Legado, continuidad y objetivos parte 2
Legado, continuidad y objetivos de las bandas de Blues en México
Esta segunda etapa se caracterizó por que hubo una conjunción de músicos mexicanos con extranjeros y en la que pudimos apreciar que las nuevas generaciones de bandas de blues ya tenían más compenetrada la idea de tocar el blues tradicional. En ese entonces ya existía: Callejón Azul, La Rambla, Sammy y los Bluesmakers, Ten con Ten, Yellow Dog; entre otras, mientras seguían brillando Follaje, Real de Catorce, Betsy Pecanins, Guillermo Briseño y Jaime López; entre otros.
Además, surgieron bandas nuevas como la Dalia Negra, Radio Blues, Las Señoritas de Aviñón, Encrucijada, que estaba conformada por dos jóvenes hermanos que hoy son unos grandes músicos Fernando Ruiz y Lari Ruiz, a quienes conocí en la Casona del Elefante, un restaurante hindú que estaba en San Ángel, en donde tocaban blues los fines de semana. Era un espectáculo ver a estos jóvenes cuando tenían unos 15 o 16 años. De esta misma nueva generación surgen varios músicos geniales que hoy se han consolidado, por ejemplo: Emiliano Juárez, quien ahorita está de gira por España poniendo en alto el nombre de nuestro país, un gran amigo Alfonso Robledo a quien le mando un fuerte abrazo, Sebastian Hernández un excelente armonicista que grabó en Canadá, quienes en conjunto formaron diversas bandas, con una gran calidad.
En esta etapa se comenzaron a organizar diversos festivales de blues, patrocinados por autoridades estatales de gobierno. En la Ciudad de México, se organizaron dos festivales de Blues de Polanco en 2010 y 2011, y en donde alternaron músicos internacionales y también mexicanos. En el primero que se llevó a cabo los días 4 y 5 de diciembre de 2010 participaron Follaje, Las Señoritas de Aviñón y La Dalia Negra. En el segundo que se verificó el 11 y 12 de noviembre de 2011, tocó como invitado Emiliano Juárez y Las Señoritas de Aviñón.
Otro ejemplo de ellos son el Festival Internacional Pozos Blues, en Mineral de Pozos Guanajuato; el Salvabluesjazz Festival en Salvatierra, Guanajuato; el Festival Queratblues que se organiza en Querétaro, en los que se han presentado un número cada vez más grande de bandas y músicos mexicanos a través de su historia. Recientemente, se organizan festivales en San Luis Potosí; Saltillo, Coahuila; y en Tampico, Tamaulipas entre otros estados más.
Asimismo, han ido surgiendo bandas en otras partes de la República Mexicana. De Guadalajara también era originaria otra banda que se llamó Naranjito Blues, entre otras. De Querétaro han surgido diversas bandas muy buenas como La Rumorosa Blues Band, La Boca Negra Blues; de San Luis Potosí, Los Blueserables; de Michoacán mi tocayo Juan Carlos Cortés y su banda, que también participará el 24 de julio junto a la Dalia Negra, ambos excelentes; de Tampico Los Bluesters; de Monterrey The Big Bad Bluesman, acabo de ver que en Durango hay una banda que se llama Dgo Blues Band, que aún no he podido escuchar, pero no dudo que sea una buena banda.
En la CDMX, han surgido varias bandas y cantantes de blues, entre ellas dos que son excelentes: Big Danny y Viri Roots con quien hoy tendremos el gusto de alternar, y en los últimos años bandas como: Chicago Kings, Sof de León y su Banda de Blues, Mauricio King y su banda, The Rambler´s Blues Band, La Diableros, etc. Dentro de estos caminos paralelos del movimiento del blues en México, es importante mencionar la ardua y valiosa labor de una escuela callejera de blues, comandada por un músico itinerante que ha hecho del género una manera de vivir por y para el blues, el maestro Rodolfo Cruz Villanueva, que con su Street Blues ha graduado a varias generaciones de músicos que hoy destacan como solistas o con sus respectivas bandas.
