como compositor?

Cuando yo conozco a Jaime López, componíamos de la misma forma. Claro, Jaime es un genio. Jaime ha hecho canciones memorables. Canciones de nuestra vida, él fue una influencia al principio fundamental. Pero cuando yo te decía de Arlo Guthrie, de la película Woodstock, la escena de Arlo tocando Goin’ to Los Ángeles, ver ese chavito de 23 años tocando en un festival, y tocando una canción de contrabando. Arlo siempre fue una parte importante de influencias.

Pero las influencias se van transformando, luego pienso en La Nopalera, Arturo Cipriano, que es el jazz, el canto nuevo, el rock, el free jazz, que es un ejemplo de vida, tal vez no musical, pero sí es un ejemplo de vida. De pronto uno no tiene tanto talento como otros artistas, pero tú vas buscando ese espacio en tu corazón para cada vez mejorar tus canciones. Y de pronto, los poetas infrarealistas que son mis amigos. De pronto, pensando el mismo Cat Stevens, los Allman Brothers, que son una banda. En Muddy Waters, que yo pude ver tocar en vivo.

Hay artistas que se me van, pienso en Elvis Costello, en Óscar Fuentes en Guadalajara. Hay como cosas fundamentales que tiene que ver con otros artistas que es el caso del rock de los 70, en donde El Ritual, Los Dug Dugs digo, Armando Nava, siempre fue una influencia de actitud. Aunque tú puedes de pronto hacer de estos ídolos, que son ídolos de barro porque son seres humanos. Y estos artistas me han hecho vivir intensamente. Pienso otra vez, en Javier Martín del Campo, en Óscar Rojas, en Carlos de la Revolución de Emiliano Zapata. Hablo de los músicos que escuché cuando era más joven. Esto incluye la actitud de Rockdrigo, la actitud de Marcel Alejandro, la actitud de Lalo Chico.


Rafael Catana y Los Perikles en Zacatecas 2025. Foto del Facebook del Festival Cultural Zacatecas

¿Cuántos álbumes contiene tu discografía?

Tengo 7 álbumes y algunos compilados. Mi primer disco lo hice en 1991 se llama Polvo de Ángel, acaba de salir una reedición. Después hice El Nahual, quiero recordar que tanto en Polvo de Ángel como en La Rabia de los Locos, que es el tercero, toca José Luis Domínguez. José Luis Domínguez es una de las memorias más fuerte del rock mexicano.

El Nahual, lo produjo Federico Luna, que es un grande, es un músico que viene desde Comunicación, Toncho Pilatos, Brujos y Brujas. Es un músico muy fuerte, muy actual. El hizo El Nahual, lo hicimos en su estudio, con Daniel Rivadeneira, Jorge García Montemayor, y otros que se me van. Yo creo que este disco es increíble, porque de pronto armo la banda con Daniel Rivadeneira y su hermano David, y sucede que explota El Nahual, pero no llegó al ‘mainstream’, de hecho tuvimos una entrevista con Diego Herrera para BMG y nos ratearon.

Es un disco que pudo haber sido comercializado, a lo mejor regrabando algunas cosas. Pero creo que Federico Luna hizo un gran trabajo. Trabajé con José Luis Montiel, en una parte de la producción, y vuelvo a trabajar con él en Ruido en el Corazón. Después, la vida te lleva a que no puedas grabar, estés ahí en ‘standby’ esperando la oportunidad de grabar. Ya en los 2000, hice La Rabia de los Locos con la producción de Ramón Sánchez, que estaba en ese momento en La Castañeda, él venía de Son de Merengue y de Banco del Ruido. Venía de los bares, de las giras y de la música mexicana.

Entonces sí sucede que poco a poco, se va armando la vida discográfica. Y vuelvo al principio, en 1989 u 88, no recuerdo bien, hice un casete en vivo en el Foro Isabelino, que sacó Cintas de la Imaginación, era un disco artesanal, que ahora anda ahí en la red, pero hasta ahora me doy cuenta de que está muy bien hecho, y lo grabó Edgar Arrellín. En el 2010 aparece Caballo que hice con Federico Schmucler, donde viene Juárez, Caballo, y varias canciones que para mí son memorables.

Aparece Terregal, que lo presenté en el Teatro de la Ciudad en el 2016, y sucede que este disco sonó y pude trabajar, otra vez con Federico Schmucler e hice cinco temas con Miguel Gallo Esparza. Miguel ha sido importante en mi carrera porque es un músico histórico. Y luego trabajar con un músico histórico se vuelve complejo porque son genios Él es un genio, un virtuoso, pero cómo aportó, porque seguí trabajando con él en Ruido en el Corazón. Siete discos que están en las redes como en Spotify, para que ustedes los escuchen.

¿Qué es lo que más te gusta de tu más reciente material discográfico: Ruido en el corazón?

Como te contaba hace rato, Ruido en el corazón, es un milagro. Porque es un disco que hice en pandemia. Lo hice con José Luis Montiel en Amberes en Bélgica, con Iván Rosas que viene de los rupestres, que vive en Italia. Se estrenó con los rupestres a los 18 años, pero se fue a estudiar música a Italia y se quedó allá, hizo familia y se quedó, con él hice El Vado.

Con Luiz Gerardo Márquez en Bélgica (que por cierto viene pronto a tocar a México), es el bluesman que más quiero, toca la armónica, el sax, las flautas; con él hice una canción completamente folk. Ya había trabajado con él en La Rabia de los Locos con la canción Un africano en Veracruz, el toca el sax. Y en este caso, toca conmigo. Sucede que todos estos músicos no viven en México, esto incluye a Óscar Fuentes que vive en Tucson..

Entonces, imagínate… en este disco toca Carlos Avilés de La Cuca, Luiz Gerardo Máquez, Federico Schmucler, que en ese momento estaba en Klezmerson, tocan estos hombres del rock mexicano que viven fuera de México y que me abrazan, me besan y me cogen musicalmente. Entonces, Ruido en el corazón es entrañable.

¿Cuáles son algunas de las lecciones más importantes que has aprendido de tu experiencia en los caminos de la música?

Yo creo que una de las lecciones más importantes que he aprendido es primero ser solidario, es ser solidario con otros músicos, aunque luego estos músicos no tengan memoria. El trabajo colectivo. Yo tengo un trabajo individual, pero también tengo un trabajo colectivo y eso es muy complejo en una sociedad capitalista.

Es bien importante, que las lecciones que he aprendido, primero es la autoestima, porque tú sabes que un músico de rock y de blues se enfrenta a una sociedad que a veces lo mensoprecia. Y lo menosprecia mucho. A un país que de pronto no le interesan sus artistas. Entonces, en este camino de la música, en este camino profesional.

Cuando nosotros empezábamos nos decían que nosotros no eramos profesionales porque no tocábamos covers, entonces la experiencia ha sido lo colectivo, lo individual. Acentuar lo individual y el poder tener la autoestima suficiente para enfrentarte a un público de 10,000 personas o de 5.

¿Qué extrañas de la música del pasado?

No extraño nada de la música del pasado, porque la música del pasado está presente. Si tú escuchas el disco en vivo de Allman Brothers, suena como si lo hubieran hecho antier en el Alicia. O si escuchas a Neil Young, suena como si hubiera grabado ese disco la semana pasada en el Foro del Tejedor.

O si de pronto escuchas a Graham Nash, o a Jefferson Airplain o a Big Walter Horton. Me tocó verlo en los Festivales de Blues junto con Blind John Davis. Entonces, eso te da una cercanía a que la música del pasado está presente. Afortunadamente hay grabaciones. Ahora el sistema ha creado caminos para que olvidemos la música del pasado. Eso tiene que ver con el neoliberalismo.

Cada vez que veo a Jaime López, que puede ser un músico del pasado, pero yo veo a José Manuel Aguilera y me acuerdo del día que presentó el disco de Sangre Asteka en el LUCC, y como ha crecido, es un monstruo. La música del pasado está aquí, nada más tenemos que sacar los viniles, los compactos y aprender del grandísimo Johnny Winter, del querídisimo y amado Rockdrigo; entre otras tantas cosas que hay por ahí que están presentes.

¿Tienes alguna anécdota con Rockdrigo González que te gustaría compartirnos?

La semana pasada pasé por Churubusco y Avenida Revolución, no estoy seguro. Pero… veníamos Fausto, Rodrigo y yo y no vimos que había un camellón. Rodrigo venía manejando y por un centímetro, no nos partimos la madre, por un centímetro. Otra, la última vez que hablé con Rodrigo: me habla y me dice… ‘¿qué onda Catana?, vamos a tocar en el reclusorio, vente’, y yo estaba dando una clase, o no me acuerdo si tenía vida familiar, y no pude ir. Fue la última vez que hablé con él.

Si pudieras cambiar una cosa en la escena de la música en México y se convirtiera en realidad, ¿qué sería?

Cambiar, no creo que yo pueda cambiar nada. Pero la realidad es que quisiéramos que tomar las carreteras para ir a tocar a las ciudades, que es lo que yo hago, voy a tocar a Zacatecas, a Oaxaca, a Toluca, a veces voy solo. A veces voy con el Circo Eléctrico, y últimamente con Rafael Catana y Los Perikles. Pero la escena tiene que construir. Nadie va a cambiar nada por ti. Tú tienes que hacer el cambio. Y eso sucede.

Cuando en mi generación hay gente que dejó de hacer música porque no tenía una compañía disquera, porque no tenía la fama y la fortuna de la televisión. Pero como yo amo la música, nosotros amamos la música, pues me vale madre si no estoy en la tele.