Bien, de lo anteriormente platicado podemos concluir que a pesar de que en nuestro país ha existido durante ya casi 50 años un movimiento del blues, aún no se ha podido consolidar una cultura del género como tal, por lo que desde mi personal punto de vista los dos objetivos principales que deben perseguir las bandas de blues que actualmente conformamos su círculo, es la difusión y la preservación del género.
Sin bien, la parte de la difusión hasta hoy se ha cumplido en parte con el legado y la continuidad como lo hemos comentado, considero que no es suficiente. Gran parte de la tarea en la difusión y en la preservación la han llevado a cabo los programas de radio, el principal que es el de Raúl de la Rosa “Por los Senderos del Blues”, que ya tiene muchos años al aire; y entre otros, dos de más reciente creación, el de Alain Derbez “Lunes Tormentoso”, y el que encabeza José Luis García Fernández “Cultura Blues Radio”, quien también conduce y dirige la revista electrónica “Cultura Blues”, en la que tengo el honor de ser parte de su equipo de colaboradores, y que actualmente tiene ya un reconocimiento a nivel internacional.
En Estados Unidos, el blues es parte de su cultura y de su historia, motivo por el cual los gobiernos de sus estados se han dado a la tarea de preservarlo como su patrimonio a través de diversas asignaturas que son estudiadas por los alumnos de las escuelas y universidades. El interés de preservar el blues y de difundirlo en las escuelas surgió de los propios músicos de blues, siendo el primer organizador Willie Dixon, uno de los músicos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX.
Dixon fue un activista incansable que siempre lucho por los derechos de los músicos de blues y sus familias. Fue catalogado como un padrino espiritual de los programas de blues impartidos en las escuelas. Fue el creador de los programas “BITS” (Blues in the Schools), que en 1970 por primera vez se impartieron en la escuela Amos Alonzo Stagg, en el lado Sur de Chicago. Para esa ocasión Dixon invitó al músico Lucky Peterson.
Los BITS son programas de educación musical interactivos y multiculturales que brindan a los estudiantes historia e instrucción musical sobre la música blues. Están diseñados para crear una apreciación más profunda y una mayor conciencia del blues como forma y arte estadounidense, a través de talleres de lectura, actuación, o cátedras impartidas por músicos. Los programas BITS complementan los planes de estudio de música en las escuelas al involucrar los talentos, los recursos y los beneficios de los artistas invitados y de los catedráticos.
Particularmente, se dan clases de sociología, lenguaje, música, arte, danza y teatro. Los programas ofrecen a los estudiantes la oportunidad de aprender y comprender mejor, una parte de la cultura estadounidense a la que de otro modo no estarían expuestos. Se crea una relación entre el artista y los estudiantes y la transmisión de la cultura de una generación a la siguiente, se lleva a cabo con instrucciones musicales que culminan en una presentación final.
El programa Blues in the Schools ofrece una oportunidad para que los estudiantes participen en una experiencia de aprendizaje que explora la música, el lenguaje, la poesía y el arte en un nivel más profundo. Las historias plasmadas en los blues surgen de las dificultades económicas y la lucha por una vida mejor. Aprender sobre la música de blues brinda a los estudiantes la oportunidad de aprender sobre esas luchas y relacionarlas con luchas similares de su propia herencia.
Durante los primeros años de la década de 1990, se impartieron solo a estudiantes de secundaria pero hoy en día los programas BITS se imparten a estudiantes de todos los ámbitos de la vida, clases y orígenes. También han demostrado ser una herramienta eficaz para prevenir la violencia en las escuelas y vecindarios con programas como cambiando pistolas por armónicas en áreas urbanas. Se han presentado en centros de reclusión de menores por sus efectos reparadores.
The Blues Foundation, la Fundación de Blues de Memphis, Tennessee, ha establecido el premio “Keeping the Blues Alive” (KBA) – que, por cierto, recibió hace poco el maestro Raúl de la Rosa- para reconocer a las personas que apoyan, promueven y presentan programas BITS en instituciones educativas y otros lugares en los Estados Unidos y en el extranjero. Desde principios del siglo XXI, la popularidad de los programas BITS ha florecido en Estados Unidos, Canadá y Europa.
El interés por la preservación de la cultura del blues en los Estados Unidos es importante, porque es parte de su propia historia e identidad; sin embargo, ese mismo interés se ha despertado en otros países del mundo, tal es el caso de España y Argentina. En España la Escuela de Blues de Madrid, cuenta entre sus asignaturas la materia Historia e Interpretación del Blues que consiste en experimentar, teniendo pláticas en persona o por videollamada con bluesman de Estados Unidos, y grabando con los medios que había en aquella época, teniendo entre sus maestros a Gabriel Gratzer, Jose Luis Pardo y Román Mateo.
En Buenos Aires, Argentina, el Collegium Musicum cuenta con su escuela de blues desde el año 2000, y desde entonces 500 alumnos han pasado por ella. Su objetivo es formar potenciales músicos de blues, no solo desde el punto de vista musical, sino también humano transmitiéndoles toda la experiencia y vivencias de sus docentes relacionados con este género.
Las actividades de la Escuela consisten en el estudio de un instrumento o canto, clases de Historia del blues, de Lenguaje musical y la participación en Ensambles. Su Director General es Gabriel Gratzer. En una entrevista para el periódico “La Nacion”, Gabriel Gratzer declaró: “Entre las escuelas del Collegium -explica Gabriel- no existe ninguna dedicada al blues. Era un espacio vacante. Y entre los que hacen música popular: jazz, rock y pop, cuya raíz es el blues, y el resto de la música popular contemporánea, no se recorrió ese camino que nace en el blues…- En música popular -aclara Gabriel, los códigos son diferentes. No privilegiamos ni el nivel teórico ni el técnico, sino cuánto puede rendir cada uno en un grupo musical. No establecemos puntaje de uno a diez; nos interesa más lo humano que un puntaje.
El blues es expresión de vida, de sentimientos. Buscamos vincular al alumno con todas las situaciones en los recitales; acortar la brecha entre lo institucional y lo que ellos viven afuera del Collegium como músicos. A propósito, el cuerpo docente que incorporamos al Collegium es absolutamente de trayectoria nacional e internacional; algunos de ellos tienen más experiencia de vida musical que de puro conocimiento teórico. -Trabajan- agrega Ricardo- con los auténticos blues del pueblo y no con el comercial. Cada uno se internará en lo profundo del country blues, del góspel, del negro spiritual, las baladas, el ragtime, del blues de Chicago. -Buscamos- completa Gabriel- mostrarle a cada músico otra faceta del blues, la originaria, la que no está en el circuito comercial. No es que queramos que desde los chicos (desde los 13 años) hasta los adultos que concurran dejen de escuchar a B. B. King, sino evaluar desde donde vino. Tampoco será cosa de decirle a Eric Clapton: mire, yo estudié blues en el Collegium y puedo tocar con usted”.
Por lo que hace a México, hace algunos años, el armonicista Billy Branch, miembro de la legendaria banda de Blues “Sons of Blues”, quien también siguió los pasos de su maestro Willie Dixon, como pionero de la impartición de BITS en su país desde 1978, hizo constantes visitas a nuestro país, despertando su interés por hacer algo similar haciendo solo algunos experimentos y ensambles. El blues debe ser considerado como un patrimonio cultural intangible del mundo, y el interés por su cultura, su difusión y su preservación debe ser mundial, toda vez que la historia de la música contemporánea no podría entenderse sin este género que, además, se determinó por un movimiento social que es de suma importancia hasta nuestros días.
Quisiera cerrar mi participación en este ciclo agradeciendo nuevamente la invitación, así como la presencia de todos ustedes y compartiéndoles un poema del maestro Himber Ocampo quien también tendrá participación en este ciclo, y que está incluido en su libro “Licor de Blues”. El poema se llama Solo Blues.
Por el hilo invisible de la araña
danzan felices las notas
por el valle de la nostalgia.
En el baúl de la memoria
hay vivencias guardadas
se oyen risas de piano
y la voz grave del bajo.
Golpea el aire la percusión
sopla la noche la armónica
y las notas de la guitarra
calientan el espíritu.
Es solo Blues
usted sabe si se arriesga…