Estoy tocando, soy profesional y conozco una generación en donde están mis queridos rupestres: Carlos Arellano, Armando Rosas, que te puedo decir, Arturo Meza, que es otra de mis influencias, Nina Galindo, el queridísimo Roberto González. Roberto murió al pie del cañón, con una canción maravillosa que es El Huerto, un himno del rock mexicano. Y sucede que la escena musical se ha transformado y ojalá se siga transformando por el bien de todos nosotros.

¿Qué consejo le darías a los aspirantes a cantaautores que están pensando en seguir una carrera?

Yo no puedo dar consejos, pero si creo importante que la gente que quiera escribir canciones, tiene que leer, tiene que escuchar mucha música y no pensar en la fama. Hay un autor del Istmo de Tehuantepec, Saúl Ramírez, creo ese era su nombre, ese autor de los años 60, él vendía sus discos, siempre fue un artista independiente del Istmo en todo el país. Un poco pensando en la historia de los cantautores en México, de los cantautores independientes.

Sucede que hay que ensayar, hay que dormirse temprano, olvidar el alcohol. Si quieres llegar a tocar en un lugar, tener un trabajo profesional, pues olvidas el alcohol, porque lo más importante es la música. Esto es de toda la vida, no es de en dos años voy a hacerme rico, no, esto lo haces siempre. Te levantas y dices voy a escribir una canción sobre que ya no va a salir el sol, o sobre que ‘x’ cosa del tema de tu vida cotidiana y los cantautores que quieran hacer esto es trabajo de toda la vida.

¿Qué significa el blues para ti?

Es una historia bien interesante, porque el blues es la vida. El blues es una esperanza de que va a salir el sol y de que tu tristeza se va a acabar. Porque los músicos de blues o de rock somos melancólicos. Pero el blues te lleva al paraíso de la música y de la espiritualidad. Y no necesitas ser negro, aunque bueno, a mí me falta poco… ja ja ja. Pero yo creo que el blues es la creatividad. Levantarte y escribir canciones de blues, porque a veces en la interpretación, o sea Sweet Home Chicago, pues es un clásico, pero también Hogar Dulce Hogar… la Ciudad de México.

Sabemos que tienes una nueva agrupación con Perikles… ¿Cómo defines el ensamble Rafael Catana y Los Perikles? ¿Quiénes lo conforman?

Te digo José Luis, que la vida me ha bendecido. Porque tocar con el guitarrista de Perikles, el guitarrista de Fidel Nadal o de Todos tus Muertos, es una bendición. Y esa bendición me ha llevado, en cuatro tocadas que tenemos, ir a tocar a Zacatecas y a arrasar la Plaza Miguel Auza. Y eso es por la química que hay entre Perikles y yo.

Entonces, Perikles es una especie de geniecillo ‘chelango’. Y eso me ha dado la fortuna de tocar con Pani en la batería, con el queridísimo Richie Ladislao, que también es alumno de Peri, pero que es contrabajista, bajista, arreglista, y por supuesto el amado y estimado Gustavo Beltrán, que él sí es un bluesman, en el acordeón y en el piano. Que decirte de Jesús Santos, es otro bluesman con la jarana.

Ahí hay un sonido fundamental de la música mexicana. Porque una de las cosas que a veces se nos olvida, que nosotros tenemos música de raíces. El son, el son jarocho. Ahí viene un poco pensando en que Perikles junta con Catana a Richie, Mauricio Cruz Cruz, Eric Pani y al súper trompetista César Alcázar. Entonces sí es un ensamble que tiene que ver con los tiempos que corren.

Antes de continuar con la entrevista, quisiera agregar un comentario de Perikles con relación a esta pregunta realizada a Rafael Catana. -José Luis-.

Dice Perikles: ‘Con Rafa Catana nos conocemos hace 20 años, desde que coincidimos como talleristas en Faro de Oriente. Obviamente, nos hicimos grandes amigos y compañeros desde un principio, compartiendo anécdotas y música. Tambien encaramos talleres en conjunto y hacía mucho tiempo que teníamos la idea de formar algo juntos, pero los tiempos y obligaciones propias de cada uno, no nos permitian coincidir.

Así que por fin, a partir del 2024 decidimos ponernos manos a la obra. Para ello, convocamos a algunos músicos de mucho talento y futuro que tuvimos la suerte de formar a lo largo de años en Faro de Oriente y darles la oportunidad de foguearse en los escenarios de manera profesional, por tanto, nuestro proyecto no deja de tener un tinte pedagógico.

Ademas, su sumaron Gustavo Beltrán, en teclados y acordeón y Cesar Alcázar, trompetista, que ya venian acompañando a Rafael desde hace tiempo. Mi aportacion pasa por la dirección musical y la guitarra, llevando el proyecto más hacia el rock y blues.

Ya estamos en pleno proceso de terminar nuestro primer single, que saldrá editado en plataformas en breve, y con varias canciones más en carpeta, para completar un álbum. Ademas de varias presentaciones en vivo que con el tiempo irán afinando cada vez nuestro proyecto. Estamos muy felices de hacer esto y esperamos que tanto al público de Catana como al de Rastrillos, así como a los amantes del rock y el blues en general, les agrade lo que estamos haciendo’.

Rafa, la vida es más que música, ¿hay algún otro campo que haya influido en tu vida y en tu música?

Yo creo que lo primero que te influye para la música es la vida cotidiana. La vida cotidiana es ir a comprar el pan, ir a comprar guayabas, manzanas, y ganarse la vida para comprarlas, tal vez queso, jamón español, y comprar cuerdas, ir al cine, ir al teatro, ver películas, comprarse una guitarra, ensayar, amar a tus hijos, cuidar de tu familia. Porque, la gente de blues es gente de familia y la vida me ha llevado a entender eso desde lo individual, pero también desde lo colectivo.

Actualmente, la vida cotidiana me ha llevado ha fundar el movimiento rupestre, a ser parte del movimiento infrarrealista, a fundar El Alicia, junto con Ignacio Pineda hace 29 años, y a tener la suerte de reinaugurar el nuevo Foro Alicia hace más de un año. Pero también, dar clases, hacer radio, grabar bandas, producir bandas.

La vida es más allá de la música pero es lo fundamental. Porque cuando te levantas, dices ay quiero escuchar al Johnny Winter, no a Big Walter Horton, a Jefferson Airplane o a Roberto González… ah el último disco de Jaime López o al querido y amado Arturo Meza.

Platícanos un poco de tu programa de Radio: Pueblo de Patinetas.

Hace muchos años, ya perdí la cuenta, más de veintitantos tengo un programa de radio en Radio Educación, que se llama Pueblo de Patinetas. Sin proponérmelo fue creciendo y he hecho varios discos en directo. El que más puedo presumir es el disco acústico de Follaje, por decir uno. Hice un disco con Pan Blanco, una banda donde está Miki Guadamur, grabé a Luis Pérez, a The North Sea Coyotes de Luiz Gerardo Márquez. Pero Pueblo de Patinetas ha sido un espacio de la radio pública del rock mexicano independiente.

¿Cuáles son otros proyectos a corto plazo?

El proyecto a corto plazo es afianzar a Rafael Catana y Los Perikles, que está sonando bien. Estamos puliendo cosas y como dice Hernán Campodónico “Perikles”… se vienen cosas. Yo creo que eso es bien importante, porque ya empezamos a grabar. Esto es una primicia, grabamos El mamey y el ñero de Alejandro Lora y Horacio Reni, porque quiero hacer un homenaje al maestrísimo Alejandro ‘Malora’. Creo que a Alejandro lo amas o lo odias. En este caso, pues yo lo amo. Imagínate, el Three Souls in my Mind y luego El Tri, ha sido fundamental en nuestras vidas.

Estoy preparando un segundo libro, que se llama La Balada del Rentoy. En 2015 hice un libro que se llama Los Pájaros de la Cervecería, son textos, es poesía, y pues ahí sigo. Inventando cosas, produciendo bandas en el espacio de Radio Educación, reinventándome todos los putos días.

¿Dónde podemos saber de tus actividades?

El próximo 8 de mayo (2025) tocamos en El Foro del Tejedor: Rafael Catana, Perikles y Los Perikles. Entonces estamos ensayando a tambor batiente, porque es muy bonito decir toco con Perikles, pero no cabrón. Perikles es de una disciplina y nos trae en chinga a todos. Es muy loco porque es mi proyecto y Perikles se integra a mi proyecto. Claro tiene el proyecto de Los Rastrillos, tiene su banda de blues. Es un guitarrista de blues.

Dentro de los proyectos a corto plazo está esta banda y grabar, grabar este disco que ya empezamos. Yo estoy en Instagram como Rafa el Catana, estoy en FaceBook con Rafael Catana Oficial y como Rafael Catana Cruz, ahí siempre anuncio todas estas actividades de las cuales tu y yo estamos platicando.

¿Algo más que quisieras comentarnos?

Agradecerte a ti y a Cultura Blues, esta maravillosa revista. Y que la gente se ponga loca y lea a Cultura Blues. Quisiera agradecerte mucho y decirte que esto es un poco lo que soy yo, lo que es El Catana, lo que es Rafael Catana, que es un músico, un escritor de canciones, un cantautor, un hombre del rock, del blues, con una voz aguardientosa, que te agradece de todo corazón a ti y al público de Cultura Blues… muchas gracias.